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Capítulo 5

Alexandre observó a sus padres con malestar y aburrimiento, estaba cansado de oír esa pregunta todo el tiempo.

—Otra vez con eso —dijo con fastidio —Saben lo que opino acerca de eso, no pienso entregarle mi corazón a una mujer, lo hice una vez y lo destruyó por completo.

—Se que te dañaron en tu juventud hijo, se muy bien el daño que te causó esa muchacha. Pero tienes que dejar el pasado atrás y seguir con tu vida, no dañes tu presente con lo que pasó en el pasado —le dijo su madre

—Yo no puedo casarme, no quiero dañar la vida de la mujer que se case conmigo, estaría condenada a una vida llena de sufrimiento y angustia, porque su marido no la amaría, más bien la despreciaría.

—No digas eso, tú puedes amar —Alexandre rió con amargura al escuchar las palabras de su madre.

—Mi corazón está destruido madre, no puedo amar a una mujer —dijo con frialdad.

Sus padres lo observaron con dolor, hasta cierto punto lo comprendían, comprendían su dolor, el motivo por el cual él había cambiado.

No es fácil crecer sin un padre y una madre, crecer solo y estar condenado a ese vacío que se siente estar solo, sin nada ni nadie con los cual contar y encima cuando creces viene alguien te enamora y te hace creer que te ama, te ilusiona y crece en ti una esperanza de ser amado por alguien más y luego viene y te dice que fue mentira, te humilla para luego burlarse de ti. Es difícil, eso para él, fue el golpe que necesitaba para destruirse por completo, llenarse de odio y deseos de venganza. De no creer en el amor y de no confiar en ninguna mujer.

Esa chica y sus progenitores marcaron su vida para siempre.

—Lo entendemos hijo —dijo su padre —y cuéntanos, ¿cómo va todo en la empresa?

Alexandre observó a su padre con agradecimiento por no seguir con aquella plática que le incomodaba inmensamente.

—Muy bien, los negocios han sido un éxito. Estaba pensando en invertir en sucursales en Centro América, esos países necesitan empleo, además bien remunerados para que se desempeñen eficientemente.

—Es una muy buena idea, hijo. No sabes lo orgulloso que estoy de ti —dijo su padre.

—Madre, estaba pensando también en poner unas fundaciones que apoyen a los niños huérfanos, madres solteras y a los niños con cáncer. Quiero que me ayudes ¿Podrías?

A su madre le brillaron los ojos de alegría, lo cierto es que su hijo podía ser un desalmado con las mujeres, pero cuando de niños se trataba él hacía lo posible por ayudarlos.

—Por supuesto, estaría encantada de hacerlo.

Durante la cena siguieron charlando de diferentes temas, pero en su mayoría de negocios.

Al día siguiente Alexandre se levantó temprano para ir a su empresa, se puso un traje completamente negro.

Bajó a desayunar mientras leía el periódico, una noticia llamó su atención.

"La famosa empresaria y diseñadora Violette Miller rompe relación con el modelo Scott White.

El día de ayer la diseñadora Violette Miller informó a los medios sobre la ruptura de su relación con el modelo. No sabemos a ciencia cierta que fue lo que pasó, eran la pareja favorita del momento ¿Qué habrá pasado? Esperamos averiguarlo pronto"

Al parecer su socia andaría en boca de toda la gente y con paparazzis detrás de ella. Lo conveniente sería que no se acercase a ella. Algo inevitable ya que hoy tendrían un almuerzo de negocios.

Terminó de comer, subió a lavarse la boca, tomó su portafolio y sus lentes de sol estilo aviador, salió de su casa, su chofer ya lo esperaba con la puerta abierta del auto. Él subió, mientras tanto el chofer cerraba la puerta y se subía al asiento del piloto y lo ponía en marcha rumbo a su empresa.

Al llegar al gran edificio el salió del auto y entró a su empresa. Sus empleados lo saludaron y lo observaban con respeto y un poco intimidados al ver a su imponente jefe.

Entró al ascensor, marcó el último piso. Al llegar caminó a su oficina, y se dispuso a trabajar.

Llegada la hora del almuerzo Alexandre salió apresurado de su empresa, se subió al auto y el chofer arrancó rumbo al restaurante.

Mientas tanto, Violette llegaba a un restaurante muy lujoso, habían varios reporteros siguiéndola queriendo sacarle más información.

Entró al restaurante y enseguida la recepcionista se le acercó.

—Buenas tardes, ¿tiene reservación?

—Buenas tardes, claro está a mi nombre Violette Miller

La recepcionista buscó algo en su iPad queriendo confirmar lo que Violette había dicho.

—¡Señorita Miller! Sígame por favor.

Violette la siguió hasta la mesa, ella se sentó con gracia.

—Estoy esperando a alguien, Alexandre Williams, cuando llegue lo trae para acá señorita.

—¡Por supuesto!

