El disgusto está plasmado en ese muy varonil y palido rostro con unas facciones faciales exquisitas, cejas gruesas rectas más una barbilla afilada a igual que su mirada violeta. Esos ojos muestran un gran molestia mientras observa a ese otro ser de grandes alas lastimadas y atado de manos y pies contra lo que parecía una pared de púas bañados con poder sagrado.

—Demonios, demonios, ¿cuando será el día en que los terminemos de eliminar para siempre?—Frota su cuello.

Ese ser se encuentra extrañando los días en que no tenía preocuparse por eso porque en ese momento; había alguien más lidiando con ellos.

—¿Con qué intensiones deambulabas por ese lugar?—Lo agarra por la mandíbula, queriendo que ese demonio lo viera a los ojos pero no logró tal cosa.—¿Tomo esto como una posible declaración de guerra?

—¡Eso no es así!—Levanto su rostro lastimado y aun así no dejaba de verse atractivo, esos ojos marrones brillan de odió por ese ser frente a él.—¿Se te olvida que en esa misma dirección no muy se encuentra también el portal hacia mi reino?—Soy una decepción para mi raza, mis señores confiaron en mí y yo ni siquiera logre realizar la misión.

—Pero eso no es lo que vio mi gente...

—Pues si lo que vio la mía porque logré envíales toda la información posible.—Soltó una risita.—¿Crees que iba a permitir que nos dejaras ver como insitadores?

—Olvidas que son sucios demonios, mi gente no creerá en lo que digan...

—Mas de alguno ha de ser justo, ¡mas de alguno a de ser un verdadero ser de luz que mira a todos por igual!—Gritó.

En esa mirada violeta hubo una pequeña perturbación, empuñando fuertemente sus manos. Era molesto que ese demonio tuviera razón mas cuando esa alma bondadosa y ser de luz es nada menos que su hijo menor, un ser que con tan solo 15 años de edad se volvió un semidiós, ahora que tiene 100 años está buscando la iluminación para trascender a un Dios.

Y por eso mismo lo mantienen a alejado de todo lo que pueda llegar a mancharlo, (si, ese es Xiao) su padre (este Dios que se encuentra hablando con el demonio) quiere que su hijo Xiao, tenga esa iluminación porque creé firmemente que Xiao es la clave para eliminar de una vez por toda la oscuridad, así tengas que sacrificarlo en el proceso.

—Entre tantos seres ilógicos e irracionales a de existir alguien que de verdad se le pueda llamar Dios verdadero, ¡alguien que si ama a todos por igual y no los discrimina y se deja guiar por sus enseñanzas!—Exclamó.—No pueden seguir culpandonos por los errores del primer creador y el primer Rey demonio, eso paso hace cientos de siglos.

Ahora nuestros nuevos señores y príncipes nos han enseñado nuevas reglas, cosas. Se nos tiene prohibido susurrarles al oído a los humanos, hemos encontrado una manera de sobrevivir sin necesidad de hacer trato con los humanos. Sin embargo, es algo que este nuevo Dios no quiere entender y tampoco nos da el beneficio de la duda.

—Tal ser no existe.—Lanza poder divino, es demonio solo frunció el ceño.

Su orígen es desconocido o quizás los demás gobernantes antes que yo ascendiera a esta posición, los dejaron en su reino creyendo que desde ahí no podrían hacer nada contra nadie. Sin embargo, se equivocaron y esos demonios se siguen multiplicando tan horrorosamente que uno ya no puede quedarse quieto. No puedo permitir que la oscuridad se vuelva mas fuerte que la luz, de solo pensarlo es desastroso.

Para impedir eso les envié un oráculo a mis hijos de cada tierra gobernada por el plano superior, ya sea un demonio o humanos corrompidos eran castigados por los protagonistas de cada mundo, así se mantenía el orden de cada mundo y les hacía ver que los malos o los demonios nunca tendrá un final feliz porque es imposible.

