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Capítulo 2:|En las manos equivocadas|

-Narra Gabriel:

Las cosas con Eva, cada vez iban peor. Y aquello solo ocasionó que, pase por alto sus reglas y me enfrente a los guardias que vigilaban el clan de los Insanos. Junto a Julián, logramos dejar atrás la defensa que vigilaban la zona y pudimos ingresar a su residencia. Ya que, por lo general los clanes o las familias importantes, tenían cada mansión o residencia, en la cual debían de liderar y realizar otro tipo de actividades en ella.

Cuando avanzamos un poco más hacia el camino de las grandes rejas negras, había dos guardias, los cuales le indicamos que veníamos de parte de Eva, para así evitar otra pelea. Ellos, nos dejaron pasar. Pero, ahora el único problema era que, debíamos de encontrar a la líder de este clan. Que, según Gisela, cuando crearon este lugar para los novatos, no había un líder. Así que, ellos mismos lo tuvieron que hacer por medio de una votación, a los que se habían postulado.

La descripción que nos dio aquella, fue de una joven que, no superaba los veinte años de edad. Además, era de tez morena y sus ojos de color verdes. Y, para finalizar, llevaba el cabello corto y rizado de color castaño claro. La chica, se llamaba Nora Winchester.

-Buscamos a su líder. -le indiqué a una chica que justo cruzaba por delante de nosotros.

- ¡Ah...! Ustedes están buscando a Nora. -nos observa de arriba a abajo y luego nos dice- Es por aquí.

Comenzamos a seguirla. Cada vez que, avanzábamos, veíamos a nuestro alrededor el descontrol de este clan. Hasta posiblemente entre la cantidad de vampiros, se camuflaban algunos humanos, de los cuales aquellos bebían para alimentarse.

Cuando llegamos a su espacio, donde normalmente se dedicaba a tratar las sugerencias de sus miembros, estaba aquella sentada en su silla de oficina y una chica sobre la mesa de su escritorio totalmente hipnotizada. Cuando nuestra guía, tosió falsamente para avisarle de que había invitados, Nora dejó de beber del cuello de la chica.

Aquella, se fijó en nosotros y bajo a la joven al suelo, mientras que la otra se marchaba. Saltó por encima de la mesa y se acercó lentamente hacia nosotros. Luego, pasó su dedo índice por la comisura de su labio, para limpiar la sangre que aún tenía. Rápidamente, llevó su dedo a su boca y lo saboreó. Concluyó diciendo en susurros: "verdaderamente deliciosa"

Mientras negaba en mi interior, lo que acababa de ver, ella agrega:

-Muchachos, ¿En que los puedo ayudar?

-Han surgido nuevas muertes y nos comentaron que hay nuevos integrantes en tu clan. Así que, quisiéramos verlos-anuncié.

- ¿Y tú crees que ellos son los responsables de esas muertes? -nos interroga- Mira, puedes hablar con ellos, pero te aseguro que no están metidos en sus asuntos.

- ¿Por qué no tienen un banco de transfusión de sangre propio? ¿Por qué tienen que alimentarse de estas personas? -le indica Julián.

-Porque no todos tenemos esa posibilidad. Y aparte, porque es más divertido-contesta.

-Entonces... ¿Dónde están los recién llegados? -le insistí a Nora.

La chica, salió de la habitación, dejándonos solos. Mas tarde, regresa con tres candidatos que, se colocaron en fila y enfrente de nosotros. Es así que, comienza a nombrarlos y a contarnos sobre ellos.

-Les presento a Jade, Marc y Harry-los señala.

Interrogamos a cada uno, pero ninguno resultó parte de los crímenes. Y dimos a entender que, a lo mejor, no eran responsables de las muertes que estábamos tratando, pero sí de las que estaban dentro de esta residencia.

-De todas formas, hablaremos con Eva. Le diremos que, tienen personas aquí adentro para alimentarse-comenté.

