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23: ||| - Monstruos durmientes - |||

Nagi había marcado el cuarto gol para el equipo V y su propio equipo no hizo más que alabarlo.

—¡WOW!, ¡NAGI, ERES INCREÍBLE, VAMOS POR DELANTE! —gritó uno de los chicos del equipo V, abrazándolo del cuello—. Vamos ganando. No sabía que podías hacer una jugada completamente solo.

Nagi vio como este lo soltó y Zantetsu se abrió paso para enroscar su cuello con su brazo.

—¡Genial, fantástico! —vociferó Zantetsu—. ¿Lo he dicho bien? —inquirió.

—Buen pase, Zantetsu —contestó Nagi—. Y sí, eso ha estado bien.

Nagi sintió una mirada sobre él y volteó a ver al chico que se encontraba conmocionado. Reo aun seguía impactado por ver de lo que él había sido capaz, y aunque ya estaba acostumbrado a ver sus grandes habilidades, aquello fue algo totalmente nuevo.

—¿Cuántos puntos más? —preguntó Nagi, sin darse cuenta, por estar tan ensimismado en cómo se sentía, que Isagi lo estaba viendo con tensión en sus músculos.

<<Desde esa posición...>>, meditó Isagi, recordando el gol de Nagi de hace unos instantes. Mientras iba corriendo a parar aquel gol, logró ver el brillo en los ojos de ese chico perezoso, y no podía aun creerlo. Se había movido por cuenta propia y había sido capaz de coordinar todo a su favor para anotar a pesar de tener casi cuatro personas bloqueando el arco. <<No puede ser... probablemente él cedió a sus límites. Lo despertamos... Nosotros despertamos a Nagi Seishiro.... y a su dormido potencial.>>, pensó Isagi, viendo directamente a aquel genio.

—Esto es malo... Ellos cambiaron el partido a su favor... —comentó Igaguri, sujetándose la cabeza con nervios.

—Mierda, mierda, mierda... —maldijo Naruhaya, igual de desesperado—. ¡Solo nos quedan quince minutos!

—Si no podemos voltear esto... se acabo —dijo Gagamaru.

—¿Qué deberíamos hacer? —preguntó Kunigami, limpiándose el sudor del rostro con la camiseta—. ¿¡Cómo podemos detenerlo!?

—No podemos predecir de dónde vendrán las jugadas de Nagi —dijo Chigiri—. Kunigami, ¿Podrías jugar detrás de la línea y jugar de defensa? —preguntó.

—Pero..., ¿Eso no le dejaría espacio libre a Nagi en el medio campo? —inquirió Kunigami—. Si el vuelve a anotar otro gol será el último clavo del ataúd para nosotros. Nuestro poder ofensivo se ha debilitado. Podría ser mejor si cambiamos a tácticas defensivas y esperamos una apertura... 

—¿¡Eres estúpido!? —gritó Raichi.

Todos se volvieron a verlo por el grito repentino, Nagi incluido, y vieron como Raichi se veía cansado pero motivado a la vez mientras elevaba un poco a Isagi del suelo, sujetándolo del cuello de la camiseta. Isagi, por otro lado, solo quería soltarse.

—¡¡Ataquemos, tú escoria!! —gritó Raichi—. ¡¡ESTE TROZO DE BASURA Y YO TOMAREMOS EL MEDIO CAMPO!! —prosiguió Raichi, zarandeando un poco a Isagi—. ¡¡Así que ataquen!!

—¡Raichi...! —dijo Isagi, intentando soltarse del chico con dientes de tiburón.

—¿¡Qué piensas que sucederá si cambiamos a defender ahora, ah!? —continuó Raichi—. ¡¡Si no volteamos esto en quince minutos se acabo!!, ¿¡cierto!? —inquirió—. ¡¡NUESTRAS TÁCTICAS OFENSIVAS ESTÁN FUNCIONANDO, LA ÚNICA RAZÓN POR LA QUE HEMOS ANOTADO TRES GOLES CONTRA EL EQUIPO V ES PORQUE YO HE ESTADO DEFENDIENDO CUANDO NO QUERÍA HACERLO!!, ¡¡SI MI DURO TRABAJO ES DESPERDICIADO, VOY A MATARLOS!!, ¡¡ASÍ QUE SIGAN ATACANDO, INCLUSO SI ES LA ÚLTIMA COSA QUE HARÁN!!, ¡DEFIÉNDANSE, IDIOTAS!

