Conan

"-Claudia, por favor, soy yo Bobby, por favor, ¡vuelve!-

-Ya sigas con eso, Conan, Bobby está en el pasado- me dice tomando la mano de Heiji.

-Pero soy Bobby mírame-algo me atrapa no me escucha

-Adiós Conan- lo besa y desaparece en la oscuridad.

Quiero seguir pero alguien me detiene, me ahorca, no puedo respirar, solo escucho una voz fría, muy familiar.

-Por fin te encontré, y esta vez...NO TE ESCAPARAS DE MI-una risa horrible sale de él, intento escapar, pero no puedo, me tiene, estoy perdido...

-¡CLAUDIAAAAAAAAAAAA!-"

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-¡NO!- grito con el cuerpo empapado de sudor, me muevo tan asustado que me caigo de la cama.

Me levanto de suelo y veo la hora del reloj digital en el mueble, bostezando largamente.

-Son las 8:30 de la mañana, ¿para qué rayos el profesor puso el despertador a esta hora?-apago el reloj, y escucho el mismo sonidos de todos lados- claro, el profesor tiene el sueño tan pesado, que tiene despertadores en toda la casa, ¡qué hombre más "ingenioso"! Jajaja-

Me pongo unas pantuflas y voy al baño del cuarto, para darme una corta ducha y lavarme los dientes. Salgo en pijama, sentando me en la cama, y luego re tumbarme en ella, pesando en cualquier cosa, estaba muy aburrido.

-Ojala el profesor haga huevos para el desayuno, tengo mucha hambre desde anoche, o tal vez... esperen, anoche, el profesor... ¡IRIS!, se me olvido- que torpe soy.

Tomo mi camisa, m la chaqueta, y todo lo demás, voy por la escalera corriendo, poniéndome las otras cosas, cuando me tropiezo en los últimos escalones y caigo sentado, me paró enseguida y busco al profesor en la casa.

-Profesor, Profesor, ¿dónde está?- profe...-

-Estamos aquí hijo, ven a la sala - me grita el profesor, pero ¿Cómo que estamos? ¿Está con alguien más?

Entro, y veo al profesor en un sillón, con una gran sonrisa como siempre, pero en otro estaba una niña con pijama rayado, una manta azul, cabello rojo, y una taza de chocolate caliente en las manos, es Iris, viendo fijamente su bebida, cuando me dirige la mirada, fija e inocente.

-A, hola, ven y siéntate, luego les traeré el desayuno-el profesor se levanta y va a la cocina.

-Hola-pregunto un poco nervioso-¿Cómo te sientes?-

-Estoy bien, gracias...Bobby- sonríe levemente.

¿Pero qué...? ¡EL PROFESOR ESTA MUERTO!

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Iris

Trato de dormir, pero puedo por la pesadilla que tuve, despego la cara de la almohada y boto el reloj despertador al suelo. Esperen un segundo, estoy en una cama, ¿pero cómo?, anoche corría por mi vida y ahora estoy en un cuarto muy cómodo, seguro que me golpee fuerte la cabeza.

Remuevo las sabanas, estoy con un pijama, pero mi ropa de anoche esta debajo, me levanto y abro la puerta, miro a todos lados, camino y veo una escalera y bajo con cuidado para que hacer ruido, veo un señor gordo en la cocina, un olor dulce inunda el aire, tengo mucha hambre.

Me muevo, pero el hombre me ve, rompo un florero, me mira fijamente y solo tengo ganas de salir corriendo pero algo me detiene.

-Tranquila, no te preocupes Iris-

-Sí, pero estoy muy avergonzada por.... ¿Cómo sabe mi nombre?- le digo seria, quien le dijo mi nombre- ¿Quién le dijo de mi nombre?, ¿usted trabaja para esos hombres?- me pongo tensa, trato de tomar un pedazo del florero roto, por si acaso.

-No, claro que no, yo y Bobby te encontramos anoche, herida- me explica, me calmo un poco.

-¿Quién es Bobby?- pregunto al profesor, sentándome en un sillón.

-Pronto lo sabrás, por esta hora despierta, ¿chocolate?- me ofrece una taza.

-Si, por favor, muero de hambre- mi estomago hace ruidos por no haber comido en todo un día.

-Por cierto, soy el profesor Agasa, encantado-que modales.

-Bueno profesor, usted sabe quién soy, Atribuko, Iris Atribuko- extiendo mi mano para saludarlo.

-El desayuno estará listo en unos minutos-

De repente, un ruido me alerta y escucho la voz de un niño buscando al profesor, el cual le dice que está aquí, entrando un pequeño de cabello castaño oscuro, anteojos enormes, un flequillo ridículo, un traje con corbata de moño roja. Veo mi taza de chocolate caliente, pero mi vista se dirige a Bobby, quien me pregunta como estoy, y obvio le correspondo.

-Estoy bien, gracias...Bobby-sonrió fingidamente.

Pone una cara de horror, tomando enseguida el brazo del profesor en cuanto apareció en la sala, como curiosa que soy, los seguí a la cocina y escuche su conversación.

-¿Cómo diablos se le ocurre decirle que soy Bobby?- dice en un supuesto susurro.

-Creí que ella lo sabía, desde anoche- dice el profesor avergonzado.

-Usted vio como estaba, además, no podemos confiar del todo en ella, aun no nos dice lo que queremos sobre esos hombres- dice en un tono despectivo.

Me cree una mentirosa, pero no lo creerá ni un segundo más. Salgo de mi escondite y me paro frente a ellos.

-Pues deberán creer en mí, no tienen de otra-les digo fría y segura, me miran incómodos por la conversación- te diré todo lo que quieras, si se trata de esos malnacidos.

