La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.

—Pedro Calderón

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Se sabe que la muerte es para algunos una pesadilla para otros un sueño tal vez, puede ser un castigo o quizá algo muy dulce, aunque de algo se puede estar seguro y es que su antesala suele ser la más cruel e inesperada.

La Muerte también es cobarde, huye de los que la enfrentan y se acurruca al lado de aquellos que le temen.

Algunos logran escapar, otros no.

Y ese fue el caso del joven Jones, quien debió pagar la condena que la vida nos impone a todos y cada uno. Tal vez fue precipitado, aquel chico le tenía mucho que vivir, tenía todo un futuro pero sus planes, sus sentimientos y alma fueron lanzados a un infinito precipicio.

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Todo empezó el último día que piso las alcantarillas ¿Quién diría que esa sería la última vez que vería a sus amigos, los cuales también eran parte de su familia? De haberlo sabido, seguramente habría provocado otra estúpida y graciosa pelea con Donnie, habría planificado junto a Rapha para fastidiar a todos y luego escapar, le hubiera pedido perdón de corazón a Abril por todo, le compraría una pizza a Mikey y se sentaría al lado de Leo para ver su "aburrida serie", se acercaría a Karai y Shini para tomar té con ellas sin soltar un solo piropo, se atrevería a entrenar con Mona a pesar de saber que terminaría muy lastimado y hubiera tenido su última pelea de almohadas con los niños pero sobre todo, habría hecho todo lo que estuviera a su alcance para abrazarlos a todos por última vez.

...01:27:07...

-¡Llegó por quien lloraban!- avisó Casey al llegar con los brazos abiertos y con mucho entusiasmo buscando con la mirada a alguien que compartiera su emoción

Pero nadie le tomó mucha importancia, ni siquiera se molestaron en mirarlo.

-Oh genial, creí que mi llanto no terminaría- dijo con sarcasmo el de rojo mientras arreglaba el pañuelo rosa de Irrilia

-Lo sabía, no puedes vivir sin Jones el galán- dijo con un tono ligeramente grave y burlón  adentrándose más a la guarida

-Piérdete- rodó los ojos dejando que su hija se fuera a jugar con sus primos

-Naa, haré algo mejor, ya que hoy me iré a Queens para visitar a mi familia- comentó sentándose entre el temperamental y Abril

-¿Irás a visitar a tu padre? ¡Es genial!- exclamó la pelirroja con una gran sonrisa mirando a su amigo- Saluda de mi parte a Eli

-A ella le encantaría verte, se emocionará cuando le mande tus saludos- dirigió su mirada hacia su amiga, imaginando la carita de aquella que recordaba como toda una fan de Abril

Ella solo río también al recordar a aquella pequeña traviesa que había conocido en una ocasión pero solo tuvo la suerte de ver pocas veces.

-¿Eli? ¿Quién es Eli?- preguntó Shinigami llegando con Gatito Helado dentro de su hielera

-La hermanita de Casey, irá a verla hoy- respondió Abril- Y mientras tanto nosotras haremos esa salida de chicas, solo hay que decirle a Karai o más bien... Convencerla- torció un poco los labios

En respuesta Shini solo rodó los ojos pero con una sonrisa en sus labios.

-Suerte entonces Jones- dijo la pelinegra

-Miau- "Suerte" dijo el Gatito Helado

-Si, suerte Casey, a tu familia le alegrará verte- dijo Leo mirando su amada serie de todos los días

-O seguramente nos lo devuelven en un paquete en menos de media hora- dijo Rapha burlón pero solo se ganó la mirada llena de molestia por parte de Abril

-Jaaa, puede que no estés muy equivocado, amigo- el pelinegro rodó los ojos y lo empujó levemente y de forma juguetona con el hombro a lo que Rapha soltó una pequeña risa

Más tarde y después de despedirse, Casey salió de las alcantarillas y en la estación de la 81 Street frente al Museo de historia Natural tomó el primer autobús directo a Queens.

