Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04

El silencio era un tercer acompañante bastante precavido, porque se aparecía cuando más le era conveniente.

Sin sentir alivio, dejé que él retomara la conversación.

Y funcionó.

—Me siento alagado por tu nivel de sinceridad. Nunca antes había conocido a alguien  tan audaz como tú… tanto que se aventara al vacío de esa forma. Es sorprendente.

—Me alegro mucho, pero en serio me tengo que ir ya —concluí, casi desesperado.

Ese tipo me estaba volviendo loco.

¿Era de esas personas que agarraba confianza tan rápido?

De cierta manera así parecía ser, porque no se veía alterado en absoluto y me resultaba extraño que no arremetiera, como lo haría un psicópata. Tal vez estaba exagerando, pero mis pensamientos seguían en alerta.

O era eso o quizá me había equivocado respecto a él.

—Déjame terminar, ¿de acuerdo? Y te dejaré libre, como a una mariposa.

—No, claro que no —contesté.

—De acuerdo, vete —finalizó él.

No hubo un deje despectivo o furioso en su voz, solo se mantenía tranquilo y silencioso, muy seguramente sopesando el siguiente movimiento que haría para atacar, tal como lo haría Cooper.

Si ya estaba metido en este lío, ¿por qué no sacarle provecho?

—Es tarde… y vivo lejos —mentí con tremendo descaro—. ¿Me harías favor de dejarme en mi casa?

¡Rayos! ¿Por qué acabo de decir eso?

Sentí el calor en mis mejillas aumentar de temperatura.

La exquisita expresión de su rostro me daba la impresión de que estaba disfrutando aquel momento.

No lo culpaba, por el contrario, compartía esa sensación y ese genuino sentimiento, porque también me la estaba pasando mejor que de costumbre.

Me estaba provocando como yo lo estaba haciendo con él.

—¿Entonces…? —comencé a decir, alzando las cejas e inclinando ligeramente la cabeza.

Cualquiera que estuviera necesitado de calor y placer, ya estuviera rendido ante mi obstinado encanto; con esto estaba pretendiendo que él me suplicara, que me implorara ser más directo, pero se estaba resistiendo.

Y salir victorioso era mi objetivo.

—Háblame de ti, quiero saber lo esencial —solicitó el hombre.

Vaya, esto se tornaba cada vez más interesante.

No sabía si era chantaje o una manera inesperada de hacer que me quedara con él y además, estaba seguro que el ambiente dentro del auto acababa de cambiar en su totalidad.

No lo comprendía ni tampoco quería hacerlo, por el contrario, aquella extraña sensación y ese genuino sentimiento, seguía latente dentro de mí.

—¿Esta es una salida casual o una cita romántica?

—Será lo que más se te antoje —admitió.

El sujeto giró la llave y el motor despertó, emitiendo un ronroneo leve hasta convertirse en un ruido sordo y molesto. Presionaba cada vez más fuerte, haciendo que el tubo de escape soltara humo blanco que flotó alrededor del auto.

Lo estaba haciendo a propósito, estaba seguro de ello.

—Un momento… creí que esto era una venganza, ¿sabes? —me encogí de hombros con sutileza—. Una venganza bien planeada.

—¿Por qué lo dices? —preguntó por encima del ruido.

Parecía seguro de sí mismo, lo cual debía reconocer.

Un asesino jugaría con tu mente de manera sucia y trataría de persuadirte sin que tú siquiera lo notaras.

—La fecha, la hora… todo parece perfecto —manifesté.

El hombre volvió a sonreír.

Apagó el motor del auto y todo volvió a ser silencioso.

Que divertido era esto, entablar una conversación absurda con un desconocido.

Estaba consciente que era loco y atrevido, pero me gustaba el hecho de seducirlo y hacer que caiga en el juego que ambos estábamos jugando.

—¿Qué es lo que esperabas, entonces?

—Cualquier cosa, menos esto —dije, mientras me cruzaba de brazos—. Tinder y Grinder son completamente diferentes, ¿o no te habías dando cuenta?

Solo esperaba que él no me preguntara porqué diantres sabía mucho acerca de esas dos aplicaciones llenas de morbo y gente buscando pretextos para satisfacer sus fantasías más desesperadas.

—Pero debes admitir que sí tienen algo en común —convino él a la defensiva.

—Que gran parte de los perfiles son falsos y los mismos son usuarios pervertidos, eso cualquiera lo sabe.

Supuse que di en el grano, porque se tragó su argumento y se quedó completamente callado.
En ese instante aproveché para hundirlo más en su propia equivocación.

—Por cierto, ¿a qué viene todo esto? —le cuestioné.

—¿Qué quieres decir?

—Déjate de tonterías, sabes a lo que me refiero.

—Pues no, de hecho —me respondió.

—Correcto, déjame adivinar —murmuré, esbozando una sonrisa triunfal—, eres un heterocurioso, ¿verdad?

El hombre desvió la mirada, sin contestar.

Sí, eso era todo lo que necesitaba saber.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro