Tres
Actualidad
Naruto suspiró mientras veía la vieja casona de su abuelo. El día parecía tan gris como él mismo se sentía, hacia frío y no le extrañaba, el invierno se acercaba cada día más y más.
Sus ojos celestes se quedaron clavados en la vieja casa de dos pisos, con el sombrío paisaje. Un escalofrío bajo por su columna, pero lo relacionó con el viento helado que entraba por la ventanilla abierta de su camioneta.
Su padre se había criado en esa casa, de generación en generación, la casa fue heredada cuando su padre murió. No le había prestado la suficiente atención, ya que a .... ella nunca le había gustado lo apartado que estaba de la ciudad. Pero, considerando que estaba en una vacaciones forzadas, y Shikamaru había insistido en qué fuera a despejarse, estaba allí para repararla o simplemente ahogarse en alcohol sin que el molesto de su amigo lo molestará.
Se obligó a moverse cuando escuchó un gemido en la parte trasera de su auto.
— Si, Kurama. Aquí podrás cazar algún conejo o lo que sea que haya por aquí —, habló con su cachorro mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
Abrió la puerta de la camioneta y salió, recibiendo, por primera vez desde las varias horas que estaba en el auto, el viento helado que soplaba esa tarde. Se cerró más las solapas de su abrigo y escondió un poco el cuello descubierto mientras abría la puerta trasera. Kurama quiso saltar sobre él, y no hizo nada para detenerlo.
— Tranquilo, amigo—, le dijo mientras el perro le daba largas lengüetadas en la cara y él intentaba desabrochar su collar.
Kurama no dudo un segundo de saltar de la camioneta cuando estuvo libre. Y Naruto murmuró lo desagradecido que era el cachorro. Resultó que el pequeño perro, había crecido muchísimo en el poco tiempo que lo tenía. Era un perro enorme e hiperactivo, el cambio de ambiente le haría mucho mejor a su perro que a él mismo. Se estiró para tomar ambas maletas que tenía en el asiento trasero. Tenía muchas más cosas en el baúl, pero primero quería sacar lo más importante.
Su laptop y su alcohol.
Cerró la puerta con el brazo y caminó hacia la casa mientras el viento soplaba y levantaba hojas muertas y marrones. Los árboles hacían un pequeño silbido, una canción triste y melancólica... O tal vez era su propio humor que estaba triste y melancólico...
Escuchó a su perro ladrar en algún lugar no muy lejos de la casa y silbó fuerte y constante para que volviera a su lado, mientras llegaba a la puerta proncipal. No le extraño que él no volviera, debía estar muy excitado con las cosas nuevas que podría tener este extenso y extraño lugar para Kurama. Naruto dejó las maletas y busco en los bolsillos de sus vaqueros el manojo de llaves para abrir la casa. Aún podía escuchar ladrar a Kurama, probablemente a algún bicho desafortunado o hasta unas hojas que se movían por el viento.
Su perro era tonto.
Cuando logró abrir la pesada puerta está hizo un gemido lastimero y largo que le hizo fruncir el ceño. Miro el interior, algo dejado y lleno de tierra y unas telarañas.
Viejo y sucio hogar.
Continuará...
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