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Encuentro Peligroso (Parte 1)

Conan

En cuanto Vermouth corto la llamada, tenía ese sabor amargo en la boca de un presentimiento en donde todo irá mal. Hablamos de lo pasado con Haibara, sabía que trataba de contenerse porque aun le temía, el lenguaje corporal la delataba. Estaba temblando.

Cuando era de mañana nos quedamos los tres en el hotel mientras Ran y Mouri paseaban junto a Heiji por la ciudad. Teníamos que planear lo de esta noche en caso de que nos emboscaran, que era una posibilidad bastante segura.

-Bien...-comencé.

-Antes que hables-me interrumpió Ai-. Quisiera saber si Verona no tiene una pistola escondida o llevara una allá.

Ambas se miraron con esa típica rivalidad. Un ejemplo más claro para describirlas es Holmes y Moriarty.

-Si es lo que te inquieta ya te puedes ir calmando, no tengo ninguna, pero llevar una nos podría salvar la vida. Vermouth tiene buena puntería pero-después de contestar Iris tuvo un tono irónico- ahora debe estar arrepintiéndose de que ella me enseño a usar armas.

Haibara y yo nos quedamos en silencio.

-Si ya no hay mas interrupciones...-trate de continuar nuevamente y desviar la guerra de miradas-. Tenemos que ir preparados. No podremos hablar con la policía si nos vigilan desde ahora, tal vez Heiji o Jodie-sensei.

-¡No!-Venora se opuso-iremos solo nosotros, ellos no tienen nada que ver.

-Si vamos solos hay más posibilidades de que nos secuestren.

-Y si vamos con ellos hay más posibilidad de que los maten. Ella quiere que vaya sola, ustedes irán...

-Como carnada-Haibara termino la frase desinteresadamente.

-Tú sí, pero Kudo será mi apoyo-dijo de vuelta, dirigiendo luego su vista a mi-.Tu dijiste que lo protegerías con tu vida ¿no?

Recordó lo de la primera llamada. Asentí sintiendo que mi cara enrojecía, maldición que estupidez.

La otra chica nos observaba de manera tan irritante, sonriendo.

-No estoy de humor para escuchar una conversación romántica-. Fue lo último que dijo cuando salió del cuarto azotando fuerte la puerta.

Me quede solo con Iris, le había dicho algo entre dientes a Haibara pero no la escucho. Apoyo su rostro con la mano, suspirando y frunciendo el ceño. Tenía ojeras profundas y negras debajo del flequillo que las ocultaba.

Pensé en preguntarle, me di cuenta que no tengo porque hacerlo y guarde silencio.

-Parece que nuestro plan es:"lo que tenga que pasar pasara"-dijo la pelirroja después de ese silencio que dejo Haibara.

Concuerdo con ella, solo llegamos a eso nada más.

A nada.

-Haibara sigue desconfiando de mi- agrego levantándose de uno de los sillones en los que estábamos sentados caminado hasta puerta de donde la mencionada Haibara salió- bueno es algo inevitable con esa chica somnolienta de ojos malvados.

Se apoyo en la puerta mostrando una sonrisa de oreja a oreja. Ya comienzo a creer que es bipolar. Después de su sonrisa la puerta se abrió detrás de ella, cayendo en su trasero mirando sorprendida y con sonrisa nerviosa a Haibara. ¿Cuánto habrá escuchado?

-Entonces perdóname...por ser una somnolienta con ojos malvados-dijo levantando la ceja tan alto que dejaban en claro su sarcasmo.

También la vena que se le iba a reventar dejaba en claro su enojo, me dirigí lo más cauteloso posible a la puerta, esperando que el "Huracán Miyano" azote con su furia. Cinco minutos después, Verona viene con un huevo en la cabeza enorme y el entrecejo temblando de rabia.

Quería comentar algo pero ya me tenía en el piso con el coscorrón, más bien el nocaut que recibí.

K. O Perfect

-¡¡INUTIL COBARDE, ESTO ES PARA QUE NO TE ESCAPES LA PROXIMA!!-grito tan cerca de mí que me hizo estallar los tímpanos.

<<S-si no fuera mujer...>>pensé intentando recuperarme.

Mejor me quedo en el suelo cinco minutos más.

