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━━━07

—¿Crees llegar pronto?—inquirió JeongIn en la llamada.

—No, tengo turno doble, pero sino puedes cuidar a Daeyang, solo dile a Eunji.

—No puedo mamá, se lo prometí a la tía Eunji—el timbre sonó—. Creo que ya llegó, adiós.

—Adiós, pero no te preocupes no será tan malo, estoy segura.

—Me das miedo diciendo eso—y sin más colgó la llamada. Corrió hacia la puerta para abrir esta misma, encontrándose a la hermana menor de su madre, y a su pequeño primo de 7 años—. Hola tía Eunji, hola Daeyang.

—Hola Innie cariño, gracias por cuidar a Daeyang, no sabes el favor tan grande que me haces. Las cosas de Daeyang estan en su mochila, si algo grave pasa me llamas, vengo a buscarlo a eso de las 7 p.m

—Está bien tía, yo me encargo de Daeyang.

JeongIn sonrió viendo como su tía le decía algunas cosas a su pequeño primo. Le recordaba a su mamá. Cuando la femenina se retiró. JeongIn y Daeyang quedaron solos, fue donde el Yang recordó que en verdad no sabía como cuidar a un niño pequeño.

Él era un niño pequeño, <<¿Cómo un niño cuidaba a otro?>> se dijo JeongIn, bueno quizás su mamá lo mimaba mucho.

—JeongIn—El Alfa volteó a ver al más pequeño que hacia un puchero—. ¿Quieres jugar fútbol conmigo?—jugar, le pedían jugar a él que no servía ni para correr por su vida. Justo dos días atrás se había estrellado contra un árbol cuando huía de Suh Johnny.

—Primero vamos a comer algo, Daeyang, luego podemos jugar algo más tranquilo.

—Mmm—el infante pasó de largo a su primo mayor, él quería ir a correr y aparentemente JeongIn no lo dejaría. Tendría que armar otro plan.

Al ver que Daeyang estaba sentado en el sofá, JeongIn fue a la cocina para buscar algo de comer, tanto para él como para el menor. Pero mientras preparaba unos sándwiches el sonido del timbre lo interrumpió.

Tanto Daeyang como JeongIn corrieron hacia la puerta, ambos se miraron fijamente pero al final el Alfa fue quien pudo abrir la puerta, encontrándose a Lee Ten del otro lado.

—Hola, JeongIn—saludó el omega.

—Hola Señor Lee. ¿Qué hace aquí?

—Tú madre llamó a mi hijo, dijo que necesitabas ayuda ya que serás niñero por así decir—JeongIn se dio una bofetada mental, definitivamente necesitaba conversar con su madre de forma seria—. Y pues mi esposo y yo tendremos una cena por nuestro aniversario, y mi sobrino saldrá con unos amigos, por lo tanto MingJun estará en casa solo, y digamos que no tenemos buenas experiencias con mi hijo solo en casa. Así que JeongIn, ¿puedes cuidar a MingJun hoy por favor?

Y el Alfa estuvo a punto de soltar un gritó, él estaría con MingJun, a solas ellos dos... bueno y Daeyang.

—S-Sí...yo puedo cui-cuidarlo.

—¡Ay Gracias!—el Omega volvió hacía el auto que estaba estacionado frente a casa del Yang. Pronto regresaba con un molesto MingJun, que llevaba en los hombros un maletín de olaf—. Espero que cuides bien a MingJun, y muchas gracias, JeongIn. Vendremos a buscar a Junnie a las 9 p.m. Adiós y diviértanse sanamente.

Y sin más Ten Lee se fue, dejando a un JeongIn sonrojado mirando al Suh, que solo bajó la mirada.

Ninguno de los dos habían intercambiado palabra desde que MingJun le gritó a su padre que JeongIn era su Alfa le gustará o no.

—Hola—dijo Daeyang rompiendo el incómodo silencio que se había formado—. Soy Daeyang. ¿Eres el novio de mi primo?.

—¡Daeyang!—reprendió JeongIn al más pequeño que hizo caso omiso y se acercó más a MingJun que le sonrió divertido.

—No soy su novio, solo somos amigos.

—Si, por que Jeongin es feo—y el Yang quiso morir de la vergüenza.