-No hablas en serio-me desafió.

-Sí, claro que hablo en serio-afirmé.

Julián, avanza sobre el chico llamado Marc y lo muerde en su cuello, hasta dejarlo sin vida.

-Si siguen metiéndose con estas personas, no será la última vez que, Julián se alimente de algunos de ellos-terminé diciendo.

El cuerpo del joven cayó en el suelo y aquella se arrodilló a su lado llena de ira.

-Narra Alessia:

La verdad es que, no me sorprendía para nada, las palabras que Darwin me había dicho con anterioridad. Es decir, era consciente de que mi madre estaba viva por la simple razón de que, Silvia le había dejado pistas todo este tiempo a mi hermano.

-Lo sé. Sé que está viva y que está en alguna parte. Es por eso que, vine a donde todo comenzó. A donde comenzó su enfermedad y hasta donde tuvo que terminar luego de su muerte-formulé.

Aquel, asintió entendiendo el dolor que sentía por dentro. También, por la ira que sentía al ver que, me habían mentido todo este tiempo.

-Pero bueno, no me quedaré sentada aquí y de brazos cruzados a esperar que las cosas se resuelvan solas. -agregué- Si sabes algo o si el profesor Emil vuelve, te agradecería si puedes llamarme.

Le dejé mi número agendado en su celular y luego me marché de allí.

Regresé a el apartamento en el que me estaba alojando y me acosté sobre la cama por algunos segundos. Rápidamente, volví a abrir mis ojos, al escuchar el chillar de las ventanas abriéndose. Me dirigí a aquellas. Observé afuera, pero nada había. Luego, cerré las ventanas y volteé nuevamente a mirar mi cama. En ello, hay una nota sobre la misma. Y al mirar el papel, solo decía: "Búscame".

-Narra ella:

La noche estaba estrellada y que mejor idea para ir a mi casa y ver a Gabriel. A lo mejor, ponernos de acuerdo antes de mi cumpleaños, sería un buen regalo.

Escucho la manija de la puerta abriéndose y me acomodo nuevamente en la silla esperándolo, para que cuando aquel ingresara en la casa, pudiera sentarse a mi lado junto a la mesa para poder charlar.

-Has vuelto.

Es lo primero que dice, al encender las luces de la casa.

-Estuve pensando mucho, después de nuestra pelea y pensé que la mejor manera de ayudarte es regresando aquí, en primer lugar-le comuniqué.

Aquel, corrió hacia mí y me levantó en el aire entre sus brazos. Inmediatamente, me baja y deposita otro de los besos similares en mis labios, como los de esta mañana. Sin embargo, no tarda en alejarse de mí, al recordar lo que le había dicho.

-Estuviste mal en tu decisión.

-Lo sé, por eso es que, aun sigo aprendiendo. -suspiré- Ahora, me he enterado de que atacaste a uno de los chicos de Nora y justo en su residencia.

-No fui yo, fue Julián. Lo hizo porque tienen a personas allí adentro de las que se están alimentando y además de un total descontrol en ese lugar...

No logra terminar, ya que lo interrumpo.

- ¿Acaso quieres que se genere otra guerra entre clanes por un simple desorden en una residencia?

-No, no busco un enfrentamiento entre estos vampiros novatos, pero sí que alguien les demuestre que están haciendo las cosas mal. -contesta- Además, la hubieras asignado a Gisela, para que esté a cargo.

-Gabriel, no puedes hacerme que cambie las medidas u opiniones que tuve que tomar para este clan. Si elegí que sea así, es para evitar futuros conflictos y problemas con los demás.

- ¿Por qué siempre te pones en negación? - me examina.

- ¿Por qué siempre tratas de que cambie mis reglas? ¿Por qué siempre haces que vea que todo lo que hago está mal? -seguí su juego.

