Capítulo 21: |Tik tak-tik tak, el tiempo no para de correr|
-Narra Eva:
Gabriel atacó a Gael, por la espalda sigilosamente, sin demostrar los golpes que aún guardamos para la batalla final. Cuando me levanté bruscamente del suelo, mis oídos zumbaron por unos minutos, lo que me hizo recordar mucho a aquella vez en el bosque, cerca de la residencia de Lucas y la lucha que había tenido con aquel.
No entendía porque en estos momentos, se hacen presente tantos recuerdos de tantas batallas vividas. A lo mejor, puede que tenga un poco de miedo de ir a un lugar donde con solo imaginarlo, sentiré que todo arderá en llamas y los lamentos serán tan desgarradores que solo querré huir lo antes que pueda de ahí. Por otro lado, miedo a no poder acabar con esto jamás e ir hasta allá y no encontrar nada. De igual forma, pensar mucho agobia y era lo que me estaba provocando ahora, ya que mi mente se distrae muy fácil de lo que había venido a hacer.
Queriendo ayudar, Chloe ataca una vez más, lo que cada vez consideró algo más injusto por utilizar sus poderes y no sus sucias manos para aunque sea golpear mi rostro. Con todas mis fuerzas traté de llegar hacia ella, a pesar de que se interponga una especie de escudo invisible y protector, ante las dos y evite recibir algún rasguño. Derrotando algunos guardias a mi paso, hago de utilidad sus armas y una de tantas se la lanzó a mi contrincante. La misma, se concentró en esquivarlas que cuando quiso ser más rápida que yo, queda en desventaja encontrándonos cara a cara.
Al fin y al cabo, logró terminar con ella, luego de un golpe con mi puño en su mandíbula y cortar su cuello con la daga. Todos quedaron totalmente sorprendidos por la muerte de Chloe. A diferencia de los demás de quedarse parados sin generar más movimientos en la zona de batalla, Gael corre hacia mí a velocidad vampira y me agarra del cuello, me acorrala contra el muro del aljibe. Sin embargo, no logra dañarme más de lo que ya estaba, simplemente sopla sobre mi rostro y su aliento, con una sola inhalación, comienza a transportarse desde mis fosas nasales hasta todo mi aparato respiratorio. Después de ello, no surgieron cambios, no me sentía diferente.
Dadas a las posibilidades de caer en el aljibe y revivir la tortura de aquel oscuro pozo, Egan lo ataca, Gabriel me saca de ahí y Lía, quien había vuelto luego de dejar a Aurora, junto a algunos de la vampiros de Edison terminan por unirse y voltear a Gael. El hombre de unos tantos años, cayó a unos cuantos metros bajo tierra y debido a que no podíamos escucharlo bajo las condiciones que este generaba y a través de la magia que provocaba, ni siquiera hemos sentido temblar el piso como respuesta a su nefasta derrota.
Todo acabó, pareciendo una lucha tan débil y llena de propósitos que no lograron cumplirse. Fue algo tan desconcertante ver lo fuerte que era y ver cómo se rendía en el último segundo. Gael Callen no estaba muerto, pero si en un sitio en donde la pasaría tan mal que, nadie sabría si sería tan capaz para aguantar tanto. En definitiva, llegaría a considerar que la muerte de Chloe haría efecto en él, siendo su única fuente para completar el hechizo de la daga.
-¿Eva, estás bien? -pregunta Gabriel.
-Si... -dije tratando de caer en la realidad aún- Debemos volver a la residencia.
Los Cazadores aceptaron que habían perdido y se largaron como los cobardes que son, haciendo inca pie de que, al no tener un líder... todo se iba a desmoronar con el tiempo. De regreso al vehículo, la mayoría de los cuerpos dispersos por el suelo eran del clan y, al decir verdad, apenas resultaron heridos mis hombres.
No obstante, eso no significaba que no sufrimos muertes, porque sí las hubo y una de ellas fue de un niño llamado Artur. Una mordida en su cuello terminó con su vida al igual que la de unos cuatro vampiros más, por lo que les prometí a todos que luego de traer a Lucas, Silvia y Sasha, le haríamos honor a su nombre.
-Narra Gabriel:
Acompañé a Eva hasta el auto y le indiqué que me encargaría de conducir hasta la residencia, pero antes de ir junto a ella, veo que Egan no había puesto en marcha su auto.
-Ya vuelvo-le dije a Eva y asintió.
Me acerqué hasta donde estaba Lía, mientras esperaba impaciente a su hermano, para decir que la mayoría ya no estaba y se había marchado.
-¿Egan? -consulté.
-Está dentro de la mansión de los Cazadores buscando no se que y me dijo que lo esperara aquí afuera.
-¿No se supone que ya ha encontrado la daga?
-No creo que busque la daga, se las dio a uno de los chicos antes de que se fueran, los cuales se encargarán de hacérsela llegar a Edison. -sospechando no tarda en agregar- ¿Y si busca la cura? A lo mejor, está buscando lo último que queda de ella, sabemos que puede ser muy efectivo para los infectados.