En el viaje miró a todas y cada una de las personas que parecían realentizarse al pasar a su lado pero era solo impresión suya y es que estaba realmente sumergido en un mar de pensamientos donde la imagen de toda su familia junta se hacía presente, sus rostros, expresiones, parecía tenerlos tan cerca como para poder tocarlos.

El autobús frenó llevándolo de regreso a la realidad, había pasado casi una hora hasta que llegaron a su destino.

...00:34:20...

Al bajar inhaló profundamente y soltó todo el aire junto a una sonrisa, definitivamente nada se comparaba con aquel ambiente tan nostálgico.

Siguió su camino y no tardó en estar frente a su hogar, aquella casa humilde pero con una puerta que parecía provocarle pavor. Había levantado el puño pero solo quedó tieso en el acto como si fuese un robot con circuitos dañados, una persona que olvidó como tocar una puerta o tan solo un chico que temía pensar como sería la reacción de su familia al volverlo a ver después de casi tres años.

Realmente se sentía mal por ello pero pensaba enmendar todo lo que pudo haber provocado con su ausencia.

Finalmente tocó la puerta y la misma fue abierta en cuestión de segundos.

-Casey...- Una chica pelinegra, de ojos marrones y no más de 18 años se dejó ver

Ella quedó paralizada al verlo, tenía un semblante lleno de sorpresa y sus ojos parecían nublarse por una cortina de lágrimas.

-Eli- Él le regaló su mejor y más suave sonrisa- ¿Cómo estás hermanita?

La chica sonrió ampliamente dejando correr algunas lágrimas, aún no podía creer que su hermano mayor estuviera frente a ella pero para asegurarse de que fuera real corrió hasta él y lo envolvió con sus brazos en un abrazo que se volvió cálido y reconfortante cuando fue correspondido.

-Eres un idiota- dijo la chica poco después separándose del abrazo aún manteniendo su sonrisa y después de limpiar sus lágrimas golpeó el brazo de su hermano

-Auch..- Se sobó la zona donde recibió el golpe- que fuerza tienes y supongo que lo tengo merecido

-No lo dudes- soltó una risilla que fue compartida por su contrario- Entra, papá está en la sala y no, no tiene nada al alcance con lo que pueda matarte- se hizo a un lado para dejarlo entrar

Casey desvió la mirada y se rascó nervioso la nuca para después adentrarse a la casa. Esperaba que su padre no le diera una patada que lo hiciera regresar a Manhattan.

Caminó por el recibidor y dobló a la izquierda, su hermana lo siguió por detrás, él conocía aquella casa como la palma de su mano. Llegó al comedor y sonrió al ver algunos cuadros en la pared con fotos de su niñez y otros con dibujos que él y su hermana habían hecho de pequeños. A pesar de querer detenerse para apreciar aquello unos instantes más, siguió su andar.

Pronto se detuvo en la entrada de una espaciosa sala, su mirada recorrió todo el lugar, miró todos esos muebles elegantes que encima tenían fotos y algunos decorativos lindos, la televisión de la cual se escuchaban los relatos de un importante partido de Hockey y frente a ella unos sillones en los que se venía sentada una figura esbelta y delgada.

-Papá- llamó dando unos cuantos pasos hacia el mencionado y se quedó en su lugar esperando la reacción del mismo

El hombre de cabello canoso y alborotado se giró lentamente sobre el sillón pues nadie podía hacer desaparecer de sus recuerdos aquella voz que por mucho anheló volver a escuchar.

Cuando los ojos de su padre se cruzaron con los suyos sintió como si un ola de sentimientos lo golpeara y arrastrara a lo más profundo.

El Sr. Jones se puso de pie de inmediato con un semblante que solo reflejaba sorpresa y alegría. No se contuvo, tampoco le era posible desperdiciar un solo segundo más así que se acercó rápidamente y abrazó con fuerza al que todavía era su pequeño hijo.

