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13: Primera selección

El equipo V se encontraba leyendo las reglas establecidas por Ego en su habitación, y, al leerlas, les quedó bien claro que habrá cinco equipos: W, X, V, Z e Y, quienes competirán en un todos contra todos para ir sumando golpes en el contador. Aquel equipo que tenga menos partidos ganados sería eliminado de Blue Lock. Sin embargo, aquellos delanteros que tengan la mayor cantidad de golpes seguirían invictos; además de poder intercambiar los goles por alguna comodidad u objeto deseado, algo que todos pueden hacer si querían.

—Estás reglas... —dijo un chico.

—Son de la primera selección —completó otro.

—Ya veo, lo entiendo —dijo Zantetsu, acomodando sus ganas—. El objetivo de está primera selección es anotar diez goles y canjear esos puntos, usando los bonus para conseguir el pase por un día, y escapar de aquí —explicó, señalando una de las cosas que se podían canjear con los puntos: "Un pase para un día fuera de Blue Lock".

—Totalmente incorrecto, idiota —dijo Reo, dándole la espalda mientras se encontraba sentado en su tatami. La verdad, ya no le sorprendía las tonterías que podría llegar a decir Zantetsu.

Zantetsu se sintió atrapado por el comentario de Reo.

—Reo, estoy aburrido —dijo Nagi, acostado y con el codo apoyado sobre su tatami, junto a Reo—. ¿Hay juegos de mesa por ahí? Llegados a este punto incluso acepto las cartas.

—Deja de quejarte, Nagi. Si esta es la primera selección significa que habrá más. Si es en serio lo de hacer a uno de nosotros el mejor delantero del mundo, habrá un momento en el que todos seremos rivales —dijo y se volvió a ver a todos, quienes se encontraban haciendo lo suyo—. Pero primero tenemos que sobrevivir y avanzar con todos en el equipo V.

Reo se dirigió a todos.

—Hagamos esto, chicos.

Todos voltearon a verlo confundidos.

—Yo quiero un equipo que se centre en mi creación de juego, ¿Qué me dicen? —preguntó Reo.

—Bueno... Si nosotros somos el equipo V... Eso quiere decir que habrán jugadores más fuertes más adelante.

Escuchar eso del chico, hizo que Reo se motivara.

—Eso me parece bien. Suena divertido —dijo, sonriendo perspicazmente hacia el chico

Nagi, al oír eso, suspiró. Él solo quería darse prisa y perder si era posible. Así podría volver a casa y jugar algunos videojuegos.

—Creo que nuestros oponentes podrían ser dignos adversarios —comentó Zantetsu, y rápidamente volteó para ver a los demás—. ¿Lo he dicho bien?

—Ni por asomo —dijeron tres al unísono.

—Idiota —dijo Reo.

<<Es rivales. Tus adversarios son prácticamente tus oponentes.>>, corrigió Reo.

El enorme televisor en medio de la sala se prendió de pronto, y todos se volvieron a verlo al ver a Ego.

—Bien, bien, bien. Hola, diamantes en bruto. Acaba de empezar el partido entre el equipo X y Z, y dentro de poco comenzará el encuentro entre el equipo V e Y —anunció Ego, mirando fijamente a cada delantero del cuarto—. ¿Qué será?, ¿Mi propio gol o la victoria del equipo? La primera ronda determinará sus destinos como delanteros. Está es la batalla para construir su equipo desde cero. Buena suerte.

Con ese mensaje finalizado, la pantalla se volvió a apagar y Nagi, algo cansado, suspiró resignado.


Luego de un rato, el equipo V y el equipo Y se reunieron a su encuentro para que de comienzo a su partido, portando los colores de su uniforme; el Y el rojo y el V el negro. Y, entre los participantes del equipo contrario, un chico llamado Niko Ikki, se encontraba mirando a sus oponentes, pensando qué podría esperar de ellos en ese partido que decidiría su futuro como delantero.

Reo, por otro lado, al ver al equipo contrario, se sintió muy motivado.

—Muy bien, hagamos esto, Nagi.

—Oye, Reo, ¿No puedo jugar de portero? —preguntó Nagi.

—No —respondió Reo, entrecerrando los ojos—. Deja de ser un vago y marca goles.

—Oookey —dijo tranquilo y sin mucho ánimo, aunque en el fondo le habría gustado que Reo le hubiera dicho que sí. Por eso, ni bien él comenzó con el primer pase a Reo, pensó en cómo poder escaquearse.