-Está bien, pero en otra ocasión, no te metas en conversaciones ajenas- me dice Conan, o Bobby, como se llame.

-Y tu, para la otra, dime quien eres de verdad, "BOBBY"- le hago comillas con las manos y me voy de nuevo al cuarto de arriba.

Paso el tiempo hasta la tarde, y el profesor me consiguió ropa, no iba a estar en pijama o con ropa rota todo el día.

-Gracias, profesor, no sé cómo se lo pagare-

-Eso no importa, espero que te guste, ¡a! se me olvidaba, Conan te está esperando en la sala.

-Profesor, ¿Quién es en realidad, Bobby o Conan?- pregunte poniéndome mis zapatillas negras.

-Él te explicara todo, Iris, ahora ve- me dice el profesor saliendo de la habitación.

Salgo corriendo por las escaleras, y llego con Conan, me siento junto a él, me mira tan serio, distante y frio.

-Antes que nada, quiero que me aclares quien eres de verdad, si Bobby o Conan- dije mirándolo

-Era Bobby Jackson, pero por los hombres de negro, ahora soy Conan Blassy- me dice desviando la mirada.

Me cuenta todo lo que le paso, todo... el caso del parque de diversiones, el negocio ilícito, su transformación de una adolescente a un niño, me quede helada, me hablo de alguno de sus casos, no podía creer lo que me contaba, cuando hablo de Claudia, hacia muchas pausa, y cuando dijo que pronto se casaría, bajo la cabeza, evitando verme, se lo que sentía. Tome su mano, su cabeza se alzo, solo me miraba sin comprender.

-Escucha, te comprendo, no te pongas mal-solté su mano- te diré de anticipo, no tengo la edad que crees.

-¿Cómo?, no entiendo, Iris-

-Te diré si me dices la tuya- digo girándome.

-Tengo... tengo 23 años-

-Que coincidencia- sonrió tristemente- yo también.

-¡¿Qué?! P-pero como- tartamudea y se levanta del sillón.

-No lo sé, solo, solo me desperté en local abandonado, la ropa me quedaba grande, y cuando me logre escapar, me vi con 10 años menos, no creas que lo tome bien, me tuve que morder la lengua para no gritar.

Solo se queda hay parado, pensando, su cara muestra otra emoción, caminando directo hacia mí.

-Dime, en tu mano tenias una píldora, ¿sabes desde cuando la tuviste?- me pregunta tomándome de los hombros.

-Sí, claro, la tuve desde que desperté de este tamaño, hasta que me encontraron- me aparte de él y se encaminaba fuera de la sala.

-Hey, donde vas, ¿no me vas a preguntar nada mas?- le pregunte un poco burlona.

-Tengo que hacer algo con el profesor, es muy importante, pero no te puedo decir aun- me dice empezando a correr.

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Son las 17:00 p.m, y nos reunimos todos a cenar, yo aun con la incógnita sobre lo que paso hace unas horas. El profesor preparo unas deliciosas bolas de arroz con camarones fritos, es gracioso ver como Conan es un barril sin fondo para comer.

-Disculpen, no es por ser pre juiciosa pero, ¿en dónde me quedare?, el profesor es bueno conmigo, pero no quiero abusar de su generosidad- dije encogiéndome de hombros.

-De eso no te preocupes pequeña, Conan y yo hablamos de eso, te quedaras a vivir con el.

-Ooo... está bien y en donde vives- pregunto tomando un vaso de jugo.

-Con Claudia, Iris- me dice, como si nada, y yo casi escupo el jugo de la impresión.

Después de comer, todos a nuestros cuartos, estoy lista para dormir arriba, camino sin fijarme bien y choco con el niño castaño, el golpe fue justo en la cabeza, pero no me aguanto la risa, el me mira con una sonrisa tierna, jamás lo vi sonreír.

-Mañana en la mañana nos vamos a tu, por así decirlo "hogar"- me da la mano para levantarme- el profesor les avisara a mis padres, y a Carlos Guzmán, el papá de Claudia-

-Está bien, solo quiero decirte algo, y espero que lo recuerdes- le digo subiendo la escalera, dándole la espalda.

-Ahora que me quieres decir, Iris- dice con tono burlón y cansado.

-Confía en mí, Bobby Jackson- le digo girándome y guiñándole un ojo- ten por seguro que no te mentiré jamás.

-Buenas noche Iris- me da una sonrisa de vencido y se va.

Subo las escaleras, me pongo el pijama, pero no me acuesto aun, me voy directo a la ventana del cuarto, hay luna llena, me encantaba verla con mi mamá, hasta dormirme con sus cuentos, la necesito mucho, me arde los ojos, la pena me invade poco a poco.

-Como te necesito- una lágrima se me escapa, pero me limpio enseguida- pero los deseos no se cumplen.

Voy a la cama, y cierro mis ojos, trato de dormir, pero solo veo imágenes de mi familia, sus voces, sus risas... sus gritos y dolor, todo por mi culpa.

Empiezo a llorar en silencio, tapándome la cara con una almohada, así nadie me escucha. Lloro hasta que me canso, los ojos me duelen y me pesan de sueño, antes de dormir, me acaricio la cicatriz de mi brazo derecho, solo con las yemas de los dedos, será mi mente pero aun me duele la herida.

-Espero que algo bueno me pase mañana- digo en susurro, tocando mi cicatriz-por ustedes continúo en pie, y por ustedes me vengare de esos desgraciados-

Me apretó muy fuerte el brazo, hasta que me duele, caigo en el sueño, esperando a que me lleve a mis mejores recuerdos con... ellos.

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