-Ayy... No sé si prefiero esto o un golpe- dijo con dificultad asfixiándose- Y también te extrañé, Pa- correspondió a pesar de todo

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...00:17:05...

Habían pasado aproximadamente 10 minutos luego de su reencuentro y para aprovechar aquel tiempo en familia decidieron sentarse en el sillón a merendar y mientras Casey y su hermana comían galletas, su padre había ido a la cocina a preparar un poco de té.

-Ah, por cierto, Abril te manda saludos- avisó el pelinegro agarrando una galleta del plato que estaba en medio de la pequeña mesa frente a ellos

-Ah, gracias- dijo con poca importancia la chica mientras miraba el partido en la TV y terminaba su galleta

Casey parpadeó varias veces y dirigió su mirada a su hermana.

-Creí que te emocionaría- comentó algo confundido

-¿Emocionarme?- soltó una pequeña risilla- Abril es genial pero no tengo 7 años, Casey- le recordó mirándolo y alzando una ceja

-Si, lo sé, lo sé- rodó los ojos lamentándose aún más de haber estado tan ausente

Eli sonrió divertida al ver la expresión de su hermano, sentía la necesidad de molestarlo como venganza y diversión, sensación que tal vez hereditaria por su parte Jones pero dejaría eso quizá para después.

-¿Cómo te ha ido?- preguntó el Sr. Jones dejando la bandeja con 3 vasos de té en la mesa- Digo, me alegra que hayas terminado tus estudios...

-Creí que nunca lo haría- farfulló Eli mirando en otra dirección

-Eli- reprendió su padre pero ella solo se encogió de hombros y sonrió- Lo que iba a preguntar es ¿Ahora a qué te dedicas?

-Bueno...- empezó el Casey- la última vez que los vi recuerdo haberle dicho que aún luchaba por entrar como profesional en la NYU, Club de Hockey...

-Si, sabemos que es la NYU- lo interrumpió Eli- Saber de Hockey es fundamental para ser un Jones- dijo soltando un bufido

-Hermanita, si quieres jugar con muñecas nadie te juzgará- dijo burlón apretando la mejilla de la mencionada

-¡Hey!- le dio un manotazo- No me obligues a quitarte los pocos dientes que te quedan- amenazó para después agarrar una taza de té entre sus manos

Casey le sacó la lengua, y su padre quien había sido testigo de la situación solo sonrió negando con la cabeza.

-Lo que iba a decir es que me admitieron hace dos años y en 2 meses tendré mi primer partido y lo pasarán en las cadenas televisivas más importantes como TYC Sports

El chillido por parte de Eli casi dejó sordos a ambos hombres.

-¡Eso si es genial!- dijo emocionada

-Es cierto, me alegra Casey, estoy muy orgulloso hijo- dijo el Sr. Jones con una gran sonrisa

-Gracias Pa- Casey sonrió ampliamente- Tampoco lo hubiera logrado sin ustedes y todos mis futuros triunfos se los dedicaré a la familia- agarró una taza de té y le dio un sorbo

-Será genial poder presumir que tengo un hermano que es deportista, cool y no tontito como antes- fue turno para su hermana de sacarle la lengua

-¿Qué? Oye- se quejó sonriendo divertido- Eres toda una Jones, querida

-No puedo hacer nada al respecto- se encogió de hombros en un gesto despreocupado- Además, soy la favorita de papá y la más inteligente

-No te contradeciré, incluso si eres inteligente espero que no te distraigas con niños tontitos, eres pequeña para tener novio- su tonó se escuchó como de advertencia

-Oye, ya tengo 18 años y no puedes mandarme- frunció ligeramente el ceño

-Sigo siendo mayor y tengo autoridad sobre ti e incluso muerto te lo seguiré prohibiendo- alzó ligeramente el mentón

El Sr. Jones solo reía tomando su té y mirando a sus hijos como si fueran aún esos pequeños que discutían por tonterías o cosas insignificantes.

