capitulo 4
Bajo la sombra de un inmenso árbol de bonitas flores amarillas, se encuentra la deslumbrante belleza de una mujer con grandes cabellos azules y una mágica mirada que te hace apreciar un maravilloso crepúsculo. Danzando espléndidamente con su espada.
Ese uniforme dorado de caballero, marca sus atributos de un magnífico cuerpo curvilíneo. Elegantemente acomodo su cabello atrás de su oreja. El viento hacia revolotear bellamente esos largos cabellos azules.
{¿Que está haciendo? ¿Esa mujer es mi madre?} <Ella siempre entrena aún cuando no tiene magia. Y sí, ella es su madre, la reina.> {¿Dónde están sus damas de compañía? ¿Sus escoltas?}
Apesar que es una espadachín mágica con sus círculos destruidos, debería de tener una gran influencia en el palacio. Por respeto en su tiempo como héroe.
<No tiene, anteriormente la intentaron envenenar. Por eso prefiero cuidarse por si misma. Solo tiene una sirvienta personal, pero su madre siempre se escabulle de su visión.>
—¡Muéstrate!—Apunta su espada hacia los arbustos—No me hagas repetirlo....Xiao!!—Solto su espada, corrió hacia su hijo. Cuatro sentimientos más alto que ella.—¡Xiao, Xiao!—Como pudo abrazó el fornido de su hijo.
Ya puedo respirar sin sentirme asfixiada, mi precioso hijo está de regreso sano y a salvo. No lo perdí en batalla, no tiene ninguna lesión. También puedo sentir poder divino...¡Divino!
—¿Que pasó en el campo de batalla? ¡Puedo sentir un fuerte poder proveniente de ti, casi divino! ¿El dios Dragon te bendijo?—¿Por qué ahora? ¿Por qué tuvo que esperar tanto tiempo? Ese Dios molesto, ¿Que se trae entre manos?
Estoy molesta con Anciel, el día que Xiao nació, ese día hizo que el cielo se tornará rojo y se negó a darle la bendición. Solo bastó eso para marginar a mi Xiao. Volver su vida un infierno donde todos lo despreciaban por ser temeroso y no tener habilidades.
—Es una historia algo extraña, te lo diré en otro momento—Se aleja de su madre—Solo vine a este lugar hacerte saber que estoy bien, que regrese enteró y sin ninguna herida. Tengo que volver a mis aposentos por qué debo de asistir a la reunión que, proclamaran esos nobles.
—Está bien. No tengas miedo de lo que dieran, yo estaré ahí frente a ti. Nadie te hará daño.
—No tengo miedo. Ya no soy ese niño temeroso, mamá—Sonrío—Puedo defenderme solo. Todo aquel que intente dañarme morirá por mis manos, lamento mostrarte esta parte de mí, pero ya estoy cansado.
—Siempre te estaré apoyando, apuñalare a todo aquel que lo intente, tampoco es necesario que ensucies tus manos.
{¿Puedo reparar los círculos dañados de ella?} <Sí, pero el dolor que sentirá no es una broma. Puede llegar hasta desmayarse y ese sería un gran problema>
—Hablaremos después de que todo esto se solucione—Vere como le hago para encontrar un método que no sea tan doloroso. Curarla sin que se de cuenta.
Se nota en su mirada ese anhelo de volver a tomar su espada y correr hacia el campo de batalla.
—Está bien—Se pone de puntillas para poder besar la mejilla de Xiao—Vamos te acompañaré a tus aposentos—Levanta y aguarda su filosa espada con patrones de un Jaguar negro. Él escudo de su familia.
—¿Padre sabe que sigues practicando con la espada?—Pone la mano de su madre en su brazo.
—Estoy segura que lo sabe, nada puede escapar de sus ojos—Esos hermosos ojos pueden hacerte ver un grandioso paisaje como un horrible laberinto cubierto de seres tan espeluznantes.
