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MingJun dejo escapar un jadeo cuando sintió las feromonas de excitación de JeongIn. La habitación se sentía caliente, era como un infierno. Un excitante infierno en el cual el Omega quería quemarse.
El Suh se apoyó contra la puerta de cuando vio los rojos ojos de JeongIn. Definitivamente su novio estaba fuera de sí. Su Alfa estaba en completo total.
—Omega—la voz de mando del Alfa provocó que MingJun soltara un bajito gemido mientras se apoyaba mucho más a la puerta, como si está fuera su única salvación para evitar que su Omega tomará posesión de su cuerpo.
—Innie—exclamó MingJun con la voz ahogada. Y con cuidado camino hacia el Alfa que se removía en la cama tratando de soltarse de las gruesas correas de cuero que lo sujetaban a esta—. JeongIn, cálmate—y un gruñido fue lo que recibió.
—Alfa, sólo Alfa—dijo de forma grave JeongIn cosa que asustó un poco a MingJun.
—A-Alfa...cálmate por favor—el mayor lo miró de forma inmediata y soltó un gemido al sentir las dulces feromonas del Omega.
—Omega, te necesito—y MingJun solo pudo morder su labio de forma nerviosa.
Lo pensó una y otra vez, y sin más se acercó a los amarres que sujetaban a JeongIn.
Uno a uno lo soltó empezando por el de los pies, luego soltó el que sostenía la mano derecha del Alfa. Y cuando soltó el de la mano izquierda del Yang, pronto se vio apresado por el Alfa que se restregaba contra él.
—Omega...mi Omega—y MingJun no pudo responder debido al beso que el contrario le robó.
Era un beso desordenado, lujurioso, y el Omega se separó soltando un gemido, pero el Alfa no le dio tregua en cambio sujetó al menor por los rellenitos muslos de este para alzarlo. Por inercia MingJun rodeo las caderas de JeongIn con sus piernas.
No sabía que JeongIn tenía tanta fuerza.
El Alfa volvió a besar al Omega que se sostuvo de los hombros del Yang que apoyo el delgado y pequeño cuerpo del Omega contra la pared.
La fría pared creaba un gran contraste con la piel de JeongIn, la cual se sentía caliente.
MingJun soltó un leve chillido cuando los labios de JeongIn dejaron los suyos, para bajar por su cuello, dejando pequeñas mordidas y chupetones en este.
—¡Alfa!—casi gritó el menor cuando el contrario apartó o más dicho arrancó la camiseta que el Omega llevaba, convirtiendo está en simples trozos rotos de tela.
Al mayor no le importó el reclamo de su novio y aún sosteniendo al chico de las caderas bajó para pasar su lengua por el pezón derecho del menor, que aún a pesar de la incomoda posición se retorció al sentir una descarga de placer recorriendo su cuerpo.
Jamás se había tocado así. En sus celos se la pasaba llorando y durmiendo así que el libido sexual en verdad casi ni le importaba.
El Alfa se apartó para ver la expresión de placer del rostro de su Omega. MingJun jadeó cuando fue dejado de forma brusca en la cama. Aún con los ojos entrecerrados observó el rostro de JeongIn, el cabello del mayor se pegaba a su frente, y su mirada carmesí escaneaba el lascivo rostro de MingJun.
La erección de JeongIn era muy palpable a través de su ropa, y MingJun jadeó cuando el contrario empezó a frotarse contra él, buscando aliviar aquella molesta y ardiente excitación que sentía.
El Suh gimió de forma alta cuando el mayor empezó a mordisquear sus pezones, los cuales eran un punto erógeno en cualquier Omega.
—Oye, Seojoo—la Alfa miró a Ten que sonrió de forma nerviosa—. La invitó a un café. ¿Qué dice?
—Acepto, aparentemente no podremos "alejarlos", así que vamos por un café y un postre también.
—Vamos entonces—y ambos padres salieron de la casa, aún escuchando los pequeños gemidos y gruñidos que escapaban de la habitación de JeongIn.
JeongIn había jodido a MingJun por completo.
El Omega se encontraba respirando con dificultad, mientras se sujetaba a las sábanas de la cama de JeongIn. Un gemido más un gesto bastante erótico se mostró en el rostro del Suh, cuando JeongIn volvió a empujar dos de sus dedos en la entrada anal de su Omega.
Jamás el omega había sentido algo así.
Y ahora MingJun quería más, necesitaba más. Quería que su Alfa lo hiciera suyo, anhelaba que JeongIn lo tomara, como un Alfa debía hacer con su Omega.
—Innie, más—pidió con dificultad el menor, mientras se retorcía en la cama, sus ojos habían adquirido cierto tono claro, su Omega y él estaban a la par, ambos deseaban y anhelaban lo mismo.
—Omega...bonito Omega—murmuró JeongIn, bueno su Alfa ya que aún este tenía el control del cuerpo del Yang—. Solo mío.
—Solo tuyo JeongIn...¡ALFA AHHH!—el grito que brotó de los labios de MingJun, que probablemente se escuchó hasta casa de los vecinos, se debió a que el Alfa había introducido su miembro dentro del aún estrecho agujero del menor.
