Capítulo 7:|Infiltrada|
-Narra Ella:
La noche había estado algo silenciosa y calmada, algo que realmente me preocupaba y me extrañaba, porque había hecho enfadar a la gran parte de mi reino y no me habían dejado amenazas de un próximo ataque. Sin embargo, en una nueva mañana, me dirigí al aljibe para visitar a mi querida hermanita. A lo mejor, le gustaría saber sobre los acontecimientos recientes.
La pobre, debió escucharme por horas hablando de tragedias tras tragedias. No me imagino lo que estará viviendo aquella en aquel pozo. El odio y la locura la ha consumido en los últimos meses allí encerrada. Por lo que, apostaría mucho que cuando salga, estará enfadada con las únicas personas que le queda. Y ni hablar de Sasha con su cuerpo en una completa descomposición y putrefacción que, seguramente ya habrá expulsado algún tipo de fetidez, posible de afectar dichos pulmones de Eva.
-Veo que la visitas muy seguido. -comenté al verlo llegar a Egan.
-Solo quiero que esto acabe. -contesta.
-Si quieres estar con ella, Gabriel ya no será un problema para ti, ya que lastimosamente hemos terminado. No obstante, para sacarla de este lugar, tendrás que esperar muchos años. -continué diciendo.
-Después de todo, ese chico nunca te importo. Al parecer, solo ocasionas dolor en otras personas, para que no se metan en tus asuntos. Pero, de todas formas, eso ahora no me interesa.
Tras un ligero sentimiento de remordimiento y un suspiro, Egan agrega:
- ¿Por qué atacar a los Miracle? Se que tienes algo con el clan de los cazadores.
-Les recordé nuestro pequeño tratado. Si aquellos se hubieran quedado solamente con la boca callada, nada les hubiera pasado. Todo trae sus consecuencias, Egan.
- ¿Y tú tratado incluía matar a dos de ellos? -dice frunciendo el ceño furioso.
-Me estaban estorbando-respondí.
Egan corrió a velocidad vampírica para agarrarme del cuello y arrinconarme contra un árbol.
- ¡Les debes la vida a esos vampiros! -cuestionó- ¿Qué es lo que te hace tan importante como para que el clan de los cazadores te proteja tanto?
-No es que, es quien...-le digo con la voz ronca, debido a la intensa fuerza que, aplicaba cada vez más sobre mi cuello.
- ¡Entonces dilo! -insistió.
-Digamos que, al clan de los cazadores les falta alguien y solo yo puedo regresárselos. Eso me convierte en ser una persona intocable. Una persona a la cual ellos darían la vida para protegerme. -formulé una vez que suelta mi cuello.
- ¿Tienes al líder del clan de los cazadores? -me examina sorprendido sin dejar de caminar por todo el lugar.
-Ahora lo entiendes...-diserté frotando mi cuello, para luego ser interrumpida.
- ¿A dónde está? ¿Por qué lo tienes?
-Gael Callen, está muerto y descansando en su cajón fúnebre. Y lo que haga con él, no es de tu incumbencia.
-Si está muerto, quiere decir que lo traerás a la vida y tienes un último propósito del que se encargará aquel, porque de lo contrario no lo regresarías-comentó.
-Que terminé bien tu mañana, Egan. -lo saludé mientras me marchaba.
- ¡Esto no quedará así! -dijo levantando la voz.
-Narra Alessia:
Mi madre mejoraba lentamente con el pasar del tiempo. Aquella, alegraba mis mañanas con tan solo verla. Pero, aun así, no dejaba de pensar en las miles de preguntas que tenía para hacerle.
- ¿Cómo te encuentras en el día de hoy? -expresé mientras se despertaba y le llevaba su desayuno a la cama.
-Mejor...-contestó apenas.
