1
Historia con vocabulario altamente argentino.
:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:
ONU seguía charlando sobre asuntos internos y la mejoría del medioambiente al freno de fábricas. Realmente me importaba un huevo en lo mínimo lo que diga, pero tampoco es como si pudiera pararme de mi lugar e irme a mi casa a tomar mates sólo mientras veo Casados con Hijos.
Al salir de la sala de reuniones latinoamericanas, un fuerte bullicio se escuchaba en el pasillo del oeste, curiosamente la sala de europeos. Me acerco chusmeando lo que pasaba alrededor.
Mis ojos se abren como platos al ver la escena.
La ebriedad del eurosiático nos dejó a todos sorprendidos y estupefactos. Tambaleándose de un lado a otro después de haber golpeado a Estados Unidos con todas sus ganas y dejarlo con una nariz rota y el labio totalmente parido y los lentes volaron a Dios sabe donde.
Uy, le partió la jeta al gordo sicario de guisos.
El cabeza de rodilla– digo Reino Unido se acerca a su hijo, que estaba en el piso, para atenderlo ya que éste perdía bastante sangre de la nariz.
Rusia se destacaba por ser alguien muy calmado, por mantener un carácter educado y agraciado. Pero hoy... Parecía un monstruo lleno de rabia y sediento de golpear a cualquiera. ¿Dónde había quedado aquella apariencia de buen chico?.
Cuando vi a Francia acercarse con furia al de ushanka dispuesto a matarlo con la cuchara de té que tenía en su mano si era necesario, inconscientemente me interpuse entre él y el ruso más borracho que albañil recién pagado detrás de mi.
— Aléjate, Argentina.
— Va a ser mejor que te des la vuelta antes de que ONU te sancione, Fanny.
El francés me agarra del cuello sin presionar fuerza, sólo para intimidarme. Le sonreí en respuesta pero parece que Rusia se enfadó más y le dio un derechazo a Francia, dejándome petrificado y algo asustado viendo como el francés cae al piso duro como pija de preso. Me volteo para verlo pero parece no estar consiente de lo que hace ya que tenía una mirada fulminante. A pocos metros vi a ONU acercarse más enojado que Hitler hablando de judíos con las carpetas en sus manos y el ceño fruncido. Me precipité a tomar a Rusia de los brazos y jalarlo para sacarlo de las oficinas.
— Dale, culo de avatar. Colaborá un poco.
— ¡Het! No me quiero ir, voy a matar a ese gordo salchichón.— Gruñó abrazando un árbol para que no lo siga arrastrando.
Niego con la cabeza algo irritado hasta lograr sacarlo con poco éxito, poco, ya que sin darme cuenta se tragó un poste de luz en la cara dejándolo medio embobado, y cuando intenté subirlo al auto para llevarlo a mi casa ya que era la más cercana a la cuadra se olvidó de ponerse el cinturón y casi me rompió el parabrisas.
Cuando llegamos a la Casa Rosada, giro el auto para llegar a la puerta del asiendo de copiloto. Trato de agarrar al ruso de los brazos para enredarlos en mi cuello y levantarlo, pero éste me agarra los cachetes estrujandolos como si fueran pelotas para el estrés. Me sonríe a dentadura completa, sorprendiendome lo lindo que se veía con ese espléndido gesto de felicidad, sus ojos verdes me dejaron en un trance raro que me hizo acelerar el corazón.
— ¿Tú respiras?.
Frunzo el ceño confundido ante la pregunta.— ¿Sí?...
Él hace una mueca de disgusto.— Demaciadas coincidencias... Casémonos.
Me reí tanto que sentí mis pulmones colapsar. ¿Desde cuando era tan... Atrevido? Si alguien escuchara a Rusia ahora lo mandarían a un internado, este definitivamente no era él, al menos no completamente. Pero la mirada seria y enojada que demostraba me dió ternura, sus cachetes levemente inflados y sus labios fruncidos como un niño chiquito apunto de hacer berrinche.
Lo llevé ayudándolo hasta mi habitación para sentarlo en el borde de la cama. Éste casi se cae de cara al piso cuando tambaleó un poco y perdió el equilibrio, le doy una botella de agua con un paracetamol para que no tenga tanto dolor de cabeza mañana, se lo toma sin pensar.
— Vení, Rusia. Te vas a acostar en mi cama.— Le digo ayudándolo a pararse.
— ¿Y te puedo cojer?.
Abro mis ojos, sorprendido con un sonrojo en mis mejillas.— ¡Rusia, no!.
— No tengas miedo... muerdo pero suavecito y muy rico.
— ¿Vo–Vos te juntas con México o te dejaron verde?.
Sinceramente estaba algo incómodo y nervioso, nunca había escuchado a algún país ejemplar como los europeos y los norteamericanos que hablaran tan así. Ya era bastante raro que Rusia estuviese borracho, ahora era más raro escucharlo decir palabras tan... Fuera de lugar. Capaz mañana no se acuerda pero por ahora siento la necesidad de ayudarlo ignorando la condición en la que se encuentra y los manoseos en mi cintura que intentó hacer sin éxito.
Tengo demasiadas relaciones internacionales con Rusia como para cagarla si le doy una piña en la cara por intentar pasarse de trolo conmigo.
Rusia de la nada, como si fuera por obra de arte, se queda dormido con la boca abierta. Le tiro la sabana encima después de haberle quitado los zapatos y la campera, y procedo a salir de mi habitación cerrando la puerta con cuidado sin hacer ruido. Me voy a dormir al sillón.
Va a tener una resaca impresionante el pobre...
:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:*:
Fin del capítulo.
Desde los Macritips...
Llega a ustedes...
Somos una familia argenta buena onda.
Sígueme para mas consejos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro