[Dedicado a adel1546]

—Cherriez RTL2...continuamos con más música. —anunciaba una aterciopelada voz en el micrófono para después escucharse un sonido remixado de canciones. —No te despegues.

jamás podría hacerlo. —Adrien contestó anonadado manteniendo una postura embobada con la mano en su barbilla y el codo sobre la mesa.—haré siempre lo que me pidas.

Siempre era lo mismo, se encerraba a todos los días a la misma hora no sin antes pedir que le subieran un pequeño snack para después ordenar estrictamente que no lo molestaran. Era apenas un adolescente de quince años pero esa voz, que sonaba mucho mayor que él, y que había encontrado de casualidad un día navegando por la web, era suma tierna tanto que lo llenaba de placer.

—Vamos, vamos habla.—un eufórico rubio golpeaba sus palmas sobre la mesa.—Vamos princesa por favor. Déjame escucharte.

Rogaba deslizando el puntero del mouse sobre la pantalla. No entendía qué era lo que le ocurría, solo sabía que quería  más y más de ella, ¿Eso era lo que los adultos llaman amor?, si era así, entonces, bien podía decir que con ella se enamoró. 

La música sonaba y aunque bien, era música que a él le gustaba, en ese momento lo que más deseaba era escuchar sus palabras ya que ella siempre sabía qué decir, ella nunca se quedaba callada, siempre tenía los mejores consejos que darle a todos quienes se atrevían a llamarle a su programa.

—Quizá debería...—Sopesaba unos minutos la opción de marcarle y confesarle sus sentimientos. —oh no, no, no… ella es demasiado bella como para corresponderme.

"I don't care" de Ed sheeran dejó de sonar y la ansiedad lo abrumada cada vez más pues la idea latente en su cabeza no paraba de retumbar. No podía dejarse llevar por sus impulsos, tenía una imagen pública que mantener, y no por él, sino más bien por su padre, quien sabía que pegaría el grito en el cielo si se enteraba que llamó a una de las estaciones más famosas de todos los tiempos.

—¡Hey! ¡hey! Mis pequeñas mariposas.— la alegre voz de la chica misteriosa se dejó oír de nueva cuenta, y Adrien no pudo evitar soltar un suspiro volviendo a su posición principal. —Hoy quiero hablarles del amor.

El de gemas verdes amplió sus ojos muy grandes, nunca le había interesado mucho el tema a decir verdad pero desde que supo de la existencia de la chica no había un solo día que no se preguntara si aquello se podía catalogar como tal. Entonces que ella lo fuera hablar en su programa le ponía los pelos de punta, igual que un gato eriza su pelaje cuando se siente atacado.

—En la vida tenemos diferentes amores; está el amor hacia los padres, hermanos, abuelos o tíos. También está el amor hacia nuestros amigos ya sean humanos o de dos patitas.—río. Y a él le pareció la risa más hermosa que nunca en la vida oyó. — o el más importante: el amor hacia uno mismo ¿ustedes se aman mis queridas mariposas? —preguntó a los radioescuchas. —Por que depende mucho de cuanto amor ustedes se tengan para la siguiente persona que pueden dar amor; a la chica o chico que te guste. 

Adrien pensó muy bien su respuesta, era un chico de quince años que aún se estaba aprendiendo a querer, sin embargo podía decirse que se amaba lo suficiente pues tenía una excelente rostro, un cuerpo un poco desarrollado para su edad, su padre pasaba tiempo de calidad con él pese a los compromisos que tenía en la empresa y eso le ayudaba a tener la suficiente confianza en sí mismo, sus amigos le querían tanto que bi necesitaba ni deseaba nada más, todo estaba en su lugar. Podía decir que su vida era perfecta como estaba, a su mamá no la conoció pues ella murió en el parto, entonces no es como que eso alterara tanto su vida.

Por lo cual, todo eso hacía que se amara completamente. 

yo podría decir que me amo un setenta por ciento.—se lamentó un poco, recobrando rápidamente su energía. —pero vamos, ser hija de padres divorciados no tiene nada de malo, ni mucho menos. Por el contrario, eso me ha ayudado a crecer aún más. 

