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Microcuento 2

Titulo: Destruire mi herencia.

Elenco:

Palabras: piratas y laguna.

Genero: Fantasia.

Cantidad de palabras: 1999

Desarrollo:

— ¡Maldicion Nidhi! Entiende que no somos héroes -reclama Zabafuna mientras busca las mochilas de vuelo para huir del barco volador, a pesar de que aún no los ven, el radar de la nave ya les ha advertido del acercamiento de la armada real.

La joven de cabellos rojos se acerca a su compañero—: Ese hombre —Señala hacia la ciudad de Nindane—, estaba matando de hambre a su gente, no podía quedarme allí viendo como se morían de hambre.

—Claro que podías, solo debías mirar hacia otro lado y listo —Le arroja la mochila que les permitirá escapar—. Ahora haz algo útil y ve a buscar a esa bola de pelo con cuatro patas antes de que acabemos todos ejecutados.

La joven infla sus mejillas para demostrar su desaprobación a aquella respuesta tan egoísta

Al subir a la cubierta, se encuentra con que el león esta rugiendo de modo totalmente alterado. Sabe que un peligro se acerca y está listo para enfrentarlo, un rey no huye de su enemigo.

—Hari, rápido, la guardia real viene por nosotros, tenemos que abandonar la nave.

El animal le da la espalda como señal de que no se moverá.

Ella sabe muy bien que Hari jamás huye de una pelea, es demasiado orgulloso, pero no es momento para el orgullo—: ¡Oye, no es el momento para tus caprichos, sabes muy bien que no podemos ganar!

Se escucha el disparo de los cañones, su sonido es semejante al que emite un rayo para anunciar descenso. Segundos después de escuchar el estruendo, la cubierta es traspasada por una de las balas. Todo el barco tiembla, provocando que Nidhi pierda el equilibrio, pero antes de caer al suelo su mascota se acerca para apoyarla.

La dueña toma la suave melena de su león y junta su cabeza con la de él—: escucha, sé que no quieres huir, que estas aquí para evitar que me lastimen, pero el mayor daño que me puedes hacer es morir por mi —Se puede ver una pequeña lágrima en su ojo—, eres mi tesoro, bobo, no puedo perderte.

Hari nota la lagrima de su dueña, la bestia pasa su lengua por el rostro de ella, como señal de que todo va a estar bien; mansamente permite que le instale la mochila de huida.

Ambos regresan con Zabafuna, quien esta guardando cuantas monedas de oro puedan entrar en su bolsillo.

Tanto ella como el animal lo observan llenarse con oro.

—No me miren así —Levanta sus manos desbordantes de monedas—, esto es lo único bueno que conseguimos allí y no lo perderé por culpa de esos amantes de las leyes.

Atención piratas, detengan su nave ahora o procederemos a disparar nuevamente, devuelvan lo que robaron y entréguense -Tres buques acorazados con forma de ballena aparecen desde debajo de las nubes.

— ¡Váyanse al diablo, estirados, piden demasiado! —grita Zabafuna mientras corre al borde del barco y se arroja por la borda.

Nidhi y Hari lo ven entrar en caída libre, según la última vez que revisó la altura, estaban volando a tres mil metros de altura.

Se asoma para observar el lugar en que caera, pero las nubes no permiten ver la superficie, respira hondo—: Vamos Nidhi, no moriste la primera vez, no pasará la segunda.

Al ver las dudas de su dueña, el animal le da un empujón con su pata.

— ¡Te odio, Hari!

Apenas el felino abandona la nave se escuchan seis disparos más.

Zabafuna se coloca de espalda para ver su costoso barco ser hecho añicos por los soldados del rey—: Todo esto es por ti, Dobro, nada más — se da media vuelta y traspasa las nubes.

Una vez que Nidhi traspasa las nubes, activa el propulsor de la mochila tirando de una cuerda. De su espalda salen unas alas metálicas con dos turbinas. Se coloca los lentes de aviador para evitar que el viento afecte su visión y empieza a buscar a su león, ya que por muy inteligente que sea, no puede activar el mecanismo de vuelo. Al mirar encima de ella ve que el animal desciende a toda velocidad. Da una vuelta y se aproxima a toda velocidad.

