Capítulo 23. Yo soy así.
Sin dejar de mirarla, Martina llevó una mano al abdomen de la mujer. Ésta no fue capaz de reiterar su mano, así que Martina retiró la bata y metió la mano en el interior.¡Qué bien se sentía su mano rozar la cálida y suave piel de la profesora!.
Martina apretó su cuerpo todo lo que pudo al de la morena. Necesitaba sentirla junto a ella. La otra mano la llevó al muslo de ésta mientras que con la que le estaba tocando el abdomen, fue ascendiendo para acariciarle el pecho y el pezón con la yema de sus dedos. Lorena se estremeció y todo su cuerpo esperaba con ansias ser tocado y acariciado por las rudas manos de Martina.
Lorena ya no aguantaba más por lo que besó con ansias y con rabia los labios de la joven. Pasó su lengua por ellos y luego pidió paso para acceder al interior de la boca de Martina. Ésta quería poseer a Lorena sin importarle el cómo. Le retiró las bragas y la cogió de las piernas depositándolas alrededor de su cintura. Mientras Martina hacia movimientos para conseguir fricción entre el sexo de la mujer y su sexo, también llevó una mano a los genitales de Lorena.
Lorena estaba más que preparada para que Martina introdujera dos o tres dedos en su vagina.
-Martina...Por favor...Penetrame-Y ésta no se lo pensó dos veces. Le introdujo al principio suavemente dos dedos y Lorena gemía y gemía sin parar. Como vio que Lorena lo estaba disfrutando, decidió meter un tercer dedo y además aumentó el vaivén de sus tres dedos.
-Córrete en mis dedos, Lorena, llénamelos con tu humedad, porque luego los voy a chupar dejándolos bien limpios.
Y con esas palabras Lorena se dejó llevar perdiendo totalmente el control de todo su cuerpo y de sus gemidos. Lorena se corrió como nunca con los dedos de la joven dentro de ella y sólo deseaba que ésta no los sacara nunca.
Martina todavía tenía a Lorena con sus piernas en su cintura. Retiró la mano del interior de Lorena y llevó los dedos a su boca como le había dicho que haría. Comenzó a lamerlos lentamente mientras la profesora no quitaba los ojos de los dedos de Martina. Le estaba excitando mucho ver cómo la castaña lamía su propio flujo. Eso no lo vio hacer nunca a ningún hombre con el que estuvo.Y era algo sumamente excitante y muy estimulante.
-Martina, llévame a la cama.
Martina se dirigió al dormitorio de la morena con ésta encima suyo. La dejó en la cama con suavidad. Mientras, Martina se sentó en la cama con ella. Lorena se sentó encima de la joven y comenzó a desnudarla. Quería verla desnuda y tener otro orgasmo con esa visión. El cuerpo de Martina era digno de admirar.
Se abrazaron durante unos segundos, para así poder sentir cuerpo con cuerpo y piel con piel. Las dos mujeres estaban exultantes, una encima de la otra. Lorena comenzó a moverse como ella sabía sobre Martina, y a ésta esos movimientos la volvieron completamente loca.
Los pechos de Lorena chocaron con los suyos mientras ésta se movía. Los dos sexos se rozaron mezclando los fluidos de una con los de la otra. Y mientras las dos gemían, acabaron teniendo un orgasmo totalmente espectacular.
Ninguna de las dos quiso separarse. Siguieron abrazadas. Y Lorena no quería levantarse de las piernas de Martina. Para ella no había mayor felicidad que esa.
-Martina... Quédate conmigo a dormir...
-¿No estás enfadada conmigo?
-Si, claro que lo estoy. Pero sabes que soy psicóloga y sé por qué haces lo que haces. No me gusta ni quiero que lo hagas, y más si te estás acostando conmigo. Pero entiendo que es algo de ti que tienes que ir cambiando poco a poco.
-¿Te refieres a acostarme con mujeres?
-Si, a eso me refiero. Te acuestas cada vez que puedes con una mujer diferente por algo.
-¿Ahora me vas a psicoanalizar?
-No, Martina, sólo quiero ayudarte, nada más...porque me importas...Y porque te amo.
Fue oír las palabras "te amo" y de repente quería salir de allí corriendo. Su cuerpo se llenó de furia contenida que si no la sacaba en ese instante iba a explotar de un momento a otro.
Martina cogió sus cosas, se vistió rápidamente y salió corriendo de casa de Lorena.
