Desvaríos del 12 al 14
N/A: Usar la canción cuando parezca que es el momento
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12
El segundo semestre está por comenzar, pero ya los han hecho ir a quedarse a la residencia, dejándolos con el permiso de que pueden hacer lo que sea durante el sábado y domingo que estarán ahí, aunque no deberían. Entonces era obvio que alguien diría que hicieran una-
—¡FIESTA!
—Haré bocadillos.
—Iré por la música.
—Ordenemos esta sala.
—Llamaré a los de la clase B.
—Colguemos estar cortinas para que el sitio este más oscuro.
—Kaminari, ayuda con la iluminación.
—Seguro, este lugar va a brillar.
—Shoji, tú pasas por alguien mayor de edad, ¡Ve a comprar bebidas!
—¡EHHH!
—Iida, sabemos lo que piensas, no tienes que gritar.
—Tengo licor de menta, ¿Sirve?
Y en menos de dos horas el sitio está lleno de 40 jóvenes, con Iida al borde del desmayo porque el lugar iba a quedar destrozado, Yaoyorozu tomado su té al lado de Todoroki para que no le de migraña. Las chicas son las más animadas, sacando a todo el mundo a bailar. Kirishima se deja jalar por Mina quien al segundo intenta convencer a Bakugou para que salga también.
Su novio se niega, como deberían saber, al principio, pero termina bailando con él después porque está todo el puto mundo que conoce y quiere presumir. Kirishima lo sabe porque Katsuki se lo susurra al oído cuando lo acerca para abrazarlo por la cintura.
Eijirou se ríe, y se sonroja como una colegiala enamorada, pero se apega a Katsuki y se mueven lento a pesar de que la música tiene un ritmo más rápido.
Ambos saben que todos los miran, pero poco importa. Podrían estar así toda la noche y sería fantástico, pero entonces Kaminari grita algo y se rompe la burbuja en la que están metidos.
—¡Juguemos algo!
—¿Cómo qué?
—Con la botella —responde levantando el dicho objeto de vidrio.
—¡Ah! ¡Eso sí que no!
—¡Pero!
—¡Algunas quieren casarse, Kaminari!
—Además, no quisiera ser el pobre individuo que tuviera que besar a Kirishima o a Bakugou. Valoramos nuestra vida.
—Yo no mataría a nadie. Los mandaría al hospital y ya.
—¡Bakugou!
—¿Y si mejor jugamos verdad o reto?
Y así lo hacen, pero concuerdan que no debe ser nada que sobrepase la ilegalidad o que atente contra sus vidas, palabras de Iida, todas ellas.
Por unas rondas todo está tranquilo, porque nadie tiene el valor de pedir retos, así que lo mucho que hacen es responder preguntas un tanto vergonzosas en algunos casos.
Kirishima se une al montón de gente que empieza a molestar a Tetsutetsu tras responder, porque cuando le preguntan cuál cree es la chica más linda del lugar, él responde que Kendou, rojo como tomate y sin poder mirar a nadie a la cara.
Aunque claro, hay pobres ilusos, como Kaminari, que piden reto como si nada. A él lo hacen contar números primos mientras Uraraka lo mantiene flotando, a ver cuánto aguanta su cerebro sin que haga corto circuito. Aunque al final claro que lo hace.
Siguen las rondas así hasta que le toca a Bakugou, y como no, dice que elige reto, de forma desganada y sin ninguna emoción, porque quien le va a dar el reto es Sero, y tanto él como Kirishima saben que es el más decente de sus latosos amigos como para decirle que haga algo vergonzoso.
O eso es lo que piensa Eijirou, hasta que ve como el chico de la enorme sonrisa intercambia una mirada con Mina. Una conspiradora y juguetona mirada.
—Muy bien, Bakugou, hazle un striptease a Kirishima.
Y el mundo se pone de cabeza cuando todos en la sala gritan.
