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Capítulo 12: |Cuando tus pesadillas se vuelven realidad|

-Narra Alessia:

Mi madre me había dejado bien en claro que quería mejorar y realizar esos estudios, para que cuando todo esto acabara, pudiéramos retomar aquellos momentos perdidos. Pero, una parte de ella aun se aferraba a los sucesos que vivió en aquel laboratorio, lo que justificaba perfectamente la acción que había tomado. Asimismo y para asegurarme de que lo que pensaba se asimilaba a los hechos, fui hasta la sala donde supuestamente sería atendida, encontrándome con algunos de sus objetos personales dispersos por toda la camilla y con la ventana abierta.

-¿Tienen cámaras de seguridad? Quiero verlas. -me apresuró a decir.

-¿Quien más estaba con ella en la habitación? -interrogó Julián.

-Ella quedó por un momento a solas, para colocarse la bata, cuando regresamos junto a mis otros dos colegas resultó ser algo tarde, ya que se había marchado. -agrega el médico llevándonos hasta las cámaras- Siempre nuestros pacientes están bajo máxima supervisión, ante cualquier peligro que puedan correr, pero esta vez nadie vio si terceros la ayudaron a irse o alguna otra maniobra.

Comenzamos a observar las cámaras y aunque parecía creíble lo que el médico afirmaba, estaba en lo cierto. Apenas se lograba distinguir cinco manchas negras, que pasaban muy rápido ante la grabación, asemejándose con los fenómenos naturales. Dado a esto, mi madre en toda la escena solo se la notaba aterrada y resistiéndose a saltar por aquella ventana. Concluyendo rápidamente que, se trataba de vampiros, cuyo único objetivo era capturarla para llevársela seguramente a Silvia.

Llamé inmediatamente a Eva, contándole tal circunstancia, advirtiéndole sobre cualquier daño que le hicieran. No era justo recuperar a la persona que te dio la vida, después de mucho tiempo, y luego que te la arrebaten como si nada.

-No creó que sea parte del plan de Silvia. -expresó al otro lado de la línea- Los Habacos vinieron a buscarla para llevarla a su juicio y de allí verán qué papel cumplirá de ahora en más.

-Esperemos que sea así...-dije no muy convencida- Es mejor que ellos se encarguen de la situación.

-Tengo mucho miedo Alessia, porque después de todo es mi hermana y sabemos que si la condenan a muerte desarrollará catástrofes inimaginables. A pesar de que he vuelto a la normalidad, a veces la oscuridad se apodera de mí y me muestra cosas que me hacen enloquecer. Veo como una especie de enfermedad nos afecta uno por uno.

-Es imposible que eso pase. - contesté- Iremos con Julián en cuanto podamos. Sin embargo, ten en cuenta de que, no me resistiré si le hacen daño a mi madre y menos si es tu hermana.

Finalicé la llamada algo enojada y condujo Julián nuevamente hasta mi casa.

-Narra Eva:

Entonces allí nos encontrábamos, junto a Egan y la multitud de vampiros, en el inmenso bosque y con posible rumbo hasta el aljibe. Se creé que, Silvia deberá ser juzgada en donde todo comenzó, para que la misma pudiera responsabilizarse de los daños causados.

Los tres Habacos de la orden, se sentaron en grandes sillas de maderas observando al publico, mientras que la culpable se hallaba del lado derecho con dos guardias de cada lado. Tras apoyar en la mesa unos papeles y revisarlos, aquellos deciden dar comienzo al proceso del juicio.

Generalmente, estaba acostumbra a ver como eran y se trataban los casos en los tribunales de los humanos, pero nunca de los vampiros. Así que, todo esto era nuevo para mi.

-Queremos llamar a Eva Martinez. -anuncia uno de ellos

Lo miré a Egan, el cual asintió mientras frotaba mi espalda, como signo de apoyo para subir al escenario de madera.

-De pie al lado de la acusada y mirando a la audiencia. -indican.

Una mujer de cabello pelirrojo  y liso llega en aquel momento, vestida de saco rojo muy prolijo y un pantalón del mismo tono, finalizando con unos tacones negros de plataforma fina y alta. Aquella, comienza a caminar con los brazos cruzados sobre su pecho, mientras se acerca hacia mi.

-La señorita Leia, se encargará de este caso y hará las preguntas que necesitamos. -agregan.