-.-.-.-.-.-.-..--.-.-.-.-.-.-.-.---..--.-.-.-.-.-..--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.--.-.-.-..--.-..--.-.-.-.-.-..-

Intentamos pasar el resto del día lo más tranquilo posible, los demás se preguntaron porque dos de los tres niños tenían un huevo del tamaño de una piedra en la cabeza.

Verona y yo no quisimos explicar para conservar un poco de dignidad. Dignidad que fue robada por (usare el apodo que la pelirroja le dio) ¡Científica Loca! Nuevamente persuadí a Atribuko sobre pedir ayuda, acepto sin más remedio viendo que era inevitable, Hattori se volvió nuestro as bajo la manga si esto hacia correr en peligro nuestras vidas.

-Me dijo que hará una cuartada para llamar a la policía, el padre de Kazuha cree que será una transacción de drogas y contrabando-les informe a las chicas, Verona sonrió como respuesta y Ai solo asintió firme.

-Si los policías no vienen, el chico kendo nos defenderá con esa espada de madera-agrego Ai sin interés más que de molestar.

La pelirroja tomo una espada imaginaria haciendo los sonidos de un sable de luz tipo Star Wars, buen movimiento para aliviar un poco más el día. Un secreto es que ella se ha puesto así desde que vio el tráiler de la nueva película.

-El día que madures será cuando Yoda crezca-regaño la castaña de pelo corto cruzándose de brazos molesta.

-Y el día que seas feliz será cuando Darth Vader deje de usar inhalador-le copio la postula, cantando mientras Haibara se nos adelantaba la canción del emperador del lado oscuro.

Ellas se dicen maduras y se comportan como niñas menores de 6 años.

9:30 pm

La hora fijada se acercaba a pasos agigantados. Esperábamos en unos contenedores de carga que llevan los barcos en embarques, escuchando el sonido de la maquinaria junto con las olas que chocaban con la orilla. Haibara y yo nos sentamos en el piso como indios, jugando ajedrez con una tablet en tanto Verona de vigilancia. Desde hace una hora antes no era como de costumbre, se volvió cortante, seria y no protestaba o hacia bromas.

Como imagine, esta situación la lleva a comportarse así de protectora, esa es la palabra que se me ocurre para su comportamiento sin contar que vería a la mujer que mato a su familia y que le guarda un resentimiento casi toxico.

-Jaque mate-Haibara movió su caballo derrotándome.

No lo iba a aceptar:-Dos de tres ¿lista?

Esta espera era muy aburrida, ya tenía bastante con ir a clases fingiendo que no se cosas que ya aprendí hace muchos años. En esos días me gustaría tener la capacidad de Atribuko para dormir tan plenamente. Plenamente en el sentido figurado.

9:50 pm

Ese nerviosismo antes de lo esperado estaba presente en todos, lo ocultábamos para no perder en esta competencia ficticia de valor. Guardamos silencio ante cualquier índice de Vermouth. Haibara retaba al sistema en el juego de ajedrez, Verona seguía mirando afuera vigilantes con el cabello tapándole la mitad del rostro, y yo anticipando todo lo que ocurrirá sin dejar ninguna posibilidad al aire, en mucho tiempo mi mente trabajo de esta forma.

-Ok, falta ya cinco minutos para que llegue-Verona dijo lo que ya sabía-. Levanten el trasero del piso y vamos.

La obedecimos sin ganas, guardando todo lo que habíamos sacada en la mochila de Verona. Habíamos llegado con la misma ropa de la mañana menos de la tercera y principal acompañante, con una chamarra negra de cuero de imitación y unas zapatillas del mismo color.

-¿Te preparas para un concierto de rock?-le llame la atención. Su expresión era sorpresivamente clamada. No apretaba los puños ni tenía su mirada con un poco de ira ni siquiera un rastro de ese estremecimiento que ocurría cuando esa mujer la llamaba.

-Quise venir con ropa para la ocasión; aunque me hubiera gustado venir con cadenas y gritando- sonrió feliz, por un momento la reconocí.

El tiempo de sonreír se acabo. Recuperamos la postura mirando el reloj

9:59 pm con 55 segundos...56...57...58...59...

10:00 pm en punto.

Extrañamente todo quedo silenciado, el sonido de la maquinaria, los autos en la carretera, inclusive las olas. Todo ruido se esfumo. De las sombras se acercaba un vehículo chirriándolos neumáticos contra el pavimento quedando al descubierto por la luz artificial de un poste.