—¿Lo amas?—Eso no se especifica en la historia, por que si no es así. Me tocará liberarla. Darle su libertad.
—No hay amor en la aristocracia, te casas por conveniencia...pero esa forma de pensar cambio cuando lo conocí a él. Cuando vi a su majestad el emperador, mi corazón rugió tan ardientemente como si estuviese en un campo de batalla.
No hace falta mirar su expresión para confirmar que es verdad y no miente, su voz lo dice todo. Ella en verdad está enamorada de el emperador, como el lo esta de ella.
—Me alegro saber que no fue un matrimonio forzado por el bien de la familia Fauj.
—Tu abuelo siempre ha respetado mi decisión...
—Segundo príncipe—Lo mira de pies a cabeza y le da una mirada con desdén a la reina—¿Regresó tan pronto?
Piel demasiado blanca, cortos cabello de un color borgoña. Belleza despampanante con una mirada arrogante y llena de desagrado de un color verdosa. Cuerpo esbelto con sobresaliente atributos como esas dos toronjas que tenía como pechos.
<Ella es nada menos que la emperatriz, Rocío. La madre del protagonista.> {Lo supuse, solo ella se atrevería actuar de una manera tan arrogante}
—¿Quién es usted?—Mueve su cabeza hacia los lados.
—¡Como te atreves a hablarle de esa manera, a su majestad, la emperatriz!—Se sobresaltan sus damas de compañía y escoltas.
—Tranquilos—Finge sonreír con amabilidad—Es lógico que sus modales...
—Como podría reconocerla con ese maquillaje—Que manía de hablar de modales a donde quiera que vaya—Es muy blanco, por un momento creí estar viendo un fantasma....si me disculpa, tengo cosas que realizar.—Paso junto a ella.
Aprovecho la consternación para alejarse antes de escuchar los gritos donde ordena que, lo castiguen por falta de respeto.
"Maldita bruja, voy a cortarte en pedazos. Adoradora de la oscuridad. Yo el mensajero del Dios Anciel, te castigara por tus crueles pecados"
—¿Quién?—Miro hacia todos los lados.
—¿Emperatriz?
Xiao había encontrado una manera de torturar a la emperatriz. Solo modificó un poco su voz para evitar cualquier sospecha.
—Xiao, no seas impulsivo. Ella tiene mucha autoridad como influencia en este palacio...no quiero que seas su objetivo.
—Mamá—Se detiene en la puerta de su habitación, de pie frente a la puerta estaba Guan. Su escolta personal.—Desde el momento en que nací y padre me favoreció me convertí en su objetivo. Ya es momento que dejes de mantener tu presencia nula en este lugar. Ya no temas por mí, nadie podrá tocarme.
Xiao deja un casto beso en la frente de su madre, sonríe dulcemente para a pasiguar la preocupación de su madre.
—Guan, acompaña a mi madre, a la puerta de sus aposentos.
—Como ordene, por aquí por favor, su majestad.
Xiao entró a la que sería su nueva habitación, todo el lugar está decorado con los mejores lujos sinónimo de la realeza. Busca el lugar donde se dará un grandioso baño, solo había algo que parecía ser una tina un poco diferente a las modernas.
No hubo necesidad de pedirle a un sirviente que prepara todo cuando el lo hizo en un segundo con sus poderes, para algo más aparte de luchar, debian de servirle.
De un momento a otro quedó completamente desnudo, su largo cabello cubría su ancha espalda y parte de sus firmes glúteos. Entró a la tina hundiendo por completo su cuerpo.
No hay nada más relájate que un rico baño, limpiado todo el hedor a sangre y sudor.
<Alguien se está acercando> {Ya lo sentí} Pero no puedo sentir poder alguno atraves de su cuerpo. ¿Quién se atrevería a entrar a mi habitación?
—¡Zeze!—Se lanzó sobre el desnudó cuerpo de Xiao—Hueles tan bien—Desliza sus manos hacia las caderas del mayor—Suave y esponjoso—Apreta descaradamente los glúteos de un consternado Xiao.