—No es feo, pero si tímido y por eso aun no somos novios. ¿Quieres jugar conmigo?

—Sí claro—y MingJun entró a la casa con Daeyang dejando a un shockeado JeongIn afuera.

—Fue divertido cuidarlo Señora—le dijo MingJun a la tía de JeongIn mientras tenía en brazos a un dormido Daeyang.

—Gracias por cuidarlo, se los agradezco a los dos—dijo Eunji tomando a Daeyang en brazos—. Ya me voy JeongIn para que por lo menos puedas ver una película con tu novio.

—¡Que no es mi novio! Es un amigo—replicó un rojo JeongIn.

—Sí, sí... adiós MingJun, y no le hagas caso a JeongIn.

—Adiós señora Eunji, que llegue con bien—y la femenina se retiró con su dormido hijo.

—Min...

—¿Quieres ver una película? Aún faltan unas horas para que mis padres me vengan a buscar.

—Sí

—Bien—dijo de forma baja MingJun con una sonrisa mientras tomaba asiento en el sofá cosa que el Alfa imitó.

Entre ambos decidieron elegir una película de comedia, bien no daba tanta risa como esperaban, pero lo importante era el tiempo que pasarán juntos.

La película empezó y JeongIn se sentía feliz en compañía de MingJun ahora estaban solos y aparentemente a los dos les gustaba el sentimiento.

Los minutos pasaban y el silencio reinaba, hasta que una pequeña punzada atacó la parte posterior de la cabeza del Suh pero el bicolor no le presto atención. JeongIn había colocado su mano a escasos centímetros de la pierna del Suh, y el omega al notar la acción sonrió para unir su mano con la del Alfa, que lo miró sorprendido y sonrojado.

—Encajan a la perfección—explicó MingJun para sonreír. JeongIn asintió y volvió a ver la película.

De pronto MingJun cerró los ojos de forma rápida, cuando un fuerte dolor atacó su cabeza. Su respiración se entrecorto. Miró al Yang que seguía viendo la televisión, por lo menos no se había enterado.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del Suh, que se apoyo en el hombro del Yang al sentir como la fuerza se escapaba de su cuerpo. JeongIn volteó a ver algo confundido al omega. Las feromonas del Suh demostraban intranquilidad y algo de miedo.

Un pequeño jadeo se escapo de los labios del omega, que se llevó la mano al pecho.

—¿Te sientes mal, MingJun?—inquirió JeongIn, el omega asintió despacio—. ¿Llamó a tus padres?

—No. En un rato se me pasará, debe ser que no he descansado bien.

—Bien—murmuró JeongIn algo preocupado. Mingjun se acostó en el sofá dejando su cabeza sobre el regazo de un paniqueado JeongIn.

—¿Puedes acariciar mi cabello?—preguntó con los ojos anegados en lágrimas.  JeongIn nunca espero ver a Suh MingJun tan frágil y vulnerable.

Ante la petición del omega, el Alfa no pudo negarse ante la petición del bicolor. Los largos dedos del mayor colándose entre los sedosos cabellos del Suh.

Ya ninguno prestaba atención a la televisión.

El silencio era interrumpido por las voces que provenían del televisor, pero a ninguno de los dos parecía afectarle el ruido, ellos estaban en su mundo. En donde MingJun podía sentirse pequeño y vulnerable, y en en cual JeongIn podía sentirse valiente de cierta forma.

Estaban hechos para estar juntos, aunque a nadie le gustará la idea. Así lo había decidido la Diosa Luna.

—Tienes fiebre—susurró JeongIn, cuando tocó por casualidad la frente del omega—. Mingjun, voy a buscar un termómetro, debo saber que tan alta es tu fiebre.

—No... Alfa quédate—pidió de forma bajita el chico Suh, para cerrar sus ojos. JeongIn creyó que el omega se había desmayado, pero no fue así cuando volvió a abrir sus ojos.

Y JeongIn prefirió que MingJun se hubiera desmayado.

Los antes oscuros ojos del Suh habían adquirido un tono claro, un gemido algo apagado se escapo de los rojizos labios de MingJun. Y al notar eso JeongIn se aterrorizó.

Suh MingJun había entrado en celo.

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