Freno a una distancia que asustaría a cualquiera justo en frente de Verona, acompañado con una ráfaga de viento que golpeo su rostro. No se inmuto y continúo en silencio.

La puerta del conductor se abrió junto con el típico sonido de los tacones aguja que usaba, cabello rubio, ojos grises y afilados, su boca pintara con labial y una sonrisa. Siempre vestida de negro escondiendo una pistola entre sus ropas.

La entrada triunfal de Vermouth.

-Pensé que vendrías sola, regularmente así hacías tus misiones-ese fue su saludo.

-En la llamada no dijiste nada sobre venir acompañada y con lo de las misiones eso está en el pasado, uno que te aseguras en recordármelo-respondió mirando sus ojos sin titubear-al parecer a "esa persona" le gusta ser un dolor de cabeza para ti encargándote el matarme.

-En eso te equivocas como en tantas otras cosas, pequeña. Si, lo del pasado te lo rememoro porque aun te persigue. No, no vine a matarte aunque la dicha de meter una bala en tu cabeza es irresistible. Por último, no, esto lo hago de cuenta propia.

-Wow es difícil imaginarte a ti sin que beses el suelo por dónde camina Vermouth- irrito a la rubia, su cara lo decía todo- eso es un comportamiento raro en tu naturaleza.

-¿Mi naturaleza?-pregunto divertida.

-Sí, no soy experta en zoología pero en los cuervos no es normal... siempre comen la basura de los otros animales- la pelirroja mostro una sonrisa con superioridad conservando su mirada seria.

¿Qué estaba pasando aquí? Verona estaba manipulando a su adversaria de forma tal que no era creíble.

-...Bien, haz venido por algo ¿no?-le reitero a la vestida de negro.

Esta vez no hablo, de su pantalón de tela (adivinen el color), saco un papel que lo entrego en sus manos, doblado en cuatro partes. Lo desenvolvió y leímos el mensaje correspondiente:

Hidrógeno 5,0% -Oxígeno 65,0%- Carbono 19,37%- Nitrógeno 3,2%- 1,38%- 0,64%- 0,18%- 0,22%- 0,00005 %

Multiplicado por 2, mas 15 Pb.

¿Qué resultado da?

Vimos el otro lado del papel tenia los mismos datos excepto que después de los porcentajes había esto:

Multiplicado por 4, dejando aparte a uno, los tres anteriores menos diez años. Con la misma interrogación.

¿Esto qué significaba? Los valores del los elementos químicos los había visto antes pero los demás datos eran nuevos, veo que tenía planeado divertirse a costa nuestra.

-¡Vaya! si que pensaste esto- Verona tomo la palabra arrugando entre sus dedos la hoja y lanzándola lejos, poniendo sus manos en los bolsillos de sus jeans-. Pero creo difícil que tus neuronas puedan trabajar tan arduo como para escribir eso. Los elementos químicos corresponden a los elementos básicos que conforman un cuerpo humano adulto, por "multiplicado por 2" quieres decir dos adultos y 15 Pb son 15 plomo, aunque ya no se usan mucho hay balas de plomo. Los adultos son mis padres y los seis plomo son las balas con las que los mataste, 3 para mi madre y 12 para mi padre.

Ella lo dedujo bastante bien, solo había alcanzado a entender la mitad cuando ella había comprendido todo. Haibara y yo nos miramos, estábamos impresionados, pero no tanto como Vermouth.

-...La segunda parte-continuo- es básica y simplemente lo mismo, somos cuatro personas pero apartaste a una y solo a tres les quitaste 10 años. Somos nosotros y mi hermano ¿me equivoco?

Nada, no pasaba nada. No habían más personas de la organización que entraran por sorpresa o que Vermouth sacara su pistola y la matara como pensé. Tal vez se esté arriesgando demasiado, no tiene nada a la mano para defenderse y una bala es más rápida que una patada. Mi mente no soltaba esta idea que me ponía los pelos de punta.

-No me digas que con solo un acertijo me asustarías porque entonces creería que ya no puedes caer más bajo- continúo con ese juego de manipulación.

-Nunca lo pensé, esto era para ver cómo te rompías la cabeza al resolverlo sin embargo debí apostar que con un detective y una científica tus facultades mentales que me parecían tan escazas hayan subido-. Dirigió por primera vez la vista en nosotros dos.

