Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

17

Tras despedirme de Tori y su madre, decidí pasar el rato en el parque, situado en Mineover, la zona menos concurrida de la ciudad.

El sol de mediodía no me afectaba.

El murmullo de las pocas personas que deambulaban y el ruido apagado del panorama no me bastaba para estar tranquilo.

Anduve sin un rumbo en particular, simplemente me dispuse a dar varias vueltas alrededor del parque hasta encontrar un lugar vacío y tomar asiento sobre el césped de aspecto artificial que lo adornaba.

No sabía qué hacer, adónde ir o a quién acudir.

La cantidad de amigos que tenía, se reducía en Tori y Cooper, el resto eran aquellas personas con las que tenía algún encuentro indecente y luego de eso, jamás volvía a intercambiar una que otra palabra.

Nunca he tenido interés especial en hacer nuevos amigos, era algo que nunca supe hacer desde que era pequeño, debido a que me mis padres eran muy estrictos y no me permitían socializar.

Quizá ese es el motivo que no me permite encontrar un lugar adecuado al que pudiera encajar.

Recordando viejos conflictos, mis ojos empezaron a arder, la cabeza me dolía y me daba vueltas; me sentía desorientado y tenía la impresión de haber llorado por mucho tiempo.

Sin embargo, no había señales de lágrimas, en realidad, la mezcla entre frustración y desesperación me estaban torturando.

Solo esperaba que nadie pudiera observarme, no me gustaría que la parte vulnerable que decoraba mi alma sea descubierta.

No supe cuánto tiempo estuve en el parque, porque al levantarme y revisar mi celular, me di cuenta que tenía una llamada de Cooper y varios mensajes suyos. 

Y también de Howie, mensajes de nunca me atreví a responder.

Miré a los lados en busca de un auto rojo que estuviera sospechosamente cerca de mí, pero no había nada.

Sin perder ni un valioso segundo, eché a andar de nuevo al apartamento.

—¡Klehr, espera!

Cerrando los ojos, me detuve, pero no quise mirar en dirección a la voz.

—¡Klehr! —repitió Howie, al notar que yo no le respondía.

Mi corazón salta en mi pecho, no sabía si era por miedo… o de felicidad.

Por fin abrí los ojos y observé a Howie acercarse a mí, dando grandes pasos.

Su cabello se movía al ritmo del viento, su cuerpo era un contraste estupendo con el paisaje que se dibujaba a sus espaldas.

Mientras avanzaba, Howie parecía romper el cielo despejado con la fuerza de las olas que arremetían a orillas del mal.

—¿Por qué me sigues? —le pregunté, evitando que mi voz titubeara.

—No has respondido mis mensajes.

Maldita sea, incluso su voz me hacía estremecer.

—¿Qué quieres?

Una pregunta tonta que seguramente tendría una respuesta igual de tonta.

—Pues… platicar, desde luego —manifestó Howie, sonriendo—. ¿Hacia dónde te dirigías?

—A… ningún lado.

—¿Y me dejarías acompañarte? —respondió de vuelta.

—¿Estás seguro?

Howie encogió los hombros.

—Entonces vamos —concluí.

—Por supuesto —inclinó la cabeza en un gesto de agradecimiento.

Me llevó varios segundos procesar sus palabras, viendo inofensivo, completamente distraído las delicadas líneas que se marcaban en el contorno de su rostro.

No tuve otra opción que reprimir un leve jadeo que se había colado en mi pecho, pues tenía la impresión de querer salir corriendo como también acercarme y tocar cada centímetro de su piel.

—¿Cómo has estado? —quiso saber Howie.

Vaya manera más bonita de empezar la caminata.

—Bien, en lo que cabe —respondí. Mis manos traspiraba y se sentían inquietas, más de lo normal—. ¿Y tú? ¿Qué tal has estado?

—Cansado, el trabajo suele ser bastante complicado.

—Sí, me imagino.

No dejaba de mirar de reojo a Howie, era un movimiento involuntario que mi propio cuerpo realizaba.

Me sentía traicionado conmigo mismo por no tener autocontrol.

¿Por qué tenía esa clase de pensamientos? ¿Me estaba volviendo loco? ¿Era posible que Howie jugara con mis propios juicios?

Jamás me había sucedido con un hombre, normalmente me pasaba con una que otra mujer, pero esto… no se asemejaba con nada.

¿Qué era aquello?

Era difícil definirlo, porque ni yo mismo sabía lo que significaba.

—Seré honesto contigo, Klehr —repuso Howie, al detenerse en seco. Aquel suspiro que dejó escapar dejaba en claro que su sinceridad era algo inevitable—. Casi no sé nada de ti y estoy seguro que no tienes la menor idea de quién diablos soy, pero debo reconocer que desde que interactuamos la primera vez, supe que eras un buen chico.

Howie estiró la mano y solicitó algo que nunca nadie antes había hecho.

—Me gustaría conocerte y ser tu amigo.

No entendí con exactitud porqué tardé en darme cuenta que era eso lo que Howie trató de hacer desde un principio, pero ahora, quería lo mismo.

Sin pensarlo, estreché su mano, diciendo:

—Claro que quiero ser tu amigo.

La calidez que envolvió todo mi cuerpo me reconfortó.

Y estaba seguro que Howie había sentido lo mismo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro