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𝑫𝒆𝒕𝒓𝒂́𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒊

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《7:15 P;M》

Mi respiración se atascó y detuve mi andar de inmediato. Algo estaba detrás de mi, podía sentirlo, cada vez más y más cerca.

Mi manzana de Adán se balanceo de arriba abajo al pasar saliva; por más que quisiera no me atrevía a ver atrás, simplemente mi cuerpo se sentía paralizado.

Mi corazón latía desbocado y las palmas de mis manos habían comenzado. A sudar; el pasillo estaba completamente vacío, o al menos eso pensaba hasta que escuché aquellas pisadas.

No es la primera vez que esto ocurre, llevo alrededor de tres meses en este colegio y siento que me he vuelto completamente loco. Desde el comienzo empezaron a suceder cosas extrañas y sin explicación alguna.

Al inicio mis cosas desaparecían y luego regresaban a su lugar como si nada hubiese pasado. En aquel momento creí fielmente que mis compañeros de clase me estaban jugando algún tipo de broma pesada, pero con el tiempo me di cuenta que esa no era la razón.

Recuerdo a la perfección un día en el cual me encontraba completamente solo en la biblioteca, tenía un proyecto por entregar y decidí quedarme hasta las diez de la noche allí. Por desgracia esa no fue la mejor decisión que tome; me encontraba sentando, leyendo un aburrido libro de historia. Cuando de repente un libro cayó con fuerza al suelo, luego le siguió otro y otro.

Segundos después una risa de un chico hizo eco en el lugar. En ese momento no pensé en nada y únicamente tomé mis cosas y salí corriendo.

Me encantaría decir que esa fue la única vez que sucedió algo en este lugar, pero eso no sería verdad. A mis compañeros también les han pasado cosas raras, un amigo me contó ayer que en el baño escucho a alguien llorar; le preguntó aquella persona que sucedía. Él no obtuvo respuesta alguna, comenzó a revisar cada cubículo notando que no había nadie más que él allí.

Nadie sabe que sucede en este lugar, algunos dicen que el colegio esta maldito. Según, antes de construir este edificio había una casa habitada por tres personas, los vecinos relatan que cada día a las tres de la mañana escuchaban fuertes gritos, hasta que un viernes trece estos llegaron a su fin. Se dice que un hombre hacia rituales con su esposa e hijo a esa hora, los torturaba y realizaba prácticas inhumanas. Hasta que finalmente acabó con la vida de ambos.

Otros tantos afirman que en este colegio murió un chico. Hace catorce años aproximadamente había una gran piscina en la parte trasera de la institución. Esta no constaba con ningún tipo de seguridad o vigilancia; el chico que aparentemente falleció tenía quince años. Los rumores dicen que al chico lo empujaron a la piscina sin saber nadar y allí lo dejaron hasta que perdió la vida; no se que tan cierto sea todo esto, no he averiguado a profundidad este tema. Realmente no quiero atraer más cosas a mi y se que si descubro algo me voy a enloquecer.

Le he rogado a mi madre millones de veces que me saque de este horrible lugar pero ella se niega, alegando que este es mi último año escolar y debo terminarlo sin peros.

Eso me tiene frustrado, no llevo demasiado tiempo aquí y ya siento que voy a perder la cabeza en cualquier momento.

—¿Quien esta ahí? — hable finalmente. — Deja de seguirme — mi voz se torno temblorosa y algo inestable. Estaba muerto de miedo.

Mi voz resonó en las paredes, luego el silencio reino en el lugar. Hoy tuve un par de actividades extracurriculares y por ende permanecí más tiempo del necesario aquí. Debo recordar nunca quedarme de noche, es cuando más cosas suceden.

Tragué grueso y apreté mis manos en puño provocando que mis nudillos se tornaran de color blanco por la fuerza que ejercía.