<<Aquí vamos.>>, pensó Reo, recibiendo el pase de Nagi. <<Es momento de mostrar al mundo lo que Mikage Reo puede hacer. Me pregunto, ¿Qué tipo de estrategia tendrá el equipo Y contra nosotros? Ellos podrían jugar un 4-4-2 o un 3-4-3. Aunque, da igual su formación. Los destrozaré.>>, pensó Reo, seguro de sí mismo. Pero, entonces, alzó la mirada y se extrañó al ver como siete jugadores del equipo Y iban corriendo hacia él.

<<¿Qué demonios?, ¿Todos cambiaron su formación a la vez?>>, se preguntó Reo, pero no le dio tiempo de pensar. Alguien se acercó por detrás de él en su punto ciego, y le robó el balón. Reo quedo impactado al ver que se trataba de un chico de su propio equipo.

—Yo tomaré esto —dijo el chico.

—¿¡Qué estás haciendo!?, ¡Somos del mismo equipo!

—El máximo anotador sobrevive pase lo que pase —dijo el chico, ensanchando una sonrisa—. Así que me da igual que el equipo gane. ¡Soy el delantero más fuerte! —vociferó el chico y salió corriendo con el balón, solo para ser interceptado por otros dos chicos del equipo V.

—¡Sueña con eso, es mío! —gritó uno, yendo por el balón.

—¡No, es mío! —corrigió el otro chico.

<<Esto es malo. ¡Mierda!, ¿¡Qué voy a hacer!? Ahora entiendo por qué Ego implementó la regla número dos en la segunda selección.>>, pensó Reo, algo alarmado. <<Haciendo que todo el mundo se centre en meter su propio gol, a conseguido que nos olvidemos de posiciones o del trabajo en equipo, enfrentando nuestros egos. Está probando quién de nosotros es más fuerte de manera individual.>>

Reo corrió para recuperar el balón, pero, pese a la situación, no pudo evitar sonreír con entusiasmo.

<<Mierda... ese tipo es muy retorcido.>>, pensó Reo, refiriéndose a Ego.

—No puedo creer que Blue Lock sea así de divertido —dijo.

El balón fue pateado por un miembro del equipo contrario y este pasó entre las piernas de un miembro del equipo V. El balón estaba libre, pero fue entonces que Niko aprovechó la oportunidad para robarlo. 

—Gracias por el balón —dijo Niko, sarcásticamente—. Yo odio involucrarme en una pelea mano a mano tan vulgar.

<<Este chico... Entendió la situación al instante y se ha posicionado lejos de la multitud para atrapar los balones perdidos.>>, pensó Reo, sorprendido, viendo a Niko. <<Este chico flequilludo... es bueno, pero... yo soy mejor>>.

Presuroso, Reo se arrastró por el suelo y le quitó el balón. Este se sorprendió y Reo, sarcásticamente se dirigió a él.

—¡Ja!, ¡Gracias por el balón!

—Lo mismo digo —dijo Zantetsu y, como si fuera un rayo, se movió presuroso a quitarle el balón a Reo, empujándolo un poco de su hombro en el proceso.

Reo se sorprendió.

—¿Qu-...? Maldito... ¡Idiota, Zantetsu! —gritó Reo.

—¿Todavía vas a seguir llamándome así, Mikage Reo? —inquirió Zantetsu y, sin esperar respuesta, lo miró con el ceño fruncido y salió corriendo con su explosividad, creando una distancia considerable con Reo, quien notó que sería incapaz de alcanzarlo.

<<Mierda... este chico... Es ridículamente rápido.>>, maldijo Reo. 

—¡Yo no soy un idiota! —gritó Zantetsu y chutó el balón hacia la escuadra derecha de la red, marcando así el primer gol para el equipo V contra el equipo Y.

El marcador mostró la diferencia del puntaje entre ambos equipos y, con solo ver como el marcador le ponía un "1" al equipo V, los miembros del equipo Y comenzaron a quejarse de su portero y a insultarlo, y este, para defenderse, sostuvo que él era un delantero y que solo juega de portero porque perdió en el piedra, papel y tijeras.

Ante la alarmante y estresante situación, Niko miró impresionado y jadeante la posición en la que su vida se encontraba en esos momentos.

—Bien, es hora de poner la pose de un genio —dijo Zantetsu, agachándose un poco mientras se acomodaba las gafas.

Reo solo ahogó una risa en respuesta, pero no pudo ocultar su gran sonrisa.