Lo siento mucho pero los humanos que se dejan corromper ya no son mis hijos, creaciones, son solo demonios en un cuerpo humano queriendo ganar haciéndose se pasar por una persona.

—Perecer es su destino y de eso no tengo la culpa.—Habia tristeza en su voz.

—Si como no.

Aprieta sus dientes para no soltar nigún gemido de dolor al escuchar su carne desgarrarse, cada vez que ese látigo divino caía sobre su piel provocaba un dolor infernal para ese hombre cabizbajo. Pero, por más que doliera no iba a soltar un quejidoe, no quería darle el gusto de que lo escuché ese ser de formidable figura, largos cabellos plateados, vistiendo unas túnicas tan blancas con escote por el pecho.

—¿Quién es el demonio aquí?—Preguntó.

‹Mi señores y tres príncipes tenían razón en decir que nada estába yendo bien, que tenían un extraño presentimiento, una posible guerra después de siglos de mantener un orden podría darse.

Ellos no estaban para nada equivocados, algo extraño está sucediendo tanto en los cielos como en la tierra y orquestado por nada menos que esté Dios, ¿por qué? ¿Qué gana con iniciar una guerra? Él de por sí ya es gobernante de todos los planos superiores. Y de los inferiores son nada menos que sus hijos, se dice que tiene 4 0 5 pero uno es el más poderoso de todos. Del cuál no se sabe absolutamente nada. Solo que las tierras supervisadas por él son las que más energía suelen recolectar por eso inmensurable poder.

Una lastima que no puede averiguar nada porque fui descubierto antes de poder descubrir algo, y temo que quieran usarme para poner en marchar lo que sea que querían hacer...ya lo insinuó.

—Alardean de ser grandes seres de luz, que aman a todos por igual pero verte aquí.—Soltó una risita.—Comportándose como un maldito humano vicioso...

—¡No insultes a mis hijos!—Volvió a blandir el látigo.—Y no me compares con tu especie.—Sus ojos brillan entre la oscuridad de esa mazmorra bendita.—Si los humanos son viciosos es por la culpa de ustedes, no pierden el tiempo en querer corromper sus almas...

—¡Mejor acepta que ni tú eres un ser perfecto!—Sonríe frenéticamente.—Sino fuera así, ¡¿entonces por qué nacimos nosotros?!—Sacude sus manos creando un ruido gracias a las caderas divinas atadas a sus muñecas.—Somo producto de la envidia, odio, rencor de esos hijos tuyos...¡Al final no pudiste darle felicidad a todos y ellos querían un poco por lo que recurren a nosotros! Buscan cumplir sus deseos sin importar que hacer un pacto es vender su alma...

—¡Cierra esa boca sucia!

Con un movimiento de manos me cerró la boca, los demonios son débiles a la divinidad de un ser de luz, así como el agua bendita a menos que sea un demonio superior. Entonces sí, si puedes soportar un poco de esa luz.

—¿Cuántas veces les he dicho que dejen de corromper a mis creaciones?—Blande el látigo una y otra vez.—A mis creaciones solo yo las puedo castigar, no pueden salirse del camino cuando no fue escrito de esa manera.

Todo iba tan bien porque tuvo que aparecer una variable, me niego aceptar y mucho menos permitir que alguien de mi misma sangre, familia, se involucre con un vil demonio. Eso es inaudito, los seres de luz tienen que seguir siendo eso, no corromperse al mezclarse con los demonios.

Antes de que eso pase prefiero acabar con todos los demonios, enviar un oráculo al templo de allá abajo en la tierra. Mis devotos creyentes harán el trabajo en deshacerse de uno de los tres príncipes demonios, según se me fue informado uno de ellos será invocado.

...Me duele ver como la oscuridad poco a poco ha ido corrompiendo a mis hijos. (Llama hijo también a los humanos) pero eso terminará pronto, mucho antes de que logren contaminar tal como está previsto. Es imposible que los demonios y nosotros podamos coexistir juntos, armoniosamente. Eso solo provocaría una gran calamidad.