—Deja de seguirme y molestarme —muy en el fondo tenía la esperanza de que fuera alguno de mis compañeros queriendo acosarme. No era una gran alternativa, pero al menos tendría la certeza de que nada paranormal estaba detrás de mi.

Al no obtener ninguna respuesta u reacción retome el paso. Mis pies se movían de forma rápida, prácticamente estaba corriendo para salir de ese pasillo. En momentos como este pareciera que este lugar es infinito; ya que a pesar de que me muevo rápido siento que no avanzó en lo absoluto.

Nuevamente el sonido de las pisadas hizo eco en el lugar, esta vez no me detuve y comencé a correr sin importarme que alguien pensara que estoy loco.

¡Dios! en momentos como estos es cuando extraño la multitud y el tumulto de estudiantes que hay en el día. A esta hora escasamente están algunos trabajadores y uno que otro estudiante Pero por mucho hay cinco o diez personas esparcidas por toda la institución.

Acelere el paso y doble una esquina con rapidez. Estoy cerca de la puerta; cuando este fuera lo primero que haré es ir algún lugar con personas vivas y luego pedir un taxi.

Pare en seco inmediatamente cuando un chico bajito y con el cabello rosa salió de uno de los salones distraído, por poco y choco con él. Le habría arruinado por completo aquella maqueta de la selva que traía en las manos.

—l-lo siento —Jadeé por aire. Correr como loco me había dejado agotado.

—No te preocupes —rio—. Venías a toda velocidad, acomodó la maqueta mejor mejor observó al muchacho que casi lo derriba— ¿Por qué tanta prisa si se puede saber? —giro su cuerpo y comenzó a caminar despacio, dándole la espalda a Jeon.

—Mm, estaba solo en la pasillo y de repente comencé a escuchar pasos tras de mi —nuevamente retome mi caminata haciéndome a su lado. Era un chico muy bajito, nunca antes lo había visto. Tal vez sea nuevo—. ¿Eres nuevo por aquí? —murmure con curiosidad, ahora me sentía un poco más tranquilo. Ya habían dejado de sonar esos pasos.

—Si, de hecho llegué hace dos días —Sonrió y observó de lado al chico— ¿Cómo te llamas?

—Oh, te diría que bienvenido pero este lugar es horrible —rasque mi nuca ligeramente—. Soy Jeon Jungkook, ¿Y tu?

—¿Ah? ¿Por qué dices esas cosas? —Sus cejas se juntaron en signo de confusión—. Soy Jimin, Park Jimin —hizo una pequeña reverencia cuidando que nada se le fuera a caer.

—Este colegio está maldito, o bueno embrujado no lo sé  —dije nervioso e imite su gesto regresandole la reverencia.

—Oh, —Soltó una suave risa— Si me han dicho, algunos hablan mucho de eso —Aclaró su garganta y giró su rostro para atrás— Tú...¿Crees que sea verdad? —preguntó acelerando ligeramente el paso.

—Estoy seguro de ello, me han sucedido muchas cosas extrañas aquí. —llevé una de mis manos hasta mi cabeza y rasque mi nuca con suavidad— ¿No te ha sucedido nada raro aquí? Muchas personas también me cuentan  que a diario los espantan

El más bajó negó al comienzo pero segundos después asintió rápidamente. No estaba del todo seguro de lo que ocurría en aquel sitió, solo tenía tenía certeza de que algo había sucedido. Algo horrible en lo cual no quería pensar.

—No se como describir lo que ha pasado estos días —hizo una mueca—, no llevo mucho tiempo aquí, pensaba que solo eran simples  coincidencias o fallas técnicas

Al llegar a la puerta de salida me recosté en el marco y cruce mis brazos sobre mi pecho.

—¿Que cosas te han sucedido? —Cuestione con curiosidad. Casi todos los estudiantes afirman tener experiencias paranormales o vivir sucesos extraños y sin explicación alguna. Sin embargo la gran mayoría suele mentir para llamar la atención, ya que gran parte de las veces aquellas cosas extrañas suceden en la noche; muy pocos han tenido la valentía de pasar una noche aquí solos, de hecho nadie se atreve hacerlo.

