Capítulo 19: |Los portadores|
-Narra Eva:
No tengo control. No, para nada. Desde que soy vampira pensé que podría sobrellevarlo, pero mi comportamiento es cada vez peor, soy impulsiva y obstinada lo reconozco, y no puedo evitarlo. Es como, mejor dicho, se siente como una simple chispa que busque querer incendiar todo a su paso, tal y como lo hicieron con mi mansión. De momento, con tantas cosas que han sucedido y tantas cosas en mi cabeza, el reinado cada día se ha convertido en un total fracaso, no he podido gobernar sin que haya conflictos entre nosotros o contra otros.
Esa noche de lo sucedido ni siquiera regresé a la casa de mi madre, simplemente me dirigí a mi antigua casa, moví algunas cajas que había empacado para la mudanza y coloque un viejo colchón para descansar. El amanecer me sorprendió, me senté en las escaleras de mi casa y tomé un refresco, mientras veía que Gabriel se apoyaba en la reja con su mirada cansada y apagada. Se acercó a mí y se sentó a mi lado.
-Es increíble saber cómo regresas. A pesar de todo, siempre vuelves al mismo lugar. -le digo y levanté el refresco con la mirada hacia el cielo, como haciendo un brindis por eso, para luego beberlo.
-Cierto. -me saca el refresco de las manos y le da un trago- Te debo una disculpa y un gracias también.
-Yo también Gabriel, te debo tantas cosas, más de lo que tú me dices deber y, sin embargo, eso no será suficiente. -vuelvo a tomar del refresco- De hecho, no sería suficiente para ninguno de los dos.
-Mira hasta donde hemos llegado, Eva. -pasó su mano por su pelo y trago saliva. Cerró sus ojos y luego apretó su mandíbula y cuando volvió a abrir los mismos, su vista estaba roja. -Esto se siente tan mal. Creó que más de una vez te he dicho cómo se sentía y cómo quemaba por dentro.
Cerré mis ojos, tal y como él lo había hecho, apreté mis labios, cuando los volví a abrir le respondí:
-Espero que puedas encontrar a esa persona que estás buscando, que te haga feliz y tenga la suerte de estar a tu lado, así sin más, tan afortunada como una vez yo lo fui. Tan solo... tan solo como la amaste como la única y primera vez.
Junte la bebida que ya había terminado e iba a regresar adentro, pero en el momento exacto en el que me pongo de pie, aquel se coloca enfrente de mí. Nuestras narices se rozaban y nuestras miradas se volvieron a encontrar, me tomó con una mano en la cintura y otra en mi cuello, depositando un beso en mis labios. Sí un beso, uno de esos besos que no había sentido hace tanto tiempo.
-Gabriel no. Yo no... sabes que no puedo y tu tampoco. -expresé separándome de aquel.
-Lo sé. -contesta y desapareció como si la brisa de la mañana se lo llevara.
No quiero ni pensar en que hubiera ocurrido si Egan regresaba a buscarme esa noche, probablemente lo peor, quién sabe de qué cosas será capaz de hacer.
Fuí a una de las primeras clases del día, venir a ella en tiempos de oscuridad y peste no es lo más recomendable, pero si no vengo corro el riesgo de reprobar como ocurrió el año anterior, o tal vez ni siquiera esté dentro de mis posibilidades recibirme. Después de que se hayan presentado más casos de gente infectada en la universidad, menos alumnos comenzaban a quedar en las aulas, lo que me llevaba a pensar que había más vampiros de los que había creído.
Me senté en mi lugar habitual mientras llegaba Gabriel. Aquel se sentó detrás de la tercera fila de sillas en dónde yo estaba, lo observé pero luego volteé la mirada y saqué algunos libros de mi bolso. Me sentía tan intranquila. La profesora llegó al igual que Egan y los demás estudiantes. Egan observó el aula mientras puso sus manos en los bolsillos de su pantalón, me miró y cuando la clase dió inicio se sentó junto a mi.
-¡Buenos días!-dijo y beso mi mejilla.