—Maldita sea, te arrepentirás de esto, estúpido Zantetsu —dijo, sin quitar la sonrisa—. ¿Con quién demonios piensas que te estás metiendo?

—Tu eres el sabelotodo, ¿verdad? —respondió Zantetsu.

—¡Di lo que quieras, yo marcaré el siguiente! —espetó Reo.

—Eres como una polilla volando por el aire.

Reo gruñó harto.

—¡Se dice "por las llamas", estúpido insecto! —gritó Reo.

La discusión entre ambos prosiguió, y Nagi solo pudo quedarse viendo a esos sin mostrar expresión alguna, hasta que se dió cuenta de que podía aprovecharse de que Reo estaba distraído.

Nagi se acercó al portero y le picó el hombro para llamar su atención. El chico volteó confundido.

—Oye, tu quieres meter goles, ¿verdad? —preguntó Nagi—. Yo quiero jugar de portero, ¿Hacemos un cambio de lugares?

El chico se sorprendió con su petición, porque todos querían jugar y ser el máximo anotador, y como todo egoísta... no podía negarse a tan tentadora y gran oportunidad.

El partido prosiguió, siendo Okawa el que dio el primer pase, y, al igual que ocurrió en la primera ronda, todos se abalanzaron al balón como como lobos hambrientos, ansiosos de saciar un voraz apetito que solo podía ser cesado con goles.

<<Esto es inevitable. No hay ningún punto para intentar parar este caos.>>, pensó Reo, robando el balón. <<Bien, entonces, todo lo que debo de hacer es aprovecharme de la basura, superar a todos y marcar un gol yo mismo>>. Y mientras pensaba, ejecutó con destreza el plan que había trazado en su cabeza, esquivando a cada jugador que se le ponía enfrente, incluidos miembros de su equipo. Pero justo cuando creía haber superado a todos, apareció a su lado, por su punto ciego, Niko.

—Tú eres realmente hábil —dijo Niko—. Y tienes un balance increíble entre tus habilidades físicas y técnicas.

Reo se volvió a verlo y Niko no dudo en tratar de bloquear su paso, chocando su hombro contra el suyo para desequilibrarlo y lograr quitarle el balón.

—Pero tú no eres más que un santurrón de élite. 

Eso enfadó a Reo.

—¿Ah? Tú no sabes nada de mí.

—Yo solo digo lo que veo.

Reo y Niko siguieron forcejeando, pero, como si no fuera poco, Zantetsu se apareció junto a Reo.

—Disculpen que interrumpa está preciosa cita —dijo Zantetsu, tratando de alcanzarlo, y se volvió a Reo—. ¿Lo he dicho bien está vez? Lo siento por interrumpir.

—Si, está vez sí, pero estás en el camino —respondió Niko, forcejeando contra Reo.

Reo, cansado de esto, trazó un plan y se preparó para jugar contra ambos.

—¡Los dos están en mi camino! —corrigió Reo—. ¡Así que discúlpense conmigo, idiotas!

Acto seguido, Reo frenó de golpe, retrocediendo el balón para que deje de avanzar, y, a consecuencia de esto, provocó que, por inercia, Zantetsu y Niko chocarán sus cabezas estrepitosamente.

—¡No soy simplemente un santurrón! —gritó Reo, y chutó el balón con todas sus fuerzas.

 El disparo realizado por Reo dejó al portero del equipo Y inmóvil e incapaz de reaccionar a tiempo. Fue así, como Reo marcó el segundo gol para el equipo V.

—¡Yo soy de la super élite, Mikage Reo!, ¡Recuerden eso de a partir de ahora campesinos!

Mientras Reo alardeaba, Zantetsu intentaba descifrar lo que él había dicho, aún adolorido por el golpe en su cabeza. Caso contrario a Niko, quien, a pesar de haber recibido el  mismo golpe, no podía hacer más que quedarse anonadado y sorprendido, pero, sobre todo, con algo de miedo.

Niko había reconocido que Zantetsu era muy rápido y que Reo, el santurrón de élite, tenía estadísticas de habilidades muy completas. Ante eso, solo pudo meditar y seguir sorprendido de las capacidades y talentos que tenían los otros delanteros invitados a Blue Lock. Con eso, se dio cuenta de que el fútbol que estaba jugando no serviría y que tanto Zantetsu como Reo estaban a otro nivel.