—Si te soy completamente sincero han sido muy pocas cosas —Susurró con vergüenza— el primer día escuche algo, parecía una voz... —Respiro profundo. El recordar eso lo hacía sentir tenso— parecía ser una mujer, no comprendía lo que decía; eran suaves murmullos. Se sentían tan cerca  que podría jurar que estaba justo detrás de mi, ocurrió en el gimnasio. Eran casi las siete cuando sucedió

—también me ha pasado eso, a diferencia tuya yo he escuchado a un chico —observé nuevamente el desolado pasillo—, siempre me pide ayuda —los vellos de mi piel se erizaron con tan solo recordar.

—¡Dios! Esto es realmente espeluznante. —dio un paso lejos de la institución— d-debo irme, si continuó aquí creo que me haré pipí —Soltó una risita avergonzado. Comenzaba a sentirse muy asustado—. Nos vemos otro día Jungkook —una tierna sonrisa se instalo en su rostro.

—Creo que me pasara lo mismo —Reí y saque mi chaqueta de color negro, cerré la mochila y nuevamente la colgué sobre mi hombro derecho. De repente hacía mucho frío—. Hasta mañana Jimin  —Sacudí mi mano de lado a lado en forma de despedida.

—Adiós —murmuró una última vez y sin más que decir dio media vuelta y comenzó a caminar rápidamente en dirección a su hogar.

Adiós...—dije de igual forma y antes de volver a caminar observé nuevamente el colegio. Al fondo del pasillo pude ver algo, la silueta de un chico.

Aparte la mirada inmediatamente y comencé a caminar. Bueno, más bien a correr hasta la parada del autobús.

                                      {...}

Mis ojos se mantenían fijos en el pizarrón lleno de números y ecuaciones que realmente no comprendía. Siempre he detestado con todo mi corazón las matemáticas, no entiendo nada y cuando intento resolver algún problema terminó por enredarme aún más.

Solté un fuerte suspiro y me recline para atrás en mi silla. Por más que intentaba darle sentido a esos ejercicios nada cuadraba. Me encontraba realmente frustrado hasta que escuché una voz.

Al comienzo me espante y di un brinco del susto. Por un momento pensé que nuevamente había escuchado al chico fantasma pero únicamente se trataba de Jimin. Aquel chico que conocí una semana atrás y el cual no había visto en todos estos días.

—El director mandó a decir que deben salir de las aulas, harán una fumigacion...—murmuró con un leve sonrojo.

Kook era el único que se encontraba en ese momento en aquel salón. Estaba atrasado en esa materia y su maestro le ordenó terminar aquello ejercicios para poder irse.

—¿Fumigar?...Pero son casi las siete — lo mire sin comprender—, dudo que queden muchas personas, ¿no lo crees?

El menor soltó una suave risita y se adentro al aula. Tomo asiento frente a kook observándolo fijamente.

—Bueno, me atrapaste. Simplemente era un pretexto para hablar contigo

Jimin era un chico muy lindo. Su piel era muy blanca, su cabello de color rosa, tenía gruesos labios y lindas mejillas regordetas.

Justo ahora me pregunto en qué salón está, nunca me lo he topado por los pasillos y mucho menos lo veo en el almuerzo.

—¿Por qué querías hablas conmigo? —pregunté y comencé a recoger mis cuadernos.

—Mm, desde que entré al colegio has sido el único chico amigable conmigo —sus ojitos brillaron con tristeza.

—¿Alguien te molesto?...—murmure con notable preocupación. Sabía a la perfección que se sentía ser rechazado— Puedes decírmelo, prometo ayudarte. Le diré al director

El de cabellos rosa negó asustado y se levantó rápidamente del su silla.

—No, no. Eso no es necesario —movió sus manos negando—. Podemos pasar el rato como la noche anterior —trago grueso—, v-vamos al sótano de la biblioteca

Al escucharlo negué de inmediato. Ese lugar era muy tenebroso; no quiero ni imaginar que cosas podrían pasarnos allí abajo.

—No, mejor vamos a alguna cafetería —me levanté de mi asiento y comencé a caminar a la salida.

—¿Tanto miedo te da ver algo? — cuestionó el más bajo—. Sabes que los fantasmas no te harán nada, ¿verdad? Deberías tener miedo de las personas vivas, la mayoría son las peores

Giré mi rostro para observarlo. Tenía razón, ellos no podían hacerme nada. Ni siquiera los podía ver. Bueno, eso último era falso. Si que los podía ver y con mucha claridad.

—Eso es verdad, pero aún así me dan miedo —Reí.

—No deberías sentir miedo —soltó una risita y corrió hasta llegar al lado del mayor. Tímidamente bajo una de sus pequeñas manos y tomó de la kook.

—¡Joder! estas helado —aparte su mano.

—Ups —volvió a tomar su mano—. Siempre tengo frío —miró al mayor—. ¿Te molesta? —susurro observando sus manos juntas.

A otra persona le diría inmediatamente que si, pero se sentía a gusto con Jimin. Sentía que lo conocía desde hace mucho; aparte de ese pequeño detalle, él era muy bonito. Sus mejillas regordetas y lindos ojos le gustaban.

—No me molesta —solté con voz suave y una mirada profunda.

Los ojos de Jimin nuevamente brillaron, pero en esta ocasión no por la tristeza. De hecho se sentía muy contento por primera vez desde que estaba en aquel colegio.

Al fin había encontrado a una persona con la cual llevarse bien en ese infierno.

—Mañana debo quedarme hasta tardé aquí, me preguntaba si podrías acompañarme —su dedo acarició con suavidad la tersa piel de la mano de kook. Él era realmente cálido.

—Oh, ¿por qué? —me detuve justo en la salida.

—Me castigaron por pelear con un chico que tiro de mi cabello, me enoje tanto que le tire toda mi comida encima —bajo la mirada. Estar en ese colegio realmente no le estaba trayendo nada bueno—, así que me dieron la tarea de terminar de pintar unas piezas de madera para una obra...¿S-si puedes? Me asusta que alguien malo entre y me haga daño.

Al decir lo último su voz tembló ligeramente. Esa idea le hacía poner los pelos de punta.

Jeon luego de pensarlo por unos segundos dejo escapar ligeramente el aire y asintió. Si esta acompañado tal vez nada lo asuste; o puede que resulte ser todo lo contrario y salgan peor las cosas. De todos modos correría el riesgo,  no podría dejar a ese tierno chico solo en el colegio.

—Claro, cuenta conmigo —sonreí amable—. Ahora andado por ese café

—Oh, sobre eso —tiro de la chaqueta de su hyung—. No me gusta estar en ese tipo de lugares, prefiero sentarme en un parque y ver el cielo —al sonreír sus ojos se convirtieron en dos bellas líneas.

¿Cómo decir que no?, era imposible. Así que tan solo asintió y ambos retomaron su camino. Minutos más tardé se encontraban caminando por la solitaria plaza de busán con un café humeante en las manos. Bueno al menos kook, ya que Jimin le dijo que no lo bebería por completo y era mejor que le compartiera del suyo.

Al sentarse en una banca ambos se observaron por unos segundos y una tonta sonrisa se apoderó de sus rostros.

—Hagamos una apuesta —susurro el peli rosa.

—¿Sobre qué? —estire mi mano para entregarle el vaso.

—Si permaneces toda la noche conmigo en el colegio te daré un beso —sus mejillas se pintaron de un rojo carmín— Y S-si te vas no me volverás a ver nunca...

Kook permaneció un momento sin decir nada y luego con una sonrisa de oreja a oreja murmuró.

—Trato hecho....

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Atte:Roxyuwu

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