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MingJun estaba mirando a la bebé sentada en el suelo. La pequeña de siete meses retaba con la mirada a su padre omega.
¿Quién diría que siete meses se pasaban volando?
La cerradura de la puerta sonó y tanto padre como hija miraron hacía donde aparecería el recién llegado.
Yang JeongIn estaba muy exhausto, cuatro meses atrás había entrado a estudiar su carrera universitaria, y los estudios más la ayuda hacía su pareja con su hija le quitaba el aliento.
—Bienvenido a casa, JeongIn—saludó el omega levantándose pero se detuvo cuando la infante se sujetó a su pantalón—. Junhi, ya hablamos de esto.
El alfa sonrió de lado y dejó su mochila en el borde del sofá para acercarse a su pareja, que extendía sus brazos para abrazarlo.
—Hola Junnie—el omega tiró de la chaqueta de su pareja para darle un beso; pero se separaron cuando la pequeña empezó a llorar.
JeongIn separó sus labios de los de MingJun, y miró a la pequeña que extendía sus bracitos hacia sus padres, en petición de que la cargaran.
—Hola mi pequeña nena—el alfa hizo el intento de agacharse para tomarla en brazos, pero MingJun lo detuvo, abrazándolo por la espalda.
—No levantes a la pequeña Belcebú—y JeongIn miró a su novio que tenía un puchero.
—¡¿Cómo que Belcebú?!
—Esa enana es un demonio—JeongIn lo miró sin comprender—. Me quita tiempo contigo y más eso me amenaza, ¡se porta mal conmigo!
—No lo es, y no te puede amenazar.
—¡Es que lo es! Sólo que no te das cuenta porque ella se porta bien contigo.
—Mi nenita no es un demonio—defendió JeongIn tomando a la pequeña en brazos—, ¿verdad mi niña?
Un sonido intendible fue lo que dijo la pequeña, aunque miró a MingJun que la observaba disgustado, y más cuando la bebé se aferró a JeongIn.
—Te dejaré algo muy claro, pequeño Lucifer, Yang JeongIn es mi Alfa, es mío desde antes que tú existieras—exclamó el omega caminando a la cocina, en busca del biberón de Junhi.
JeongIn sonrió mientras se sentaba en el sofá con la pequeña aferrada a él.
—Tú mamá se queja ya que ahora tú te robas toda la atención, y él está celoso aunque no lo acepta—la infante rió ante las palabras de su padre, él cual empezó a dejar besos en las mejillas de su nenita—. Es muy mimado, y demasiado celoso.
—Eso no es verdad—se defendió el omega trayendo el biberón de la pequeña—. No soy mimado, celoso si soy, pero lo otro no—el Suh tomó asiento en el sofá junto a su pareja y tomó a Junhi en brazos para empezar a darle el biberón. La pequeña que estaba en los brazos de su padre, bebió el biberón claramente feliz—. Glotona—ssusurró MingJun sonriendo, a lo que el alfa también lo hizo.
JeongIn sonrió mirando a su pareja; aunque MingJun pareciera agresivo, y algo impaciente....y bueno, quisiera haber regalado a Junhi el primer mes, para que lo dejara dormir unas cuantas horas; aún así MingJun era un gran padre, y se esforzaba para que Junhi tuviese todo lo que necesitará.
Pero eso significaba muchos sacrificios de parte del Suh, y eso era lo que no le gustaba al alfa.
—Junnie.
—¿Mmm?
—Estuve investigando y la licenciatura en derechos y ciencias políticas ya abrió sus inscripciones—el omega volteó a ver a su alfa—. Deberías inscribirte, se que te gusta la carrera y querías entrar, así que hazlo, se que....
—Ya investigué—y JeongIn lo miró curioso—. Pero entraré el próximo año.
—¿Por qué razón no te inscribirás este año?
—Junhi—susurró el Suh para mirar a su pequeña que aún seguía tomando leche del biberón—. Está muy pequeña y me necesita.
—Podemos dejarla con tus padres o conseguir una niñera, existen opciones.
—No puedo, JeongIn, no ahora, ella es muy pequeña y aunque no parezca me necesita—el omega dejo escapar sus feromonas para de alguna forma arrullar a la infante.
—¿Por eso el próximo año?
—Sí—y aunque JeongIn no le gustaba mucho la idea asintió. No importaba lo que pasara él apoyaba a Suh MingJun.