El Omega se removió y solo se aferró a los hombros del mayor, sus largas uñas ocasionando finas líneas sangrientas en la espalda del Alfa, que solo dejo escapar un gruñido mientras arremetía de forma fuerte contra el interior del Omega, que tiró su cabeza hacia atrás. Sus ojos se pusieron en blanco de forma breve.
JeongIn estaba siendo rudo, y a MingJun le gustaba en cierta manera, pero también queria tener a su Innie con él, ver los lindos y oscuros ojos de su novio.
—¡AHHH, JEONGIN!—y la voz de MingJun hizo eco en los oídos del Alfa, que se detuvo aún con su pene dentro del ano del más joven, que jadeaba tratando de tomar algo de oxígeno. MingJun entreabrió sus ojos, y miró confundido al Alfa, deseaba saber porque se había detenido si se estaba sintiendo tan bien.
—Junnie...—y MingJun sonrió cuando vio las mejillas rojas del Alfa sobre él, y esos lindos ojos oscuros que lo habían enamorado—. Ju-Junnie...perdón, y-yo no...no que-ría abusar...de tí...soy un mal...
Pero el bicolor solo lo beso, y mordió de forma leve el labio inferior del Alfa.
—Mierda, no eres un mal alfa, ni avisaste de mí, di mi consentimiento, además vine aquí por voluntad propia. Ahora quiero que continúes, JeongIn, porque esta vez sí eres tú—el Omega volvió a besar a su novio, y luego dejo una pequeña lamida sobre la manzana de Adán de JeongIn mientras movía sus caderas en círculos sacando jadeos del Yang—. Vamos Alfa, folla a tu Omega, hasta que quede ronco, haz lo que desees conmigo.
Y esas sucias palabras dichas por MingJun hicieron que una ola de excitación recorriera el cuerpo de JeongIn hasta concentrarse en su vientre bajo, y aún con algo de vergüenza, retomó a sus embestidas contra el cuerpo de su novio, que se mordía los labios con tanta fuerza, que el inferior empezó a sangrar levemente.
—Te críare tan bien, Omega, llevaras a mis cachorros en tu vientre—murmuró JeongIn, dejando cegar por la lujuria y por sus más oscuros deseos.
El Suh se aferró a las sábanas, cuando la mano de JeongIn empezó a apretar su sensible miembro, sus ojitos se llenaron de lágrimas por la acumulación de sensaciones.
—Innie—gimoteó con los ojitos brillantes.
—Vente para Alfa, pequeño Omega.
Y ese susurró de parte del Alfa sobre el oído del menor, junto a una lamida en la glándula odorífera del Omega, mientras que a la vez daba un fuerte golpe en la próstata del menor, provocó que este encontrará su liberación. Su cuerpo sufriendo pequeñas convulsiones por el fuerte orgasmo que su Alfa le había producido.
Pero JeongIn aún no se venía, y a pesar de que MingJun se encontraba sensible, el Alfa siguió penetrando una y otra vez a un ritmo constante en la apretada entrada de su Omega.
MingJun ya no era aquel temerario chico, ahora solo era un omega lloroso y balbuceante, estaba tan hipersensible que sentía que moriría si JeongIn continuaba así.
El Alfa escondió su rostro en el cuello del omega, y sus graves gemidos fueron un deleite para el oído del Suh, que estaba ansioso esperando que su novio lo mordiera. Qué creará un vínculo con él, pero cuando por fin el Alfa encontró la liberación dentro del cuerpo del menor, lo que MingJun recibió fue un pequeño beso sobre donde debería ir la marca que le haría su Alfa.
—Alfa...¡márcame!—lloriqueó MingJun pero JeongIn negó, mientras sentía como aún las paredes anales del menor apretaban su pene.
—Aun no, mi pequeño Omega...aún no.
Y el nudo empezó a formarse en la base del pene del Alfa, MingJun hizo una mueca por la expansión de sus sensibles paredes anales, pero JeongIn solamente empezó a dejar besos en las esponjosas mejillas de su novio, que tenía los ojos algo lloroso por las sobre estimulaciones que había sufrido minutos antes.
—Te amo JeongIn—exclamó el omega—. Vine aquí porque mi omega ya no podía estar lejos de ti.
—Y yo te amo a ti, MingJun, y prometo que pronto te marcaré—y dejó un suave beso en los labios del omega.
El nudo de JeongIn ya había bajado, por lo que ahora el Omega estaba acostado sobre su novio, que acariciaba con cuidado su cabello y espalda desnuda.
Estaban exhaustos y sudorosos, pero no querían alejarse uno de otro, después de una pequeña siesta, se bañarían.
Cuando MingJun estaba a nada de quedarse dormido sobre el pecho del Alfa, que se encontraba en iguales condiciones. La puerta fue abierta de una fuerte patada.
—¡ESTÁS MUERTO HIJO DE PUTA!—exclamó un chico de cabellos azules y con un tatuaje en el cuello señalando a JeongIn. Su fuerte olor a tierra mojada demostraba que era un Alfa y uno muy fuerte por los ojos casi rojos que tenía.
—¡Allen!—dijo de forma sorprendida MingJun cuando miro a aquel chico, algo avergonzado cubrió su cuerpo con la sábana que estaba sobre él y JeongIn.
—¿Q-Quién es usted?—inquirió JeongIn algo avergonzado por la posición en la que se encontraba.
—¡EL HERMANO MAYOR DEL CHICO QUE ACABAS DE COGERTE!
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