Nuevas y ardientes sensaciones.
||•×~🌹Advertencia🌹~ו||
[💾] — El siguiente capítulo contiene lemon, se pide por favor que si no se desea leer el contenido espere pacientemente la próxima actualización.
[💾] — Se pide comprensión debido a que tal vez el siguiente lemon no sea tan bueno, por favor disculpen ello.
Sin más por decir, disfruten lo en lo mayor posible y dispensen cualquier error ortográfico o gramatical que pueda haber en la narrativa.
||•×~💻💾💻~ו||
[Connor]
[14 de Febrero 2040]
[PM 11:05:12]
La pareja había llegado a la habitación con muy poca ropa luego de comerse a besos y caricias durante el corto trayecto entre la entrada y la puerta de la recámara que compartían desde hacia ya muchos meses atrás.
Hank tomó un respiro luego de hacer que Connor se recostase en la cama, y entonces se quedó allí de pie observándole.
El castaño tenía su cabello un poco alborotado, parecía agitado y tenía la mirada un poco pérdida, con las mejillas teñidas de un suave carmín que lo hacían lucir encantador.
Parecía frágil. Vulnerable. Indefenso.
El Anderson entonces pensó en cuan humano lucía también el androide a esas alturas, que si no supiera que se trataba de una "máquina" podría apostar su vida a que era otro ser humano como él.
— ¿Hank?... Ahh... ¿Pasa algo? —Preguntó Connor mientras se apoyaba en sus antebrazos y miraba con un poco de preocupación a su pareja.
— Nada como tal, es solo que... Olvidalo —El ojiazul se retiró las últimas prendas superiores que portaba e hizo lo mismo con el castaño, que se cohibió un poco ante tal acción—. Vuelve a recostarte, esta es la primera vez que lo hacemos luego de tu última actualización y no sé que pueda ocurrir.
— ¿Estás preocupado?
— ...Mucho.
— Todo estará bien, yo estaré bien. Continuemos por favor.
Connor solo obtuvo de respuesta un asentimiento por parte de Hank que se posicionó sobre él con sumo cuidado, dando la impresión de que estaban teniendo su primera vez.
Y tal vez podía decirse que así era, podía compararse a ese momento tan especial porque existían esos nervios tan únicos del momento. Existían esas ansias tan intensas de estar con la persona amada de una forma más íntima y especial cuando había un fuerte amor.
El frenesí de antes se fue desvaneciendo para dar paso a algo más tranquilo, algo que podía parecer eterno si se creía en ello.
Un roce inocente entre sus bocas fue el inicio, un casto beso prácticamente.
Hank estaba siendo cuidadoso, con sus años de experiencia sabía que la mejor forma de disfrutar aquel momento era tomándose su tiempo.
No tenían porque apresurarse.
Las yemas de sus dedos trazaban delicadamente la silueta del cuerpo de Connor, quien respondía favorablemente ante ello con suspiros mientras experimentaba un sin fin de sensaciones nuevas. Sensaciones que le hacían ansiar más el cálido toque de su pareja.
Le resultaba fascinante el poder experimentar todo ello gracias a las actualizaciones que había recibido para poder ser más humano. Las agradecía a pesar de que inicialmente las creía excesivas por parecerle innecesarias para ser útil en la vida de Hank.
Esta vez las luces en la habitación estaban encendidas y el ojiazul podía darse el lujo de observar a detalle todo lo que podía provocar y que causaba en si gran excitación. Las expresiones del androide eran eróticas, jamás se había sentido tan atraído a la idea de hacerle el amor como en ese momento solo porque sus manos recorrían el cuerpo casi desnudo de Connor.
Pero este no se sentía conforme siendo el único en sentirse bien por las caricias. Sus manos pronto acunaron el rostro del Anderson con cariño y anhelo para atraerlo y fundirse en un exigente beso.
Su manera de tratarle era como si fuese lo más frágil que existiese y para el androide era así. Sabía de la cruel realidad, la vida de un humano era efímera, debía disfrutar de sus momentos con aquel hombre que lo besaba porque no serían eternos, en algún momento lo perdería y él ya sabía lo que sufriría una vez llegase ese día.
Pero no pensaría más en ello, por ello lo hizo a un lado y le pidió que se recargara contra la cabecera de la cama pues tenía la intención de darle placer de la manera en la que solía hacerlo antes de sus actualizaciones más recientes.
Se colocó a cuatro y le bajó el bóxer que portaba Hank, su miembro estaba semi-erecto. Connor ya sabía que aquello era normal, tardaba un poco más que el de alguien joven y necesitaba de mucha más estimulación física para alcanzar una longitud apropiada para el acto.
Lo tomó con una mano mientras se inclinaba para comenzar con la felación, la cual parecía más experimentada que las de antes, pues la respiración agitada y jadeos que comenzaban a salir del ojiazul lo indicaban, además de la favorable respuesta que el miembro de este estaba mostrando. El androide podía sentir como éste terminaba de endurecerse dentro de su boca y emitía un calor intenso junto algunas palpitaciones.
— J-joder... ¿Cuándo te volviste tan buen en ello —Preguntó el teniente cuando centró su vista en Connor, que estaba haciendo aquello con maestría, y encima haciendo expresiones lascivas que estaban enloqueciendo un poco más a Hank.
