Iris

Me duele mucho la cabeza, recuerdo que estaba con el profesor en su casa y ahora estoy en la oficina de Mouri, tal vez Kudo me trajo aquí. Estaba oscuro, demasiado, pues lo supe al golpearme el pie con una mesita, encontré una linterna.

-Que fue eso-pensé, un ruido afuera me asusto-¿Quién es? ¿Conan-kun?-pregunte en alto

Me acerque a la puerta que conducía a la salida, no había nada ni nadie.

-Vaya eran imaginaciones mías-sonreí un poco y me devolví.

Cerré la puerta, me di vuelta y... lo vi... ¡ERA EL BASTARDO DE GIN!, intente gritar pero me tapo la boca azotándome a la puerta.

-Cuanto tiempo, Atribuko Iris...No debería decir Edogawa Verona-su mirada y su sonrisa me congelaba la sangre-no puedo creer que sigas viviendo en el cuerpo de una niña.

-¿Por qué? ¿Por qué sabe mi verdadera identidad?-me mente se agolpaba con eso.

-Verona-chan ¿Verona-chan que ocurre? ¿Qué es ese ruido?-Rayos era Conan.

Gin me volteo a la puerta, me puso a su altura, aun tapándome la boca, y yo tratando de gritar "Corre Kudo, sálvate" era inútil.

-Mira bien cuál es el final de las personas...-me ronroneo en el oído- El final de las personas con las cuales te has involucrado.

-¿Verona estas bien?-vi su silueta en la puerta.

Él preparo la pistola esperando a que Kudo entrara, aun trataba de gritar o zafarme pero más me lastimaba

-Voy a entrar-¡ALEJATE MIENTRAS PUEDES IDIOTA!

-Verona-era todo.

-¡¡¡COOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOONNNNNNNNNNNNAAAAAAAAAAAAAANNNNNNNN!!!

Abrí los ojos, todo fue... fue...fue una pesadilla. Mire a mi alrededor estaba en mi cuarto que Agasa me dio, en eso un pensamiento bello de mi cabeza se materializo en palabras, o en corto, lo único que se me ocurrió decir fue...

-Mierda-pase mi mano por mi rostro.

Me di cuenta de dos cosas después, una pistola estaba en el mueble al lado de mi cama, debo admitir que me asuste, pues se parecía a la de Gin. Y la segunda fue que Haibara estaba ahí, dormida a los pies de mi cama, en ese momento sentí la misma presión en el pecho que sentí antes, no pare de temblar de ira.

Tome la pistola y le apunte, la tenia ahí enfrente vulnerable, pero mi mano temblaba, sentí una pelea entre mi misma, para mi infortunio gano la parte que bajo la pistola.

-Si sigues así no vas a avanzar nada-me golpee la cabeza con la pistola.

Ai se movió un poco, antes de que se despertara escondí la pistola en la almohada, y me quede callada mirando al techo.

-Perdóname-fue lo único que dijo.

En mucho tiempo vi una mirada tan cansada o débil, como ojos de cadáver luego se fue.

En cuanto salió, revise el arma, estaba cargada, esto era gracioso.

-Aaaa Kudo-me recosté tapándome la cara con la mano de la pistola-confías en mi...que idiota.

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Fui caminando al café "Eclipse", no creerán que olvidaría mi cita con el mago pervertido, o si.

-Listo señorita, un café americano y un cup cake de chocolate-me hablo un mozo.

-Disculpe yo no pedí esto-

-No pero ese joven si-me apunto hacia atrás de mi, Kaito.

-Hola pequeña zanahoria, ¿porque no saludas con una sonrisa?

Le di una patada en los...los... bueno en la hombría.

-¡¡¡YA TE HE DICHO QUE NO ME DIGAS ZANAHORIA!!! , y no exageres no te di tan duro-me cruce de brazos, mirándolo de arriba porque estuvo cinco minutos en el suelo.

-Bueno, ¿para qué llamaste?-Kaito por fin se levanto y se sentó.

-Quiero que dejes de robar, no se por al menos un año-mire al suelo

-¡Estás loca estoy a punto de encontrar...encontrar...jejeje-ya metió la pata

-"La gema de pandora"-seguí mirando al suelo.

-¿Cómo...?-

-Tuve mis sospechas hace unos días, que también confirmaron otras que tenía hace unos años-

-¿Me puedes decir cuales, sin tanto misterio?-puso cara de idiota con una sonrisa adicional, o sea la de siempre.

-Que tú eras Kid, fui una tonta al no darme cuenta... pensaba decírtelo la vez en que te hirieron el ojo derecho.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-FLASHBACK.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-¡Kaito! ¡¿Qué diablos te paso?!-tenía una mano cubriéndole el ojo, ensangrentado

-Nada, unos ladrones, trate de hacerles un truco pero no funci...-se cayó en mi.

Luego en su casa, lo cure y lo cuide hasta el día siguiente, lo sé, sobre protectora reportándose

-¿Qué es esto?-

Un artículo del periódico decía que Kaito Kid había atacado robando un huevo Faberge del la familia imperial rusa, y que cerca de un muelle habían encontrado el monóculo de Kid roto.

-Tal vez... no, que tonta, pero su padre... ¡ay! Olvídate de eso, es imposible.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.FIN FLASHBACK.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

-Luego vi el cuadro que tenias de tu padre, casi me caigo pero supe que fue el primer "ladrón del guante blanco", y tú eras el segundo, pues por lo que decían los policías eras ágil para tu edad ajustándola a la cronología de los robos, los primeros, casi tenía la certeza de fueras tu...-

-¿Y porque no dijiste nada?-se apoyo en el respaldo de la silla haciendo un esfuerzo tonto de hacerse el interesante.

-Sabes que tengo una política de "ver para creer"-lo mire a los ojos.

-Odio la política-suspiro vencida

-solo escúchame, Kaito por favor, no quiero que te hagan nada-

Luego le hable de lo que me había pasado, mis padres y lo demás, no sabía si me quitaba o me agregaba peso a mi conciencia pero en ese momento, me sentía algo aliviada.

-Y hablando de Roy y Clarisa-sama, traje algo que pensé que...-

-Pensaste, y no te dolió-le sonrió.

-Jajaja muy graciosa, es enserio toma- era un cuadro de...bueno se lo imaginaran.

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Kaito

Pensé que le gustaría, pero solo se quedo mirando con cabeza gacha el cuadro, tal vez lo jodi completamente todo...

-Ya es tarde se preocuparan por mi-seguía sin mirarme

-La cuenta por favor-

-Yo pago-dejo algo en la mesa-Adiós.

Lo veo y no era dinero, era la "Lagrima del Sol", Iris tomo una patineta dispuesta a irse.

-¡IRIS!-la llamo para que vuelva, quería agradecerle.

-Soy Verona idiota... adiós-

Me hace un ademan como despedida militar y se va volando en la patineta rara.

-¿Con que Verona?-digo sin dejar de sonreír.

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NARRADOR OMNICIENTE

Verona en medio de su viaje de vuelta a su "hogar", se detiene en un callejón sentándose en el suelo, y viendo la fotografía.

-Todo esto lo hago por ustedes-apretaba el cuadro en su pecho ocultándose el rostro-No parare, los encontrare, y los hare pagar por cada gota de sangre que derramaron... ¡ES UNA PROMESA!

La pelirroja siguió su camino en la patineta de energía solar, pero algo era diferente, tenía la misma mirada de furia que tuvo Haibara, pero esta vez sonreía, de una forma algo macabra pero sonreía.