¿Qué te pasa amor? Pensó Adrien con sus facciones decaídas, como le gustaría estar a su lado apoyándola en cada paso que diera.

—Pero, bueno...el tema del día; el amor ¿Qué es para ustedes el amor?, me refiero al amor que le damos a nuestra pareja o lo que soñamos darle a esa persona especial.

Adrien quedó pensativo, si bien no conocía a ciencia cierta lo que era el amor, la verdad era que aunque nunca la ha conocido, sólo le ha bastado con escuchar su voz para saber que es una chica honesta y sencilla, además de sentimental, igual que muy noble. Que solamente fue sufi una noche para soñar con su querer y que no había día que no quisiera dormir entre sus brazos.

—Te amo, estoy seguro que te amo Ladybug. —pronunció el nombre con el que se hacía llamar la locutora. 

—Estoy segura que ustedes darían todo por esa persona especial.—Y como si estuviera conversando cara a cara con él, asintió,  a sabiendas que ella no sería capaz de verlo.—Cuentenme, los teléfonos están disponibles. ¿Qué es lo más osado que tan hecho por amor?, veamos cuánta gente amorosa hay aquí...en la ciudad del amor. Ya volvemos. 

Un suspiro salió de lo más profundo de su garganta rememorando  todo este tiempo escuchando la radio, ya iba aproximadamente medio año que la empiezo a sintonizar y por más que la volvía a escuchar, poniendo atención a cada detalle; no lograba dar con ella.  Quería subir al cielo, pedirle ayuda a su madre, o a una estrella para que le ayudara a cumplir ese tan anhelado sueño que era el conocerla. 

Aún le parecía loco el que no lo cacharan ni Nathalie, gorila o su padre, pues cada noche cuando terminaba el programa salía de su hogar. Desvelado, solo para ver si lograba interceptar a la chica de sus sueños pero era tanta la gente que trabajaba ahí que esa tarea se volvía titánica. 

—Mis bellos akumas del amor, casi estamos llegando al final del programa y a lo largo de este hemos hablado de un tema que a todos nos gusta; el amor. Los he escuchado en sus hazañas y vaya, solo me resta decirles que ustedes sí que aman con intensidad.  Si que saben que para amar se necesita paciencia, esfuerzo, valentía, bondad, respeto pero sobre todo confianza. Que el amor debe ser correspondido sino no es amor, que jamás debemos obligar a alguien a amarnos pues de nada serviría. —suspiró pesadamente. —¿Saben?, por eso les quiero compartir en esta noche que estoy completamente enamorada. Sí, así como ustedes, esta señorita catarina también está bajó las garras del amor.

El corazón del adolescente se detuvo un momento sintiendo como se partía en mil pedazos ante la confesión de esa muchacha, que, si bien era desconocida para él, lo era todo en su vida. Se negaba a creerlo, no quería dar por sentado que aquella por quien moría ya tenía a su persona especial, no quería  aceptar que así como había descubierto que era el amor, se había enterado lo que era tener el corazón roto.

—Pero, lastimosamente es un amor no correspondido. — la escuchó decir y egoísta, se alegró. —a él lo veo seguido, a la distancia, y creo que está enamorado de su mejor amiga pues siempre están juntos. Además—golpeó la mesa con los dedos para agregarle drama al asunto. —es dos años menor que yo, así  que...pues mejor, no moverme al asunto. 

Los latidos del chico iban incrementado, aún tenía oportunidad con la dama de identidad misteriosa, y aunque estaba en igualdad de condiciones con su rival en el tema de la edad; él si la amaba, no la dejaría ni por la modelo más guapa ni mucho menos por si mejor amiga Chloé, a quien solo veía como una hermana.

Su corazón solo la notaba a ella, a su lady.

—Bueno mis bellos corazones,  esto ha sido todo por la noche de hoy. Se despide su amiga Ladybug no sin antes mencionarles que la próxima semana tendremos un invitado sorpresa aquí en su programa favorito. 