Sus miradas se encontraron y el ojiazul pudo notar que la mirada chocolate del castaño se veía más oscura y denotaban un ardiente deseo por él, cosa que le pareció peligroso para su aún tranquilo raciocinio.
El sonido húmedo de aquella felación hacía eco en la habitación y resonaban en el escuchar de ambos como música erótica, una melodía que ambientaba su encuentro.
Cuando Connor sintió que ya había estimulado lo suficiente se alejó y se sentó a horcajadas en las piernas del mayor para besarlo mientras hacía a un lado un poco su ropa interior y tomaba el miembro de este para dirigirlo a su parte trasera. Dicha acción causó gran confusión en su pareja, porque no entendía que estaba pasando, eso hasta que comenzó a sentir que su miembro estaba entrando en una parte cálida y apretada.
El androide ahora tenía una área que podía proporcionarle al humano otro modo de satisfacción, y que también le podía causar satisfacción a él.
Cuando todo el miembro de Hank entró en él se quedó quieto mientras temblaba levemente, lo había hecho lento porque aquello era nuevo para el castaño y prontamente se vio abrumado por lo que sentía: placer y dolor deliciosamente mezclados.
Había una gran cantidad de terminales sensoriales en esa zona y se debatían en que hacerle sentir en ese momento, si satisfacción por el agradable calor que el miembro de su pareja le otorgaba o el sentir de que habían expandido de más aquella área. Pero lo que fuese, estaba abrumando todo de si.
— Hey, ¿estás bien Connor? —Preocupado, Hank hizo que el castaño le viese de frente y se topó con una mirada llorosa; el androide estaba derramando unas cuantas lágrimas al no saber como reaccionar ante las nuevas sensaciones que esta teniendo.
— Y-yo... Esto es d-demasiado, ¿se tiene q-que sentir tan bien? —Fue lo que dijo como respuesta mientras elevaba un poco sus caderas y las dejaba caer con lentitud, haciendo sentir bien a ambos—. ¿Tú también te sientes bien, soy solo yo?
Pero el gruñido y el fuerte agarre del ojiazul a su cuerpo fue lo que dio la respuesta por él, pronto hizo que el castaño siguiera un ritmo mientras sus cuerpos chocaban y los gemidos escapaban de las bocas de ambos.
Mientras se movía, retomaron los besos intensos del inicio, creando más éxtasis, pero Connor ya no podía seguir moviéndose con todo el placer recorriéndole de pies a cabeza. Mucho menos cuando las manos de Hank se paseaban sobre su pecho y sentía un gran calor junto a cosquilleos, indicando que había terminales sensoriales que se activaban una vez era penetrado.
Las posiciones cambiaron sin separarse, el mayor nuevamente estaba sobre él y le dio una vista al castaño que difícilmente podría olvidar: el mirar azulino estaba observándole con intensidad, haciendo que se sintiera cohibido y a la vez deseado, era una mirada hambrienta por describirla de alguna forma.
El rostro del Anderson, al igual que su cuerpo, estaba cubierto por una fina capa de sudor, dándole un toque aperlado gracias a ello. Miraba a Connor deleitándose no solo con su cuerpo, sino también con sus expresiones; expresiones que nunca imaginó que este podría tener como lo eran las de estar disfrutando de hacer el amor, de sentirse abrumado por algo que le era desconocido pero que parecía encantarle.
Entonces llegó el momento del clímax, uno que no siempre solía tener Hank a menos que fuese demasiado bueno todo. Pero claro eso no significaba que las otras ocasiones no se hubiese sentido bien, simplemente que con su edad él seguía disfrutando demasiado hubiese o no orgasmo que culminara con una corrida.
Además, el androide parecía estar experimentando algo similar ya que su gemidos habían ido en aumento mientras lo embestía con fuerza y rapidez.
El vaivén de su pelvis se había tornado frenético por un momento, quería llegar a ese orgasmo realmente. Y cuando lo hizo pudo escuchar un agudo gemido por parte de su pareja, que había sujetado fuertemente las sábanas desordenadas de la cama.
Connor no sabía explicar aquella agitación y la explosión de placer que tuvo al sentir que algo caliente y espeso era vertido dentro suyo, pero vaya que había conseguido hacerle sentir bien. Pero fue a un nivel que sobrecargo su mente, tal experiencia fue demasiada intensa para él mientras suspiraba al sentir un vacío al momento en que Hank se separó de él y se recostó a su lado con la respiración igual de agitada.
— ...Ahh... D...Debo decir que ese ha sido el mejor sexo que he tenido en mi vida —Comentó el mayor mientras recuperaba lentamente la calma de su respiracion—. ¿Tú estás bien Connor?... ¿Connor? Te estoy hablan —Hank volteó a verle y se topó con un "durmiente" castaño que se desvaneció por lo abrumado que había terminado—. ¿Esto es en serio?... Ahh, creo que fue demasiado para él.
Con la poca energía que le quedaba simplemente terminó de destender la cama para poder cubrirlos a ambos, pues el calor del momento estaba apagándose y el cierto estaba sumamente frío por la temperatura baja que aún había afuera.
— Sé que no me escuchas, por ello te lo diré sin tantas malditas trabas o por impulso como el otro día, aunque sea cobarde decirlo así... Te amo Connor, realmente te amo —El ojiazul abrazó al castaño a pegándolo más a su cuerpo, como si quisiera protegerlo de algo.
Pero la sensación real era una distinta: miedo a perderlo.
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