-Buenos días. -respondí moviendo mi bolígrafo entre los dedos de mi mano sin dirigirle la mirada- Pensé que hoy no me hablarías, me sorprendió que después de aquello, no me buscaras sabiendo cómo se comportó Evolet en la reunión.
-Si digo que después de la pelea tome decisiones con respecto a la mansión, seguramente no sería suficiente justificación y, por otro lado, también necesitabas estar sola para aclarar tu mente. Sabes que lo de anoche no fue por lo que sucedió conmigo ni por Evolet, fue por mi hermana y Gabriel. La cosa es que, si dejas a alguien a cargo, deberías pensarlo primero y dejar a alguien en el que confíes. -podía sentir la mirada de Gabriel a lo lejos mientras escuchaba todo- ¿Cómo está tu brazo?
-Creo que deje más que claro esa situación. Y bien, mi brazo está bien, gracias. -respondí- Ahora, ¿Debería quedarme callada con lo que diga o haga?
-¿Debería quedarme callado con lo que diga o haga Gabriel? Sabes que aun estando conmigo, él siempre está ahí y no te ha olvidado. Entre Evolet y yo, ya no hay nada y se lo dije muchas veces, pero veo que es algo que tu no puedes hacer. -expresó- Debes saber que es lo que quieres.
Gabriel se levantó de su asiento y se retiró de la clase, lo supe ni bien volteé cuando la puerta se abrió e iluminó el lugar con la luz del exterior.
-Creo que en la hora del descanso hablaré con Sophia, veré qué puedo averiguar sobre los portadores y cómo podemos evitar que obtenga los dones de los demás. Por el momento, no quisiera más peleas. -finalicé cambiando de tema y rompiendo el silencio, luego el timbre sonó.
Junte mis cosas y salí del aula. Egan salió junto a mí y caminó a la par.
-Yo tampoco quiero más problemas ni peleas, pero no soy yo quien las ocasiona.
la señorita Frank llamó a Egan para hablar con él y tras hacerle señas de que ya iba, agregó:
-Acabo de recibir una carta de Ross hace unos días, se encuentra bien y dice que es imposible despegarse en algún momento de Scott. Me dió la noticia que tienen pensado casarse la próxima semana y que están con los preparativos de la boda.
-¡Que bien, me alegro por ellos! Muchas felicitaciones.
-Si no lo había comentado antes por tantas cosas que sucedieron, pero en sí la mayoría están invitados y quería saber si serás mi acompañante. Para ser exactos creó que será en Denver, Colorado.
-Me encantaría. Yo... creó que entonces tendré que ir de compras. -dije con una sonrisa.
-Señor Egan Van Amster. -llamó nuevamente la señorita Frank.
-¡En seguida! -Le respondió- Nos vemos más tarde. -indico y me saluda con un beso en la frente antes de irse.
Camine por el pasillo de la universidad hasta llegar a los casilleros, guardé algunas hojas e intercambie algunos libros por otros para la siguiente clase y luego me dirigí a la cafetería. Pedí un Americano y me senté en una de las mesas que estaba junto a la vidriera, en donde perfectamente podía ver el campus. Y marque el número de Sophia.
-Hola Sophia, ¿Cómo estás?
-¡Hola Eva! Estoy bien, gracias. -respondió del otro lado del teléfono- ¿Ocurre algo?
-Veras, estoy con algunos conflictos, conflictos como Gael Callen, la peste, la caída de algunos clanes, liderazgos, de todo un poco. -le informe.
-¿Y en qué puedo ayudarte?-preguntó.
-Gael nos ha quitado nuestros poderes, en especial a mi y a Alessia, los cuales somos portadores. No tenemos mucho conocimiento sobre de dónde vienen o qué fin tienen con exactitud. -suspiré y proseguí- Es por eso que recurro a ti para saber si puedes investigar, debido a que Lucas es el que más historia sabe y debido a Silvia, eso ya no es posible. Además, si en estos momentos mi padre pudiera estar conmigo, a lo mejor podría saber que hacer y cómo acabar con esto.