-Estuve investigando un poco y al parecer tu cuerpo aun esta algo débil. Debido a que, experimentaron con químicos y líquidos demasiados tóxicos y peligrosos. Si aun permaneces como humana, esto te llevará más tiempo de lo que imaginas, pero si has vivido los últimos cinco años como vampira quiere decir que tus tejidos no deberían tardar en sanar.
-Como vampira era la única forma de parar la enfermedad-respondió Ada.
-Tu nunca padeciste una enfermedad, madre. De hecho, fue tu idea desde un principio. Lo hiciste solo para abandonar a tu familia, para abandonarme a mí, porque seguramente viste una vida mejor al lado del profesor Emil Bristol.
- ¿Y si las cosas no fueron así Alessia? -formula- Mis planes no eran morir, convertirme en un vampiro y estar junto a mi compañero de trabajo para toda la vida. Yo era parte de un experimento, tanto como humana, como vampira y como la misma cura.
- ¿Y por qué decidiste tomar aquella carga?
-Porque tu padre me vendió. George, sabia sobre la existencia de estas criaturas, al ver el comportamiento que comenzabas a experimentar cuando estabas cerca de la sangre humana. De hecho, ambos sabíamos en lo que te habían convertido. Pero y a diferencia de él, quería ir más allá de lo que podías hacer. Es así como nuestro divorcio fue originado por aquel problema.
- ¿Te sacrificaste por mí? -dije confusa.
-Él te había elegido. Yo me había negado por completo, ya que era totalmente una locura, tratar de experimentar en nuestra hija. Es en entonces cuando me puse en contacto con Emil, el cual buscó una bruja en Utah para que olvidaras todo y me dieras como muerta. Fue así, como aquel se volvió tu último recuerdo con tu madre que, había sido testigo de una enfermedad inevitable.
- ¿Cómo te convirtieron? ¿Por qué no lo has hecho tu?
-Descubrimos que, para convertirme en uno de ustedes debía de tomar su sangre, por lo que te obligamos para que me la dieras. Aún era muy novata, por lo que no podía utilizar la hipnosis. Además, tu fuerza era mayor a la mía. -continúo diciendo.
-Los Realistas son los únicos que no pueden ser hipnotizados. Si yo aún fuera una novata y pertenecería a los Insanos, hubieras podido utilizar tu poder-agregue.
Cuando terminé de dialogar con mi madre, las lágrimas no tardaron en brotar de mis ojos, por lo que opté en darle ese abrazo que no le había dado en mucho tiempo.
-Te dejaré descansar. Ahora tengo que irme, sacaré los boletos para regresar a Oregón, me despediré de Darwin y terminaré con algunos pendientes. -le susurré mientras depositaba un beso en su frente.
-Narra Gisela:
Gracias a la charla que había tenido con Eva, pude regresar al clan de los Realistas, pero siempre y cuando cumpla con su pedido. Aquel, aun resultaba ser todo un misterio, debido a que había sido nombrado solamente por encima de la conversación.
-Disculpa, ¿Dónde puedo encontrar la habitación de Eva Martínez? -le pregunté a unos de los guardias que pasaba por el pasillo en mi dirección.
-Debe ir al final de este pasillo y luego hacia la derecha. Pero, si quiere hablar con ella, le recomiendo que la espere en su oficina-contestó el mismo.
-Muchas gracias, pero de todas formas la esperaré en su habitación, ya que su líder me lo ordenó.
El guardia continuó con su camino y yo con el mío. La realidad era que, Eva nunca me pidió que la esperara, pero como debía averiguar que escondía tuve que hacerlo. Aquella, había demostrado ir a su habitación deliberadas veces y pasar las horas enteras allí.
Girando el picaporte de la puerta, logro ingresar con facilidad y sin ninguna intervención de segundos. Por lo general, sabe dejarla con llave, pero como tuvo que salir antes y algo apurada no alcanzó a hacerlo. Y es así como comencé a recorrer el interior de la misma, buscando alguna irregularidad.
