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Capítulo 2: Fuego y hielo...

"Encantador"

Solo lo vio una vez ...

Una noche de abril, Léna había ido a dejar una canasta llena de panqués a la casa de la tercer cuadra, en ese entonces, ella rondaba los 15 años, Léna llevaba el cabello negro, largo hasta la cintura, sin duda, era hermoso y le hacía armonía con sus facciones, la naríz la tenía lesionada pero era un detalle que se notaba solo si tu ponías a ver su rostro con sumo detenimiento, los labios pomposos y similares a los de su abuela con el corazón semejante a los naipes de la baraja; la piel en ese entonces estaba algo apiñonada debido al sol de temporada, piernas largas y atléticas por la práctica de natación, aunque eso era un secreto para su madre, ya que Léna debía regirse como "la señorita perfecta de casa", claramente Susan no hubiera chistado si Léna se hubiese inclinado más por el taller para ser secretaria pero Léna era rebelde en el ámbito académico y Léna tenía buena ambición con sus metas.

Los Marks no abrieron la puerta cuando Léna tocó el timbre y de hecho todas las luces estaban apagadas, Léna hizo una mueca, escuchó un fuerte estruedo a su izquierda, lo cual hizo que diera un respingo y por poco se le cayeran los panqués que había hecho Susan, solo uno cayó...

-¡Mierda!-masculló mientras volvía acomodar la tela que cubría aquellos postres, pero entonces fue como si le golpearan el estomago

El era como las sombras, deslizándose en la oscuridad, como los fantasmas, apareciendo y desapareciendo, formando preguntas y desapareciendo con respuestas inciertas o a veces con ninguna. Ahí en el pórtico de los Marks, Thegan la miraba desde arriba, con una sonrisa que a los ojos de Léna fue como si un demonio se estuviera riendo de ella; sintió su piel erizarse, aquellos ojos que normalmente eran azules, ahora estaban azabache, perdidos y al mismo tiempo, enfocados, como un animal cazando a su presa y Léna deseaba mil veces no ser aquella presa que Thegan deseaba provocar.

-Pero que vocabulario, señorita-se burló

Léna que seguía en cunclillas mirando como el pan que estaba recién horneado ya estaba sucio y... <<Puag>> Thegan lo había pisado, ella alejo la mano que ya estaba cerca de tomar el panqué.

-Cometelo.-le ordenó Thegan

Léna lo miró a los ojos, ella se incorporó pero el pateo lo que quedaba del pan hacia ella..

-Estas siendo un idiota, Thegan, solo espero que tengas una buena excusa cuando tu madre se entere.-dicho esto Léna se sacudió los tobillos de las morusas 

Thegan se acercó a ella entonces Léna percibió un aroma alcohol y que se revolvía con el perfume de el, Léna desvió el rostro y bajó las escaleras del pórtico, ya se había alejado hasta la banqueta cuando sintió como Thegan le quitó la canasta.

-¡Oye! ¡¿Que diablos te pasa, Thegan?!-exclamó Léna 

Thegan le cubrió la boca apenas ella le alzó la voz.

-Ven conmigo.-le dijo ahora como si se tratara de un niño pequeño queriendo enseñar su escondite secreto, pero Léna negó-. Anda, solo un poco, dejaremos la canasta en la puerta.

-¿Por que no mejor me dices donde diablos has estado?-espetó Léna-. Además, ¿Quien querría irse con un maldito borracho?

Desde ese punto, Léna debió de haberse percatado, pero lo ignoraba, dentro del enojo y las rabietas que habían entre ellos, también existía algo, algo que los unía, algo que hacía que Léna se sintiera atrapada por el, eso que era peligroso, eso que le causaba cosquillas en todo el cuerpo. Léna debía cumplir con el estándar de aquel entonces; tímida, sumisa, servicial con todos, callada y cumplir con los deberes de casa; claro que era así, pero también le gustaban las clases de defensa personal hacer pases con el balón de americano con sus primos, jugar y salpicarse las faldas con el barro, amaba decir la verdad sin importar como fuera, era "indomable" como le gritó una vez su padre y Thegan, quería hacerlo, quería ver hasta donde llegaba y hasta donde lo iba a detener, quería ver que tan sensata era y que tan manipulable lograba ser, le encantaba hacerla enojar y muy por lo bajo, en secreto también le gustaba ese lado femenino de Léna, de eso se percató aquella noche.

-No lo sabrás si no vienes conmigo.-dijo por lo bajo 

Pero incluso cuando Thegan le sostuvo suavemente el mentón a Léna, primero pareció olerla, ella quiso retirar el rostro..

-¡Estamos en público, Thegan!-dijo en un susurro, Léna 

-Quédate quieta, no hay nadie.-entonces el la miró-. Ven conmigo.