Si hubiera estado bebiendo algo, Kirishima está seguro de que hubiera escupido algo, pero en su lugar solo puede mirar a Sero y a Ashido con horror. Porque no, eso es demasiado, ni siquiera Bakugou es capaz de-
—Bakugou por qué sacas tu celular. Bakugou qué buscas. Bakugou por qué lo conectas al estéreo.
Katsuki por qué.
Todos se quedan absolutamente quietos hasta que la música empieza a sonar, y cuando alguien reconoce la canción basta para que empiecen a animar a Bakugou, quien se acerca a Kirishima.
Eijirou está sentado en el sillón individual, al lado de la silla donde Bakugou estaba sentado, como si hubiera sido obra del destino dejarlo en ese sitio para que Katsuki le haga lo que quiera.
Y entonces se acerca, al compás de la musca y no sabe si gritar o reír o salir corriendo o las tres juntas. Siente la cara arderle cuando el loco que tiene como novio le sonríe de una manera que podría mojar las bragas de cualquiera, y a él, por el montón de cosas que hicieron en vacaciones, le pasa algo bajo los pantalones que no puede evitar.
Bakugou se empieza a quitar la ropa cuando esta frente a él, primero la chaqueta en un movimiento que podría decirse, ¿es sensual? Maldición, cuándo demonios practicó eso. No, alto, se supone que estaba todo planeado ¿acaso? Quiere preguntar, pero entonces Bakugou se sienta a horcajadas sobre él y se empieza a quitar la playera y todo el mundo grita.
Algunos chicos están atónitos y se cubren los ojos, algunas chicas también de la vergüenza, pero las demás sacan sus teléfonos y graban como Bakugou menea la cintura y le acaricia el cuello. Y Kirishima quiere morirse porque quiere hacerle un montón de cosas ahí mismo, pero hay demasiados ojos viendo y grabando y eso se puede viralizar y hacer un escándalo.
Pero entonces llega el primer maldito coro y el cerebro de Eijirou como que se descompone.
Podemos hacerlo* en todos lados, ya lo sabes.
Mierda.
No tenemos nada que ocultar.
Pero qué demonios.
Esta no es una fiesta sorpresa.
Entonces todo fue planeado.
Podemos empezar en la cama y luego...
Los siguientes tres versos bastan para que su cerebro explote, figurativamente hablando. Y no ayuda que Bakugou se agache y le respire en el cuello y que todo el mundo grite, pero ya, es suficiente.
Toma a Katsuki de las piernas, lo levanta y se va corriendo.
—¡O-Oye! ¡¿A dónde te lo llevas?!
—¡Somos novios, vamos a mi cuarto! ¡Con esta tensión sexual! ¡Hagan cuentas!
La canción que Bakugou puso hace dos minutos sigue sonando, y todos se quedan callados. Cinco minutos más tarde mudan la fiesta al edificio de la clase B y dejan que los otros dos hagan lo que quieran en su debida privacidad.
Y Kirishima solo puede gritar.
13
Tras la fiesta, Kirishima tiene ganas de vengarse de sus amigos por jugar con su estabilidad emocional (aunque la fiesta no terminó nada mal para él, de hecho), pero el segundo semestre empieza tan reñido que solo tiene energías para regresar a la residencia y tirarse en su cama.
No quiere pensar en planes macabros, o en la tarea, o en las palizas que les dan en los entrenamientos prácticos. Solo quiere dormir, y abrazarse a Katsuki hasta que se acabe el año.
—Ya hemos hablado de esto ¿recuerdas?
—No quiero hacer nada.
—Shima, no me vengas con tonterías.
—Solo cinco minutos más.
Bakugou chasquea la lengua, pero lo deja estar de todas formas. Y de repente, mientras ojea una revista, le empieza a acariciar el cabello rojo, y Kirishima se siente relajado.
—Eh, ¿este gel es nuevo?
—Es un fijador que compré el otro día, a qué se siente suave.
Bakugou suelta un ruidito de asentimiento, y continúa acariciándole al cabello. Kirishima desde hace tiempo que ha descubierto que, al menos con él, el tacto de Katsuki es increíblemente amable, por lo que piensa que es afortunado, por ser él y por tener a Bakugou.
No puede evitar mirarlo, girando la cabeza sobre su regazo, haciendo que pase acariciarle la mejilla sin darse cuenta. Para cuando Katsuki lo mira también, ya tiene una sonrisa inmensa en la cara.
—No hagas eso —le dice Katsuki de repente, frunciendo el ceño, pero sin quitar su mano de la cara de Kirishima.
—¿Hacer qué?
—Ser lindo cuando se supone que en un momento tengo que hacer que hagas la tarea.
Y Bakugou tal vez no debería hacer que le den ganas de besarlo cuando se supone que luego tienen que hacer justo eso.
Pero a Kirishima no le puede importar menos todo eso, así que lo jala del hombro y hace que se agache y comienza a besarlo.
Se acomodan, ahí en la cama personal, como si fueran todos unos expertos en el tema, y se dejan llevar, aunque sea por un rato. A Kirishima le gusta como sus bocas se amoldan, como si existieran solo para besarse ellos dos y a nadie más. así que se permite besarlo, aunque se le vaya la vida en ello, dentro de esa pequeña habitación.
Dentro de esa habitación con puerta sin seguro.
—Oigan, ¿me pueden ayudar con- ¡AHHH!
De no ser porque ya es algo casual que Kaminari o alguno de sus otros amigos los interrumpan, lo dejarían pasar. Pero este caso es diferente. Porque no había necesidad de gritar. Y porque los ha encontrado medio enredados sobre la cama, cuando Katsuki seguía acariciándole el cabello a Kirishima, y por la sorpresa como que sus manos echaron chispas, lo cual no tiene nada de malo, hasta que de repente Kirishima recuerda, que el fijador que está usando es inflamable.
—¡AHHHH!
—¡SE ESTA QUEMANDO, SE ESTA QUEMANDO!
—¡MI CABEZA! ¡MI CABELLO! ¡MI CABELLOOOOO!
Kirishima sale corriendo de la habitación como quien lo lleva el diablo, y los tres están gritando tanto que han llamado la atención de los que viven abajo. Todoroki es el primero que se asoma por el pasillo, entonces cuando ve a Kirishima no duda, y termina congelando su cabeza.
Sino lo mata la escuela, lo van a matar sus compañeros, eso es lo que piensa.
Y Kirishima también piensa que no es mala idea planear una venganza para cierto individuo.
14
—No eres tan Red Riot ahora, pero se ve decente.
—Ni me lo menciones.
Han tenido que cortarle el cabello quemado a Kirishima, y le ha quedado muy corto y disparejo. Por suerte Shinzou conoce a un tipo de la clase E que tiene la particularidad de hacer que las cosas aceleren su proceso natural, así que lograron que su cabello creciera hasta tener el largo que tenía antes.
Kaminari está muerto para ellos, sin importar cuanto se disculpe. Bakugou también se disculpa por quemarle el cabello, pero Kirishima a él si lo perdona. El fin de semana van a tener comprar un decolorante y tinte para que se tiña el cabello negro. De momento, ahora tiene que quedarse como está.
Está un poco deprimido, pero hay algo que lo anima. Que a Katsuki le gusta como ha quedado, aunque no lo diga, porque nuevamente están en la seguridad de su habitación (ahora con el maldito seguro) y está sentado en el suelo apoyado contra la cama mientras Bakugou le revuelve los cabellos con una mano.
—Por cierto, ¿Quién te ayudaba con esto?
—Ehhh, mi madre.
—¿en serio?
—Sí.
—Shima, no me mientas.
—Porque te mentiría.
—A lo mejor piensas que me burlaré si me dices que lo hacías con ayuda de tutoriales de internet.
Kirishima se queda callado. Y entonces, de la nada, Katsuki comienza a reír.
—¡¿Ves?! ¡Te estás riendo!