Su dulce omega que sería un gran abogado.
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La sonrisa de MingJun estaba asustando por completo a JeongIn y a Junhi. Y aunque la pequeña de aproximadamente ocho meses y medio no estuviese segura del mundo alrededor, sabía a su escasa edad que esa sonrisa que su padre omega tenía en el rostro solo anunciaba problemas y no para él, sino para ella o su papá Innie.
Tanto padre como hija observaban como el omega tarareaba una canción mientras conducía por las calles de Seúl, a una velocidad más calmada de lo usual, y eso les aterraba.
—¿A dónde vamos, bebé?—el omega detuvo su tararear y miró a su alfa seriamente ocasionando que este tragara grueso.
—Hoy es 9, Yang JeongIn. ¿Acaso se te olvidó que había el día de hoy?
—¿Mi suegro está de cumpleaños?
—Muy gracioso, JeongIn—la bebé que iba sentada en su puesto de seguridad, decidió que lo mejor sería dormir mientras los adultos se mataban.
—P-Perdón MingJun, se me olvidó.
—Hoy Junhi tiene cita médica y yo también, tú mismo las pediste, tu padre nos atenderá—y el alfa se dió un golpe al recordarlo.
—¡Carajo! Se me olvidó—Mingjun que detenía el auto al encontrarse con un semáforo en rojo, dió un golpe en el brazo de su pareja.
—Estuvimos de acuerdo en que no diríamos groserías, no queremos que Junhi sea una pequeña copia mía.
—Cierto, perdón—el omega volvió a retomar el camino hacía el hospital; pero miró de reojo como la cachorrita estaba dormida, una sonrisa cubrió sus labios.
—Ya quiero verla llorar—dijo el Suh sonriendo, aunque se tratara de su propia hija. MingJun era vengativo.
Pero, ¿cómo no serlo si ese pequeño demonio que iba en el puesto de atrás y que ya tenía varios dientes, los había estrenado mordiendo la cara de su madre? Así pensaba el Suh
El resto del camino siguió en silencio y calma, o fue así hasta que llegaron al hospital.
Y es que cuando JeongIn desabrochó el cinturón de seguridad de Junhi para sacar a esta del auto, la bebé vió a una enfermera, y su instinto de supervivencia le dio a entender que esa señora era mala.
—Junhi, cálmate preciosa—pedía un JeongIn a nada de llorar, mientras sostenía en sus brazos a la bebé que lloraba desconsolada abrazada a su peluche de Piu Piu.
Peluche que para aclarar había creado una disputa entre MingJun y la niña; porque ambos lo querían.
—Dámela—JeongIn que ya estaba llorando al no poder calmar a la pequeña hizo lo que pidió Jisung, y le pasó la bebé a éste—. Te he dicho muchas veces que no demuestres tu miedo, o ella lo sentirá, literalmente, tus feromonas apestan a terror—exclamó el omega, para arrullar a la pequeña que al sentir las feromonas del mayor empezó a calmarse, al igual que JeongIn—. Mejor será que entremos, o perderemos la cita.
El alfa estuvo de acuerdo y tomo el maletín que el omega le extendía, donde se encontraban los documentos y cosas de la bebé.
MingJun llevó a su hija hacía la entrada del hospital y luego entraron la sala de pediatría. Ahí se encontraron a varias parejas con sus hijos, la mayoría eran personas ya un poco adultas, los más jóvenes eran ellos y otra pareja que tenía a una nena de la edad de Junhi.
—Buen día, mi hija tiene consulta con el doctor Youn JeoGin—dijo MingJun a la recepcionista.
—Buen día joven, me dice el nombre de la pequeña y el suyo—pidió la asistente beta apenas viendo al omega, ya que su mirada estaba en el alfa tras de MingJun
—Sí, el nombre de la bebé es Yang Junhi, y Suh MingJun—la mujer asintió y apartó su mirada de JeongIn para escribir el nombre en el computador.
—Aquí esta, Yang Junhi tiene cita para las 11:00 a.m. junto a su madre; bueno irían después de los Hamada, la pareja que se encuentra por allá—MingJun miró la dirección a la cual la mujer le señalaba y, asintió cuando los vio—. Pueden ir a sentarse, por cierto tienen una hija preciosa.
—Gracias—dijeron a la vez MingJun y JeongIn,.ambos sonriendo entre ellos.
—Es muy linda, parece una zorrita, al igual que su madre—y MingJun se detuvo para mirar a la mujer—; aunque son muy jóvenes.