La muchacha se alejó de la mesa, Violette observó la carta del menú con aire pensativo y muy preocupada por lo que su ex le había ido a decir a su oficina.

-¿Qué haces aquí Scott- Violette se levantó de golpe de su silla al verlo entrar a su oficina.

-Seré breve e iré al grano, esto es muy sencillo Violette; vuelve conmigo o juro que te arrepentirás.

Ella lo observa con incredulidad, ¡Dios mio! En que momento se había metido con ese hombre tan descarado.

-¿Es una amenaza?

Él encoge los hombros con indiferencia.

-Sólo te lo estoy advirtiendo, ahora necesito una respuesta- la miró con impaciencia mientras ella soltaba una amarga carcajada.

-Estas demente si piensas que voy a volver contigo, cometo un error solo una vez y aprendo la lección. Primero muerta y no volver contigo- dijo con firmeza.

-Te destruiré, Violette Miller. Eso te lo aseguro, destruiré tu reputación que es una de las cosas que más amas.

Tras terminar salió de la oficina cerrando con un portazo y dejando a Violette pasmada.

Soltó un largo suspiro, no sabía ni en que momento se había metido con él.

Una imponente figura se acercaba a su mesa, ella levantó su vista y observó al apuesto hombre, Alexandre Williams.

Enseguida se levantó de su asiento y le tendió su mano.

—Señor Williams —lo saludó

Él le tomo la mano y le dio un leve apretón para luego soltarla y tomar asiento.

—Señorita Miller, un placer volverla a ver.

—El gusto es mio.

Ella buscó con la vista a un mesero, cuando lo encontró le hizo un ademán para que se acercara. Cuando el mesero llegó, ambos empresarios pidieron su comida.

—Enseguida traeré sus órdenes. Con permiso —dijo el mesero retirándose.

—Muy bien, iré al punto, Señorita. Entre todos mis socios la elegí a usted para ofrecerle ser parte en mi próximo proyecto. Verá, quiero construir unos hoteles en Centro América, esos países necesitan de nuestra ayuda, de empresarios extranjeros que inviertan allí, son lugares donde no hay mucho trabajo. Hay gente estudiada que ni siquiera tiene empleo, no porque no sean capaz sino porque no hay donde pueda desempeñarse —Violette lo escuchaba con mucha atención, le había interesado la propuesta.

Alexandre le siguió explicando sobre esa inversión, mientras ella asentía y estaba atenta a lo que él decía.

—¿Entonces, Señorita. Acepta?

Ella lo observó con detenimiento.

—Dígame algo Señor Williams ¿Acaso usted va buscando allí una mano de obra barata?... —Alexandre la interrumpió iracundo.

—¡Por supuesto que no! Yo lo que voy buscando es ayudar a esa gente. No soy un desalmado señorita —dijo él indignado.

Mientras Violette sonreía satisfecha con aquella respuesta.

—Me alegro que no sea así. Por lo tanto acepto, esos países tienen mucho potencial, ahora sólo tenemos que conseguir la autorización de dichos países.

—Bueno, la autorización ya la tengo, pensaba hacer esto solo, pero luego me acordé de usted y decidí que usted fuera parte de este proyecto.

—Agradezco que me haya tomado en cuenta. Siempre me han parecido países muy interesantes.

En ese preciso momento llegó el mesero con la comida, ellos guardaron silencio mientras les servían la comida.

—Trae el mejor vino que tengas
—le dijo Alexandre al mesero. Este se limitó a asentir y se retiró en busca del vino.

A los segundos volvió con el vino y lo sirvió en ambas copas para luego retirarse. Alexandre levantó su copa

—Un brindis por nuestro nuevo proyecto

Violette sonrió y levantó su copa. Luego de eso procedieron a comer.

Mientras ella estaba tranquila y alegre por sus negocios su ex novio hacía pedazos su reputación.

Scott se encontraba dando una conferencia de prensa.

—Señor White ¿Por qué terminó su relación con la Señorita Miller?

—La verdad me duele decir esto señores, pero yo no podía seguir con Violette ella... —fingió que de verdad le costaba decir aquello —ella no es lo que todos creen, me fue infiel. Con cada uno de sus socios, es por eso que ha tenido contratos bastantes buenos y con magnates famosos, yo lo sabía pero decidí perdonarla y darle una oportunidad, pero lo que colmó mi limite y me diera por vencido fue cuando me di cuenta que me había vuelto a ser infiel con el magnate Alexandre Williams. Debido a eso es que ella tiene negocios con ese hombre, se acuesta con cuanto hombre se le cruce en frente siempre y cuando este le brinde beneficios, y claro siendo yo un simple modelo no le puedo brindar muchos beneficios. Eso es todo lo que diré, muchas gracias por su tiempo.

Scott se fue del lugar dejando a toda la prensa revolucionada por la gran mentira, quería destruirla, hacerla añicos.

—Esto apenas comienza, Violette Miller.

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