-Oye- se quejó ella- Si yo....

...00:10:00...

La interrumpió de la nada un fuerte estruendo que hizo temblar la casa provocándoles un horrible susto.

-¿Qué fue eso?- preguntó Eli asustada buscando la respuesta en el rostro de su padre y en el de su hermano

Se miraron entre ellos pero Casey al instante optó por levantarse y rápidamente salir afuera, su padre y hermana lo siguieron y al llegar a la parte delantera de la casa buscaron con la mirada el causante de tal acontecimiento y encontraron la respuesta aquella maquina que estaba en el cielo.

-¿Qué rayos es eso?- preguntó el Sr. Jones pero ninguno de sus hijos pudo responder

Aquel objeto ers tan gigante que podía verse perfectamente en cualquier parte del mundo y además, reflejaba en el cielo aquel tono verde de la sustancia en su interior.

Aquella sustancia que para Casey resultaba muy familiar.

-Carajo- musitó el pelinegro y toda la valentía con la que había mirado hacia la máquina se desvaneció reemplázandose por el temor

Corrió de regreso a la casa, la mirada de su hermana lo siguió pero ella decidió quedarse junto a su padre mientras que Casey se adentraba al lugar subiendo las escaleras para llegar a la habitación de Eli.

Abrió la puerta y buscó algo útil, ya que sabía que su hermana amaba la ciencia y la astronomía, para su suerte encontró un par de binoculares y los usó para ver por la ventana hacia esa máquina pero lo que vio lo dejó petrificado.

Aquella extraña máquina tenía el signo de los Kraang, por lo que al instante supo que la sustancia verde era mutageno y además, por el cronómetro parecía ser una bomba.

El número fue lo que lo hizo temblar.

...00:03:11...

-¡PAPÁ! ¡ELI!- grito alterado y luego de tirar los binoculares a un lado salió corriendo hacia las escaleras- ¡RÁPIDO!- ordenó al llegar hacia ellos para estirarlos y hacerlos entrar a la casa

...00:01:10....

-¿Qué sucede, Casey? ¿Qué es esa cosa?- Preguntó Eli llena de miedo al ver el semblante de horror en el rostro de su hermano

-¡Abajo!- Exclamó él y los tres se arrodillaron en el suelo

El Sr. Jones y Eli fueron testigos de como Casey se enderezó abrazándolos como si así pudiera protegerlos de cualquier cosa.

-Casey...- Habló el padre buscando una respuesta, ya que también estaba confundido y algo asustado por el acto de su hijo

Muchas cosas pasaron por la mente de Casey en esos instantes.

Quería responder la pregunta de su hermana, después de todo, ella era también su mejor amiga y al igual que su padre, sabía guardar secretos, no obstante, le era imposible hablar, ya que lo que saliera de su boca serían quizá sus últimas palabras y no quería arruinar eso.

...00:00:11...

Deseaba poder estar en dos lugares a la vez, quería poder estar junto a su equipo y ayudar a hacer todo lo posible para detener aquella máquina y salvar el mundo una vez más o solo morir en el intento junto a sus seres queridos. Anhelaba saber como estaban ellos pero tampoco quería irse del lado de su padre y hermana, ya que estos eran personas comunes que no podrían defenderse ante tal cosa.

...00:00:03...

Tal vez debía pagar sus años de ausencia muriendo al lado de ellos.

Casey esbozó una melancólica sonrisa, colocó una mano sobre el hombro de su padre y unió su frente a la de su hermana.

-Los amo- las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos al instante

Morir en un intento por proteger a los que ama era su muestra de amor más grande, era la prueba de que dentro suyo había un gran corazón.

...00:00:00...

La enorme ráfaga de aire que recorrió el mundo, los golpeó e hizo temblar la casa tanto que la estructura no aguantó y colapso sobre ellos, eso los había salvado del mutageno pero no de la muerte.

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Continuará...