El animal mueve sus patas en un intento de encontrar tierra firme, pero es inútil, sólo está rodeado por aire y aunque dicen que los felinos siempre caen de pie, no significa que sobrevivan a caídas de miles de metros. A la distancia nota que su dueña viene en su rescate.

—Tranquilo, ya todo está bajo control —Tira la cuerda pero en vez de alas de metal con un propulsor, sólo aparece un planeador.

El animal suelta un pequeño rugido.

— No me reclames, Zaba lo escogió.

— Te he dicho que no me llames así niña, soy Zabafuna, aunque para ti soy "El gran Zabafuna" —Estira sus brazos como si lo estuviesen presentando.

— Lo que digas. ¿Qué tan lejos estamos del tesoro que mi padre oculto? —Ni siquiera lo observa, sólo busca un lugar seguro para poder descender.

Su guía mira el sector—: Estamos bastante cerca, niña -Le señala una laguna con forma de serpiente—, esa es la ubicación de los Roomajad.

— Roomajad... leí sobre ellos en la enciclopedia de los dones, son capaces de manipular reptiles.

— Así es, la magia que controla animales es un verdadero problema de enfrentar, incluso enanos y elfos han cedido terreno a estos nuevos hechiceros —agrega Zabafuna mientras encuentra el punto de descenso—. Nos quedaremos a la entrada de ese bosque, mañana viajaremos al amanecer.

Una vez en tierra Hari se fue a casar algo para comer, mientras que los otros dos se quedaron arreglando el campamento.

Zabafuna se sienta a contar las monedas que logró salvar—: Oye, niña, ¿estás segura de que quieres destruir el tesoro de tu padre?

—No tengo dudas —contesta mientras acomoda las ramas para la fogata—. Ese desgraciado merece caer en el olvido, destruir su tesoro, será destruir su leyenda.

— No sé qué clase de imagen tienes de tu padre, pero que recuerde, no era una mala persona, el malo era yo —Se señala como si eso fuese algo de lo que se debería estar orgulloso.

— ¿Buena persona? —Aprieta sus puños al oír ese comentario—, ¿llamas buena persona a un hombre que abandonó a su hija de doce años? -Sus manos se vuelven cada vez más y más rojas-, sólo por que su más grande tesoro estaba por ser descubierto —El fuego empieza a emanar de ellas—, ¡eso no es una buena persona! —Se coloca de pie con sus ojos fijos en la fogata—, eso es un egoísta-Una bola de fuga enciende la fogata—, tacaño— vuelve a quemar la fogata—, inconsciente— las llamas empiezan a descontrolarse.

El hombre se levanta para intentar calmarla—: Entiendo, entiendo, es malo, olvida lo que dije, es de los míos —suelta una risa nerviosa—, aunque yo soy mejor, debo aclarar.

El león vuelve de se recolección con un venado en su boca.

Al ver a Hari toda la ira se desvaneció, al igual que el fuego de sus manos—: volviste— abraza al enorme felino, pero aun tiene algo más que decir—: si tuviese que decir quién es mi padre, Hari lo es, durante nueve años fue la persona que me ayudo a sobrevivir.

La cabeza del león le da un empujón.

— Está bien, está bien, junto con los magos del círculo de Fajro

El hombre se recuesta al escuchar sobre el círculo de Fajro—: Aún no me creo que esos adoradores de demonios te criaran.

— ¿Que tiene de raro?—Se cruza de brazos.

— Esos magos, no crían niñas, las queman como ofrenda a su Dios Fajro.

— Pues ese Dios Fajro, me dio esto—Vuelve a colocar fuego en sus manos—, por eso ellos no me quemaron.

—Como digas niña, pero recuerda, esta alianza se acaba una vez que encontramos lo que tu padre oculto—Se lleva el venado para despellejarlo y luego cocinarlo.

