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Capítulo 5:|Termina lo que empezaste|

-Narra Julián:

Me comuniqué con Alessia para informarle de la muerte de Lucas y de lo que estaba pasando. Mientras que, ella me contaba sobre un tal Darwin y de lo que pudieron avanzar con la investigación de Ada.

- ¿Cómo pudieron dejar que suceda aquello? -dijo.

-Estábamos tan emocionados y entretenidos con la fiesta de Eva que, el agresor aprovechó el momento y lo atacó. Aun así, nuestra líder piensa que los Van Amster pudieron hacerlo, porque la amenazaron. Pero, como Gabriel había dicho, los únicos que contienen esas dagas son los Miracle.-le respondí.

-Así que, esta tan revuelto como mi panza, cuando no ingiero nada de alimento-expresa algo graciosa- De acuerdo Julián, acabo de llegar a mi destino, por lo que te tendré que dejar.

-Por favor, vuelve pronto. Comienzo a extrañarte. -le susurré antes de que finalizara la llamada.

-Lo prometo, Julián. También comienzo a extrañarte-contesta.

-Narra Alessia:

Bajamos de mi auto, al llegar a la locación y tocamos timbre en la primera casa que, se encontraba cerca de esta escuela. En seguida, somos recibidos por una mujer que, al parecer era la esposa de Emil.

- ¡Hola! ¿Usted es la esposa de Emil Bristol? -le dije con una sonrisa.

-Sí, soy Beatrice. -nos observa y luego agrega- ¿Ustedes quiénes son? ¿Ha pasado algo?

-Él es Darwin, compañero de trabajo de Emil. Y yo Alessia, mi madre trabajaba con su esposo-suspiré- Creo que ya le han dado la noticia y además de darles nuestro pésame, vinimos a hablar con Olivia.

- ¿Por qué quieren hablar con ella? ¿Para que la necesitan a Olivia? -insiste su madre.

-Queremos encontrar al culpable. Queremos saber quién ha estado conspirando contra mi madre y contra el profesor Emil. -le respondí.

La mujer asiente y nos deja pasar.

- ¿Alessia estás de acuerdo con esto? -me señaló Darwin, evitando que cruzara, por aquella puerta.

-Ya me invitó a pasar, por lo que ya no tendré que ser invitada nuevamente. De todas formas, me iré pronto y no regresaré. Solo quiero encontrar a mi madre. -le susurré.

Aquel, dejó que continuara con lo mío, por lo que luego tuvimos que subir hasta la habitación de Olivia. Cuando llegamos hasta su cuarto, desde muy lejos pudimos apreciar el color rosa que bañaba las paredes de la misma, debido a que tenía su puerta abierta.

La joven de dieciséis años, estaba sentada sobre su cama escuchando música con sus auriculares y escribiendo algunas notas en su diario apoyado sobre su regazo. Nosotros, nos acercamos hacia aquella y nos presentamos, así como también nuestro propósito. Y cuando su madre se retiró, para dejarnos hablar a solas con la chica, comencé a formular:

-Olivia, necesitamos saber si tu padre se veía muy seguido con alguna persona en particular.

-Se había puesto en contacto con una persona. En especial con una bruja. -espetó.

- ¿Una bruja? -expresé.

-Sí, una bruja. Se llamaba Cassandra. Su tono de piel era oscuro y sus ojos verdes. -continúo diciendo.

- ¿Y por qué no te sorprende que sea una bruja? -intervino Darwin.

-Porque yo, quería convertirme en una de ellas -no tardó en contestar Olivia.

-Narra ella:

La textura de aquel cajón fúnebre, no había cambiado para nada, ni la simple letra C que estaba grabada en un color plateado sobre el mismo. Aun contenía intacto su color negro mate, pero a diferencia de los años que lleva escondido, estaba llena de polvo. Recuerdo haber viajado con aquel, a todas partes en donde tenía que hacer paradas, para planificar algunas cosas.