-Mira lo poco que sé es que, los portadores son transmisores de sus genes a las próximas generaciones, su único fin es ese y mantener el equilibrio de los mismos. Los elegidos deben mantener ese poder hasta la próxima generación y tras faltantes de magia y de sus mismos portadores, se debe crear un balance entre la naturaleza. Es decir, como las brujas, nosotras somos productos de la naturaleza y si quitamos la vida de alguien, debemos pagar con otra. Sería algo justo para que no ocasione un caos o en este caso la peste. -la llamada hizo una interferencia, por lo que pagué la cuenta y salí de la cafetería, mientras seguía escuchando a Sophia, para luego sentarme en una de las bancas- La peste se ocasionó por un desastre natural, según lo que me dijiste, por la muerte de Silvia. Silvia era un portador, pero todo se desmoronó mucho antes, porque el primero en morir fue Lucas.
-Entonces, eso era de lo que hablaba Evolet o bueno lo que una vez trató de decirme. En fin, ahora hay dos menos, queda solo uno, Gabriel aún tiene su don. ¿Qué sucedería si no queda ninguno? Los poderes fueron absorbidos por la daga de Gael.
-Entonces deberán obtener la daga y reunir a los demás portadores, unir todos los poderes y crear un lazo, de tal forma que sus elementos se junten y puedan parar a la oscuridad.
-¿Cómo usaremos la daga? La peste o la oscuridad, como gustes llamarlo, no es una persona, es un componente ocasionado por un virus.
-Probablemente sea en este caso una persona quien lo ocasione, de lo contrario, no se crearía una daga con ese fin. De igual modo, quien sea la oscuridad no puede estar cerca de la daga, porque básicamente genera un rechazo de parte de aquel y con solo un toque del arma lo destruiría.
-Lo que suena loco es que, ¿Por qué Gael crearía una daga para acabar con esto? Sus intenciones no creo que sea ayudarnos.
-Eso ya deberías de averiguarlo por tu cuenta. -subrayó- Espero poder estar allí antes de que termine la semana y realizar el hechizo. Pero de igual modo, tendrías que hacer un viaje al otro lado y buscar no solo a Silvia y a Lucas, sino también a Sasha, ella debe de cerrar y terminarlo.
-De acuerdo, lo haré, te espero ni bien puedas estar acá lo antes posible. Muchas gracias. -comunique y la llamada volvió a hacer interferencia que apenas pudo hacer que Sophia me vuelva a contestar.
-Narra Gisela:
La niña había quedado totalmente traumatizada tras ver sus manos manchadas de sangre y un cuerpo sin vida a su lado. Cuando Lía se encargó de Nora y luego subimos al auto para terminar de llegar a casa, Bianca trató de tranquilizarla. Cuando vimos a Marta le explicamos lo que había sucedido. Aurora no pudo dormir bien en lo que resto de la madrugada, constantemente era pesadilla tras pesadilla.
-Gracias. -susurro Bianca, mientras tomaba su desayuno en la cocina de la casa de la madre de Eva, ya que nos habíamos quedado ahí- Estoy en deuda.
-De nada y no es necesario, te la debía por tantas-respondí.
-Pobre Aurora, es una niña de tan solo siete años y está cargando con todo esto. Es una lástima que su madre no pueda estar aquí.
-Si, pero es algo con lo que tendrá que aprender a vivir, -respondí- todos en algún punto lo terminamos haciendo.
-¿Que pasara con ella ahora?
-Verdaderamente, no lo sé. Lía vendrá a cuidarla cuando yo no pueda y además para poder vigilar a los que intenten buscarla en caso de que quieran volver a intentar llevársela. Su padre está loco y está fuera de control.
-¿Dónde está Eva en estos momentos? -consulta Marta acercándose a nosotras luego de servirse un vaso con agua.
-Supongo que debe de estar en la universidad, anoche durmió en la antigua casa y la mansión estaba en llamas porque Gael quemó a los vampiros que estaban infectados. Además, porque aseguro de que era la mejor forma de acabar con los contagios y la peste, pero lo cierto es que Eva lo tomó como si le hubiera declarado la guerra.