—Es por tu ridícula reacción.
—Ni siquiera estás viendo mi cara.
—A ver.
Le gira la cabeza hacia arriba para que lo mire mejor, y se quedan viendo durante unos segundos.
—Sí, tienes la expresión de cohibido estúpido de siempre.
—¿Qué clase de manera de llamar a tu novio es esa?
—La manera Bakugou Katsuki —le dice, con una seriedad que a Kirishima lo deja consternado.
—Ya...
—¿Entonces sí eran tutoriales de internet?
—¡Dejemos el tema!
—¿No tuviste problemas? Apuesto a que te pasaste del tiempo un millón de veces.
—No voy a responderte nada. Ya.
A pesar de todo, Katsuki vuelve a reír, y Kirishima sigue mirándolo. De repente piensa que es raro, porque siempre pensó que quien se enojaría y sentiría fastidiado por pequeñas bromas sería Bakugou, pero ahí está él, desesperándose por el chico que parece disfrutar de sus frustraciones cada tanto. Entonces se da cuenta de que a lo mejor nada será como piensa si está con Bakugou. Pero no es algo que le moleste.
—¿Andas pensando en nada de nuevo?
Kirishima lo mira ladeando la cabeza, luego desvía la mirada.
—Creo que sí, es nada, de hecho —responde, antes de reír un poco—. Siento que me estoy ahogando en un vaso de agua.
Bakugou lo mira un segundo desde donde está, antes de bajarse de la cama y sentarse a su lado.
—¿Sabes que he pensado yo? Que es algo molesto tener que estar descifrando tus expresiones ensoñadoras todo el rato.
—Que malo eres.
—Eso ya lo sabías.
—Pues sí... bueno, ¿en qué has estado pensado?
—En que, si me quieres decir algo, deberías hacerlo de una vez.
Kirishima se sobresalta apenas.
—¿En serio quieres saber?
—¿Tan desinteresado parezco?
—En realidad no, bueno, a veces, pero...
—Solo dime. ¿Qué estás pensando ahora?
—¿Ahora ahora?
—Que sí, maldición.
—Bueno, te amo.
Y lo suelta. Lo suelta sintiéndose liviano porque eso es algo que no ha estado pensando precisamente ahora. Sino desde hace bastante tiempo ya. Y espera conseguir una reacción tierna de Bakugou. Quiere verlo avergonzado, así como la primera vez que le dio un beso torpe e inesperado. Quiere verlo así.
Pero, es Bakugou Katsuki.
Bakugou, que es demasiado inexpresivo a veces y otras es una bomba de tiempo.
Bakugou, que se le ha quedado viendo unos segundos antes de fruncir el ceño y soltar un suspiro largo y pesado, cubriéndose la cara con molestia.
—Lo has dicho.
Kirishima entra en pánico y siente su corazón retorcerse.
—Lo has dicho primero.
Ahora no entiende nada.
—Sí... ¿Y qué?
—¡Que... que pensaba decirlo yo primero, maldita sea!
Kirishima se queda en blanco, porque es recién ahí donde consigue que Bakugou se sonroje un poco, pero es porque ha soltado eso último. Esa desfachatez.
Porque solo a Katsuki se le ocurre hacer una competencia de un tema como ese.
—... ¡¿AAH?! ¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?!
—Frente a todos, un día, no sé, para ver qué cara ponías.
Como siempre, queriendo presumir.
—¡¿Dónde queda el sentimiento en eso?!
—¡La cosa es que lo diga!
—¡Pues dilo ahora!
—No, ya perdió la importancia.
—¡Es importante para mí!
Como siempre, haciéndolo lloriquear.
—Pues para mi es importante ver la cara de estúpido enamorado y adorable que siempre pones cuando digo putas cosas cursis.
Como siempre, atacándolo con la guardia baja.
Lo mira enternecido y alegre un segundo, pero no va a dar su mano a torcer.
