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Capítulo 46

Narra Violette

Me bajé del auto y entré a casa, subí a mi habitación dejé mi bolso y volví a bajar, pero esta vez al área de la cocina dónde se encontraba Vanessa con las demás mujeres.

Me detuve al escucharlas hablar entre ellas.

-El Señor Williams es tan guapo. Me rompe mi corazón el saber que nunca repararía en mi -se lamentó una de las muchachas mientras picaba algunas verduras.

-Pienso lo mismo, pero él no nos regala ni una miradita -dijo otra.

-Cállense niñas, el Señor Williams tiene esposa, le debe respeto -las reprendió Vanessa.

-Pero es la verdad, Vane. Aunque me gusta la pareja que forman el Señor con la señora Violette. Ella es muy hermosa.

-Ella es pura falsedad, Antonia. Seguramente se ha hecho incontables cirugías, y también ha de ser pura silicona. -dijo una de ellas.

-No digas eso, Cinthia.

-Es la verdad, Antonia.

Decidí no escucharlas y me volví a la sala dónde justamente Adrián iba entrando. Sonrió al verme y se acercó a mí tomándome de la cintura atrayéndome a su cuerpo.

-Hola -saludó para luego besarme con intensidad.

-Hola -respondí separándome por falta de aire.

-Te extrañé.

Volvió a depositar besos en mis labios de forma juguetona.

-Yo también.

Lo besé mientras pasaba mis manos por su sedoso cabello.

-Tengo hambre -dijo luego de un momento.

-¿Qué te parece si nos damos un baño, nos colocamos una ropa más cómoda y bajamos por comida?

-Me encanta tu idea.

Subimos a la habitación y nos dimos una ducha juntos y luego nos vestimos con ropa cómoda. Por mi parte elegí un jumper y unas sandalias.

Alexandre, en cambio, se colocó un pantalón que se a moldeaba perfectamente a su cuerpo y una camisa gris.

Y justo como habíamos planeado bajamos a la cocina encontrándonos con las muchachas aún cocinando . Vanessa reparó en nuestra presencia y con mucho entusiasmo nos saludó.

-¿Ya está lista la cena, Vanesa? -pregunté abrazada a mi esposo, quería remarcar a quién pertenecía este hombre.

-Si, solo falta servirla. Pueden pasar al comedor, dentro de un minuto voy a servirles.

Fuimos al comedor, en cuestión de minutos Vanessa llegó con la cena. Comimos a la vez que charlábamos de cómo había ido nuestro día.

Una vez terminamos de comer volvimos a nuestra habitación donde aprovechamos el momento y nos pusimos a ver una película, rara vez tenía tiempo de hacer algo así. La mayoría del tiempo llegaba agotada del trabajo y tras que comía me acostaba a dormir.

-Me encanta estar así -mencioné.

Adrián me miró por un momento para luego volver la mirada a la pantalla mientras acariciaba el cabello.

-A mí también.

Después de ver la película nos acomodamos para dormir. Al día siguiente seguimos con nuestra rutina.

Nos despedimos y cada quien subió a su auto para luego arrancar a nuestra respectiva empresa. Me encontraba un poco nerviosa ya que mañana sería el juicio y tendría que ver a Scott.

-Hola, Tessa. -Saludé al pasar frente a su escritorio.

Me detuve al ver su expresión ausente.

-Hola -dijo débilmente para luego soltar un pequeño sollozo.

-Ven a mí oficina.

Ella se levantó y me siguió al interior de mi oficina. Cerré la puerta y la abracé.

-¿Qué sucede, Tessa?

-¡Ah, Violette! He cometido el peor error de mi vida.

-¿Qué hiciste?

La halé hasta el sofá, obligándola a que se sentara.

-Tú sabes que por años he estado enamorada de tu hermano, pero después de nuestra pequeña relación él parece detestarme. El día de tu boda al verme cerca de Andrés se molestó e hizo comentarios hirientes. Y hace poco que vino a la ciudad nos encontramos en un bar, él comenzó a recordarme lo que tuvimos y me recalcó que nos habíamos separado por mi culpa, cuando bien sabe que una de las razones por las que lo dejé fue por la infidelidad de su parte. Me enojé tanto y le dije todo lo que pensaba, entre ello que nunca volvería con él, se burló en mi cara y me dijo que él nunca había dicho que quería volver conmigo. Entonces vi al Señor Merosov observándome, entonces me acerqué a él y lo invité a bailar.

>Para mi sorpresa él acepto, y con unas copas encima una cosa llevó a la otra y terminé acostándome con él.

Terminó de contar y se lanzó a llorar nuevamente.

-¿Qué?

-Lo peor, es que estoy embarazada, Vio.

No podía con la sorpresa, estos casos últimamente se daban muy a menudo.

