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Capítulo 14

Greg.

Desperté primero que ella y verla ahí, medio desnuda, con los cabellos alborotados sobre mi brazo, fue la sensación más bonita del mundo.

Respiraba despacio.

La luz del sol aún escasa comenzaba a colarse por las ventanas y a iluminar su rostro... sentí tanta paz.

El timbre me distrajo y corrí antes de que la despertaran... traté de no hacer ruido y abrí la puerta aún en bóxers.

Rojo y verde. Amanda. Las pecas en sus mejillas parecían brillar cuando sonreía pícaramente.

— Así si me gusta que me reciban.

— ¿Que quieres?

Se mordió los labios.

— Quiero muchas cosas mi pez. — me solía llamar así. Se acercó hasta que su respiración estuvo mezclada con la mía.

— No. — dije pero no me aparté.

— No ¿qué? ¿Te he dejado sin habla Greg?

Negué... sujeté sus manos y las coloqué sobre mis hombros. Apoyé mi frente en la de ella y la miré a los ojos.

— No quiero verte nunca más. Desaparece de mi vida otra vez y trata de que esta ocasión sea para siempre.

— Vale, pero explícale a tu novia que se te ha puesto dura cuando me he acercado. — la aparté de un tirón y la saqué del apartamento.

Giré sobre mis pies y ahí estaba. Con la sábana cubriéndole el cuerpo, en la entrada de la habitación.

— No es lo que piensas.

— ¿Cómo sabes lo que estoy pensando?

— No lo sé.

— Escuché todo Greg, sé que solo lo hace para molestarme.

Respiré calmado y me acerqué para besarla.

— ¿Ella también vivía aquí?

— Si, pero eso...

— Greg, no te estoy pidiendo explicaciones.

— Aún así insisto en dártelas.

— No Greg, yo solo quiero irme. ¿Podrías llamar a Kim?

— ¿Estás enfadada? Yo no quiero que...

— Greg, debo ir y aclarar todo con mamá y papá. No estoy enfadada ¿vale? Creo que calculo muy bien lo que Amanda puede llegar a hacer.

No, no lo hacía.

Tomé mi celular y busqué el número de Kim, no lo tenía.

— Marcaré el de Kevin, pero habla tú... no estamos muy bien que digamos.

— Vale.

Le ofrecí el teléfono y lo colocó en su oreja.

— ¿Kimberly? ¿Qué pasa? Cálmate por favor. Habla despacio Kim.

Tomé el teléfono.

— ... se lo han llevado a urgencias, pero no creo que sobreviva.

Presión en el pecho. Dificultad para respirar.

— ¿Qué? ¿Donde están?

Dolor de cabeza.

— Greg, lo siento tanto, yo... debí decirte.

— ¿DONDE ESTÁN? Pásame a Kevin ahora.

— Greg escúchame... yo no...

— ¿DONDE DEMONIOS ESTÁN KIMBERLY?

— El hospital San George.

Tomé las llaves y Destiny estaba hecha un ovillo sobre el sofá... sollozando y temblando.

Aún estaba cubierta por la sábana... no tenía tiempo de llevarla conmigo.

— Me voy.

— No... Greg yo me apresuro y voy...

— No.

— Déjame ir yo...

— ¡HE DICHO QUE NO! — le atiné una fuerte patada a la mesa del centro y se rompió en pedazos.

Ella endureció la mirada.

— Llévame hasta el cuarto por favor.

No tenía tiempo, no podía... Kevin me necesitaba.

Salí de ahí y cerré con un portazo detrás de mi... la escuché llamarme... pero no volví.

Todo dentro del hospital era blanco... qué manía de hacerlo todo más escalofriante.

En la segunda planta encontré a Kimberly... estaba envuelta en un albornoz y lloraba desconsoladamente.

— ¿Donde está? ¿Qué pasó?

— Él... yo entré y después...

— Cálmate Kimberly, por favor, dime que está bien.

Me miró a los ojos y la vi romperse desde adentro... como si le doliera más mi reacción.

— Kevin no era tan feliz como nos decía Greg.

— ¿Era? Kimberly dime ahora mismo donde está.

— Gregory. — la voz de la señora Kingston me hizo voltear.

También estaba llorando y al verme abrió los brazos para que fuera a por ella.

La abracé, aún sin entender nada.

— ¿Ha sido un accidente? — quizás venía conduciendo ebrio y...

— Nadie salta de un edificio por accidente Greg.

¿Qué? ¿Edificio?

— No entiendo. — les regalé una sonrisa triste y alterné la mirada entre ellas.

Kim asintió y la señora Kingston movía los hombros de arriba abajo mientras lloraba.

— Teníamos la esperanza de que el cáncer no acabara con él... —¿Cáncer?— pero desde que le dijeron que en solo tres meses podía morir, comenzó a hacer lo que nunca. Pensé que ahora que finalmente estaba seriamente con alguien las cosas iban a cambiar. Pero al parecer ya nada le hacía feliz.

— Recuerdo el día que nos mudamos a mi apartamento. — habló Kim y yo seguía sin entender nada... ¿Cáncer? — Me dijo que al día siguiente se iba a disculpar contigo. Me dijo que no le gustaba que te enfadaras con él porque te quería mucho y sabía que tú lo ibas a perdonar.

— No puede ser... pasamos cuatro años viviendo juntos... ¡CUATRO! ¡EN CUATRO AÑOS NUNCA ME ENTERÉ QUE ESTABA ENFERMO! ¿DONDE ESTÁ? ¡KEV! — corrí por toda la sala y abría las puertas buscándolo... en algún lugar debía estar.

El solo se estaba escondiendo de mi... seguro había bebido mucho y como sabe que a mi no me gusta que se emborrache estaba escondido.

— ¡Kev! ¡Vamos amigo, prometo no enfadarme! Sal de donde estés Kev... por favor. — me arrodillé en el suelo y comencé a llorar.

Ya lo había aceptado... mi mejor amigo había muerto y no pude evitar sentir culpa... culpa porque nunca le dije que lo quería, porque lo saqué a la calle sin saber sus problemas, porque nunca me tomé el tiempo de preguntarle cómo estaba.

En ese tiempo de rodillas sobre el piso odié a Kevin... lo odié por no tener los cojones de hacerle frente a la enfermedad.

También entendí a Kevin... entendí su dolor como si fuera mío.

Perdoné a Kevin... porque lo quiero tanto que jamás podría guardarle rencor...

Recordé a Kevin... lo recordaré toda la vida.

— Le quedaban solo tres meses Greg. — me dijo Kimberly y levanté la mirada. — Hace una semana tuvo un ataque... el tumor en el cerebro se lo estaba comiendo desde dentro... lo primero que me dijo cuando despertó fue que no te dijera nada.

Me levanté y ocupé una silla a su lado.

— ¿Por qué?

— Porque te quiso mucho, y sabía que ibas a sufrir junto con él... el sufrimiento y el amor son rivales... no puedes hacer sufrir a alguien que quieres.

Recordé a Destiny y me sentí peor.

La había dejado ahí... sola... sufriendo.

— Por favor, llama al hermano de Dest y pídele que la recoja en mi casa.

— Eso haré... pero ahora debemos preparar un funeral digno. A Kevin Kingston lo quería mucha gente.


Nota de la autora: no saben cómo lloré haciendo este capítulo... RIP Kevin.

los quiero. <3

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