-¿Y por qué no regreso aquí y se aseguro de que Aurora llegará bien para evitar esto? -insistió comprendiendo mis palabras anteriores.
-Por lo que me dijeron, sucedieron cosas en la mansión de los Van Amster y a su vez, Eva estaba muy enojada como para regresar aquí. Y por otro lado, para evitar preguntas que la pongan peor de lo que estaba, ya que necesitaba calmarse. -Marta parecía desconforme con todo lo que le decía- Pienso que Eva está cargando con muchas cosas y responsabilidades, que debes en cuando necesita más que una mano. Como bien se dice, la labor de una reina no es nada fácil.
-Asegúrate de que, en cuanto pueda, pueda volver a casa. Me gustaría que pueda acudir a su madre cuando esté mal. -manifestó tomando mi mano con una sonrisa.
-Tranquila, se lo haré saber. -respondí.
En definitiva, unos segundos más tarde, un grito se escuchó de la habitación de arriba. Corrí a velocidad vampírica para llegar hasta allí y cuando abrí la puerta, no había nadie. La ventana estaba abierta. Nuevamente la habían raptado a Aurora. La persona no podría estar muy alejada de la casa, así que salí afuera y vi como se la llevaban a la niña en la parte trasera del auto. Pude distinguir a lo lejos algunos mechones de pelo negros azabache, de quien conducía, y era más que obvio que era Chloe.
Cuando Marta salió de la casa junto a Bianca, yo ya estaba intentando detenerla y alcanzar lo más antes posible. Al detener el auto y estar ubicada en el medio de la calle evitando el paso, mientras Aurora gritaba con desesperación, alguien me atacó por la espalda y salí disparada hacia unos de los costados de la ruta. Gael apretó con fuerza mi cuello al estar indefensa en el suelo.
-¡No tocaras a mi hija! Crees que por ser una seguidora de Eva Martínez te da el privilegio de hacer lo que quieras. -expreso junto a mi oído, aplicando más fuerza en mi, dejándome ver sus afilados dientes.
El auto marchó a toda velocidad, cuando aquel hacía de las suyas y le indicaba que siguiera su camino con la niña.
-¡No te tengo miedo maldito!-dije con la voz ronca con lo poco que me quedaba de oxígeno y escupiéndole la cara.
Intentando con todas mis fuerzas para desapartarme de él, veo a escasos centímetros de mi mano una piedra moderadamente pequeña pero dura y antes de que pudiera decir una palabra más o reaccionar, la tomó y lo golpeó en la cabeza. Cae al suelo aturdido, ya que el impacto fue más cerca de su oído, aprovechó el momento y tras ver un palo con punta, corro hacia él y lo clavó en su retorcido pecho.
-Cariño, no me derrotaras, soy un cazador, tengo mas años que tu y por lo tanto tengo más experiencia que tu. ¿Piensas que, por pertenecer a un clan, vas a poder contra mí? -Gael se levanta del piso como si no le hubiera afectado nada y comienza a reírse desquiciadamente entre dientes.
Me alejo, pero aquel ya está a un paso adelante de mi, saca el palo y comienza a avanzar hacia mi con pisadas fuertes y firmes para temerle. Tomó la valentía de acercarme y atravesar mi mano en su pecho para sacar su corazón, pero cuando lo hago, no hay corazón, no hay nada.
-¿Pero qué...?-dije dudando y a lo mejor entrando en pánico.
-Qué lástima, fallaste. -respondió.
Lo último que recuerdo es que rompió mi cuello y todo a mi paso estaba oscuro.
-Narra Alessia:
Al regresar a casa, me había olvidado por completo de Darwin y de que se había quedado hospedandose aquí, luego de su viaje de Utah a Portland. Me había hecho una visita por lo triste que estaba con la muerte de mi madre y tras el incidente con mi padre y las cosas que ocurrieron después, como bien dije, me olvidé de su presencia. Colgué las llaves de la casa y busqué si aquel se encontraba en algunas de las habitaciones, pero no estaba, hasta que encontré una nota encima de su cama.
"Less, tuve que marcharme, conflictos se han presentado en tu ciudad y es mejor no estar incluidos en ellos. Grandes cosas aún te quedan enfrentar y mi ayuda no te servirá para lo que te enfrentas.
Más está decir que, encantado con tu hogar, tu amigable novio y tu acogedora ciudad como tantas veces he nombrado.
posdata: Si todo va a mejor, posiblemente vuelva para las fiestas y tomaremos champaña hasta la madrugada del siguiente día.
Cuidate.
¡Nos vemos pronto!"
Julián se acercó a mí, cuando me vio en la habitación y colocó sus brazos alrededor de mi cintura, depositó besos en mi cuello, apoyó su mandíbula en mi hombro y me preguntó qué era lo que ocurría.
-Darwin se fue. -le comunique mostrándole la carta- Por un lado, hizo bien en irse, las cosas no están bien y no se como haremos para parar con todo esto.
-Ya escuchaste lo que hablo Egan, debería de solucionar algo las cosas...-dijo pero lo interrumpo.
-Si, pero digamos que Eva no ayuda mucho, se preocupa más por su vida amorosa que por los de su especie. -respondí- Yo lo dejé todo para recuperar a mi madre y hasta cuando estuviste a punto de morir por no querer terminar con tu transformación. Mi hermano murió por mi culpa y no pude hacer nada. Mi padre está demente y aun sigue allí afuera esperando para volver a atacarme o simplemente terminar con cada uno de su familia, como lo ha hecho hasta el dia de hoy. Es imposible creer que, por la simple atracción a algo desconocido, a el ser que era, le diera razones para acabar con el amor que su familia le tenía.
-Lo entiendo Less. -expresa acariciando mi pelo y llevando algunos mechones detrás de mi oreja- Todos de vez en cuando perdemos la cabeza por quienes amamos y hacemos lo mejor posible para que se sientan bien y no corran peligro. Sin embargo, no solo el clan de Eva se volvió parte de su familia y responsabilidad, también se ha vuelto Egan, al igual que Gabriel y cada uno de nosotros, aunque haya diferencias. Tú te volviste parte de mi familia, tu lo has dicho, por mas que sea chiquita es nuestra familia y estoy mas que conforme con eso.
Tratando de ahogar mis penas, rompí en llanto, la verdad es que estaba cansada.
-¿Sabes que he hecho con mi padre luego del ataque?-le pregunté.
-Si, lo sé. Te vi y he escuchado que hablabas por teléfono con un hombre, tal vez era aquel que iba a ayudar a Gabriel a salir de la cárcel cuando ocurrió la muerte de Eva. Suponiendo que le has encargado que atrapen a tu padre y que vaya a la cárcel, pagar por homicidios que durarán dentro de cinco a diez años, teniendo en cuenta su comportamiento también.
-Le debe la vida a mi madre y a Nick, por todo lo que hizo. -agregue secando mis lágrimas.
-Estaremos bien, ¿si? -aseguró abrazándome con fuerza- Solo manten la calma.
-Narra Eva:
Lo que restaron de las clases fueron normales, en un ambiente calmo, aunque algún que otro vampiro resultaba herido en el proceso y presentando síntomas a lo que nos enfrentamos. Reuní a Egan, Lía y Gabriel, al sonar el último timbre de salida. Nos subimos en mi auto y nos fuimos hasta el bar más cerca, creo que después de tantas noticias más de uno necesitará tomar algo.
-Debemos quitarle la daga a Gael o Chloe, quien sea quien la tenga. Iré junto a Gabriel y Alessia al otro lado y traeremos de vuelta a Lucas, Silvia y Sasha. -comuniqué- Necesito que Egan, mientras tanto, me este ayudando de este lado. De tal forma que, trataras de ver qué cosas serán mejor para cada clan. Durante la mañana he sido informada, hubo problemas en el traslado con Aurora, ella acaba de matar a Nora, lo cual pondré a Gisela como líder ahora. Cada uno de los clanes se desmorona como si fueran moscas.
-¿Por qué la mató? No es como si fuera su enemiga. Ella no tiene enemigos y creó que ni siquiera sabe el significado de esa palabra. -preguntó Egan.
