Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22

Luego de que Howie se despidiera de mí, estrechando nuestras manos, subí las escaleras con dificultad, pues me sentía un poco débil y desorientado.

Supuse que la caminata fue lo que me agotó, porque cada paso que daba, se sentía como si mi cuerpo se volviera muy pesado. Me dolían las articulaciones; tanto de los pies como también de las manos.

Cansado, me sentía muy cansado, también.

—¿Dónde has estado? —preguntó Cooper, al verme entrar a la sala.

No respondí, simplemente ignoré su presencia y avancé hacia la cocina.

Cooper estaba sentado en uno de los sillones individuales dispuestos en ese espacio, de reojo vi que no me quitaba la mirada de encima, entonces se levantó de un salto y me siguió, dejando la televisión prendida.

—¿Qué has estado haciendo? —continuó Cooper con su interrogatorio.

De nuevo lo ignoré.

Abrí el refrigerador y tomé una lata de gaseosa, la destapé y le di un buen trago.

Su frío contenido y exageradamente dulzón raspó mi garganta mientras lo digería, me escoció los ojos e hizo que tosiera por lo bajo un par de veces.

Un escalofrío trepó por mi cuerpo y el malestar seguía ahí, resistiéndose.

—¿Con quién estuviste?

—¿Te importa, acaso? —le espeté.

—Claro, eres mi amigo —proclamó Cooper, se acercó y se sentó al otro extremo de la mesa, viéndome con atención—. ¿Por qué pretendes ignorarme? —se lamentó, estrechando los ojos.

—Llevas haciéndolo conmigo durante días, tengo derecho de devolverte el favor —contesté, dejando encima de la mesa la lata a medio consumir—. Tengo cosas que hacer, un trabajo que atender y una vida que seguir, ¿recuerdas? No todo gira alrededor de quién no le habla a quién.

Cooper bajó la vista, aceptando parte de la culpa

—No sé qué problemas tengas con Alai, recuerda que también puedes contarme lo que sea y tal vez no pueda ayudarte a resolverlos, pero podría escucharte y aconsejarte —seguí diciendo, luego bebí de nuevo de mi gaseosa.

No me gustaba encarar de esa manera a mi amigo, pero no tenía otra alternativa.

—Últimamente no me he sentido bien, tengo tanta ira y frustración acumulada que estoy seguro desatará un verdadero caos —continué hablando, con la voz entrecortada por la ansiedad—. No sé qué voy a hacer, me siento… desorientado.

Cooper se restregó los ojos, era obvio que estaba tratando de no derrumbarse.

Levanté la mirada para observarlo con mejor precisión.

Su cabello estaba más crecido y desliñado de lo que recordaba, las finas ojeras decoraban sus párpados y sus ojos oscuros estaban desanimados.

Tenía la mirada ausente, irreconocible diría y su piel se veía un tanto maltratada.

Cooper estaba igual de abatido que yo.

Y me dio la impresión de que Cooper estaba a punto de echarse a llorar, porque sus emociones dieron un brinco muy brusco: su inquietud pasó a ser consternación, luego a tristeza y finalmente desolación.

—Yo tampoco sé qué estoy haciendo —afirmó Cooper. Juntó ambas manos en su rostro y se las pasó una y otra vez, impaciente—. Admito que fui un idiota, porque estaba enojado, pero no contigo, sino con Alai.

Apreté los labios, sin interrumpir a mi amigo.

—Hace días… él confesó que quería terminar conmigo, me sentí frustrado en ese momento y traté de remediar el asunto. Pero no imaginé que eso me afectaría más de lo que no me hubiera imaginado.

—¿Por qué?

—No duermo ni puedo comer, todo el tiempo estoy pensativo. Me asusta la idea de no ser la persona correcta para Alai.

—¿Y no te había pasado antes?

Cooper negó con la cabeza.

—¿Qué fue lo que te pidió, exactamente? —le pregunté a Cooper.

—Tiempo y distancia —manifestó sin pensarlo.

—¿Y eso es bueno o malo?

—No lo sé, Klehr —Cooper hizo un ruido casi imperceptible de agonía—. No lo quiero dejar, él me gusta mucho. ¿Qué crees que deba hacer?

Solté un resoplido y contesté:

—Primero, dejar de comportarte como un niño.

—Sospecho que eso forma parte del kit de herencia genética —comentó Cooper.

Puse los ojos en blanco.

—Empiezo a sospechar que Alai y tú, por mucho que no lo quieran aceptar, son más compatibles de lo que creen.

—Gracias, Klehr.

—Como sea. Si Alai solicitó aquello, deberías tú también pedirlo algo similar, ¿no crees? Eso es lo que me parece justo, ya que no es correcto que solo uno de ustedes sostenga toda la carga emocional de la relación. Además, tienes que pensar en ti y lo que realmente quieres, ¿quedó claro? —Cooper asintió, fingiendo entusiasmo para no seguir armando una discusión nocturna—. Y luego de eso, tienen que resolver lo que los mantiene unidos y separados constantemente. No es sano que sufran por algo frívolo y superficial.

El tono de mi voz estaba disfrazado de una fuerte sentencia.

Cooper asintió, obediente.

—Lo voy a intentar, Klehr —dijo sin sonar convencido.

Estuve a punto de soltarle una palabrota, pero me contuve.

Nunca he estado acostumbrado a actuar con espontaneidad y sencillez cuando interactuaba con gente que no era extraña.

Era fácil hacerlo, mis intenciones estaban programadas para manifestar simpatía.

Sin embargo, a veces fallaba, especialmente si se trataba de Cooper.

Cuando eso sucedía, actuar raro y distante era un modo de garantizar mi bienestar interior como el de él. 

Solo que Cooper era de los pocos amigo especiales que tenía, tanto que no existía otra manera para esquivarlo.

—¿Lo prometes?

—Está bien, lo haré —aseguró Cooper.

Ambos conectamos nuestras miradas durante unos segundos, sin embargo, carecían de resentimiento en ellas.

Si alguna vez hubo, era evidente que había quedado ya en el olvido.

Dejé de notar la tensión; la contracción a la que estaban sometidos sus hombros y en el resto de su cuerpo cuando ambos nos fuimos a dormir.

Se apagaron las luces, sin embargo, seguía despierto y no estaba seguro si iba a poder conciliar el sueño.

Cerré los ojos, pero no sentía alivio, sino una leve preocupación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro