Cuando regresa a casa lo primero que nota es el televisor encendido y a Mitsuri acostada abrazando en forma de protección a un Tojuro con rastros de lágrimas.

Se sintió una mierda. No debió salir de esa forma. No podía evitar recordar las tantas veces que Kyojuro le decía que no amaba a Tanjiro, que solo lo veía como la madre de su hijo más no su pareja o el amor de su vida. Y esas veces en las que Akaza quería y anhelaba con todo su ser gritarle al rubio que él era el amor de su vida.

Pero simplemente no podía y solo lo escuchó, le aconsejó que fueran a terapia de pareja y dejó que el tiempo pasará y pasará. Ahora debido a eso ya no hay vuelta atrás y lo único que quedaba de Kyojuro era su hijo.

No debería culparse...no era el momento.

— Tío Akaza — Escuchó al menor decir su nombre. Alzó la vista notando al rubio parado frente a él con su búho de felpa  en su manita izquierda.

— Tojuro son las tres de la mañana. ¿Por qué no has dormido?—

El menor con pasos sigilosos y tratando de no despertar a la mujer se acerca al pelirosa.

— Estaba preocupado de que también me dejarás como mis papás.

Eso fue suficiente para Akaza.

Al día siguiente mitsuri despertó con temor al no encontrar al menor en sus brazos, subió a la habitación de huéspedes encontrando al pelirosa con el niño abrazados y acurrucados. Sonrió enternecida al ver la escena, su celular vibró y poco a poco los ojos de Akaza se abrieron.

— ¿Mitsuri?—

La fémina apagó su celular y le hizo una seña a Soyama de que lo siguiera. Akaza lentamente abandonaba la cama cuidando de no despertar al pequeño y salió de la habitación cerrándola detrás de él. Ambos adultos llegaron a la cocina donde Mitsuri le entregó al pelirosa una taza de café humeante.

— ¿Estas bien?— Le primera pregunta fue lanzada. Akaza sopla un poco de su café y asiente.

— Estoy bien.

Kanroji niega y suspira. Conoce lo suficiente al menor para saber que no todo estaba bien y que definitivamente él no estaba bien. Pero era algo que ella aunque quisiera, no podía cambiar. Hubo un tiempo en que quiso intentar convencer a Akaza de tratarlo sin embargo, Soyama se negaba rotundamente y su excusa fue el hecho de que fueran amigos. La fémina no culpa la negación de Akaza pues si desde un principio hubiera tenido un trato mejor con los psicólogos el futuro de Akaza sería muy diferente.

— Si tú lo dices. Quería que habláramos en privado para decirte tres cosas; la primera, que no puedes dejar a Tojuro cuando estes teniendo un ataque de ansiedad, es peligroso para el niño y le estarás dando más traumas. La segunda, tienes que dejar ese vicio urgentemente Akaza. — Mitsuri vio tensar la mandíbula del adulto pero continuó — y la tercera, Tojuro por lo menos tiene que ver a Tanjiro dos veces por semana.

Esto último sacudió todo el interior de Akaza.

— ¿Qué? ¿Estas de joda?—

Kanroji frunció el ceño y negó. Camino al sillón y agarró sus cosas.

— Sigue siendo su madre Akaza, no puedes negarte a una petición del juez — De su portafolio saco una hoja de papel y se la entregó. — Iba a hablar contigo de eso ayer pero te fuiste.

— ¿Estas de acuerdo que no está Tanjiro en mejores condiciones para ver a su hijo?— Refutó.

— Como te lo dije, sigue siendo su madre. Debes respetar eso, ademas, es una petición del propio juez sino lo sigues al pie de la letra la custodia de Tojuro pasará a alguien más y dudo que quieras que pase por lo mismo que tú y Hakuji.

Akaza suspiró y negó.

— No quiero.

— Entonces, por favor, lleva a Tojuro con su madre y también quiero que lo lleves a las sesiones. Son tres sesiones por semana a las seis de la tarde, ah, y consigue un lugar mucho mejor que este. No es un lugar para un niño.

— Es mi departamento. No puedo abandonarlo, con mi sueldo pague hasta el último centavo.

— ¿Hace cuanto que no visitas al pobre Keizo?— Pregunta Mitsuri, el semblante de Akaza se contrae un poco.

— Como dos años, supongo.

— Creo que deberías empezar por ahí. En fin, me tengo que ir tengo una cita con Obanai. — Sonrió y depositó un beso en la frente del pelirosa.

— ¿En serio? ¿Con el emo? Me caía mejor Gabriel era mejor el.

— Lo que tú digas papá. — La mujer rodó los ojos divertida y salió del departamento del menor.

•———•

Jamás había visitado un psiquiátrico, nunca tuvo la oportunidad y sinceramente le causaba escalofríos porque no era nada comparado como en un hospital, de hecho, preferiría mejor el hospital mil veces. Pero si tenía que soportar el hecho de llevar a un niño a semejante edificio de cinco pisos solo para ver a su madre lo aceptaría, porque ni loco dejaría a Tojuro solo. Fue difícil convencer al menor de llevarlo con su madre, pero después de que Mitsuri hablara con él pudieron irse, si por Akaza fuera él estaría de acuerdo con Tojuro de no ir. Llegaron a la entrada del edificio donde los recibieron dos doctores con cuatro enfermeras.

Akaza sintió escalofríos pero no tuvo miedo.

— Buenos días. ¿Son ustedes Rengoku Tojuro y Soyama Akaza?— Preguntó un doctor de cabellos castaños y con lentes.

El pelirosa y el menor asintieron despacio.

— Bien. Magie — Llamó el segundo doctor de aspecto canoso a una enferma rubia — ¿Por qué no llevas al niño a la sala de juegos? — Luego miro a Akaza — ¿Nos daría permiso?

Akaza miró al niño quien al escuchar que lo llevarían a quien sabe donde, se escondió detrás de Soyama negando repetidamente y sollozando.

— ¿Es necesario?— Preguntó a los doctores quienes asintieron.

— Necesitamos hablar con usted antes de que visiten al paciente Kamado. Sería peligroso sino sabe la situación.

Akaza se quedó sin palabras ¿De verdad era peligroso?, debió saber que no fue buena idea venir a este lugar pero sino acataba las indicaciones tanto del juez como de Mitsuri todo se iría a la mierda. Bajo a la altura del menor y lo agarró del rostro.

— Tojuro el tío Akaza necesitaba hablar con los doctores para saber cómo está mamá.

— No me dejes. — Susurró el rubio aferrándose al mayor.

— No te dejaré, solo serán unos minutos. Además, te daré mi celular para que juegues plantas contra zombis y no te aburras. No tardaré, pero necesito que vayas con la enfermera y seas obediente con lo que te digan y que por nada del mundo salgas de la habitación en donde te encuentres. ¿Ok?— Rengoku asintió y abrazó al mayor por el cuello.

Akaza atónito no supo que hacer, era el segundo abrazo. Sus brazos temblaban al igual que sus manos, tragó saliva. Pero no tardo mucho para enrollar sus largos y fuertes brazos alrededor del cuerpecito de Tojuro. Duraron así varios minutos hasta que sintió los pasos de la enfermera.

El de cabellos flamas se separó del mayor y tomó la mano de la chica. Akaza le entregó su celular a la fémina y se despidió con la mano viendo al pequeño como se alejaba de él. Suspiró cuando ya no lo vio en su radar de visión.

— Señor Akaza acompáñenos. — Indicó uno de los doctores, quienes caminaron a la puerta principal.

— Mi nombre es Akahiko, director general del hospital psiquiátrico y el es el doctor Hiroshi encargado de la supervisión de los pacientes. — Akahiko era el doctor de cabellos castaños con lentes y por supuesto, Hiroshi era el más longevo por lo que podía suponer el pelirosa.

Mientras caminaban por los largos pasillos del hospital hasta llegar al elevador una incertidumbre se posicionó en la boca de su estómago. ¿Por qué era necesario separar a Tojuro de él?

— ¿Qué pasa con Tanjiro?— Los dos doctores se vieron fijamente. Akahiko acomodó sus gafas dando la orden a la enfermeras de irse con una señal.

— Entre por favor señor Soyama — Indicó el anciano.

Ya estando dentro Akaza podía notar la tensión que se estaba creando entre ellos, el silencio le parecía de lo más asfixiante posible y las ganas de ir al baño se activaron. Algo no andaba bien.

— El hospital está dividido en cinco pisos. — Habló Hiroshi — Siendo el número 1 con los pacientes que no sobrepasan la línea de "peligro".

— Como usted sabe hay diferentes tipos de trastornos mentales y no podemos tener revueltos a los pacientes sería un gran riesgo y grave. Por eso decidimos separar a cada paciente en diferentes pisos dependiendo de la situación — Continuó Akahiko — El joven Kamado al principio fue tratado en el primer piso por la doctora Tamayo. Al tratarse solamente de un intento de suicido  y TOC creímos que sería fácil de dar su alta con solo dos meses de tratamiento.

Mientras más hablaban más se hacía la idea de lo que trataban de decir con respecto a Tanjiro. Y por lo qué veía si el 1 era de los pacientes menos graves no imaginaba el 5 piso.

— La doctora Tamayo, dio positivo a la alta definitiva sin embargo, cuando creíamos que todo iba a salir de lo mejor fue atacada por el joven Kamado con un lápiz que se incrustó en su ojo derecho.

Aquello alarmó a Akaza. ¿Tanjiro Kamado, un ser admirados por todos con la luz y la alegría que contagiaba sería capaz de hacer daño a un ser humano? Imposible, es imposible.

— ¿Ella...está bien?— Preguntó Soyama. Ambos doctores asintieron después de unos cuantos segundos.

Llegaron al quinto piso, las puertas se abrieron, el ambiente se volvió más tenso y los ojos dorados del menor dirigían la mirada a todas las habitaciones con puertas de metal reforzadas. En cada habitación contaban por lo menos a dos guardias y una enfermera. Salieron del elevador y caminaron nuevamente entre los pasillos. Akaza no podía evitar mirar cada habitación con detenimiento.

— Este es el quinto piso – Dijo Akahiko— Debido al acontecimiento de la doctora Tamayo, decidimos trasladar al joven Tanjiro a este piso y cambiar su doctor al igual que su tratamiento. Este piso está diseñado para pacientes altamente peligrosos con trastornos mentales más complejos, no se asuste si ve las puertas de esta manera — Señaló una — Es por precaución más que nada.

Los tres llegaron a la habitación final con número 148. El de cabellos rosas noto en el respaldo de la puerta un expediente. Hiroshi lo tomó y lo hojeó.

— El doctor Giyuu Tomioka ha estado atendiendo al joven Kamado — Dijo — Es el mejor especialista que tenemos, hasta ahora ha diagnosticado a Tanjiro con trastorno de identidad disociativo, mejor conocido como  " trastorno de personalidad múltiple "

— ¿Qué?—

Muy buenas a todos lamento mucho la demora de actualización. Realmente la inspiración de la nada se me fue y las ganas de continuar con la historia parecían más convincentes y por más que le diera vueltas al asunto no podía. Pero finalmente después una gran lucha y porque decidí que esta historia tiene potencial, no sucedió.

Este capítulo es un poco corto pero no se preocupen, siempre empiezo con capítulos cortos y después los alargo para su mayor disfrute. Espero y les haya gustado <3

La aparición de Giyuu es crucial 👀tomen nota de eso al igual que el trastorno de Tanjiro. Seguro se preguntarán ¿Cuando actualizaras? La verdad no tengo fecha exacta, los tiempos son relativamente muy cortos debido a la universidad que me tiene hasta la madreeeeee

Muchos trabajos, muchos exámenes, muchas tareas, en fin estoy que me muero T - T agradecería mucho su paciencia tanto en esta historia como las que tengo y en especial la week que dejé en suspenso durante muchooo tiempo.

Sin más que decir ¡Nos leemos pronto!