Ella y el león se quedan junto a la fogata, el animal se estira para sentir el calor en su cuerpo, mientras que Nidhi coloca su cabeza en la melena de la bestia.

Mientras observa el fuego recuerda la noche anterior en la que fue abandonada.

Ambos estaban en casa junto a la chimenea, la madre de la niña ya tenía dos años de fallecida, esa muerte fortaleció el vinculo de padre e hija, o eso creía ella.

— Papá... ¿que estas mirando? — Se acerca a ver el cuaderno que su padre tiene entre las manos.

— Es el tesoro de tu madre— dice Dobro mientras ve los dibujos, todos son ilustraciones de la niña, de él o de ambos.

_ ¿Eso vale mucho?— Mira los dibujos, no son grandiosos, pero son buenos.

No hija, no tienen ningún precio, pero para ella, era de las cosas más invaluables.

Pensé que todos los tesoros valían mucho.

El padre toca la cabeza de su niña —: No todos los tesoros brillan cariño.

—Será mejor que comas algo —Se despierta de golpe, su acompañante coloca el plato de comida frente a ella.

Los tres comen en silencio, nadie quiere interrumpir la silenciosa y pacifica noche.

***

Al día siguiente vuelven a emprender el viaje tal como se acordó, los primeros rayos de sol fueron su compañía.

Frente a ellos, los caminos se dividen.

— Muy bien, niña, los dos caminos llevan al mismo punto, tomaremos uno diferente y desde ese momento, se acabo la alianza.

— Si tú ganas, te quedas con la llave que abre el cofre, pero si yo gano, te quitaré el mapa que muestra la ubicación final.

Ambos se miran a los ojos.

— Lamento todo esto, niña, en otras circunstancias, habríamos sido buenos compañeros de trabajo.

Mientras le estrecha la mano, le dispara un dardo sedante al león y a la joven, le quita la llave y emprende carrera al cofre. Sin duda cumplirá la promesa que le hizo a su viejo rival en aquella última visita a prisión.

Observa a Dobro lleno de grilletes, con un hombre tan poderoso como él, sin duda es la mínima precaución que pueden tomar—: No puedo creer que te capturaran, se suponía que el delincuente era yo.

Sonríe y mira sus cadenas —: Lo hago para proteger lo más valioso que tengo.

No te creí un hombre ambicioso- Zabafuna se limpia la oreja con su dedo meñique.

Todos tenemos tesoros que no estamos dispuestos a entregar, no soy la excepción.

— Entonces, dejemos las formalidades y vamos a los negocios — Se balancea en la silla —, ¿quieres que te liberé de esta?

— No es eso — Coloca la hoja de un mapa en la mesa—, Quiero que encuentres mi tesoro y lo protejas, este es el mapa, pero la llave esta en custodia de mi hija, debes encontrarla.

Ahora se encuentra frente al cofre.

Nidhi ya recuperó la conciencia y montada sobre su león se dirige a toda velocidad por el camino divido, al final de la bifurcación se encuentra Zabafuma sentado.

Éste le arroja la llave y el mapa—: No me interesa ese tesoro, ahora vete.

La joven no puede creer lo que está pasando, al llegar al cofre ve que este ya está abierto, pero en su interior contiene una nota y un dibujo.
"Aquel que ha llegado hasta aqui en busca de riquezas ha viajado en vano, mi tesoro no se puede conseguir facilmente, ni siquiera yo se donde esta, solo se que me hubiese gustado pasar mas tiempo con ella, aunque hubiesen sido unos segundos mas.
Pero las cosas no son como yo quiero, gente peligrosa desea destruirlo y no me podía quedar esperando a que sucediese, así que lo abandoné con la esperanza de volverlo a ver, pero veo que me equivoqué, a ti lector, te encargo que lo cuides por mí, en la foto podrás verlo, por favor cuídala."

Atentamente,
Dobro.

La chica observa el dibujo, es uno de los de su madre y la imagen es de ella.

Las lágrimas no paran de caer, su padre murió protegiéndola, no puede destruir el tesoro, no puede.
Zabafuma entra a la cueva—: Te dije que era un buen hombre.

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