-Tranquila todo saldrá bien. -Trate de consolarla.

-No, Vio. ¿Qué voy a hacer con un bebé? Mis padres me matarán cuando se enteren que su hija, en su intento de poder mantenerse sola, fracasó. Esta vez si me desheredarán.

-Deja de lloriquear y afrenta las consecuencias. Habla con Vladimir y cuéntale, tanto tú como él son responsables de ello. Y por favor, Tessa, no abortes, ese niño no tiene la culpa de tus errores. Si no lo quieres hay muchas opciones, podrías darlo en adopción o si el padre lo quiere, podrías dárselo.

-No sé qué hacer, y el aborto es una de las opciones. Pero en mi familia nunca ha habido un aborto y yo no seré la primera en hacerlo.

-¿Buscarás a Vladimir?

-Si, lo haré. ¡Dios! No sé cómo pude meterme con ese hombre, él no ha sido nada de amable conmigo. -Dijo con agobio.

-Tranquilízate, ve a beberte un café y me traes uno a mi, te relajas y vuelves a tu trabajo.

Ella asintió y levantándose del sofá salió de la oficina cerrando la puerta tras de sí. Caminé hasta mi escritorio, y me senté en la silla frente al computador.

Pasé todo el día trabajando, volví a casa al anochecer. Adrián me había llamado avisando que llegaría tarde, era una gran desilusión para mi saber que no cenaríamos juntos y tal vez cuando llegase estaría dormida.

Después que termine de comer me fui al salón, me senté en uno de los sofás y decidí distraerme con el computador. Revisé mis redes sociales, y con la gran curiosidad busqué las redes de mi madre. En mi interior había una gran necesidad de saber que estaría haciendo, si estaría bien y simplemente deseaba ver a esa figura materna que no había visto los últimos cinco años.

Una sonrisa melancólica se formó en mi rostro al observar una fotografía reciente de ella y mi padre. Pero una sola fotografía me causó un dolor desgarrador; eran ellos dos con mis tres hermanos, todos sonriendo en la entrada de la mansión, con la descripción Mi familia completa.

-No sé porque te torturas, Violette.

Pegué un brinco al escuchar a Adrián hablar a mis espaldas. Cerré la computadora y lanzándola a un lado me lancé a sus brazos.

-Mi curiosidad me gana, quisiera saber en todo momento que es lo que están haciendo, si tienen problemas o si están bien.

-Calma, cielo. Ellos seguramente están bien, de no ser así tus hermanos ya te lo habrían dicho.

-Tienes razón. Iré a dormir -dije separándome de él.

-Está bien, yo comeré algo y luego te alcanzo ¿si?

-Si -solté débilmente.

Subí a mi habitación y colocándome un pijama me acosté en la cama y me dormí.

Desperté al sentir los rayos de sol, que se lograban filtrar, en mi cara. Me removí inquieta y con mucha pereza abrí los ojos. Me sentía relajada al sentir los fuertes brazos masculinos alrededor de mi cintura.

Con mucho cuidado me deshice de sus brazos y me levanté de la cama a darme una ducha, al salir me vestí con un jumsuit, una chaqueta blanca y unas sandalias de tacón beige. Mi cabello lo dejé suelto en hondas y por último apliqué maquillaje. Como toque final puse unos aretes blancos y mis anillos de matrimonio.

Regresé a la cama y reí al ver a Adrián abrazar a una almohada. Con sumo cuidado me senté en la cama y empecé a besar su cuello seguido de sus hombros.

-Hmm -soltó él abriendo los ojos.

-Buenos días -dije depositándole un beso en los labios.

-Buenos días, cielo.

Me observó de cuerpo completo y sonrió.

-Te ves hermosa -dijo levantándose y yéndose al baños.

Sólo sonreí y fui en busca de una pequeña cartera de mano. Bajé al primer piso y fui a la cocina y saludé a los empleados.

-Quisiera un café, Vanessa. Prepara otra para Adrián, también.

-¿Sólo café, Señora? ¿Desea algún pan para acompañarlo?

-Roles de canela estarían bien.

-Enseguida, Señora.

Tecleé en mi celular respondiendo algunos mensajes que me había mandado Eduardo, y algunos de mis hermanos.

Me senté en un taburete comiendo uno de los roles de canela que había puesto una de las empleadas. Cinco minutos después bajó Adrián enfundado en verde oliva sin corbata que le quedaba perfecto.

Se sentó a mi lado y le echó un vistazo a mi celular. Torció el gesto cuando miró el chat de Eduardo.

-Él no solo quiere ser tu amigo, Violette.

Rodé los ojos al escucharlo.

-En algún tiempo intentamos ser algo más que amigos, pero no funcionó. Entonces decidimos seguir con nuestra amistad. -Dije bebiendo un sorbo de café que recién acababa de servir Vanessa.