Lo último, motivo a todo el equipo Z y dejó inquieto a Nagi por saber qué es lo que se vendría ahora que ha despertado. Solo quedaban catorce minutos para que todo el partido acabe.

—¡¿No son todos delanteros?!

—Parece que todavía quieren luchar... —dijo Zantetsu.

Reo frunció levemente el ceño y se volvió a Nagi.

—Solo uno más, Nagi —dijo Reo—. Si conseguimos un gol más será nuestra victoria.

—Solo un gol más... —repitió Nagi.

<<De nuevo tengo está sensación...,¿Por qué estoy tan emocionado? Pensar en estás cosas es un fastidio...>>, se preguntó, pero al ver a Isagi y al equipo Z, obtuvo la respuesta. <<Quiero saber cómo terminará esto... Por ahora solo debo... seguir mis instintos... y el deseo de mi corazón.>>

—Ok, jefe —respondió con determinación.

<<Es cierto... todo lo que le queda al equipo Z... ¡Es seguir atacando!>>, pensó Isagi, preparándose para dar inicio al partido. <<Lo he decidido... Pero... aun me falta algo para marcar un gol. Ahora mismo el que tiene "la esencia de gol" más fuerte... es nadie más que él.>>, pensó Isagi y vio a Nagi acercarse. <<Pero detenerlo cuando recién comienza a jugar de forma independiente... está fuera de discusión.>>

Premeditar las cosas ya se estaba haciendo complicado para Isagi, pues no sabía que debía hacer en determinada situación. Habían estado corriendo con diez personas durante todo el partido y Bachira ya se estaba cansando al estar rodeado por los defensas del otro equipo. Y no fue hasta que Bachira le pasó el balón a Chigiri, que supo lo que tenía que hacer para ayudarlo. 

Chigiri y Zantetsu comenzaron a hacer otra carrera.

—¡No te dejaré como la última vez! —gritó Zantetsu, acercándose hacia él.

—Oh el idiota de las gafas —dijo Chigiri y pateó el balón para seguir con su técnica de autopase. 

Nagi, por otro lado, se sorprendió al ver cómo ambos se peleaban por ver quién corría más rápido.

<<Ese pelirojo... Está intentando competir en velocidad otra vez.>>, pensó Nagi. <<En ese caso, superaré a Zantetsu y lo interceptaré en está zona.>>

Nagi corrió y, al ver que Chigiri pateó el balón hacia él, se preparó a que se acercará. Había reaccionado justo a tiempo y Chigiri quedó helado al ver a quién tenía en su delante.

—Buena pelea, estúpido Zantetsu —dijo Nagi—. Yo tomaré esto, princesa.

<<¡Me atrapó!, ¡El sabía que tendría una carrera con Zantetsu otra vez!>>, pensó Chigiri.

—Genio ingenuo... —le dijeron por un lado.

Nagi se sorprendió y, al ver que una camiseta azul se cruzaba en su camino, para interceptar el balón, no pudo reaccionar a tiempo. Era Isagi.

—¡Si quieres robarme esto, tendrá que ser desde aquí! —gritó Isagi.

—¡Isagi! —gritó Chigiri, sorprendido de que apareciera justo en el momento más idóneo.

<<No puedo leer sus movimientos, pero incluso en el campo de batalla, ¡Puedo confiar en mis ojos!>>, pensó Isagi, viendo de soslayo a Nagi, quien cruzó miradas con él. Los ojos de los dos se interceptaron como imanes en el fragor de la batalla, y algo volvió a asomarse por la memoria de Nagi, desconcertándolo. 

<<Isagi Yoichi...>>, pensó Nagi, viéndolo fijamente a los ojos.

Aquel brilló azul hipnotizante ya lo había visto antes esa vez, pero presentía que había algo más. Se desconcentró tanto que Isagi pateó el balón para que Chigiri siguiera corriendo, bloqueándole el paso.

—¡Ve, chigiri! —gritó Isagi, viendo como Chigiri corrió tan rápido que alcanzó el balón.

—¡Buen chico, Isagi! —dijo Chigiri y siguió corriendo—. Más tarde te daré una palmadita en la cabeza.

