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Señales


Sora miró el artículo en la revista que por costumbre siempre compraba, la moda era tan caprichosa que, ahora que se decidió a formar parte de ese mundo como modista, creyó buena idea también contemplar las tendencias juveniles para que su punto de vista no se quedara rezagado.

Nunca ni por asomo consideró en leer los Test que traían incluidos y que solo niñas tontas y frívolas tomarían en cuenta, pero...

Sora apretó los labios, sus ojos vagaron por el parque en que en ese momento se encontraba y en el que hacía rato que se entretenía en el ritual de abrir y cerrar la revista en la misma página sin decidirse si leer o no.

Al final decidió darle una leída rápida, mientras no se dejara sugestionar todo estaría bien.

8 señales para saber si todavía te ama, leyó y, la frase se quedó rondando su mente.

Al terminar dio un suspiro, su corazón zumbaba de lo consternada que se sentía.

El primer rubro decía: Cuando hay falta de disposición de su parte. Si siempre está ocupado, no te llama, no organiza planes contigo y no hace esfuerzos para verte.

He inevitablemente se preguntó, ¿Cuándo fue la última vez que Yamato la invitó a algún lado? Hasta donde recordaba siempre era ella la que sugería que fueran a tal o cual lugar, pero nunca Matt. Siempre estaba ocupado, sino con la escuela, con su banda o... Taichi.

Sora meneo la cabeza intentando borrar el nombre de Yagami de la lista de prioridades de Yamato.

El segundo: Cuando no le interesan tus problemas o proyectos. Si ha dejado de mostrar preocupación cuando te pasa algo malo, tienes problemas o le cuentas tus metas y proyectos, y ya no formas parte de su vida.

La pelirroja torció la boca con disgusto. El hecho de que casi no hablaran no significaba que no compartiera sus intereses, además, nunca le gustó contarle sus penas a Yamato porque las creía insignificantes a comparación de las que él debía tener, aunque tampoco es que tuviera muchas.

Además, para eso estaban los mejores amigos ¿no? si Yamato tenía algún problema lo más probable era que se lo contara a Taichi y viceversa. No por nada Matt era quien siempre insistía e insistía para que Yagami se abriera.

Tai podía ser alegre y extrovertido pero con el tiempo y algunos comentarios de Matt terminó por darse cuenta que las cosas que realmente le molestaban o preocupaban se las guardaba, ídem a Yamato, sabiendo eso y que Tai era el único que podía atosigarlo hasta sacarle la verdad, porque era el único que sabía aguantarse los golpes y seguir sonriendo después de ellos.

Un tiempo después cuando al fin decidían hablar, Sora siempre quedaba impresionada con los dilemas emocionales y morales que podían apabullarles, ellos tenían problemas serios que requerían de un análisis confianzudo y una firme voluntad para ejecutarlos.

El tercero: Cuando evita hablar del futuro. Otra clara señal de alerta es cuando ya no quiere hablar acerca de planes para el futuro como casarse, tener hijos, o vivir juntos.

En realidad en ese punto Sora no tenía ni idea de lo que debía pensar. Yamato jamás hablo con ella a cerca de eso, es más parecía tenerle cierto temor. Y lo comprendía. No en balde atravesó por el divorcio de sus padres.

El cuarto: Cuando pelea por todo. Si le molesta cada cosa que haces y siempre destaca tus defectos, es tiempo de dar marcha atrás. Además, en esta etapa se encarga de culparte por lo mal que están o porque la relación ya no es igual. Otro síntoma es que suele llegar tarde y de mal humor.

Sora elevó una ceja, otro más para los capciosos, ellos no peleaban, apenas tenían tiempo de verse muy de vez en cuando al final de las clases. Y...

—De mal humor —rumió.

Cuando Yamato estaba de mal humor Taichi se encargaba de llevárselo a sepa los Dioses del Digimundo a donde para calmarlo.

Así que no, a ella no le había tocado soportar al rubio en un arranque de malestar.

El quinto: Cuando ha dejado de ser cariñoso y detallista. Si antes era cariñoso y te sorprendía con pequeños regalos, mensajes de texto, correos electrónicos, llamadas para desearte un buen día o cosas por el estilo, y ha dejado de hacerlo, el interés ya no es el mismo.

La chica bufo. Yamato jamás fue detallista, cuanto menos romántico, así que su relación no había cambiado en nada.

El sexto: Cuando ya no te invita a reuniones con sus amigos. Ya no te involucra en los planes con sus amigos e incluso comienza a verlos más a ellos que a ti. De hecho, muchas veces suele exigir constantemente que le des espacio: no se ven tan seguido, ni comparten tanto, pero aun así se queja de que no le das su "espacio".