Ambos, teníamos puntos fuertes, de los cuales podíamos utilizar para atacarnos. Asimismo, aquel se negó por completo a aceptar la derrota.

-No estoy seguro de que has hecho con la antigua Eva, pero la quiero de vuelta. -dijo serio.

- ¿Y qué? ¿Acaso no te gusta la nueva Eva? -le susurré, acercándome a su oído.

Antes de que pudiera seguir hablando, callé sus labios, dándole otro de esos besos fugases. Gabriel, definitivamente, no pudo resistirse a mis encantos.

-Narra Egan:

Algo sucedía. Algo, fuera de lo normal, estaba sucediendo. Por lo general, no era de meterme en este tipo de casos, pero esta vez lo había hecho. Así que, tuve que ensuciarme las manos.

Durante días, mi mente, no descansaba bien. A veces, hasta mis hermanos se levantaban por la madrugada y me preguntaba qué era lo que me mantenía despierto tan tarde. Y cuando uno no puede dormir y varios interrogantes se le cruzan por la mente sin que ninguno de ellos tenga una respuesta, deben de ser resueltos.

-Te acompañare. - expresa Ross, mientras subía a mi auto.

-Es peligroso...-le susurro.

-Dos, siempre son mejor que uno-me indica.

Fue así que, conduje hasta aquel granero. Donde Eva, por cierto, había realizado el hechizo junto a Sasha, para el perdón del alma de Silvia.

- ¿Por qué no puedes avanzar? -formula, al ver que, habíamos llegado a la entrada, pero no podía seguir avanzando en mi auto.

-Al parecer, lo que nos espera es un camino de tierra y será imposible ingresar con el vehículo. Ya que, puede quedarse atascado por el camino. - le respondí a mi hermano.

Siendo así, continuamos avanzando con cuidado, por aquel camino con nuestras linternas. Llegamos hasta el famoso granero, tratando de hallar algo que, pudiera sacar el signo de incógnita de mi cabeza.

- ¿Qué es lo que exactamente buscas? -insiste Ross, debido a que, solo estábamos dando vueltas en círculos.

-Algo que compruebe que, no he venido aquí por nada.

En eso, nos topamos a lo lejos, con un aljibe. Sin embargo, antes de que pudiéramos seguir avanzando hacia aquel, un cazador nos aparece en la inmensa oscuridad. El cazador, resulta ser mitad vampiro, ya que sus ojos se encendían en un rojo fuego.

- ¡Tengo demasiada hambre y si no los detengo, mi sed de sangre por un vampiro no parara! -levantó la voz, a medida que, se nos acercaba.

- ¡Tranquilo! Nosotros no venimos a hacerte daño y tampoco queremos que algo malo te pase. Solo, necesitamos llegar a ese aljibe. -le advertí.

- ¡Jamás! -volvió a levantar la voz.

El cazador, comenzó a correr a velocidad vampírica, para atacarnos. Y en aquel terreno, totalmente desconocido, una lucha se desató.

- ¡Tengo hambre! -insistió aquel nuevamente.

El vampiro, salía lastimado al ser enfrentados, por otros dos como nosotros. Aquel, no tenía las fuerzas suficientes. Pero, de un momento a otro, el mismo decide atacar a mi hermano. Fue entonces cuando, le grito a Ross, diciéndole:

- ¡Lánzame la estaca!

Ross, la tira en dirección a mí. Antes de que, pudiera regresar a atacarme el vampiro, le clavo la estaca en el corazón. El cazador, cae en el suelo derrotado.

- ¿Estas bien? -le pregunté, mientras le ofrezco mi mano, para ayudarlo a levantarse- Sera mejor que, terminemos con esto.

Ambos de acuerdo, seguimos caminando hasta el aljibe. Y al llegar, nos encontramos con una mancha demasiado estrecha que, lograba conducir hacia adentro del pozo.

-Creo que, esta sangre es de Sasha. -le señalé a Ross. 

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