—¡Hey, chicos, deténganlo antes de que disparé! —gritó Reo y todos acataron sus órdenes, pero era difícil seguirle el paso a Chigiri.

—¿Qué con tu defensa manchada? —inquirió Chigiri.

<<¡¡La esquina derecha está abierta de par en par!!>>, pensó Chigiri y pateó entre los pies de unos defensas hacia la derecha del arco, pero el portero pudo bloquear el balón a tiempo, haciendo que rebote contra el mástil.

Yudai soltó un pequeño gritó de frustración por lo cerca que estaba el balón de entrar.

—¡Pegó en el poste! —gritó Igaguri.

<<No... aun no.>>, pensó Isagi, bloqueando el camino de Nagi. Los miembros del equipo Z se habían frustrado por aquel fallo, pero Isagi fue el único que había meditado la situación, y, tal como imaginó que podría pasar, vio a Gagamaru acercarse corriendo y patear el balón al arco del equipo V. Sin embargo, Reo se interpuso apretando los dientes, saltando enfrente del arco para bloquear el balón en el aire con su pierna derecha, justo cuando el portero iba a fallar el bloqueo. Había llegado a tiempo.

—¡Mierda! —maldijo Gagamaru—. Maldito, Reo...

—¿¡Esto no puede terminar aún, cierto!? —inquirió Yudai, desesperado.

Pero tenía razón en algo, aún no había terminado. Isagi solo se quedó viendo como el balón perdido caía en cierto lugar especial para alguien que marcaba goles con la izquierda a la perfección.

<<No... porque esa área... Es su territorio.>>, pensó Isagi, viendo como se acercaba un chico con cabello naranja a la ecuación. Kunigami, sin dudar, pateó el balón a la portería, marcando el empate entre ambos equipos. Kuon no podía creer lo que estaba viendo.

<<Justo como predije.>>, pensó Isagi, algo sorprendido pero con sus ojos ardiendo de emoción mientras su equipo celebraba el cuarto gol. Nagi, sin embargo, estaba en shock.

—¡Sí!, ¡Un gol más! —gritó Raichi.

—¡PODEMOS HACERLO! —gritó Igaguri—. ¡Podemos ganar al equipo V!

Nagi contempló aquellas vibras de energía, y podía sentir como se impregnaban en su cuerpo. Era contagioso y cosquilleante, pero efervescente y refrescante.

<<Esa es la pasión...>>, pensó Nagi, volviendo con su equipo para reiniciar el partido. <<De luchar con todas tus fuerzas... Así que... esto es el fútbol.>>

Nagi, discretamente, se volvió a ver a Isagi, quien se había quedado quieto en el mismo lugar donde lo había bloqueado, ido en sus pensamientos.

<<Ahora entiendo tú pasión por el fútbol, Isagi.>>, pensó Nagi. <<No era tan tonto o simple como creía... Es una lastima que... lo haya entendido tan tarde, pero eso no importa ahora... Voy a ganar esto a como dé lugar, y daremos por concluido el partido que nunca terminamos hace años, y cerraré ese capítulo de mi vida. Aquel en el que... tú ya no me afectarás en nada...>>

Nagi volvió a darle la espalda a Isagi y fue a reunirse con sus demás compañeros de equipo.

<<Esto es realmente una locura...>>, pensó Isagi, aun perdido en sus pensamientos. <<¿Eh? Se desarrolló tal como lo imaginé. ¿Cómo resultó exactamente con mi premonición?>>. Entonces, Isagi meditó todo lo que acaba de ocurrir y entendió al instante el por qué predijo todo el campo. <<Esa premonición fue mi inspiración... y todo por mi arma. ¡Es gracias a mi consciencia espacial! Es cierto... puedo usar esto...>>, meditó Isagi, posando su mano sobre su rostro, dándole espacio a su ojo para ver entre sus dedos. <<¡¡Con estos ojos y está mente mía, puedo predecir "el futuro del campo"!!>>. Inconscientemente, miró a su equipo con energía. <<Con este poder..., ¡Traeré de vuelta mi gol!>>

Solo quedaban cinco minutos para que acabará el partido, y Kuon no se volvió más que un simple espectador de todo lo que hacía el equipo Z para ganar el partido contra el equipo V. El partido se reinició, y Nagi se la pasó a Zantetsu mientras seguía perdido en sus pensamientos.

