Los pasos resonaban en todo el lugar, Jade jalaba por la muñeca a Marcy, quien no se oponía a esto, pero volteaba hacia atrás varias veces con preocupación.
Jade le cubrió la boca y la llevó detrás de una pared, la chica se asustó, pero en cuanto vió a los guardias que custodiaban la salida entendió y los músculos de su cuerpo se relajaron aunque sea un poco.
La rubia volteó hacia la pelinegra y carraspeó.
-¿Sabes pelear, cierto?
Marcy se rascó la nuca y asintió.
-Genial, porque es momento de que lo pongas e practica — Jade le aventó un arma de arco y flecha a Marcy, quien la logró atrapar en el aire antes de que cayera al suelo.
Marcy observó el arma y sonrió con nostalgia.
Desde que era pequeña y aún practicaba defensa personal, su arma favorita siempre fue la ballesta y era la mejor usándola, sin duda, uno de sus puntos fuertes además de ser inteligente.
Apuntó hacia Jade por accidente, la rubia se pegó a la pared soltando un chillido por lo bajo, Marcy bajó el arma y se disculpó varias veces apenada.
-Vale, antes de que me mates por haberme llevado a Sasha — Jade dijo, sorprendiendo a Marcy — ya tuve mi arco de redención, así que ya soy buena, ¿Qué te parece, eh?
Marcy rió y esta vez se aseguró de que Jade no estuviera en peligro al momento de probar el arma.
-Tal vez te quise matar en un pasado, pero supongo que sí Anne y Sasha confían en ti, tu eres de fiar — asintió y le regaló una sonrisa de labios cerrados a Jade — Jade, ¿Cierto?
La rubia asintió.
-Genial, yo soy Marcy pero eso ya debes saberlo bien — bromeó.
Jade rió ante esto, su mano se enredó en el mango de la espada y le hizo una seña con la mano a Marcy en forma de afirmación a pesar de saber que el comentario de la princesa había sido una broma.
-¿Estás lista? — se asomó y observó a los guardias que seguramente ya estaban enterados de lo que había sucedido.
-Yo nací lista — Marcy se jactó, bromista — una sola oportunidad es lo único que necesito...
-Esa es la actitud — Jade chasqueó la lengua y se hizo para atrás dándole espacio a Marcy.
En menos de un segundo, uno de los guardias ya estaba tirado en el suelo, una flecha estaba clavada en su pecho y un charco de sangre se formó debajo de su cuerpo que comenzaba a ponerse frío.
El resto de sus compañeros voltearon hacia todos lados, completamente conmocionados y con miedo de ser los siguientes.
Luego de un rato, ya todos estaban tirados en el suelo mientras las dos chicas revisaban los bolsillos de sus pantalones en busca de las llaves que abrían la puerta para poder llegar a la salida del castillo.
-¿A donde crees que vas, Marcy?
Marcy y Jade voltearon al instante hacia el rey, quien se acercaba a ellas con la espada en mano y una mueca de decepción en el rostro.
Marcy se aferró al arma que seguía entes sus manos, la tela de su vestido se había rasgado un poco ante la pelea que había tenido anteriormente con los guardias, pero fuera de eso ella estaba completamente intacta y segura.
Tenía miedo de que Anne y Sasha no corrieran con la misma suerte.
No las vió llegar junto a Marcy y mucho menos solas, eso la preocupó, pero Jade la había intentado reconfortar diciendo que posiblemente aparecerían en la salida para poder irse.
Marcy decidió creer las palabras de la caza recompensas y seguir con la esperanza de que sus amadas se encontraban bien, por lo menos físicamente porque estaba segura que emocional ninguna lo estaba.
Pero ver llegar a Andrias, solo, con la espada completamente limpia en mano, una mueca odiosa y en una sola pieza, dejaba que muchas cosas rondaran por su cabeza.
-¿Donde están ellas?
-Oh, ellas están un poco ocupadas ahora mismo — rió — me temo que no podrán unirse a nosotros en un buen tiempo...
Jade intentó ponerse al frente de Marcy para poder protegerla, justo como se lo había prometido a Anne y Sasha, pero la princesa se le adelantó y la empujó suavemente impidiendo que lo hiciera.
La rubia se aferró a su espada y observó al rey, quien desvíó la mirada hacia ella y la observó con frialdad y dureza.
-Esperaba más de ti, Jade.