¡Ouch! Golpe bajo, no muy fácil de manejar

-Tengo un intercambio para ti- extendió la mano actuando tenderle ayuda- en el auto esta alguien que ha esperado por ti los últimos meses, solo tengo que abrir la puerta y será libre- era del hermano de Iris de quien estaba hablando- ¡claro! Eso si me haces un favor.

Movió la cabeza asintiendo en nuestra dirección.

Unas manos me atraparon por detrás, también reteniendo a Haibara, acercándome a rastras donde las dos mujeres se peleaban verbalmente, en cada intento por moverme la fuerza de los brazos del encapuchado crecía y no dudaba en demostrármelo enterrándome las uñas si era necesario. Me jalo de la cabeza, tirándome el cabello obligándome a ver la primera mirada de horror de la pelirroja.

Vermouth tomo su mano poniendo en ella una pistola, esta giro la cabeza hacia ella expresándole duda. La mujer se puso en su oído y susurro:

-Si quieres a tu hermano con vida...- sus manos apretaban sus hombros mientras le hablaba- ¡Mata al detective!

Esto podía pasar, sabía desde antes que sería capaz de ponerla en una situación así, Ai hablo conmigo de si esto podía pasar y no quise creerlo.

-¿Cómo se que no es mentira?- repuso Verona fría y calculadora.

La rubia vestida de negro hizo de nuevo la misma señal hacia el auto, alguien gritaba ¡hermana!, era la misma voz que en las llamadas. Luego miro a Verona expresando que ahí tenía su evidencia.

-Puede ser que hallas grabado su voz y la estés utilizando- objeto nuevamente.

-Entonces solo disparare al auto y después comprobaras, si no sale sangre y sesos de ahí significa que tienes razón- le quito la pistola y apunto al vehículo.

-¡Alto!- diablos le creyó, esto de verdad o es bueno- Lo... hare.

Y esto es una peor, ese segundo en que lo dijo fue eterno.

-V-Verona, no estás segura puede ser...- hable tartamudeando del dolor por el tirón de pelo.

-¡Cállate mocoso!- gruño el encapuchado bajándome la cabeza haciendo tronar los huesos de mu cuello.

Pude levantar la vista lo suficiente para ver el arma en mi nariz y a Iris sosteniéndola. Había cerrado los ojos, fuertemente, la culpa o la presión debían ser inaguantable. ¿Por qué pienso esto? ¡Me va a matar!

-Antes quiero decirle algo-pidió con voz triste.

-Olvídalo-corto Vermouth secamente. A enojada de que no me haya matado aun.

-No tiene a donde ir, si quisiera huir ya estaría muerto y yo igual-razono con ella.

La convenció, acercándose a mí de rodillas. Estaba enojado de todos ahí, de que la obligaran a esto. Esa parte que desconfiaba de ella volvió a aflorar, estando en la cúspide ahora.

-Te acuerdas del deseo en la fuente del parque...-susurro, no debería recordarlo- y del deseo que me debes en el árbol. Pues ahora usare el primero ¡Agáchate!

Grito en mi oído, baje la cabeza lo mas que pude, la pistola disparo dirigiendo un proyectil al brazo del que me retenía y al de Shiho, dejando una última para el poste de luz dejándonos por completo a oscura. Tenía un pitido en la cabeza por los disparos, Verona lo hizo muy cerca de mi cabeza, dejándome mareado y aturdido. Al instante después me levante y corrí a donde el sonido de los pasos de las otras dos me llevaran, teníamos 10 segundos o un poco más para salir antes de que sacara otra arma y disparara.

Nos escondimos, intactos antes de que comenzara la lluvia de balas.

Después de esto no volveré a cuestionar las locas decisiones de Iris. Quedamos a mano con lo de salvar nuestras vidas.

Quedamos agotados de correr, sobre todo la que casi me mata. Respirando más agitado y se había puesto pálida por como la vi con la luz de la luna. Trago saliva muchas veces antes de hablar.

-Lo siento vale, si querías escucharlo ya lo dije- se disculpo enojada, mirando al suelo.

-No hay tiempo para eso ¿Qué paso con Heiji y la policía? Se supone que estarían a cualquier movimiento de Vermouth-protesto Haibara después de recuperar el aliento.

-Ella debió anticiparlo, pudo contratar ladrones para que los policías estuvieran en un operativo más grande que este, aun así es raro- pensé en voz alta para aclarar dudas.

Esto recién comienza.

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