<<No tenía idea... de que existía un mundo así... Si tan solo pudiera marcar el gol en medio de este frenesí...>>, pensó Nagi y la sola idea lo ilusionaba aún más. <<Me preguntó..., ¿Qué tan satisfactorio se sentiría?>>

—¡Ve, Zantetsu! —gritó el portero del equipo V, lanzándole el balón—. ¡Contraataca!

—¡Yo te detendré! —gritó Chigiri, bloqueándole el paso a Zantetsu.

—Que mal, princesa pelirroja —dijo Zantetsu—. Nosotros tenemos un genio recién despertado de nuestro lado.

Y Zantetsu pateó el balón, dándole un pase largo a Nagi, quien corría al lugar donde caería el balón.

<<¿¡Un pase largo!?>>, pensó Chigiri. Él intentó atrapar el balón, pero el arco de Zantetsu fue más rápido y él balón ya se encontraba en el aire.

—¿¡Un disparo de largo alcance¡? —gritó Igaguri—. Esto es malo...

De pronto, vio como Nagi iba corriendo casi por todo el campo él solo hacia el lado izquierdo, donde aquel espacio del campo estaba completamente vació.

—¡Va hacia Nagi! —volvió a gritar Igaguri.

—¡Bajen ahora, si marcan otro gol es nuestro fin! —ordenó Raichi.

—Bien visto, Zantetsu. Buena puntería —dijo Nagi, viendo como el balón iba cayendo.

Pero no estaba solo. Al oír unos pasos más cerca de él y una voz que lo emocionó, miró un poco hacia atrás. Ahí estaba Isagi, y eso lo sorprendió de cierta forma, porque no se espero que él reaccionara tan rápido a su siguiente movimiento. Isagi, al parecer, lo tenía muy en la mira, y su mirada llena de competitividad y de aquel brillo de emoción tan característico de él, se lo dejó bien claro a Nagi.

—¡Sabía que estarías aquí! —dijo Isagi—. Este es nuestro punto más débil del campo. ¡No escaparás de mí!

<<¡Si nos meten otro gol, se acabó!, ¡No dejaré que Nagi se escape!>>, pensó Isagi.

—¿Otra vez tú? —musitó Nagi, viéndolo. Sin darse cuenta, aquel calor fragrante volvió a renacer en él, e Isagi lo notó perfectamente al interceptar miradas. Los dos sentían ese mismo calor que la emoción les daba por querer ser los ganadores—. Encantado de verte de nuevo...

<<Que molesto... Solo espera que atrape la pelota...>>, pensó Nagi, planeando interceptar el primer punto de toque. Si no atrapaba bien el balón, Isagi podría robarlo y eso sería un problema. <<¿De qué lado debo recibirlo?, ¿Izquierda?, ¿Derecha?, ¿Qué debo hacer?>>, se preguntaba Nagi.

—¡Buena, Isagi, páralo! —gritó Bachira.

—¡Detenlo! —gritó Igaguri.

—¡Si el se te escapa será uno a uno con el arquero! —agregó Yudai.

<<No, por el ángulo del balón, parece que Nagi va a estar justo delante de él.>>, pensó Isagi, viendo como el balón caía y como Nagi corría. <<Incluso si corto el balón hacia él, hay muchas posibilidades de que atrape la pelota frente a él y me esquive. Así que, lo que debería hacer es tomarme un tiempo para rodearlo y ganar tiempo. Al menos hasta que mis compañeros vuelvan a sus puestos.>>

Nagi tenía a consciencia todo lo que estaba diciendo el equipo Z, y estaba preguntándose qué podía hacer. No obstante, entendió que las dudas no eran necesarias en ese momento. 

<<Voy a improvisar.>>, pensó Nagi, justo cuando el balón estaba más cerca de las cabezas de los dos.

<<De acuerdo, llegué a tiempo, es el momento... Ahora veamos con qué pie lo atraparé... El balón se acerca por detrás de él... El siguiente toque de Nagi será la llave para mi siguiente movimiento.>>, pensó Isagi, mirando analíticamente cada movimiento de Nagi. <<¿Derecha o Izquierda?>>

El balón estaba  a punto de caer.