—¡Espero lo hayas entendido ahora, estúpido Zantetsu! —dijo Reo, señalando a Zantetsu esbozando una sonrisa altanera—. ¡En este equipo yo soy el jugador más fuerte! 

No obstante, mientras Reo alardeaba, Zantetsu lo ignoraba al tratar de descifrar lo que Reo había dicho antes, hasta que despertó y respondió en base a lo poco que había escuchado de él.

—Todavía queda mucho partido, santurrón.

Reo solo sonrío.

—Los idiotas no saben como rendirse.

El partido continuó y por más que Niko trató de oponerse a que marcarán más goles, no podía. Al final, el partido parecía de tratarse de un uno contra uno, pues Reo y Zantetsu lo habían vuelto una competencia de quién anotaba más goles. Reo le otorgó el tercer punto al equipo y Zantetsu el cuarto, y a poco de que terminé el partido, el equipo Y se veía agotado e incapaz de detenerlos. Ahí Niko entendió qué se refería Ego sobre transformar el cero a uno, mientras miraba impresionado como Reo y Zantetsu se peleaban por el control del balón.

Ahora mismo, era imposible para Niko robar el balón contra esos dos, y pensó que lo único que le quedaba de su energía podría servirle para pararles, usando sus ojos y su cerebro. Él quería destrozar a esos dos jugadores de élite. Pero, mientras se encontraba expectante, Reo marcó el gol del cinco a cero.

Reo agotado, se dirigió a Zantetsu entre jadeos.

 —¡Ja! He hecho un "hat trick", ¡Yo gano!, ¿Estás satisfecho con eso, estúpido Zantetsu?

—El partido aún no ha terminado —espetó Zantetsu, jadeando también—. Aun tenemos unas cosas que resolver.

—Déjame en paz, no tengo por qué perder el tiempo contigo. Debo poner a jugar con Nagi —dijo Reo y se volvió a buscar a Nagi—. ¡Oye, Nagi!, ¿Qu-...?

Reo quedó sin palabras, pues ni siquiera se había dado cuenta de lo que él estaba haciendo. Nagi se encontraba recostado sobre la red, colgando en el aire para tomar un descanso.

—Woow... es casi como tumbarse en una hamaca... —dijo Nagi, relajándose—. Se siente muy bien. 

—¡Nagi!, ¿¡Por qué estas tumbado en la red de la portería!? —gritó Reo—. ¿¡Y desde cuando eres el portero!?

Nagi miró a Reo.

— Nosotros vamos ganando el juego de todos modos, ¿verdad? —dijo Nagi, tranquilo—. Felicidades, Reo.

Reo suspiró cansado.

—Demonios, tienes que estar bromeando.

<<Esto no tendrá sentido si soy el único que marca goles.>>, pensó Reo. <<Si avanzamos a la siguiente fase, habrá probabilidades de que Nagi sea expulsado si no mejora y muestra lo que vale.>>

Inevitablemente, en su cabeza, pensó en como Ego le diría a Nagi "Fuck off", y eso lo hizo ponerse a pensar rápido.

<<Tengo que pensar en una manera para motivarlo.>>, y entre tantas ideas, recordó la lista de objetos que podrían obtener si intercambiaban goles. <<Eso es...>>

Reo se acercó a Nagi y se apresuró en poner su idea en acción.

—¡Oye, Nagi!, tu quieres tu celular de vuelta, ¿verdad?

—¿Mh? —Nagi alzó la cabeza de inmediato para ver a Reo—. Por supuesto, quiero jugar videojuegos.

—¡Entonces marca tres goles! —dijo Reo, sonriéndole—. Si lo haces, podrás podrás usar los puntos de tus goles para intercambiarlos y así tener tu celular de vuelta.

—Oh, ¿de verdad? En ese caso, por favor, Reo, ¿me dejas usar tus tres goles para intercambiarlos por mi celular? —preguntó Nagi, mostrándose tranquilo, como si no hubiera ningún problema en eso, pero para Reo si lo había, y lo demostró haciendo una cara de horror y sorpresa. Esos goles le había costado mucho obtenerlos.

—¡Absolutamente no! —espetó horrorizado y sorprendido por la pereza de Nagi—. ¡Si tanto quieres tu celular de vuelta consíguelos tú!, ¿¡Dónde está tu ego!?

Nagi  meditó un poco, mirando hacia arriba, y, al ver que no tenía otra alternativa suspiro, levantándose de la hamaca mientras estiraba sus brazos y el resto de su cuerpo.

—Todas esas cosas sobre el ego son muy molestas... Pero quiero jugar videojuegos... —Nagi se reincorporó—. Oye, Reo, ¿Puedo volver a descansar luego de marcar tres goles?

Reo lo pensó un poco y sonrió.

—Está bien, te lo permitiré.

—Bien, lo haré.

Y es así como volvió a reiniciarse el partido, donde Nagi, aun siendo portero, se lanzó al ataque.

El equipo Y se dio cuenta de eso y entre sí se dijeron que ese sería el momento perfecto para pasar el balón. Sin embargo, Okawa, quién volvió a ser quien empiece el partido, le cerró la boca y aseguró que él mismo sería capaz de ganarles.

Okawa se aproximó en un uno contra uno contra Reo.

—¡Ven aquí, estúpido super elitista!

—Tienes un gran ego ahí dentro, eh —contestó Reo, e intentó quitarle el pelota, pero Okawa la escondió para cambiar en dirección y superarle. No obstante, Reo fue más rápido y leyó la jugada, anticipándose. Así, Reo terminó robando el balón.

Reo salió corriendo y, entre los jugadores, que estaban concentrados en él, vio como Nagi iba corriendo a toda prisa.

—Teléfono... juegos... solo tres goles... —musitó Nagi, atento a Reo.

—Eso es, Nagi —dijo Reo.

<<¡Yo haré todo el trabajo y ayudaré a convertir este cero en uno!>>, pensó Reo, determinado, y pateó el balón hacia Nagi. <<¡Y tu convertirás ese uno en un cien! Así nos convertiremos en los mejores del mundo. Te dejo el resto, genio.>>

—Ahí viene... —dijo Nagi, viendo como el balón se aproximaba a él.

Desgraciadamente, no todo iba a ser tan fácil. Zantetsu y Niko se aparecieron, encerrando a Nagi en el medio.

—¡No te lo permitiré! —dijo Niko.

—¡Lo alcanzaré! —dijo Zantetsu.

Nagi estaba rodeado, y Reo se mostró preocupado de que él no pueda liberarse de ellos él solo.

<<Nagi...>>, pensó y se apresuró a ayudarlo. Sin embargo, pese a la apretada situación del albino, este solo pensaba en una cosa, que solo hacía brillar sus hermosos ojos grises azulados a causa de su ego.

—Videojuegos....

Nagi pisó y se volvió hacia atrás, recibiendo el balón contra su pecho, para sorpresa de Zantetsu y Niko.

—Solo... tres goles... —dijo Nagi.

Por un momento Niko y Zantetsu creyeron que Nagi se había rendido, dado que ahora estaba de espaldas a la portería, pero no era así.

—Bien... lo tengo —dijo Niko.

—¿Te asustaste y te acobardaste, vago perezoso? —inquirió Zantetsu.

Pero Nagi, solo se mantuvo en su mundo, tranquilo e impasible, sin prestarle atención a nadie.

—Príncipe de las hamacas... —dijo Nagi, mirando atentamente el balón, y, al tenerlo delante de él, chutó de espaldas con la pierna derecha, haciendo una patada de bicicleta (o una chilena) perfecta, que mando al balón a volar sobre su cabeza.

Niko quedó impactado, viendo como el balón se dirigía a la portería. Y así se marcó el sexto gol para el equipo V.

—¡Ultra genio! —gritó Reo, yendo a celebrar el gol con Nagi—. ¡Así se hace, Nagi! —celebró Reo, ayudando a Nagi a levantarse—. ¡Ahora solo te quedan dos goles más por marcar! 

—¿Uh?, ¿No puedo tomar un descanso en la hamaca de nuevo? —preguntó Nagi.

—No, ahora arriba y vamos.

Mientras ellos seguían hablando, Niko cayó de rodillas. Pese a conocer de fútbol, se sentía completamente fuera de lugar al ver como es que había monstruos como Nagi que se encontraban afuera. Solo pudo pensar, frustrado, en que Dios era injusto. No podía creer como es que tenía reflejos increíbles y una intuición innata al crear ese tipo de jugadas al instante. Estaba desesperado.

Ese era el "ultra genio". Era cruel e injusto, pero ese era Seishiro Nagi, el egoísta holgazán. 

—Videojuegos... —dijo Nagi, pensando en obtener su celular mientras Reo palmeaba su hombro para motivarlo. Pero para Nagi, mirar alzar dos de sus dedos , fue más que suficiente—. Solo dos más.





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