-Sí, supongo que debe ser por eso. -respondí- De igual modo, prefiero ir a ver.
La mansión de los Cazadores no tenía mucho misterio, no era tan grande después de todo, pero si estaba sobre un gran terreno y separado de los demás clanes. Además, de que se desconoce el por qué tienen un aljibe y un gran galpón, y ni hablemos de sus anteriores dueños.
Eva, dice que la primera vez que estuvo en ese lugar, la dejó traumatizada. Fue el resultado de encontrar los cuerpos de los dueños en ese pozo, en condiciones de descomposición, soportando estar durante una noche entera junto a ellos hasta que Silvia pudiera ayudarla. Tras caer por segunda vez, tendría sentido que tenga pánico y fobia al encierro.
Volviendo al tema, después de recorrer los lugares más cercanos a mi, fui hasta una sala privada en dónde parecía ser la oficina de Gael. Y ahí estaba Egan, moviendo cajones y muebles por todas partes, rompiendo con furia las cosas de valor y haciendo más desastre de lo que había.
-¿Quieres destruir su oficina o su mansión? Hay cosas tiradas por todas partes, tienes la suerte de que algunos del clan no hayan regresado, de lo contrario ya te estarían sacando a patadas de aquí.
-¿Qué quieres, Gabriel? Que yo recuerde, no te he pedido tu ayuda en ningún momento y si solo vienes a molestar, te pediré que te retires. -expresó de mala gana, colocando una mano en su cintura y la otra en su pelo, mientras hacía expresiones raras.
-No, para nada, no he venido a interrumpirte ni a molestarte. Yo también quiero lo que buscas, si lo encuentras, creo que lo justo sería que puedas compartirlo con los demás. -respondí y al parecer, no le gustó la idea- Supongo que estás pensando en conseguir todas las dosis posibles, para poder ayudar a los infectados, aunque eso requiere que acaben con su vampirismo.
-Por supuesto, lo mejor para todos. -dijo aclarando su garganta. Bufando agregó- ¿Te quedarás ahí parado o ayudarás a buscar?
Comprobamos que en su oficina no estaba, de por sí Egan ya lo había hecho, así que decidimos dividirnos. Más tarde, volvimos al mismo lugar, pero ambos negamos encontrar algo. En ese instante, Eva aparece y pregunta qué es lo que está ocurriendo, por lo que le inventé la excusa de que se nos había perdido algo.
-Estamos retrasados. -informa aquella viendo el reloj de su muñeca- Lo que sea que estén buscando, déjenlo, después de todo volveremos a este lugar y si no lo hacemos mandaré a algunos de mis hombres a vigilar la zona. Aún seguimos en guerra, esto no ha acabado.
Íbamos saliendo uno por uno del lugar y yo fui el último en salir. Luego, ví como unos tubos rojos opacos salían un poco del bolsillo de Egan, por lo que me di cuenta de que todo este tiempo me había mentido y solo necesitaba que me despegue de aquel para poder encargarse de lo suyo. Reconociendo que estaban apunto de caerse del bolsillo y ver mi mirada en ellos, reacciona rápidamente y los guarda mejor. Tomó a Eva de la cintura, fingiendo que no había pasado nada y al llegar al auto, depositó un beso en sus labios y se despidieron.
Egan en definitiva estaba tramando algo y en lo posible se trataba de Eva, ya que todo da indicios a eso. Probablemente, busqué dársela para que vuelva a ser humana, pero una parte de él termina dudando por lo que prefiere guardar silencio. Pues al decir verdad, su secreto ya no resulta oculto después de verlo con mis propios ojos, en cualquier momento terminará al descubierto.
En conclusión, lo que él no sabe es que yo también tengo una dosis y piensa que soy muy ingenuo como para pensar que no había nada aquí. Él tendrá más años que yo, pero yo también puedo jugar y ser más listo. Si Egan no está seguro o dispuesto a entregarle una de esas dosis a Eva, yo mismo lo haré.
-Narra Alessia:
Sophia dio inicio a su hechizo mientras formaba un círculo con sal y prendía las velas alrededor del mismo en el salón. Al llegar Eva y Gabriel, se colocaron dentro del mismo, al igual que yo realizando tal acción. Nos acostamos y todos tomamos las manos de todos. Sophia pronunció algunas palabras en latín de un libro sagrado, el comúnmente conocido grimorio de todos sus conjuros.
Mi cuerpo comenzó a vibrar y una electricidad recorrió todo el cuerpo, mis dientes comenzaron a tiritar. Cuando volví a abrir mis ojos, estábamos de pie, frente a una enorme puerta de rojo intenso con guardias a los costados del mismo.
-Déjenme que le informé que hay visitas, quédense aquí. -nos comunicó Sophia.
Todos tratamos de acostumbrarnos al lugar, al ser tan distinto, todo era asombro. Sophia está de regreso, en menos tiempo de lo que pensamos, luego de haber atravesado esas puertas enormes. Nos indica que podemos ingresar, por lo que, marchamos detrás de ella. Las instalaciones y todo a nuestro alrededor era tan rojo y sombrío, lo que nos dejaba con muchos escalofríos en el cuerpo.