<<¡Aquí viene!, ¡Vamos, ven!, ¡Te pararé!, ¡No dejaré que te escapes!>>, pensó Isagi, determinado y preparado. Sin embargo, no fue ni el pie derecho o el izquierdo. Nagi, en vez de eso, se dejó guiar por el incierto futuro de la inspiración que sentía, y dejó que el balón rebotara en su espalda. 

Isagi se sorprendió, viendo como el balón seguía un curso diferente. Estaba atónito, y Nagi también lo estaba, pues no se había creído capaz de tal hazaña.

<<¿Eh?, ¿Qué...?, ¿Con la espalda...? Pero si está fuera del área...>>, pensó Isagi, y lo vio pasar por su lado para ir tras el balón e ir directamente hacia la portería. En un mini lapso de tiempo. Nagi miró de reojo a Isagi, y este le recibió la mirada. Los ojos azules brillantes de Isagi brillando incesantemente por la emoción, le hizo recordar a Nagi el momento en el que él metió su primer gol cuando era pequeño. Ahora, sus ojos grises azulados podían compartir aquel fervor de su mirada.

<<Te gané... Niño llorón>>, pensó Nagi y siguió corriendo.

<<Él, ciertamente, tiene unas habilidades que son fuera de este mundo...>>, pensó Isagi, sorprendido. <<En un instante, él me hizo polvo completamente... No... Esto es malo... ¡Se acabo! En un segundo, ese monstruo... Seishiro Nagi... Nos destrozará.>>

<<No puedo creerlo, lo atrapé... con mi espalda.>>, pensó Nagi, viendo el balón. <<Soy tan increíble... He podido hacer un milagro como ese...>>

—¡Abajo, páralo! —gritó Igaguri.

—¡Iemon! —alertó Raichi.

E Iemon, reaccionando rápido, fue al encuentro con Nagi para evitar que meta otro gol.

—¡Lo detendré! —gritó Iemon, mientras Nagi ya se estaba preparando para patear el balón.

—Yo no soy de esos tipos que se quedan con sus sueños sin cumplir... —murmuró para sí mismo, atento a todo el partido—. Aunque me quede solo no importa... los métodos a los que tenga que.. recurrir...

<<Todo por lo que hemos trabajado... Será destruido...>>, pensó Isagi, extendiendo su brazo desesperado y atónito, intentando alcanzar a Nagi.

—¡NOOO! —gritó Iemon.

—¡¡¡PÁRALO!!! —gritaron los demás del equipo Z en conjunto con desespero, viendo como Nagi se preparaba para patear a portería.

<<Todo se va a ir... A la mierda...>>, pensó Isagi, sintiéndose derrotado.

<<Está sensación...>>, continuó pensando Nagi. <<Es... increí...>>

De pronto, su pie apenas rozó el balón mientras su cuerpo descendía, y eso extrañó a Nagi, y al darse cuenta de que tenía unos dedos rozándole los ojos mientras le sostenían la cara, cayó al suelo estrepitosamente, dejando que el balón reboté sobre el césped. Nagi se mostró confundido, y al ver que tenía a un miembro del equipo Z a su lado, después de agarrarlo, entendió todo. Era Wataru Kuon, quién, por la frustración sobre sus sueños y metas con sus compañeros de equipo, en el pasado, lo había agarrado apropósito para que no metiera el gol final. Se había concentrado tanto en la emoción que sentía que no se había percatado de él, especialmente porque estaban jugando un diez contra once.

Todos se sorprendieron por la escena.

El alta voz en el campo se hizo escuchar.

—¡Falta del equipo Z, el jugador frenó una ocasión de gol muy clara!, ¡Roja para Wataru Kuon, expulsado!

Isagi, sorprendido, se acercó trotando a Kuon y a Nagi.

—Kuon..., ¿Qué estás...? —inquirió Isagi, sin entender—. ¿Qué hiciste?

—¡Nagi! —gritó Reo, preocupado, y fue corriendo a verlo.

—Mierda... —musitó Kuon.

Antes no quería hacer nada, pero en el fondo entendió que desde el principio nunca estuvo haciendo nada para jugar mejor al fútbol. Todos se estaban esforzando por ganar aunque fuera difícil, y él solo se estaba conformando con ganar con trampas. Aquel equipo con el que se encontraba jugando, es con el cual a él le hubiera gustado jugar desde un principio cuando se adentro en el mundo del fútbol. Y traicionarlo, de cierta forma... sería una traición así mismo. 