—Disculpa, ¿le acabas de decir zorra a mi hija, y a mi también?—y la mujer tragó grueso ante la mirada iracunda del omega—. JeongIn sujeta a Junhi—el alfa lo hizo al presentir lo que venía en escasos segundo—. ¿Tienes algún problema con los padres jóvenes?
—Yo, claro que no, pero son muy jóvenes para tener una pequeña niña, a mi parecer no están listos...
—Mira, en primer lugar no andes criticando que nadie pidió tu opinión; en segundo lugar tú no estas criando a mi hija y, no tienes derecho a decir si lo estamos haciendo bien o mal; y, en tercero no te golpeó porque quiero que evalúen a mi hija y no me pueden sacar del hospital. Mejor me calmo o haré algo de lo que me arrepienta...
—¡Mingjunnie!—el omega que estaba claramente cabreado volteó a ver a quién lo había llamado encontrándose con su suegra portando una bata de médico. La alfa abrazó al omega en un intento de calmar el enojo de este que se notaba a leguas— ¿Cómo está mi yerno querido?
La beta abrió sus ojos desmesuradamente para mirar a la directora del hospital y luego al omega que estuvo a nada de golpearla. ¿Ese era el yerno de la Ceo? ¿Ese alfa bonito era el hijo de la alfa?
—Estoy enojado pero usted no tiene la culpa—la alfa soltó a su yerno y corrió como una niña pequeña hacia su hijo y nieta, y de forma apresurada arrebato de los brazos de JeongIn a Junhi.
La pequeña sonreía ante las atenciones de su abuela.
MingJun al ver la escena olvidó su enojo y se acercó a su pareja que lo sujeto de la mano.
—¡Que hermosa Bebé!—dijo la señora Seojoo dando besos en las mejillas de su nieta que reía feliz.
—Voy a sentarme—JeongIn estuvo de acuerdo y soltó la mano de su omega para que este tomará asiento cerca de los Hamada, que pronto estaban platicando con MingJun. En especial el omega Hamada.
—Mamá—la alfa miró a su hijo que se veía algo confundido—. ¿Crees que MingJun esté bien? Esta algo más posesivo.
—Lo está, es solo que los omegas con hijos pequeños se vuelven más recelosos con estos, y eso pasa con MingJun—Seojoo le pasó la bebé a JeongIn que la tomó—. Sólo vine a saludar, debo volver a cirugía antes de que JeoGin me vea y me dé una patada en el culo.
—Está bien, nos vemos después—la alfa dió un beso en la mejilla de su nieta y sin más se fue.
JeongIn fue con la pequeña a donde MingJun estaba conversando animadamente con otro chico.
—Innie, él es Yasu y él es Asahi—presentó MingJun tomando en brazos a Junhi—. Son los Hamada, y ella es su hija—el omega Suh señaló a la pequeña bebé que estaba en el regazo de Yasu.
—Ella es nuestra pequeña Mashiro, es algo tímida—dijo el chico de nombre Yasu cuando tanto Junhi como JeongIn observaron a la bebé.
Junhi extendió sus brazos hacia la pequeña Mashiro que seguía abrazada a Yasu. La pequeña Yang al ver que su padre no prestaba atención empezó a bufar para llamar la atención de éste, y al tenerla volvió a extender sus manitas hacía la pequeña Hamada.
—No Junhi, Yasu no te puede cargar, tiene a Mashiro en brazos—pero la niña estaba contrariada a hacerle caso a su madre y volvió a extender sus manitas, pero estas vez sujetando a Mashiro por su vestidito—. Junhi, suelta a Mashiro o dañarás su vestido.
Pero Junhi miró mal a MingJun y soltó lo que aparento un gruñido, cosa que sorprendió a los presentes.
Una carcajada más el sonido de aplausos hizo que los mayores mirarán a la persona recién llegada.
Youn JeoGin sonreía feliz mientras se acercaba a MingJun y JeongIn.
—Suegro—dijo MingJun cuando el omega mayor estuvo frente a él.
El Youn acarició la cabecita de Junhi que miro a su abuelo.
—Felicidades JeongIn y MingJun, la pequeña Junhi es una alfa—el omega y el alfa se miraron asombrados—, y ella solita acaba de encontrar a su destinada.
Y todos voltearon a ver a Junhi que todavía se sujetaba a Mashiro.
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