Luego de tantos años, pude volver a visitarlo, en el mismo lugar donde lo había dejado. Mi habitación tenía una llave que, me llevaba al depósito, el cual no dude en dejar a Callen allí. Instantáneamente de haber hecho una visita a mi viejo amigo y dejar un beso en las delicadas maderas del ataúd, me despedí de aquel diciéndole en susurros:

-Pronto, Callen. No lo dudes.

Volví a la sala principal, para seguir tratando los asuntos de mis miembros. Una vez que, me senté en mi lugar habitual, las sugerencias comenzaron a llegar. Y, a decir verdad, muchos de aquellos se encontraban enojados. Horas más tardes de haber atendido a los que pude, Gisela apareció de repente en la mansión, empujando a cada uno de mis hombres en la fila para que le pueda ser otorgado el paso.

-Terminé por hoy. -le comuniqué al que normalmente sabía escoltarme.

- ¡No, espera! -expresa aquella, mientras dos de mis hombres tratan de retenerla, antes de que pudiera avanzar más hacia mí.

-No sé cómo o que has hecho, para poder ingresar una vez más a mi clan, pero deberías irte-le advertí.

-Solo necesito unos minutos de tu tiempo, para que me escuches y luego cuando termine solo me iré-argumenta.

Le indiqué a mis hombres que la dejaran. Gisela, me siguió hasta otras de las salas, a la que debía de dirigirme. Es así que, aquella comienza a tratar de convencerme para que, le permita volver al clan de los Realistas.

- ¿Por qué razón tendrías qué volver? ¿Y de que me servirías a mí? -la examiné.

-Podría ser de mucha ayuda. Por ejemplo, podría tratar con los pedidos de tus hombres. Además, te ruego volver a este sitio, porque era a donde yo pertenecía-contesta.

Me detengo en seco y la observo, para luego agregar:

-Primero, necesitaré confiar en ti. Por lo que, pronto tendrás una misión, en la que no puedes fallar.

-Narra Gabriel:

Minutos antes de que, Gisela se dirigiera a la mansión de Eva, apareció en la casa de Julián.

- ¡Será hoy! -ordenó.

- ¿De qué hablas? -cuestioné.

En eso, salió hacia afuera, para luego regresar con un chico que lo tenía agarrando del cuello de la camisa. Aquella, lo tira para que caiga de rodillas al suelo y formula:

-Les presento a Arley, el será nuestra carnada. Lo utilizaremos para que el vampiro caiga en la trampa y para luego poder capturarlo. De esta forma, nos llevará con quien está trabajando.

-Castigas a una persona inocente, para hacer el trabajo sucio Gisela y no tenemos por qué hacerlo-responde Julián.

-Sus chistes son demasiados malos y te sorprendería si les digiera que nos estuvo vigilando por días, mientras tenía que encargarme de todo y no hacían nada. Además, no estará solo, porque deberá asistir a una fiesta de la hermandad de una universidad a tan solo unos kilómetros de aquí.

- ¿Y tenemos que llevar a este chico hasta muy lejos para poder atrapar a este vampiro? -pregunté y luego agregué- ¿Y tú que harás?

-Yo ya estoy haciendo algo, Gabriel. Es decir, ustedes se encargarán del muchacho y asistirán a esa fiesta, mientras que yo planificaré mi regreso al clan de los Realistas-finalizó diciendo.

Fue así que, tuvimos que hipnotizar a Arley y dirigirnos hasta aquella fiesta. Destacando que, habíamos cargado en el auto algunas estacas y algo de armigreza, por si las cosas salían mal en el camino.

-Narra ella:

La charla que, aun manteníamos con Gisela fue interrumpida, por uno de mis guardias. Aquel, se acercó a mi oído y me susurró lo sucedido con Egan. El desdichado, había logrado derrotar a mis hombres con la suerte de su lado.

- ¡Debemos actuar lo antes posible! -le anuncié.

El guardia, una vez que di la orden, les avisó a los demás. Me dirigí a un lugar más alejado, para hablar con Gabriel por teléfono. Pero, además de no contestar las primeras llamadas, me encuentro con un mensaje de Egan. Aquel me había declarado la guerra, por lo que volví a insistirle las llamadas a Gabriel, para poder informarle de los hechos.