Asustada por lo que se aproximaba, busqué a Gabriel con la mirada, pero no lo encontré. El único que logré ver entre los clanes, era a Egan con su mirada seria y fija en . Trague saliva y forcé una sonrisa ante tal decepción.

-Eva Martinez, si se encuentra lista, comenzaré con el interrogatorio. -expresó la colorada, a la cual temía mirar.

-Estoy lista. -afirme.

-¿Puede contarnos cuál fue su última conversación que estableció con su hermana antes de terminar en el aljibe?

-, sucedió en la casa de mi madre. Apenas había llegado a su casa cuando me dijo que Silvia estaba allí también.

-¿Además de su madre, su hermana y usted, alguien más las acompañaba?

-Sí, Gabriel, mi ex-novio. -un leve suspiro se me escapa de los labios, debido a la manera en que lo había dicho y la pronta pronunciación de su nombre.

Como por arte de magia, siendo que antes había quedado decepcionada porque no estaba, despegue la mirada del piso nuevamente y al levantarla lo terminé viendo.

-¿Por que estaban ahí? - prosiguió Leia.

-Estábamos preocupados por la llegada de Silvia, ya que había ido a la mansión, para convencerme de charlar. Estaba tan insistente con aquello. -respondí- Gabriel, me acompaño hasta lo de mi madre y paso lo que anteriormente conté.

-¿Y que quería su hermana?

-Quería la redención por su alma, porque de lo contrario debía de entregarle la corona, pero en realidad todo fue parte de su plan. Siendo así que y aprovechando el día de la coronación, decide obligar a Sasha a realizar dicho conjuro, para luego dejarnos encerradas en el aljibe a ambas. Finalmente, aquella se adueña de mi imagen, usando su poder, para ser la líder y manejar mi vida como se le antojara.

-¿Quien es Sasha?- me examina- ¿Y nunca sospecho de las intenciones de su hermana? ¿Como fue posible que terminó haciendo lo que ella quería?

-Sasha era mi amiga, era como una hermana para mi y con las cosas que habían estado sucediendo, no estábamos muy unidas. Creó que fue por eso que, Silvia decidió atacarla, porque estaba sola. -miré a mi izquierda y agregué- Mi error fue confiar en ella, pensando que había cambiado y que lo que contaban eran mentiras. Sabía lo que hacía, pero había decidido darle una oportunidad.

-Creó que no hay más preguntas. Puede volver a su sitio. -Señala.

Vuelvo al lado de Egan.

-Lo hiciste bien. Seguramente, finalicen con las palabras de Silvia, para cerrar con la sección. -comenta.

-¿Crees que llamen a Gabriel por haber estado conmigo en la casa de mi madre ese día? -expresé.

-Posiblemente. Todos los que sabíamos sobre Silvia serán llamados.

Tal y como aquel lo había confirmado, así fue. Comenzaron a llamar a la mayoría de nosotros, para dar su testimonio, pero no todos nos encontrábamos presentes. Faltaba Lucas, el cual murió por culpa de Silvia (que de por si, no es necesario tomarlo en cuenta), además de Alessia y Julián que se encontraban ocupados con el secuestro de Ada.

-Silvia Martinez, que llevaba la imagen de Eva, mató a mi novio. Gabriel y Julián lo estaban torturando, para que le dijera si estaba trabajando con aquella y poco después lo tengo entre mis brazos. -cuestionó Nora- ¡Quiero de vuelta a Víctor!

-Mando parte de los miembros del clan de los Cazadores a atacarnos. Murió mi padre y mi hermano, por su culpa. -prosiguió a decirle Evolet.

-Hizo una matanza de brujas...-se sumó otro vampiro no identificado.

-Mató a mis padres y lastimó a mis dos hermanos. -concluyó Eula.

Las voces y los reclamos no acababan, hasta que los tres Habacos se levantaron de sus sillas colocándose de pie al lado de la colorada, para establecer el orden y dar por concluida con la sentencia.

-Hemos llegado a un acuerdo y la acusada será castigada. -dice uno de ellos.

-Silvia Martinez, es condenada a la guillotina, condenada a muerte. -continua otro de los mismos- No obtendrá su perdón, porque no lo merece, esperemos que con su muerte podamos encontrar la paz.