Ésta no se esperaba para nada la reacción de la joven, y de hecho hasta la decepcionó. Ella quería que Martina se quedara a dormir con ella. Le hubiera gustado mucho dormir abrazada a la joven durante toda la noche. Pero estaba claro que Martina tenía muchos conflictos internos que debía solucionar. Aún así Lorena se echó a llorar. No entendía cómo se podía haber enamorado de una joven como Martina, tan opuesta a ella y con tantas adversidades entre ellas que lo único que hacían era separarlas, como la diferencia de edad entre ellas y el hecho de ser sobrina de su mejor amiga. Su vida se estaba volviendo caótica. A pesar de gustarle tener todo bajo control, éste lo perdió cuando estuvo saliendo con Marcos. Y cuando se fue al extranjero para estudiar el doctorado, volvió a ser ella misma y a tener de nuevo el control de su vida. Pero ahora, al conocer a Martina, volvía de nuevo a desmoronarse todo lo que la rodeaba.
Martina no sabía a dónde ir. No paraba de llorar. Le dolió que Lorena le dijera que la amaba. No podía ser. Nadie podía amarla a ella. Ella no era digna del amor de nadie. Y Lorena tuvo la vergüenza de decirle lo primero que le salió de la boca para jugar con ella y de paso hacerle daño. La joven no se iba a dejar dañar ni por Lorena ni por nadie. Tenía que ser fuerte y seguir haciendo como hasta ahora. Conocer mujeres sin ningún tipo de ataduras. No dejaría que ninguna accediera a su corazón. Lorena incluida. Pero para eso tenía que tenerla siempre bien lejos. Y es lo que haría a partir de ahora. Mantenerla a mucha distancia de ella.
Después de haber estado más de media hora llorando, pensando y maldiciendo, Martina se decidió a llamar a Sofía para que la fuera a buscar y de paso para que la abrazara. Y ésta, cómo no, no tardó ni quince minutos en acudir donde se encontraba Martina.
-¡Martina!¿Qué cojones te ha pasado?¿Qué te ha hecho esa desgraciada?
-Joder Sofía, dame un abrazo. No quiero volver a verla.
-¿Pero por qué?, es que joder...Si te pilló con la gogó...Creo que la cagaste tú primero. Si ella siente algo por ti es normal que te haya montado un buen pollo y te haya mandado a la mierda.
-No me mandó a la mierda, quería que me quedara a dormir con ella.
-¿Entonces?No entiendo, Martina.
-Joder, la cabrona ha querido reírse de mí.
-¿Por qué dices eso,Martina?, Me estás asustando...
-Me dijo que me amaba...
-¿Qué?¿Me lo estás diciendo en serio?¿Es eso por lo que tú estás así? Porque ya estaba a punto de ir a su casa a pedirle explicaciones. Pero joder, Martina...Eso es algo bueno. Si esa mujer te ha dicho que te ama, es porque lo siente, seguro.
-No lo siente. No me ama Sofía. ¿Cómo me va a amar a mí una mujer así?Eso es imposible. Yo no me merezco a una mujer de ese calibre. Yo no me merezco que alguien me ame en realidad, Sofía- dijo Martina llorando.
-Joder Martina,¿Y para qué estás estudiando psicología si se puede saber? Si lo que estudias no te está sirviendo de nada, tal vez sea hora de que vayas a ver a un especialista. Porque lo que dices...Eres preciosa, inteligente y deportista, con muy buenos valores ¿y dices que no es posible que Lorena te ame?joder amiga, vives en otro mundo. Yo misma te amaría si fuera lesbiana. Eres una mujer perfecta, y entiendo perfectamente que Lorena se haya prendado de ti.
-Mira Sofia, te lo agradezco, pero no quiero seguir con esta conversación. Vamos a la Modo, necesito emborracharme y olvidar lo que he vivido hoy con Lorena.
-Joder, está bien. Tienes razón, creo que hoy sí necesitas unos tragos. Vamos.
Se dirigieron las dos a la Modo. La gogó con la que se estaba liando antes Martina, aún estaba en el pub y cuando vio entrar de nuevo a la castaña, se dirigió a ella sin pensarlo. Le daba exactamente igual que la hubiera dejado tirada por esa madura mujer. Si había vuelto al pub, y sin ella, era por algo.
Pero Martina ya no estaba para nadie. Sólo quería beber y beber para olvidar lo que había pasado con Lorena, así que rechazó educadamente a la gogó y se fue a la barra con Sofía a beber.
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En el próximo capítulo coinciden en el Momo Martina y Lorena. La joven va con Sofía y la profesora con Marta.
Mientras Marta le confía que le gusta un abogado de su firma, la profesora le reconocerá que está empezando a sentir algo por una mujer.
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