El sitio al que pronto llegamos era más tranquilo, pero eso no quitaba que detrás de una puerta de madera, se pudiera reflejar la intensa neblina que salía por debajo de aquella.
-¡Sean todos bienvenidos al Limbo! Lugar de las almas perdidas. Mi viaje llega hasta aquí. Lo único que tienen que hacer es atravesar la puerta, concentrarse en las personas que quieren encontrar y tomarlas de la mano para sacarlas de allí. -expresó Sophia.
-¿Cuánto tiempo nos llevará?-preguntó Eva.
-No estoy segura de cuánto les llevará, pero si de lo rápidos que tienen que ser, porque si se quedan por más tiempo pueden quedar atrapados y ser parte del lugar. Las almas se desvanecen y ya no las pueden volver a ver. -respondió- Solo tienen una oportunidad y no pueden fallar, porque de lo contrario ya saben lo que sucederá. Aquí en su mayoría, son personas que no han encontrado la paz, en pena, pérdidas, olvidadas y sin lugar a dónde ir. No todos vienen aquí, pero Lucas, Silvia y Sasha sí. Me aseguré de buscar en dónde estaban. Ellos no lograron nada en la vida, sus propósitos no dieron buenos frutos y no pudieron ser juzgados para saber en donde pertenecen, si en el Cielo o el Infierno.
-¿Y si no están? -consulta Gabriel.
-Debes tener fe de que ahí están, Gabriel, porque si no es así no queda otro lugar para ir. La fe y la esperanza, en sus puros corazones, es lo único que los puede ayudar y sacarlos de esta. -antes de dejarnos avanzar, agrega- No se dejen distraer por nada, sabemos que ustedes tres han perdido personas importantes en su vida y lo que menos queremos son distracciones. Se dice que además, si se quedan por mucho tiempo allí, el Limbo los tomará como propiedad dejándolos atrapados. Por favor, mucho cuidado.
-Narra Eva:
Tomé la perilla dorada de aquella puerta de madera, con paredes transparentes e ingrese al Limbo. La temperatura de ese ambiente era mayor, era tan frío que con solo hablar, nuestro aliento se desprendía en una especie de vapor que era llevado por la misma brisa que merodeaba por ahí. Nuestro todo eran nada más que finas capas de niebla o, al menos, por donde transitábamos. Los recuerdos entraron en juego, aunque a veces era muy difícil, pensar con tantas personas caminando de acá para allá, tan llenas de sufrimiento, tan llenas de agonizante dolor.
Mi padre, mi padre apareció delante de mis ojos, pero no me veía. Después de tantos años, puedo saber qué se siente tenerlo a mi lado otra vez y aun así tuve que dejarlo ir, para que pueda seguir su rumbo y pueda limpiarse lo más pronto para encontrar la paz. Luego, a los demás les sucedió lo mismo, se encontraron con algunos de sus seres queridos. Gabriel, solo se pudo encontrar con su madre, ya que su padre y su hermano menor estaban en un lugar mejor. Alessia, pudo volver a ver a Ada y a Nick.
-¡Deben apurarse! -informa una voz desde lo lejos, posiblemente de Sophia, quien antes nos había advertido de esto.
Desconcentrarse era algo que estábamos haciendo en todo momento y a su vez, a causa de esto, las horas corrían como nunca antes dejándonos cada vez con menos tiempo. Varias personas impedían que pudiéramos llegar hasta Silvia, estorbando nuestro camino. Gabriel, logró tomarle la mano a Sasha y Alessia a Lucas.
-¡Silvia, la mano! -le grité, pero ella no me escuchaba, apenas usaba sus sentidos para hallarme.
En pocas palabras, puedo guiarla hasta la salida con mi mano en la suya y todos logramos salir del Limbo.
-¿Qué está sucediendo?- dijeron Lucas y Sasha, viendo cómo cada parte de sus cuerpos se sentían más vivos que nunca, siendo que antes eran puros seres sin sentido.
-¡Sasha, qué alegría verte de nuevo! -expresé y corrí a abrazarla.
-Bienvenido, Lucas Austin. -dijo Gabriel e hicieron un apretón de mano.
-¿Y qué, para mi no hay nada, ni Silvia me alegra que estés de regreso? -consulta y mirando sus uñas largas como si no le interesara, termina comentando- Bueno, guarden sus gracias para más adelante, después de todo si estoy aquí otra vez, es porque realmente me necesitan.
Todos la ignoran por completo. Alessia saluda a Lucas con sus ojos inundados de lágrimas y tras no poder aguantar, finalmente acaba por abrazarlo. Después de tanto, lo había extrañado demasiado y estuvo ausente durante tantas cosas. Luego, aquel se dirige hacia mí y me abraza.
-¿Qué has hecho, Eva? Espero que sepas lo que haces, porque de lo contrario, te diré que has cometido un gravísimo error. -expresó Lucas tomando mis manos en un suspiro.
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