—No Puedo Creer Que Pasaste Con Notas Excelentes—murmuró Seongmin mirando la boleta con las notas finales de MingJun.

El Omega había salido sobresaliente en cada materia.

—Te lo dije, no soy un bruto—respondió el bicolor guardando sus cosas en su maletín, por fin era el último día en ese infierno llamado escuela.

Las vacaciones empezaban esa misma tarde y estaba feliz de no tener que ver la cara de sapo del director, por unos cuantos meses.

—¡Aún. No. Lo. Puedo. Creer!—exclamó Seongmin alterado—. Incluso hiciste el examen de Física con una resaca que te mataba.

—¿Qué te digo?—el omega Suh se colocó su mochila en los hombros—. Me voy, JeongIn me está esperando para ir por un helado.

—¡Claro, Olvida A Tu Mejor Amigo Desde Los Seis Años!

—Te conseguí una cita con Johae te está esperando afuera del colegio—y el bicolor salió riendo ante la cara de sorpresa de Seongmin.

—Mañana es tu cumpleaños—dijo JeongIn mirando como MingJun solo asentía sin prestar atención a sus palabras—. ¿Te sientes bien?

—No mucho—confesó el bicolor apartando el vaso con helado que tenía frente a él, al notar como las náuseas lo rodeaban.

—Te dije que te daría gastritis si no comías bien, pero tú solo estudiabas sin comer,  ¡ahora tienes gastritis!—regaño el Alfa, levantándose de donde estaba para sentarse junto a su novio—. ¿Si quieres mejor te llevo a mi casa, y le digo a mi mamá que te revise?

—Te lo agradecería infinitamente—y el Alfa se volvió a levantar para ayudar a su novio que se veía claramente mareado. MingJun se sentía del asco—. Te tocará conducir, pero si le causas un rayón a mi bebé, te mataré—amenazó el bicolor, ya que su auto era algo de lo que más apreciaba.

━━━━━━━━━━━━━━━

—Correcto—dijo Yang Seojoo volteando a ver a su hijo—. MingJun tiene gastritis.

—Te lo dije—y el Omega rodó los ojos—. Debiste comer mejor.

—No lo regañes, JeongIn, que tú como su novio debiste velar que viniera, sabes que MingJun es un Omega y debe tener muchos mejores cuidados que tú.

—Mamá, hablas del chico que lleva una navaja en su maletín.

—En caso de una emergencia—aclaró MingJun brindándole una pequeña sonrisa a su suegra, que le acarició los cabellos.

—Te comprendo Junnie, en mis tiempos mi esposo cargaba un cuchillo, y créeme cuando le robe un beso, él me apuñaló, no grave pero lo hizo.

—¡Mamá!—el tono de regaño del Alfa menor provocó una sonrisa en la mayor.

—Hablando de tu padre. ¿Ya le dijiste a MingJun?—y el Omega miró a su novio sin entender.

—Aún no. ¡Dañaste la sorpresa mamá!—reclamó el Yang menor, mientras hacía un puchero.

—¿De qué hablas, Innie?

—Verás...siempre bueno, cuando empiezan las vacaciones siempre me voy a Busan, y este año lo haré también...

—¡Me Dejarás!

—¡No Lo Haré!—respondió JeongIn de inmediato al ver la cara de pánico de su novio—. Lo que quería decirte es que... bueno, hablé con tus padres y me dieron permiso para que vengas a Busan conmigo...durante dos meses y medio.

—¡¿Enserio?!—el de cabellos oscuros asintió, y pronto su novio estaba sobre él, besando sus labios.

—Yo ya sobró aquí, cualquier cosa estoy en mi oficina—y Seojoo se retiró dejando a su hijo, con su novio sentado sobre su regazo—. ¡Aún no quiero ser abuela!

—¡Mamá!—y la risa de Seojoo dejó a ambos chicos sonrojados.

—¿Qué les prometiste a mi familia para que me dieran permiso?—el Yang bajo la mirada—. ¿Innie?

—A tu papá Ten le prometí el libro de recetas de mi abuela, a tu padre Johnny un libro para su colección privada, y a Allen-sunbae le prometí alejar a Seongmin de él.

—Grandes tratos.

—Lo sé, pero ahora pequeño omega gruñón, te prepararé algo de comer, no puedes seguir con gastritis—el Alfa tocó el estómago de su novio—. Vamos a llenar tu pancita.

—Pero no tengo hambre.

—Si te sigues quejando, te prepararé sopa, aunque haga una calor horrible—y MingJun frunció el ceño e hizo un puchero—. No me hagas esa cara.

—Quiero pizza.

—Pues no habrá pizza, hasta que te recuperes de tu gastritis—el Alfa beso la frente de su novio—. Ven vamos a la cocina...o quédate mirando la televisión.

—¿Puedo ver Molang?

—Claro que sí, bebé.

Y MingJun se quitó del regazo del mayor para sentarse en el sofá. JeongIn se levantó y fue a la cocina para prepararle algo de comer a su lindo novio.

Aunque en la cocina algo captó su atención, MingJun no solo era envuelto por su común aroma a chocolate y frambuesas, un dulce toque de vainilla se sentía en las feromonas del Omega.

Aunque JeongIn solo sacudió su cabeza ignorando ese extraño pensamiento.