-Me importa tres bledos lo que esperabas de mi, Andrias — escupió, apretando mucho más el mango de su espada con furia.
-A ninguno nos importa lo que pienses, Andrias, ya no eres nadie y probablemente nunca lo fuiste — Marcy dijo — eres un maldito egoísta y nada podría cambiar eso.
Andrias sonrió y Marcy puso una mueca ante esto.
¿Qué mierda pasaba por la cabeza del rey en ese momento?
-Te tengo una propuesta, Marcy.
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-¡Ay, verga!
-¡¿Estás bien?! — Anne soltó un quejido en cuanto el metal del arma de Yunan casi la alcanza.
-¡Dentro de lo que cabe, la única cicatriz que tengo es la que tú me hiciste! — Sasha se agachó y la espada le rozó la cabeza cortando un mechón rubio — ¡Aún!
-¡General, estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo! — Anne intentó negociar.
La mujer se detuvo por un momento y observó a los dos chicas frente a ella.
Sus ropas estaban rotas por varios lados, los sombreros habían acabado en cualquier punto de la habitación luego de haber sido destruido, el sudor corría por sus frentes y sus pechos subían y bajaban.
Admiraba la forma en la que después de tanto no se habían rendido, seguían peleando a pesar de las condiciones en las que se encontraban.
La general no quería pelear contra aquellas dos chicas que habían sido de sus aprendices favoritas, pero no quería perder a Olivia y desobedecer al rey solo cumpliría su más grande temor.
Tragó grueso y bajó el arma lentamente, pero aún sin bajar la guardia.
-¿Por qué están haciendo esto? — su voz resonó en el lugar, chocando con las paredes y haciendo eco por varios puntos del castillo.
Anne y Sasha no estaban relajadas del todo, pero era un avance que Yunan no estuviera intentando matarlas a cada oportunidad que se le presentaba.
Ambas se miraron, no lo dudaron mucho y entrelazaron sus manos mientras el rostro de la princesa volvía a sus mentes.
-Lo hacemos por amor.
Yunan levantó la mirada y al instante observó las manos entrelazadas de las guardias, no pudo evitar sentirse culpable.
Apretó con fuerza el mango de su espada y la levantó del suelo, caminó lentamente hacia aquellas dos chicas. El metal de la espada brilló bajo la luz solar y cegó a las guardias durante unos segundos, quienes solo cerraron los ojos y esperaron el golpe.
Pero este no llegó en ningún momento.
Algo que si llegó fue el sonido de la espada cayendo al suelo, cuando abrieron los ojos y observaron lo que pasaba, se encontraron con Yunan observando a Lady Olivia corriendo hacia ella.
-¡Dios, maldita! — Lady Olivia de aferró a los brazos de la general — ¡¿Quién mierda te dió permiso de seguir las órdenes del maldito rey?!
Yunan rió y le devolvió el abrazo a su amada, dejó besos por la cabeza de la peli-azul y agradeció por poder tenerla entre sus brazos, poder sentir su calor y poder oler su perfume de flores.
Las dos guardias observaba la escena, completamente perplejas y sin poder creer lo que estaba pasando.
Lady Olivia no se miraba del todo contenta, Yunan parecía un perrito que estaba siendo regañado por su dueño.
-Perdón, tenía miedo de que si no lo hacía te podía perder — Yunan se sinceró.
Olivia suavizó su mirada y besó a Yunan dulcemente, las mandíbulas de Anne y Sasha pudieron haber caído al suelo en ese momento.
-Sabes que ese maldito no podría separarnos ni muerto — bromeó.
-Pero... También sabes de lo que es capaz — la general observó de reojo a las dos guardias que presenciaban la escena.
-Que le den — Olivia entrelazó su mano con la de Yunan y observó a Anne y Sasha — ¿Qué esperan?, Deberíamos ir corriendo antes de que el rey encuentre a Marcy y a Jade.
Anne y Sasha compartieron una mirada llena de preocupación y no tardaron en seguir a la pareja frente a ellas.
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YULIVIA Y SASHANNARCY CANON, MATT ME LO DIJO AYER PORQUE VIVO EN SU BASURA.
En el próximo capítulo sucederán algunas cosas bastante interesantes, solo les digo que para mí, una de las partes de ese capítulo queda con la canción de "I'm still standing", pueden hacer teorías del por qué 😈
Nos vemos ♡︎
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