Me llevé la mano a mi boca, al escuchar las acciones que tenían que tomar, mientras los demás apoyaban esta idea. Siendo así que, todos son conscientes del mal que está desarrollará. Mis peores pesadillas se estaban volviendo realidad.

-Narra Egan:

Los vampiros otra vez estaban en movimiento, preparando el final de Silvia, sin embargo poco podíamos evitar que sucediera. Y no hablaba de salvarla, porque era la hermana de Eva, sino porque aquella desarrollaría eventos desafortunados.

En ese instante, Eva abandona el lugar y me resultado algo tarde para frenarla antes de que se vaya, ya que Ross me interrumpió agarrando mi brazo para que volteará y lo escuchará.

-Egan, me iré. Mejor dicho, nos iremos. -formuló.

-¿Qué? ¿A dónde?-pregunté.

-Dejaremos la ciudad junto a Scott. Ahora que, sabemos que se hizo justicia, queremos empezar una vida juntos fuera de aquí. -indica haciéndole señas a Scott para que se acercará- Sabes que si no nos vamos ahora, para entonces ya será muy tarde y si las cosas terminan mal, no quiero estar aquí para verlas.

-Egan tu nos ayudaste a mi familia y a mi, cuando perdimos a Andrew y a Ryan, y estoy muy agradecido por eso. No obstante, quisiera tomarme un tiempo para procesar los hechos, además de compartir la opinión de Ross. -explica.

-Si es lo que quieren, entonces pueden hacerlo, pero no se olviden de comunicarse con la familia. -asentí- Les deseo mucha suerte.

Aquellos comienzan a marcharse, tras una despedida entre abrazos y besos. Dado a esto, Evolet se dirige hasta donde me encuentro.

-¿Por qué aun no me has propuesto aquello? ¿Acaso no sería emocionante? -dice depositando un beso en mis labios.

-Lo pienso todos los días, Evolet. Pero, sabes que no puedo dejar la ciudad, después de todo lo que sucede aquí. -respondí- Aunque pensándolo bien, podríamos celebrar por ellos, tal vez alguna ceremonia.

-No me has convencido por completo...-expresa arrugando la nariz- Pero, mientras estés a mi lado, podría ser divertido.

-Narra Gabriel:

Eva, había vuelto a la mansión, así que decidí ir tras de ella. Mientras corría por el extenso pasillo, la detuve colocandome enfrente de ella, a velocidad vampírica.

Eva!-formulé.

Aquella solo corrió a mis brazos. Las lágrimas no dejaban de brotar de esos ojos cafés. Su perfume aun hacia erizar mi piel al igual que sus caricias.

-Se que es difícil...-le susurré acariciando su cabello.

-Lo siento, Gabriel. -dice en sollozos separándose de mi- perdón por todo. Ya no lo soporto y me esta matando.

-No podemos...sabes que no funcionará. -dije pero me interrumpe.

-¿Dime que aun sientes algo?-expresa colocando una de sus manos en mi rostro.

-No, absolutamente nada. -respondí apartando su mano.

Su mirada comienza a dirigirse hacia la ventana, en la cual se podía ver a lo lejos como preparaban la guillotina y Silvia apoyaba su cabeza poco a poco para medir el corte. De hecho, este juicio se trató como lo hacían en los viejos tiempos, por eso se utiliza dicho artefacto.

-Te vi llegar tarde con Gisela. -agregó- ¿Acaso te has enamorado de ella en tan poco tiempo? ¿Con un par de capas de alcohol te hizo olvidar lo nuestro? Ni siquiera te ves afectado...

-No, Eva, estas mal. -negué- Yo sufrí al igual como tu.

La conversación se desvió, ya que rápidamente escuchamos el último grito de Silvia, luego de ver como su cabeza caía en un canasto. La sangre de aquella, salpicó de una manera tan increíble a algunos vampiros y clanes.

-¡Que terrible!-comenta Gael, quien pasaba por allí vistiendo un traje completamente negro y se acomodaba su corbata- No se lo deseo a nadie.

Sorprendidos volteamos a verlo. Aquel termina sacando un pañuelo de su bolsillo y se lo entrega a Eva.

-Tenlo, estoy seguro de que, lo necesitaras más que yo. -concluyó mientras se perdía en la oscuridad del pasillo.

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