Léna lo miraba desconcertada, nunca sabía a que estaba jugando Thegan o quien era el en realidad, ella le pegó fuertemente en el hombro con una mano, frustrada e irritada pero ni si quiera era tanto Thegan, era el hecho de que con el, ella se volvía lenta, era como si el hecho de tenerlo cerca la sacara de su mundo y de alguna u otra forma, la obligara a ser "ella misma" y eso, le encantaba. Thegan la rodeó con el brazo que tenía libre, en ese entonces, Thegan ya medía 1.76 y ella 1.66. El castaño estaba callado, pero tenía la respiración pesada y parecía que quería guardar en su memoria cada detalle del rostro de Léna.

-. Eres hermosa, Léna.-arrastró las palabras Thegan-... Estoy realmente jodido.-dicho esto, por fin le soltó el mentón 

Aquella noche, Léna no pudo conciliar el sueño, solo recordaba aquel muchacho, desapareciendo en la oscuridad, con una botella de whisky en la mano y que las palabras de el eran tan extrañas como su mismo comportamiento, aunque, desde que eran más pequeños, Léna y el tenían una amistad bastante distorsionada, una vez cuando el tenia 12 y Léna acababa de cumplir los diez años la obligó a lamer el filo de un cristal que había sido el resultado de que se callera un vaso en aquel famoso estudio, sin embargo cuando Léna comenzó a responder de forma justa y con carácter a las bromas pesadas de Thegan este comenzó a ver algo en ella que Léna no era consciente y que quizá los demas si lo notaban, menos ella. <<"Extraordinaria">> una vez le dijo el padre de Thegan a ella cuando la encontró haciendole una trampa a Thegan...

-"...Un día, haré que te quiebres como ese cristal y un día harás lo mismo conmigo, pero será solo tu delirio contra la cicatriz que hemos cargado..."-leyó Léna en una de las cartas de Thegan 

Thegan tenía la manía de hacer cartas, que no enviaba y tampoco mostraba a todo el mundo, al contrario, solo Léna y un amigo de su secundaria estaban al tanto de aquella cosa tan íntima para Thegan, pero cuando el terminó de leer, miró a Léna, ese mismo día se había ido de Vermont y cuando volvió solo fue para fastidiarle la noche a Léna.


*    *    *

-¡No debiste molestarte! No sabía que ya habías regresado de Utah-habló rápidamente la madre de Léna cuando los recibió

La casa de Léna era de dos pisos, pequeña pero acogedora,  Thegan miraba todoa a su al redor, pero entonces enfocó su atención en la madre de Léna.

-Si, de hecho hoy llegué para visitar a unos amigos.-respondió el joven

Mientras Susan se encantaba más por la nueva personalidad tan renovada de Thegan, Léna subió  a su habitación. Se sentía extraña y sofocada, Thegan parecía ser el mismo pero también era sumamente diferente antes era muy difícil que Thegan entablara conversación con alguien que no formara parte de su pequeño circulo, pero ahora, parecía que se había hecho notar, se volvió más seguro de si mismo, sabía en que aspectos ganarse a la gente.

Léna se miró al espejo, había terminado de retocarse el brillo de sus labios, pero se quedo quieta, pensativa, en su cabeza regresó aquella mochila, <<¿"Emergencias"? ¿De qué tipo?>>  

-Has cambiado.-Léna se volteó al instante-Perdona, tu madre me mandó por ti, te ha estado llamando desde hace un buen rato.

Como si fuera su habitación, Thegan entró, la rubia lo miró con cierta alerta extraña, pero cuando sus ojos de ambos se encontraron algo cambió...

-.Tu también lo has hecho.-señaló Léna-Haz cambiado demasiado

Los ojos se Thegan reflejaban nostalgia y también algo de ternura, entonces como si fuera un seccreto de ambos, se miraron en silencio, Thegan le observó los pómulos, los ojos, los labios, después pasó la vista hacia el cabello teñido de Léna, si, claro que era hermoso, pero...

-. Hay teorias de que la secta que está secuestrando a todas esas chicas las elijen de cabello negro.-mencionó Léna cuando Thegan tomó un mechón del cabello de ella, como si buscara una explicación

-¿"Secta"?-repitió incrédulo Thegan y para sorpresa de Léna, el se rió como si le acabaran de contar un mal chiste, se alejó y en el umbral de la puerta de ella se detuvo, posó una mano sobre el marco de la puerta.-: Mejor bajemos, ya debería estarme yendo pero las galletas que cocina tu madre no me las puedo perder por nada del mundo.

A las 7:00 comenzó a llover de nuevo agua nieve, Thegan se había ido, Léna se enteró por el mismo que el había entrado a la carrera de leyes en Utah, no se había molestado en venir pero debido a las  futuras vacaciones ahora el visitaría a su familia, el único que había ido en tren a verlo había sido el hermano menor de los Blade, Edrei. Cuando Léna se asomó por la ventana de la sala, Thegan la miró antes de prender el VW, le guiñó un ojo y se fue.

-¿No es más encantador que antes?-Léna miró a su madre con un rostro de "¿En serio?" en sarcasmo 

No era secreto que Susan quería que Léna se casara, pero más con un hombre como Thegan, después de escuchar todo lo que había hecho, su madre más se convenció de que Thegan era el mejor partido para su hija.


Al día siguiente se levantó una denuncia por la desaparición de otra chica.



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