Inesperadamente, encontré un papel decorativo rasgado que lograba cubrir una puerta que, se encontraba al lado de su ropero. Tiré del mismo, para arrancarlo de su lugar y dejar al descubierto aquella puerta, la cual desgraciadamente estaba con llave. Al no poder intentar abrirla, miré arriesgadamente por el pequeño hueco en el que se introduce la llave, para saber que había a lo lejos.
Tal motivo me llevó a visualizar entre la inmensa oscuridad y mucha utilería, un ataúd con una inicial brillante en su centro. En ese momento, no pude quedarme por más tiempo, debido a que había comenzado a escuchar pasos que se aproximaban al lugar en donde me hallaba. Tal y así que decidí correr a velocidad vampírica fuera de la habitación, sin antes organizar el desastre, por si alguien se tomaba la molestia de entrar a la misma. Con el corazón que, aún no dejaba de bombear acelerado, me dirigí a la casa de Julián.
-Narra Julián:
Gabriel, aún seguía devastado, por la ruptura con Eva. Por eso, prefirió no dormir en toda la noche. El dolor lo había consumido y ahora buscaba alguna forma para detenerlo.
- ¿Gabriel aun sigues ahí? -formulé para que mi voz viajara desde la cocina hasta su habitación.
Negando en mi interior, por la pregunta tan tonta y obvia, decido no seguir molestándolo. Pero, dado a que en ese instante el timbre suena, aquel decide abrir la puerta.
- ¡Ah, es Gisela! -dice y vuelve a subir escaleras arriba.
Gisela ingresa a la casa e intercambiamos miradas, por la expresión de Gabriel. La misma y con la voz algo agitada no tarda en agregar:
- ¿Qué le sucede?
-Eva y el rompieron...-le susurro- ¿Y a ti?
-Tengo noticias que seguramente querrán saber.
-Entonces deberías compartirlas-le dije.
Aquella, no tarda en narrar las posibles ideologías, con respecto a dicho comportamiento por parte de Eva. Mencionó algunas acciones, tales como: el ataúd, que guarda en una sección o zona indefinida de su dormitorio; las dagas que obtuvieron la gran parte de su clan que, perfectamente podría ser inculpada por la muerte de Lucas y así como entre otras cosas.
-Si lo pensamos bien, Eva no es la misma desde la coronación. Desde que aquella ascendió como la líder del clan, la desaparición y las muertes de las demás personas solo lograron aumentar en un gran número al que estaban. A decir verdad, sabemos que algo está mal, porque sus expresiones, su carácter, su forma de hablar y el poco interés que le da a lo que realmente está sucediendo, nos demuestra que no es la Eva que conocemos. -agrega Gisela.
Gabriel, que al parecer nos estuvo escuchando todo este tiempo en las escaleras de la casa, decide bajar mientras trataba de procesarlo todo.
-Gabriel...-expresa aquella mirando los ojos enrojecidos de aquel- El que Eva haya acabado contigo, no se ve en lo más mínimo afectada.
-Puede que tengas razón. De hecho, ella sabe llamar a Julián por su apodo y estar muy unido a él, y en todo este tiempo demostró no importarle su amistad-hace una pausa y apenas logra continuar hablando- Entonces...
Mi hermano, sale a velocidad vampírica corriendo, a lo que con Gisela decidimos seguirlo. Llegamos hasta el aljibe, donde desde un principio fue su idea, y ve a Egan.
- ¿Qué haces tú aquí? -le dice frunciendo el ceño.
-Buscando una forma de sacar a...-le contesta Egan.
- ¿Esta ahí adentro, cierto? ¿Eva está ahí adentro?-expresa entre lamentos y furia.
-Sí, pero el pozo esta sellado con magia y con un círculo de protección a su alrededor. Además, el clan de los cazadores nos vigila por todas partes, sin importar la hora o el día. -le advierte Egan- Si intentas cruzar esa línea, solo te dañará. Y te lo dice alguien que ya lo ha hecho.
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