JeongIn caminó por los pasillos de la escuela con una grata sonrisa. Estaba feliz, muy feliz.

Había sobrevivido a una semana de viaje con la familia Suh y después de que golpeará a Isihul, todo había mejorado.

Ya Suh Johnny lo consideraba su yerno, aunque en verdad no le hubiese pedido a MingJun que fuera su novio.

—Hola, JeongIn-Oppa—saludó una de las compañeras de clase del Alfa. Este la miró confundido ya que era la primera vez que está le hablaba.

—Ahm. ¿Hola?

—Soy Kim Jiehun, estamos en el mismo salón de clases—el Alfa asintió y sonrió de forma nerviosa. ¿Porqué razón esa Omega le hablaba?—. Escuché que sales con Suh MingJun el Omega problemático del edificio A. ¿Eso es cierto? Sabes no es un buen Omega, es muy malo, ni siquiera debería ser un Omega—JeongIn sujetó la pequeña cajita que llevaba en sus manos, con fuerza, los comentarios de esa chica lo estaban molestando—. Un Omega debe ser delicado, sumiso y hermoso, así como yo, en cambio él...

—Es perfecto como es—exclamó con molestia el Yang—, y no, no estamos en una relación, apenas estamos en fase de cortejo.

—¿Cortejo? Qué anticuado eres Jeonginnie, ya nadie corteja a nadie. Sólo pasas un buen rato y ya—dijo esta vez la chica, agarrándose del brazo del Alfa que arrugó su nariz al sentir el aroma de la chica. En aquellas feromonas se notaba el deseo, pero tanto a JeongIn como a su Alfa le dieron náuseas—. ¡Qué lindo regalo! ¿Puedo verlo?—inquirió la femenina dispuesta a tomar la pequeña caja adornada, cosa que no logro cuando JeongIn le brindó un gruñido amenazador.

—No lo toques—sí, estaba molesto, porque nadie tocaría el detalle más preciado que le daría a su Omega.

Suh MingJun estaba molesto...¡No! Se encontraba furioso y ardiendo en celos. ¿Qué hacia esa Omega hablando con su Alfa?

—Sabes que el director dijo que donde golpees a otra persona, te suspenderá una semana y media—informó Seongmin mirando a la pobre Omega que su amigo desearía arrancarle el cabello.

—Lo recuerdo—el Suh dejó escapar un bufido, y una idea pendeja surgió en su mente—. Seongmin, tú puedes ir a apartar a esa....Omega.

—¡No lo Haré!—chilló Seongmin de inmediato.

—Lo harás, o iré al edificio C y le diré a Park Johu todo lo que sientes por él.

—¿No te ateverías, maldito?

—¿Lo dudas? Recuerda que soy un desvergonzado y no me importa decir cualquier cosa.

—Te odio—y el casi peli blanco fue hacía donde estaba el Yang conversando con aquella chica.

MingJun por otra parte veía la escena enojado, si Seongmin no la alejaba, no iba a poder controlarse.

Seongmin a regañadientes caminaba hacia el casi novio de su amigo, y la Omega con la que este conversaba.

—Hola, mapache—saludó Seongmin apartando a la Omega para brindarle un abrazo a JeongIn, cosa que el Alfa agradeció. El tener lejos a esa Omega.

—Hola, Seongmin ¿Sabes dónde está Junnie?

—Si, te llevaré con él—Exclamó el Ahn, feliz de haber logrado su cometido.

—¿Cómo qué te vas?—inquirió la irritante de Jiehun—. Aún no terminamos de hablar Alfa.

—Yo ya no debo hablar nada con usted...

—Claro que sí—dijo la chica, apegándose otra vez a JeongIn, pero esta vez acercando sus labios a los del Alfa.

Pero antes de que JeongIn o Seongmin la apartarán, otra persona lo hizo. Y fue Suh MingJun.

—Hasta aquí llegaste, perra—exclamó el Omega para dejar una sonora bofetada sobre la mejilla derecha de la femenina—. No te acerques a mi Alfa.

—Junnie...

—¡¿Y Tú?!—el Omega volteó a ver enojado a JeongIn—. ¡Te ibas a Dejar Besar Por Ella!

Pero JeongIn no pudo explicarlo, debído a que:

—¡SUH MINGJUN ESTÁS SUSPENDIDO!—gritó el director Shin—. ¡A mi oficina ahora!

Ten Lee negó cuando vio a su hijo sentado en el sofá, mientras lloraba y veía una serie. El menor se encontraba comiendo helado, y portaba una sudadera algo grande perteneciente a JeongIn.

Una de las prendas que el Alfa le prestó para pasar su celo, y la cual el Omega nunca devolvió.

Desde que lo habían suspendido había transcurrido los dos últimos días haciendo lo previamente mencionado.

—¡VATE A GUSU CON ÉL! ¡LAN ZHAN TE AMA PENDEJO!—gritó el Omega mientras volvía a llorar.

—¿Reservamos un cupo en un manicomio?—inquirió Johnny mirando a su hijo, a lo que Ten le dio un leve golpe.

—No, tengo una mejor idea—y el Omega mayor fue a la cocina.

—¡NO TE VALLAS!—Johnny miró asustado a su hijo—. ¡NO WEI WUXIAN!

Si Ten no conseguía arreglar eso de forma rápida, de verdad que reservaría un cupo en un manicomio.

MingJun abrió la puerta de su casa, no le importó tener los ojos hinchados por llorar, y mucho menos, su apariencia. Se sentía mal. Y fuera quien fuera esa persona que había tocado el timbre, quizás se llevaría una mala palabra del Omega.

Pero el Suh se paralizó cuando vio a ese Alfa sonriendole de forma inocente, mientras tenía un envase de helado en las manos.

—Hola Junnie. ¿Podemos conversar?

Maratón 1/3