Adrien estaba desvelado pero no le importaba, ahora mismo se había escabullido por la ventana  vagando por las calles esperando encontrar a esa voz de ángel que quería amar.

—¿Donde andará?—Se preguntó viendo el reloj a la espera, detrás de un auto en color rosa.

En tanto, la chica de larga cabellera se quitaba los audífonos que portaba cada noche mientras se despedía amablemente de su equipo de trabajo, iba desvelada, triste y sin ánimo; esta semana no estaba resultando la mejor de todas pues entre la preparatoria, los pleitos familiares, el trabajo en la panadería, su amor no correspondido hacia Adrien Agreste. 

Ahora resultaba que este estaba más apegado a Chloé Bourgeois, tanto que parecía que estaba enamorado de ella pues comenzarían una relación, o eso era lo que la rubia tonta le había dicho. Pero estaba bien, ella no era nadie para impedirlo, pronto se iría a la universidad, su amor no se vería bien visto por la sociedad, además dudaba que él pudiera fijar los ojos en alguien como ella.

Su deseo de amor por ese chico era tan grande, pero sabía que solo era un sueño, ella seguiría desvelándose noche tras noche dedicándole todas esas palabras pero sin poderle expresar abiertamente su amor.

—Eres una ilusa Marinette, él no es, nunca fue y jamás será  para ti. Déjalo ser feliz.— de pronto el antifaz que ella misma había diseñado para salvaguardar su identidad de ojos curiosos cuando comenzó a trabajar en la radio, comenzó acalorarle. 

Fue en en ese preciso momento en donde; en un semáforo en verde, ella decidió quitarse el antifaz junto la gabardina roja que portaba esa noche, que el pudo ver el rostro de esa magnífica mujer que lo traía enamorado con solo hablarle a través del micrófono. 

Ahora sabía  a quién le pertenecía todos esos te amo que soltaba, a quien le pertenecía esos besos que daba a su almohada, a quien le pertenecían esos sueños y a quien le pertenecían todos sus desvelos. Ahora sabía que no estaba loco por enamorarse a través de la radio, que aquella mujer existía, que era tan perfecta como se la había imaginado.

Lo único malo era que ella ya tenía a quien regalarle sus palabras, sus emociones, sus besos, anhelos.

Lo único malo era la edad entre ellos, lo único malo era que ella era prácticamente una mujer en toda la extensión de la palabra y él apenas un niño que apenas conocía la vida.

Lo único malo es que no tenía el valor para cruzar la calle para tomarla entre sus brazos aunque fuera para robarle siquiera un único beso.

Lo único malo era verla sonreírle a ese hombre que había llegado por ella extendiendo su brazo al igual no dudó en tomarlo para irse en su auto. Era Luka, su mejor amigo,los había visto juntos un par de veces en el instituto y aunque muchas veces dijo que hacían bonita pareja cuando él junto a sus amigos ponían a calificar a las personas; justo ahora no le parecía de esa forma, era más, lo quería muy lejos de esa dama que quería reclamar como suya. 

Aunque sabía en el fondo que no lo era, ocasionando una punzada de dolor.

Lo único malo es que su corazón ahora dolía y ya no sabía cómo calmarlo. Sabía que al venir cualquier cosa podía suceder pero aún así quiso arriesgarse, no quería quedarse con las ganas de conocer el rostro con el que siempre fantaseaba.

Lo único malo es que él seguiría llamándola, anhelándola en secreto, que el viviría y moriría desvelado sin su amor.

Otro one shot que debía desde hace mucho, mucho tiempo. A mi se me hizo genial como ha quedado, no sé,  me encanta la idea de utilizar el  ladrien de distinta forma a como lo vemos en la serie y creo que esta canción se prestaba ♡

En fin. Dudas, comentarios, y demás ya saben donde escribirlas que las estaré esperando con ansias.

Con un beso me despido no sin antes mencionar que los quiero mucho ♡.