—¡Pues te aviso que no lo ibas a conseguir! —declara cruzando los brazos.
—¿Ah no?
—¡No! ¡He aprendido a lidiar con tus intentos de frases cursis!
—Tú amas mis intentos de frases cursis.
—¡Pues ya no van a funcionar como crees! O sea, me halagas ¡pero no me harán efecto!
—¿Eso crees?
—¡Completamente!
—Bueno, te amo.
Se queda con la boca abierta a punto de decir algo, pero la información que acaba de escuchar llega a su cerebro y logra procesarla. Y es tan inesperado que casi se le detiene el corazón. Pero no detiene la sangre que fluye por su cuerpo, que se aloja en su cara dejándola roja como un tomate.
—Tu cara ahora sí se ve muy red riot.
—¡T-Tú... tú...!
—¡Era lo que querías oír! ¡¿Qué mierda más quieres de mí?!
Kirishima grita y se cubre la cara porque no puede consigo mismo.
—¡Alto ahí, déjame verte!
—¡Nooo!
—¿Qué demonios Kirishima? ¡Déjame verte!
—¡Que no!
Forcejean, y le tira de los brazos para verle la cara. Termina tirándolo al suelo con Bakugou sobre él a horcajadas, retirándole los brazos a los costados.
La cara de Kirishima está rojísima, y el cabello negro y rojo esta despeinado y sale disparado por todos lados. Bakugou se lo retira con una mano, y se le queda viendo.
—¿Sabes que pienso yo ahora ahora?
Kirishima frunce los labios, pero no habla, porque siente que se le va a cortar la voz y se avergonzará más.
—Pienso que me gustas.
Traga duro porque siente que se avecina algo y que su corazón no va a poder, y que va a explotar. Cien veces peor que como lo hacen las manos de Katsuki todo el tiempo. Encima Bakugou se agacha para estar más cerca de su cara.
—Pienso que te quiero.
Acerca su boca a la de él y sus alientos chocan, haciendo que se muera por besarlo o que él lo bese de una vez.
—Pienso que te estoy amando demasiado y eso me aterra.
Kirishima respira hondo, porque quiere hablar. Ya quiere decir lo que tiene en mente.
—¿Por qué?
—Porque temo llegar a ser feliz contigo que y que pase algo como el otro día —le dice, recordándole el humo y las cenizas del día del accidente. Recordándole el miedo que sintió ese día—. Pero aun así... aun así...
—Eres un egoísta todo el tiempo —le dice Kirishima—. Y con esto estas tratando de no serlo.
—Eso creo...
—Por favor, Katsu. Se egoísta. Porque yo también quiero serlo.
Kirishima toma la cara entre ambas manos y le mueve la cabeza para besarle la frente.
—Yo también tengo miedo. Pero eso no va a evitar que te ame. Aunque puede que un día alguno de los dos pase por algo horrible, hasta entonces, déjame estar contigo.
—No iba a decir algo diferente. Es solo que... me gustaría estar así por siempre.
Y Eijirou no puede evitar sonreír.
—¿Ese es otro de tus intentos de frases cursis?
—De esas que tanto amas —responde Katsuki, sonriendo de lado también antes de besarlo.
Esa sensación le encanta.
Han pasado por tantas cosas, si se lo piensa bien. Y sin embargo, Kirishima piensa que solo es el comienzo de algo mucho más grande.
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FIN
*esa parte de la canción fue adaptada para que no pasaramos al rated M (?
Y hasta aquí queda la cosa :3 en realidad al principio tenía pensado algo más corto pero me salió un archivo con más de 13 mil palabras y haber colgado todo de un tirón a lo mejor y los cansaba así que XD en fin, gracias a todas las personas que han estado leyendo, comentado y votando, son un sol <3
También me gustaría decir que a lo mejoooor esta es una especie de precuela o introducción a otro fic que planeo hacer de estos dos, pero quien sabe cuando lo haga XD hasta entonces, nos leemos~
Layla Redfox fuera!
:3
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