—Con esto... El equipo Z puede seguir luchando, ¿cierto?

Isagi se mostró sorprendido y volteó a ver el reloj. Aun quedaban tres minutos...

—Ahora pueden seguir luchando.

—¿¡Estás bien!? —preguntó Reo, acercándose aún a Nagi.

—¿¡Quién te crees que...!?, ¿¡Por qué lo hiciste!? —gritó Raichi.

Reo se volvió a Kuon iracundo, pero fue sujetado al instante por Tsurugi.

—¿¡Cuál es tu problema, maldito hijo de...!? —grito Reo.

—¡Parénlo, párenlo! —gritó Kunigami, viendo como Reo quería iniciar una confrontación.

—¡Cálmate, Reo! —interrumpió Zantetsu—. Si te sacan otra amarilla también te expulsarán.

Reo al instante se calmó y gruñó por lo bajo.

—Pero...

—Reo, estoy bien, tranquilo —dijo Nagi, reincorporándose.

Reo se resignó y suspiró fastidiado.

<<Lo que acabo de hacer... fue tan increíble... Yo nunca imaginé que pudiera algo así... No puedo evitar que salga de mí...>>, pensó Nagi, mientras Reo discutía con el equipo Z.

—Idiotas..., ¿Qué mierda de plan es este? —reclamó Reo, dirigiéndose a Kunigami.

—No tengo idea —respondió Kunigami, limpiándose el sudor del rostro con el dorso de su mano.

Y la discusión entre ambos equipos siguió, solo para que Isagi se dirigiera con su equipo hacia Kuon. Todo el equipo Z tomó valor y decisión para ganar el partido.

<<Es el fútbol... me llena de pasión... Transformó lo que soy... Nunca había experimentado algo así...>>, pensó Nagi, limpiándose la mejilla con la muñeca. Instintivamente, se volvió a ver a Isagi, quién se encontraba limpiándose la cara con el cuello de su camiseta. Nagi no podía evitar mirarle la cara, aquel niño llorón ya no estaba. Nagi en ese momento pensó que, al igual que el fútbol lo había cambiado a él, de seguro también le había hecho lo mismo a Isagi. <<Mejor dicho... hace mucho que... no siento algo similar... a aquella vez... Se siente tan raro... Pero me estoy... Divirtiendo... Me estoy divirtiendo... de verdad...>>

Nagi se levantó.

—¿Te duele algo? —preguntó Reo.

<<Me pregunto... ¿Qué clase de yo me espera más adelante?>>, pensó Nagi, sintiendo como su ego, como si fuera un monstruo floreciendo de su interior, iba creciendo. <<Quiero... la respuesta...>>

Nagi se volvió a Reo.

—No te preocupes, estoy bien —respondió Nagi—. Meteré un gol más...

—Solo tres minutos más... —dijo Zantetsu.

—Oye Reo, ¿Cómo defendemos? —preguntó un chico del equipo V.

—No solo podemos jugar ofensivamente —dijo otro chico—. Mejor hagamos tiempo con pases. Así ganaremos siempre y cuando no perdamos el balón.

Reo, fastidiado, se volvió hacia ellos, apoyándose sobre el balón.

—¿Qué? —inquirió Reo—. ¿Qué están diciendo, chicos?

Los dos chicos se extrañaron.

—Nuestra única opción es aplastarlos —dijo Reo con fastidio.

—Un empate con un equipo así es casi como una derrota —agregó Zantetsu, sujetándose el hombro para estirar el brazo.

—Un gol más... Un gol más... —repitió Nagi, mirando con seriedad mientras enganchaba cada brazo sobre otro para estirarse.

—No podemos permitir que se acabe de esta manera —sentenció Reo, apretando los dientes.

<<Yo quiero meter... un gol más...>>, pensó Nagi, determinado, mientras el sudor cálido recorría su rostro y cuerpo. <<Esto aún no ha terminado... Isagi Yoichi.>>

Fue así que el partido se reinició, y Reo estaba listo para patear el balón de la falta. Todo el equipo Z estaba preparado, haciendo una pared como podían, tensos de fallar, para proteger la portería, e incluso tenían a Nagi y Zantetsu bloqueados.

Nagi, por otro lado, estaba emocionado.

<<Estoy aquí, Reo, pásamela...>>, pensó Nagi, atento a Reo.


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