- ¿Dónde diablos estas, Gabriel? -expresé algo enojada una vez que me contestó- ¿Y de donde proviene esa música?

-Estoy en una misión importante y secreta con Julián. La música proviene del lugar en la que estamos, pero no te preocupes, es seguro-responde.

- ¿En dónde estás? -le insistí- Hay problemas en el clan. Egan mató a diez de mis hombres y me ha declarado la guerra.

-No puedo decirte-me dice- No tardaré con esto, por lo que iré lo más rápido que pueda, de lo contrario si no llego tendrás que pedirles ayuda a algunos de los clanes que no estén en contra de nosotros.

-No-negué- Necesito que estés conmigo en estos momentos, Gabriel.

La señal era débil, por lo que fue finalizada la llamada. De todas formas, tener la preocupación de Gabriel, era lo único que quería. Debido a que, ahora tendríamos que atacar a Egan, para que terminara con las amenazas.

Luego de haber ido a un lugar más privado, aparece Víctor entre las sombras, dándome una gran sorpresa. Aquel, se asoma apenas hacia la luz del atardecer, para hablar conmigo.

- ¿Qué haces aquí? -corrí hasta la puerta, de aquella habitación en la que estábamos, para colocarle seguro- Nadie tiene que saber que te ves conmigo.

-Traigo noticias. -contestó.

-Continúa -asentí.

-Al parecer, están algo inquietos los Van Amster y los amigos de Eva.

-Dime algo que no sepa...-comenté.

-Pero, no es todo. Egan, además de ir a hablar con los Miracle por el asunto de las dagas, decidió ponerse en contacto con Alessia. -continúo diciendo.

- ¿Alessia? ¿Para que la necesita? -cuestioné.

-Ambos sabemos que Egan ya sabe la verdad, por lo que ya ha ido a visitar a Eva al aljibe y dadas a las circunstancias necesita una bruja. Además, recordemos que Alessia está en Utah, por lo que está más cerca de encontrarse con algún aquelarre que los ayude.

-Entonces, debemos impedírselo lo antes posible. Trataré y volveré a poner en contra a los clanes restantes, mientras los demás están distraídos. También, pondré la vida de Julián en riesgo para que, aquella vuelva a Oregón-le respondí.

-Eso no bastará, Silvia. ¿Acaso crees que eso les será suficiente? -argumenta aquel.

- ¡Si tengo que levantar un muro enfrente y en cada uno de ellos, para que no vuelvan a estar todos unidos, lo haré! -expresé levantando la voz- Ahora, quiero que encuentres a Gabriel y a Julián, para saber qué es lo que están tramando.

-Narra Alessia:

Olivia, no dejaba de contarnos que, estaba muy comprometida en convertirse en una bruja. Aquella, había esperado por demasiado tiempo para encontrar algún aquelarre que, estuvieran dispuestos a aceptarla y a cumplirle su deseo. Y así es como se hace mención a uno de los más grandes aquelarre de Utah, que había dejado de existir alrededor del año 1978, por varias razones y cuestiones de la sociedad.

- ¿Crees que puedas llevarnos a ese lugar para pedirle ayuda a esas brujas? -formulé.

-Los llevaré con ellas, pero no creo que sean muy bienvenidos si no son conocidos o parte de su grupo. Y déjenme advertirles que, son demasiadas brujas y brujos, si están pensando en buscar a su líder. -contestó la chica.

La joven, le pidió permiso a su madre, mintiéndole con la excusa de ir y hacer algunos recorridos por sus lugares favoritos de la ciudad. Inmediatamente al obtener su permiso, nos subimos a mi auto y conduje por la carretera.

Cuando llegamos al sitio, estacioné el auto al frente de una casa extremadamente gigante que, era bañada por un color oscuro y con muchos años de antigüedad.

- ¡Bienvenidos al aquelarre de brujas de Emlyn Vonner!-anuncia Olivia mientras avanzábamos hacia la entrada.

- ¿Estas segura de que está habitada? -pregunta Darwin.