Capturó los labios que tanto había querido besar, Xiao dejo lo sorprendido a un lado para corresponder el beso de una manera correcta, ambos empezaron a jadear pero ninguno se aleja, siguen besándose.
<Mis ojos no pueden con tanto descaro, ¿Como logro evadir la seguridad y la divinidad que protege este lugar> {Si tú no lo sabes, mucho menos yo}
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?—No negaré mi felicidad, así podremos hacer el amor después de que lidie con esos viejos de la aristocracia.
—¿Eso importa?—Sube sus manos desde el abdomen hasta el pecho de Xiao.
—No realmente, pero me preocupa que mi padre, haya sentido tu presencia.
—No negaré que es poderoso, pero no lo suficiente para darse cuenta que su enemigo, está apunto de hacerle el amor a su adorado hijo.
—¡Uhg~!—Tristan tocó con su dedo índice, ese lugar íntimo de Xiao.
—Espera....mmm~—Lame los pezones de Xiao—Dije que esperes—Lo jalo del cabello—No puedes entrar a mi habitación como animal en celo, manosear mi cuerpo como si nada. Tú imprudencia puede llevarnos a un desastre.
—Me disculpo—Baja sus orejas como cachorrito regañado—No soportaba estar sin verte—Esos ojos rojos ven a los violetas—¿Me iré?—Sale de la tina.
Será por su edad que su comportamiento es más infantil de lo normal, hasta tiene un poco de manipulador con esa expresión de perrito regañado.
—Si prometes no salir de este lugar, puedes quedarte—Tampoco quiero estar lejos de él.
—Prometido—Actuar deforma vergonzosa y usar mi versión joven es muy efectiva. Mi Zeze no puede decirme que no, tan hermoso.
—Seguiremos hablando después, tengo que asistir a una reunión—Sale de la tina.
Tristan jadea al ver por completo la grandiosa figura de Xiao, algo entre sus piernas estába reaccionado por la majestuosidad frente a sus ojos.
—No salgas—Se vistió y peino su cabello en un instante—Si alguien entrá, esconderte.
—Asi lo haré.
Tristan no se contuvo más y devoró con fervor los labios de Xiao. Xiao frotó su cuerpo contra el más joven. Se estaba empezando a calentar, las ganas de ser tomado por Tristan, incrementaron.
—¡Mierda!—Jadea—Ahora no quiero ir.
<Es mejor que se de prisa, es el único que falta. Su prometida también está ahí> {Maldita suerte la mía}
—No me iré, estaré esperando en nuestra cama.
¿Desde cuándo se convirtió en nuestra? Mi esposo se está volviendo cada vez más descarado o solo es por la edad? No, siempre ha sido así. Pero en cada mundo va volviéndose más y más.
Xiao salió de la habitación lo más rápido, Guan lo siguió muy de cerca con una expresión de confusión al ver el rostro sonrojado de su segundo príncipe.
—¿Preparaste todo? Ese tipo no está muerto, ¿Verdad?
—Todo está listo como lo sugirió, y no, no está muerto.
—Buen trabajo.—Se detuvo frente a las puertas de la sala de audiencia.
—El segundo príncipe, Xiao Dor. Está entrando.
Todas las miradas se fueron al cuerpo de Xiao, miradas llenas de desdén, juzgado, otras curiosas por saber todo lo que ocurrió en ese campo se batalla.
—Buenas noches, al parecer soy el último en llegar. “Me disculpo por la tardanza” perdí la noción del tiempo mientras intentaba quitarme el hedor a sangre—Sonrío, en ningún momento bajo su cabeza o en corvo su espalda.
Su mirada se encontró con los azules de esa hermosa señorita con piel de jade blanco, pestañas largas y crespas. Largo cabellos blanco puro. Ella le sonrió amablemente, Xiao la vió sin expresión alguna. Tomo asiento junto a su padre ignorando los jadeos de los demás.
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