Sora lo meditó un rato... "espacio", esa palabra era recurrente en Yamato si se trataba de Taichi. Pero... a ella nunca le pidió espacio. Y a las únicas reuniones de amigos tenían que ir juntos. ¿Contarían los ensayos con su banda? A esos ni siquiera Taichi asistía.

El séptimo: Cuando entre sus prioridades no estás tú. Adelantar trabajo, lavar ropa o ver un programa de televisión son sus excusas para no verte.

En caso de Matt, Sora sabía que no eran pretextos, después de todo vivía solo y las responsabilidades de llevar una casa, porque su padre parecía más inquilino que dueño, eran demasiadas.

Ella no quería ni pensar cómo se las arreglaría si tuviera que hacer todo lo que Matt hace, desde lavar ropa de dos, tener la despensa siempre surtida, hacer las comidas del día, ir a la escuela, hacer tareas, practicar con la banda, además de hacerlos pagos concernientes a luz, agua, teléfono... y muchas, muchas otras tareas que se desprenden del hecho de tener que valerse por sí mismo.

El octavo: Cuando las conversaciones no llegan a ninguna parte. Intentas hablarle del tema, pero siempre es lo mismo, no muestra mucho interés o te dice que todo estará bien, pero las cosas siguen igual. Para la sicoterapeuta Gabriela Flores, cuando estas situaciones comienzan a ser cotidianas en tu relación, es mejor dar un paso adelante y no perder el tiempo en lo que no tiene futuro.

Al considerarlo Sora estaba más que molesta. Que podía saber esa terapeuta de sobrellevar una relación difícil, con una persona que ha tenido que subsistir por sus propios medios a tan temprana edad.

No, definitivamente esa mujer no tenía ni idea de que hablaba, porque si se basar en ese absurdo Test diría que su relación con Yamato murió hacía tiempo y eso estaba muy lejos de pasar.

—Entonces ¿qué hacemos?

Sora elevó la mirada de su lectura cuando escuchó aquella pregunta dicha con un tono levemente fuerte. A unos metros de ella, en la entrada del parque Tai con los brazos cruzados exigía respuesta a un Yamato que solo daba un resoplido irritado.

Con firmeza Matt tomó la mano de Tai para depositar en ella dinero.

—Tú iras a pagar al banco y yo a la tintorería y al correo. Mi padre necesita su esmoquin para mañana temprano y la correspondencia no puede esperar.

—Pero la fila del banco a esta hora debe ser enorme —se quejó Tai dejando colgar sus brazos a los costados con teatralidad.

—Entonces date prisa —respondió Matt sin mostrar remordimiento.

—Esto te va a costar muy caro Ishida.

—Prometo compensártelo Yagami —susurró cerca de su oído haciendo estremecer y ruborizar a Tai, quien se alejó dos pasos y con su mano cubrió la parte de su oreja que el aliento cálido de Matt había tocado.

Taichi lo miró de mala gana, dio media vuelta para realizar el encargo. Una mano sujetó la suya tirando de ella y haciéndolo dar media vuelta.

—Te veo en el estacionamiento del Supermercado para hacer las compras.

Taichi bufo.

—¿También tengo que cargar bolsas de supermercado? —se quejó.

—Tai —nombró Matt acercándose peligrosamente.

Sora que al verlos se había puesto en pie contenía el aliento en su lugar observando el desarrollo de todo, sus actitudes, sus comentarios hasta que... ¿Qué iba a hacer Yamato? ¿Matt no ira a besar...? Negó con la cabeza. Eso era imposible.

Y entonces...

—¡Es mi favorita! —gritó emocionado Tai cuando una paleta de hielo cubierta con chocolate, guarecida dentro de su estrambótica envoltura, fue puesta frente a su rostro.

—Y sólo es un adelanto del premio por ayudarme.

Tai casi aplaudió al tomar el obsequio y ya sin protesta tomó su camino. Yamato sonrió y no se movió hasta que perdió de vista a Yagami, después se marchó dispuesto a terminar con su parte de los deberes.

Sora parpadeo varias veces, acababa de ver al siempre estoico Matt ser juguetón y sobre todo, chantajear, de la forma más linda que se pudiera imaginar a Taichi.

—¿Eso que acaba de hacer Matt se puede considerar como un detalle?

Sora esa tarde volvería a leer el test con mayor detenimiento, pero con otro punto de vista.

Lo que no hace Yamato con ella, pero si con Taichi.

Continuara...

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