-No lo sé, por simple defensa, teniendo en cuenta que había agresión física, fue su reacción, lo primero que se le vino a la mente. -contesta Lía.
El camarero nos trajo unos tragos para los cuatro y los dejó sobre la mesa. Cada uno tomó el suyo y Gabriel no tardó en agregar:
-Acaban de raptarla nuevamente.
-¿Qué? -dije casi ahogándose con la bebida- ¿Cómo?
-Chloe y Gael, quien más. -dijo bufando mientras guardaba su celular en el bolsillo de su pantalón- Atacó a Gisela quien intentó detenerla y junto a ella estaban Marta y Bianca.
-¿Quién es Bianca?-interrogó Egan.
-La policía que estaba detrás de los casos, pero eso no importa ahora. -contestó.
-Debemos ir hacía allá y ver cómo...-expresé pero Gabriel tenía un mejor plan.
-Ellas están bien, desgraciadamente creó que la única que resultó afectada fue Gisela, ya que estuvo presentando algunos síntomas de la peste pero no afectará ni a tu madre ni a Bianca. -volvió a mirar su celular- Mejor armemos un plan para sacarle la daga y recuperar a Aurora. Tiene a mi hermana no solo por el liderazgo, sino por algo más y eso lo averiguaremos.
-Me parece perfecto-afirme.
-Sin embargo, creo que deberían saber que la peste, la oscuridad, es nada más ni nada menos quien está ocasionando todo esto. Gael, Gael Callen es la peste. -todos se miraron confusos- ¿Y saben cómo lo sé? Porque Gisela intentó sacarle el corazón para matarlo en la lucha y cuando lo hizo no tenía corazón, además ahora está infectada. Este tipo no solo destruye todo a su paso, ocasiona la locura y las muertes, hasta incluso el mismo contagio.
-No me sorprende, debimos reconocer que él era, tiene mucho poder. -quedando pensativa, le di un trago largo a mi vaso- Silvia entonces posiblemente haya transmitido con su muerte, el paso de la peste a Gael, de tal forma que él le dé continuidad. Poner de líder a Aurora por ser la primogénita y... ¿Cobrar venganza?
-Falta una parte de la historia. -comenta Egan- ¿Por qué Silvia haría todo lo posible para que no le quitarán lo suyo, luego se rinda y le dé el control absoluto a Gael? Sabemos que es por su hija, pero que tal si es por algo más.
-¿Y si es un juego? Una trampa tal vez. Gael junto a Chloe crearon un arma mortal que sabe perfectamente que sería capaz de destruirlo y ella como bruja debería saberlo, es algo ilógico. ¿Y si la daga es una distracción? Crean un arma , Chloe lo traiciona haciéndole pensar que está de su lado y termina matando a su hija, para luego asesinarlo y traer de vuelta a Silvia. Después de todo, ella siempre fue aliada de Silvia, no de Gael, de lo contrario qué razones tendría para traer a Aurora hasta la casa de tu madre y luego hacer este jueguito de idas y vueltas.
-¿Y por qué mataría a Aurora?-consulte desconcertada.
-Tendría mucho sentido acabar con los portadores y con las próximas generaciones, si lo único que él quiere es poder y ser adorado por todos. -prosiguió Egan.
-¿Y llegaría hasta tal punto de matar a su propia hija? Estamos todos dementes. -rasqué el tabique de mi nariz impacientemente- Pero, sí, no digo que estemos muy alejados de la realidad.
Finalizamos con la charla e inmediatamente nos subimos a mi auto y, antes de ir a la mansión de los Miracle o de los Van Amster, fuimos a un lugar donde siempre pudimos haber ido y no lo había pensado antes. Fuimos hasta la residencia que era de Lucas. Cuando llegamos allí, ví a Edison quien abría la puerta sorprendido.
-¡Oh, miren quien está aquí! -expresó dándoles el aviso desde la entrada a los que habitaban dicho lugar- Nos volvemos a ver Eva Martínez. Bienvenida. -dijo riendo y sonriente, haciéndonos señas para que pasemos.
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