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MingJun estacionó el auto de su padre, en el espacio libre del estacionamiento de su casa, sin más se bajó al igual que JeongIn. Ambos caminaron con calma hacia la puerta de la entrada de la casa Suh, pero antes de tocar el timbre, la puerta se abrió dejando ver a un Suh Allen claramente enojado.
—¡Estás. Muerto!—exclamó el peli verde claramente enojado mientras salía de la casa, para lanzarse sobre JeongIn con la clara intención de golpearlo.
El Alfa Yang entró en un mini shock, sabía que el golpe que se llevaría sería muy fuerte y probablemente le haría un moretón de unas cuantas semanas. Pero lo que no esperaba era que de pronto su novio y cuñado estuvieran partiéndose la vida en el suelo.
Porque sí, MingJun agarro a golpes a su hermano mayor.
—¡TE DIJE QUE NO TE METIERAS CON MI ALFA, ESTÚPIDO DE MIERDA!—gritó MingJun, dejando un puñetazo en el rostro de su hermano mayor, el cual escupió algo de sangre, y sin pensarlo mucho le regreso el golpe al menor, que sintió el sabor metálico de la sangre en su paladar.
Y otro golpe fue a la cara del peli verde, que no dudó en golpear a su hermano menor.
En cambio JeongIn estaba impotente, no sabía qué hacer, su pequeño novio ya tenía el labio roto, y si eso seguía quedarían en el hospital.
—¿Intervenimos?—inquirió Ten Lee mirando a su esposo, que al igual que él veían como sus hijos se estaban moliendo a golpes, desde la ventana.
—No, déjalos un rato, ya los conoces—y el Alfa mayor tomó la mano de su Omega para llevarlo hacia la cocina, aún escuchando de fondos los insultos que se decían mutuamente sus hijos.
—¿Johnny?—la voz angustiada de Ten, hizo que el Suh lo volteara a ver y soltara un bufido.
—¡Se Van A Matar!—susurró Yangyang saliendo de la cocina con un plato con cereal—. Mi mesada a que Allen sale más herido que MingJun.
—¡Calla Yangyang!—exclamó Ten mirando molesto a su sobrino que se encogió de hombros y subió las escaleras para ir a su habitación.
—Intervenimos si MingJun le fractura una costilla ha Allen, sino pasa eso, ellos podrán arreglar sus problemas por su propia cuenta.
—Tus dos hijos se están rompiendo la vida allá afuera—exclamó Ten molesto de que su esposo no interviniera—. Ve a Detenerlos, ¡ahora!
El mayor rodó los ojos, y soltó la mano del contrario para ir hacía la salida de su casa; aunque no fue necesario que interviniera, y es que JeongIn sujetaba a un enojado MingJun por la cintura. En cambio Allen estaba escupiendo sangre arrodillado en el suelo.
—¡Suéltame. Yang. JeongIn!—el Alfa Yang parecía recio a soltar a su novio que se movía como un gusano, para tratar de escapar y seguir golpeando a su hermana mayor.
—Cálmate—y aunque MingJun no quisiese obedecer esa orden de parte de JeongIn lo hizo. Su lado Omega lo hizo.
Allen que estaba arrodillado limpiándose la sangre que escapaba de sus labios miró algo sorprendido al Yang. Ese mocoso cara de mapache había detenido a su hermano con solo usar su voz de mando. ¿Qué Carajos era ese chico? Él tantas veces había tratado de usar su voz de mando en MingJun y lo que había recibido era un golpe en la entrepierna de parte del bicolor.
—JeongIn, lleva a MingJun a su habitación, y si puedes limpiar sus heridas te lo agradecería mucho—dijo Johnny mirando al novio de su hijo, que acepto con un asentimiento de cabeza, y a rastras llevo a MingJun al interior de la casa. Las quejas del Omega aún se escuchaban.
—¿Qué es ese chico?—inquirió Allen sentándose en el suelo, Johnny tomó asiento junto a él.
—El novio de tu hermano—el contrario soltó un quejido al tocar su pómulo derecho, de verdad que su hermanito golpeaba fuerte.
—Sabes bien de lo que habló, tu mejor que nadie conoces el carácter que se carga MingJun y, ese mapache lo controlo usando su voz de mando, que ni siquiera es algo así que sorprenda.
—Ese mapache es el destinado de tu hermano—y Allen se ahogó con su propia saliva, algo aturdido miró al mayor claramente sorprendido.
—Creí que Junnie no lo encontraría, ya sabes por como es—el peli verde alzó la mirada y vio el cielo lleno de estrellas—. Desde lo del desgraciado de Isihul, creí....
—JeongIn lo golpeó.
—¿A Isihul?—el pelinegro asintió, con la mirada perdida—. Es imposible.
—Lo vi con mis propios ojos, cuando fuimos a Iksan ese malnacido trató de ya sabes... acercársele a Junnie, pero JeongIn intervino, ¿Acaso eres idiota, Allen—el peli verde miró a su padre sin comprender—. ¿Crees que dejaría que mi hijo omega saliera con un Alfa que no le convenía?
—Creo que si lo soy, no pensé en eso, obvio que mi papá Ten lo aceptaría, el chico cocina así que era un sí claro de parte de papá; aunque me preguntaba ¿porqué lo habías aceptado?
—Ven conmigo—Johnny se levantó y Allen lo hizo tambiéb. Ambos entraron a la casa y subieron las escaleras, hasta llegar frente a la puerta de la habitación de MingJun.
Con cuidado Johnny entreabrió está, y lo que Allen vio lo hizo sonreír levemente, ya que su labio dolía.
JeongIn limpiaba con mucho cuidado las heridas que el menor de los Suh tenía en la cara, mientras se disculpaba inmensamente con el contrario que tenía sus labios en un tierno puchero. Nunca había visto a su hermano comportarse de esa forma, y sin más Johnny cerró la puerta.
—¿Ahora lo notas?
—Sí—y el Alfa mayor sonrió para bajar las escaleras.
Eran alrededor de las 12 de la medianoche y Allen caminaba por el pasillo de su casa, ya JeongIn se había ido luego de limpiar las heridas de MingJun.
Allen tocó la puerta de la habitación de su hermano, luego de unos minutos está fue abierta dejando ver a un MingJun con una pijama de Pikachu.
—¿Qué quieres, Allen?—inquirió el menor, mirando molesto a su hermano—. ¿Vienes a decir algo de mi Innie?
—Sí—y el Omega apretó sus pequeñas manos vendadas ya que se había roto los nudillos golpeando al mayor, que también tenía vendas en cuerpo y banditas en el rostro. El menor estaba en las mismas condiciones.
—Entonces, vete a la mismísima mie...
—Aceptó a tu novio—y el bicolor se paralizó ante las palabras de su hermano mayor.
—¡¿Estás Drogado?!
—No—el mayor escondió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón—. El mapache tiene mi respeto, se lo ganó, dile eso, ahora vete a dormir.
Y sin más el mayor se dio la vuelta para ir a su habitación.
—Allen—llamó.
—¿Uhm?—y el Alfa se paralizó cuando sintió como su hermano lo abrazaba por la espalda. Suh MingJun estaba siendo cariñoso.
—Gracias por aceptarlo—y el mayor escuchó un pequeño sollozó de parte de su hermano—. Esto me hace muy feliz.
Y Allen supo que no podría separar al mapache de su hermanito, porque sino rompería el corazón de MingJun como había ocurrido con el suyo propio años atrás.
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