-Lo sabía.

Negué con la cabeza y me sumergí nuevamente en mi celular. Cuando terminé mi café le miré y al igual que yo estaba sumergido en su celular. Imitando su acción pasada le di un vistazo para saber que hacía. Me relajé al ver que era con Andrés.

-¿A qué horas comienza el juicio?

-A las ocho. Por cierto estamos invitados a una boda, Vladimir se casa con tu hermana la semana que viene.

-¿Qué? ¿Candy se casará con Vladimir? -pregunté sorprendida.

-Si, al parecer se aman. -Murmuró.

-Pero...

¿Cómo era posible? Ese hombre no podía casarse, no cuando mi amiga estaba embarazada de él. Lo que no lograba entender era el por qué siendo amigo de Adrián se iba a casar con la mujer que le rompió el corazón a uno de sus amigos.

Y eso me llevaba a dos conclusiones: el amigo no sabe de su historia o ...

-Alexandre Williams ¿qué estás planeando?

-Nada, cielo.

-Adrián...

-Deberíamos irnos ya, el juicio comienza en una hora. -Dijo mirando su reloj.

Negué con la cabeza, algo muy malo estaba planeando y estaba segura que la víctima era Candy.

-Si, está bien. Vámonos, quiero salir de esto cuanto antes.

Él terminó su café y salimos de casa subiendo al auto rumbo al juzgado. Media hora después estábamos llegando y reuniéndonos con mis abogados.

Luego de esperar unos minutos nos dieron la autorización de entrar a la sala y sentarnos en nuestros respectivos asientos. Miré a Scott entrar, quien me miraba con rencor.

El juicio se llevó a cabo, dimos nuestro testimonio y también enseñaron el video que sin querer había grabado en mi computadora. Una hora después el jurado tenía su veredicto, declarando a Scott culpable.

-Por mutua decisión del jurado, presentadas las pruebas de los daños ocasionados, el señor Scott White es declarado culpable. Será condenado a siete años de prisión, una orden de alejamiento y una multa por los daños ocasionados.

Me sentí aliviada al oír aquella sentencia, pero a la misma vez sentí lástima por él. Recordé los bellos momentos que compartimos, y que en algún tiempo estuve enamorada de él, yo lo amaba y una parte de mi quiere creer que él también me amó. Pero su odio lo cegó y lo hizo cometer atrocidades. Lo perdonaba, pero no me pondría en contra de su condena.

Estas eran las consecuencias de su actos y ahora tenía que atenerse y aceptarlas.

Miré el bosque a través del vidrio del auto, iba junto a Adrián a un lugar para que nos despejásemos, según las palabras de él. Después de esas palabras no habíamos vuelto a hablar después de que salimos del juzgado.

Él iba tan sumido en sus pensamientos, se veis tenso. No quise molestarlo con preguntas y lo dejé pasar.

El auto se detuvo frente a un lago, era un lugar idílico. Me bajé del auto al mismo tiempo que Adrián hacía lo mismo. Se acercó a mí, pasó su brazo por encima de mi hombro, acercándome a él. De esa forma caminamos hasta la orilla y nos sentamos en el césped.

-Hay tantas cosas que nos agobian y que no nos dejan seguir adelante -mencionó él con la mirada perdida en el agua.

-¿A qué te refieres?

-A nuestro pasado.

Me tensé al oírlo, ese era un tema delicado para ambos y durante el tiempo que llevábamos conociéndonos a ninguno de los dos nos gustaba hablar de ello.

-Ese pasado que nos ata y no nos deja seguir adelante, está allí como una espina dañándonos. Quiero comenzar de cero, Violette. Quiero cerrar esos ciclos de mi vida y comenzar uno nuevo, quiero ser feliz contigo. Pero no sé si tú estás dispuesta, porque de algo estoy seguro, si tú estás a mi lado todo es más sencillo. Tú eres esa fortaleza que mi ser necesita, ¿quieres acompañarme, amada mía?

Mi corazón dio un vuelco al escucharlo, él no podría tener más razón. Ese pasado que nos dañaba como una espina enterrada no nos dejaba continuar, porque de una forma u otra siempre nos seguía atormentando. Nos hacía pensar en el "Si hubiera".

-Si, volvamos a España, enfrentémonos a las personas que tanto daño nos hicieron y cerremos este ciclo para comenzar una nuevo. Uno en dónde estemos tú y yo, juntos.


Gracias por leer❤️

Quiero disculparme por mi ausencia, pero últimamente estoy demasiado ocupada y mi tiempo libre se ha acortada. Además de que estoy muy estrenada y mi mente se pone en blanco cuando eso sucede. Espero de corazón que les haya gustado este capítulo.

Los quiere,

Jakelin Amaya

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