-Se que se encuentra alejado de las demás casas que la rodean, pero lo hacen para cuidarse entre ellos y separarse de los humanos. Debido a que, tiempo atrás eran castigadas, azotadas, quemadas y cualquier otro tipo de castigo que podían utilizar contra aquellas-agregó.

Entendiendo la situación de estas brujas, tocamos a su puerta, para ser atendidos por algunos de tantos de ellos. Fue así que, nos recibió un chico llamado Devan Jeffrey.

- ¿Olivia, que haces aquí? -la examina con el ceño fruncido-Tu ya no eres bienvenida. Y menos, un vampiro, los cuales pocos he visto alrededor de mi vida.

- ¿Por qué no es bienvenida? -pregunté.

- ¡Ah, ella no se los conto! -dijo sorprendido- Ella ha sido expulsada del aquelarre, al igual que una tal Cassandra, por tratar de conspirar en nuestra contra y por muchas otras cosas.

-De todas formas, no vinimos a generar problemas. Solo queremos a una bruja que, nos ayude a hacer un hechizo de localización, para encontrar a mi madre. Además, también ayudaría mucho con la investigación, por la muerte de Emil Bristol-sugerí.

Antes de que, aquel chico pudiera agregar algo, aparece una chica que podría decirse que tenía la misma edad que Eva. Sus ojos eran verdes, su cabello castaño claro y llevaba una chaqueta de cuero negro. Aquella, se llamaba Sophia Donson.

Sophia, empezó a atacarnos a todos, sin razón alguna con su poder de bruja. Pero, al parecer al único quien más quería provocarle daño era a Devan, ya que comenzaba a asfixiarlo hasta el punto de matarlo.

-¡Sophia, puedo explicarlo! -expresa Devan apenas con lo que le queda de oxígeno.

-Me has mentido. Yo confié en ti y todo este tiempo me estuviste utilizando. Eres tan despreciable y arrogante...-manifestó sollozando aquella.

Sophia, dejó de usar su poder en Devan. Junto a Darwin, nos acercamos hacia ella, para poder ayudarla. Sin embargo, había algo en lo que no habíamos notado entre tanto escándalo. Olivia, se había marchado.

-Eres un vampiro- espeta sorprendida- ¿Qué haces aquí?

-No pertenezco a este lugar. De hecho, soy de Oregón y vine para encontrar a mi madre. Por lo que, necesitaré de tu ayuda para encontrarla-le comenté.

-Para ser el hechizo, debes tener una prenda o algún objeto de tu madre. Incluso, podrías llegar a derramar algunas gotas de tu sangre sobre un mapa, para poder localizarla-dijo.

Fue así, como la bruja decidió ayudarnos con un hechizo que, nos terminó llevando hasta Centerville. Centerville, era una ciudad que contaba con alrededor de doce mil habitantes. Dentro del mismo, lograba conducirnos hasta un parque, conocido como William R. Smith Park. Y sin importar con lo que nos encontraríamos allá o el riesgo que tendríamos que correr, fuimos a buscarla.

-Narra Gabriel:

Y ahí estábamos, en la gran fiesta de una de las hermandades de la universidad de Oregón. Había demasiada gente y bebida. Definitivamente, a penas habíamos llegado, dejamos que el muchacho atraiga a su depredador.

De un segundo a otro, habíamos perdido al chico, gracias a una llamada de Eva. Le di a entender que, lo que estaba sucediendo se iba a solucionar y demás. Pero, de tal modo, la llamada no tarda en cortarse por la mala señal. Y cuando al fin lo habíamos creído muerto a Arley, lo habíamos encontrado bailando y tomando con las demás personas.

Habíamos comenzado a sospechar que, su atacante no quisiera aparecer, pero cuando menos no los esperábamos aparece Víctor. Aquel comienza alimentarse del cuello del muchacho que, habíamos estado observando por mucho, sin importar la gente a su alrededor.

Inmediatamente, Julián se dirige a velocidad vampírica sobre este, amenazándolo de muerte con una estaca punzante sobre su espalda. A lo que, me apresuro para llevarlo a Víctor, a un lugar más alejado.

-Debí haberlo sabido...Eras tu. -comenté. 

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