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Capítulo 31

Narra Violette

Regresé sola al hotel, decidí hacerle espacio a mi hermano para que conociese mejor a su hija y pasara un rato a solas con ella, su primera charla de padre e hija. Me alegraba enormemente ver ese brillo en sus ojos que reflejaban la alegría de su alma.

El viaje se alargaría unos días más, mientras mi hermano se encargaba de registrar a la pequeña con su apellido. También para arreglar lo de la custodia, la cual su madre le sedería por voluntad propia. Mientras yo aprovecharía esos días para supervisar las empresas que tengo aquí en la ciudad. Y también usaría todo esto de pretexto para estar sola, lejos de Adrián, necesitaba pensar y analizar esas sensaciones que experimentaba mi cuerpo cuando estaba con él o simplemente cuando le pensaba.

Me di un baño y me recosté un rato, el cambio de horario me había afectado, a esta hora debería estar por acostarme ya. Me preguntaba qué estaría haciendo Adrián ¿me extrañará o le dará igual?, y como si lo llamara con mis pensamientos mi celular comenzó a sonar, miré el remitente e inconscientemente sonreí al ver su nombre.

-Hola -contesté

-Hola. ¿Cómo va todo por allá?

-Muy bien, hoy comprobamos que la niña si es hija de mi hermano. Nos quedaremos unos días más de lo previsto.

-Hmm... ¿Te quedarás más tiempo, entonces?

-Si -mordí mi labio inferior.

-Me harás mucha falta, Violette -dijo luego de un breve silencio de su parte.

-Tú también me harás falta, Adrián.

-Aunque no lo creas me he acostumbrado tanto a tu compañía que no sé si podré dormir esta noche. No tengo a quién abrazar, ni con quién conversar al amanecer.

Mi corazón latía con fuerza al escuchar aquellas palabras. Y mi sonrisa no se había borrado en ningún instante durante la llamada.

-¿Qué nos está pasando, Adrián?

-No lo sé, pero me gusta tu compañía. Tal vez no te pueda dar amor, Violette. Pero te puedo dar estabilidad, una compañía, y también te ofrezco mi fidelidad.

Y ese era el gran problema, yo siempre había buscado amor, que mi pareja me brindara eso y lo que me ofrecía Adrián. Pero me había decepcionado tanto por todas las experiencias vividas que sería capaz de conformarme con lo que Adrián me ofrecía.

-También me gusta tu compañía, Adrián. Sé que me puedes dar eso, pero yo no soy alguien conformista. Yo también quiero que me amen.

-Sólo eso no te lo puedo dar. Enamorarme de alguien no es algo que quiera en mi vida, no quiero volver a ser lastimado.

-Cuando vuelva tendremos esta conversación. Me gustaría hablar en persona contigo.

-Te estaré esperando entonces. Tengo que colgar, pero antes quiero pedirte un favor.

-Si está en mis manos poder ayudarte.

-Podrías ir a mi empresa por unos documentos de suma importancia. Es algo muy confidencial y no confío en nadie más que tú para traerlos a mi.

-Por supuesto, iré mañana a primera hora. También aprovecharé para revisar mis empresas que están acá.

-Gracias, te mandaré el código de mi oficina por mensaje. También avisaré sobre tu visita a la empresa.

-¿Eso es todo?

-Si, te llamo mañana. Cuídate, Violette. Te estaré esperando en casa.

-Está bien, tú igual cuídate y entre unos días regresaré. Que descanses, Adrián.

Colgué la llamada.

A mi cabeza llegaron las palabras de la partera. Me había llenado de tantas dudas, dispuesta a salir de todas ellas tomé mi bolso y salí del hotel. Tomé un taxi y le pedí que llevara a un laboratorio. Necesitaba salir de esto cuánto antes.

Al llegar le pagué al taxista y salí del vehículo. Entré a aquel lugar y me dirigí hacia la recepcionista.

-Buenas tardes, ¿la puedo ayudar en algo?

-Buenas tardes. Si, quisiera hacerme un examen de embarazo.

-Tome asiento y espere el turno, Señorita -le dijo la mujer amablemente.

Asentí y tomé asiento. Observé a los demás pacientes, eran pocos así que era cuestión de minutos para que llegara mi turno.

Había sentido raro el hecho de que me hubiera llamado Señorita y no Señora, me había acostumbrado que desde que me casé, de eso ya hace dos meses, me llamaban Señora.

Esperé pacientemente hasta que llegó mi turno, ingresé al cubículos, la enfermera me sacó la sangre necesaria.

-Listo.

-¿Dentro de cuanto estarán los resultados?

-Dentro de tres horas, puede venir por ellos como a las cinco de la tarde.

-Está bien, muchas gracias.

Salí a pagar el examen y me fui del laboratorio a dar una vuelta a un parque que estaba justamente al frente del laboratorio. Di un par de vueltas hasta que mi estómago gruñó, no había comido casi nada. Decidí ir a un pequeño comedor, al abrir la puerta una campana sonó llamando la atención de todos los comensales.

Me senté en una de las mesas libres, allí se encontraba la carta la leí y luego llamé a una de las meseras y pedí lo que deseaba comer.

[...]

Después de tres largas horas vagando por la ciudad, había hecho varias compras en las tiendas. Entre ellas un hermoso reloj masculino, si la prueba resultaba positiva ya sabía la forma en que se lo diría. No pensaba ocultarle nada, no después de haber escuchado su opinión respecto a lo de Damien.

Ingresé a la clínica con calma, durante las horas anteriores me había preparado para todo.

-Vengo por unos resultados -dije acercándome a la recepcionista.

-Su nombre, por favor.

-Violette Williams.

-Espere un momento.

Buscó mis resultados entre muchos sobres hasta que halló el mío .

-Aquí esta -me lo entregó.

Lo agarré y salí de allí, lo leería hasta regresar al hotel. Tomé un taxi de vuelta al hotel.

Una vez me encontraba en mi habitación aventé mi bolso a un sillón y me tiré en la cama con el sobre en mano. Sin poder aguantar un segundo más mi curiosidad por saber aquellos resultados rasgué el sobre y saqué el papel que me mostraría los resultados que tanto ansiaba saber.

Sentí mi mundo detenerse al leer aquello. No sabía si llorar o brincar de felicidad. Pero hice lo primero enterré mi cabeza en la almohada y comencé a llorar.

¡Dios mío, estaba embarazada!

Inconscientemente llevé mis manos a mi vientre. Un hijo, tendría un hijo de Adrián Williams. Lloré durante unos minutos hasta quedarme en un profundo sueño.

[...]

Al día siguiente me levanté con mejor ánimo, me di una ducha y me vestí con un jeans negro, una blusa blanca de cordones y encima de esta una chaqueta beige claro. De calzado elegí unas zapatillas de tacón del mismo color de la chaqueta.

Me observé en el espejo y me gustó cómo me veía. Mi cabello caía sobre mis hombros, lo había dejado suelto en ondas. Era así como me gustaba andarlo.

Tomé mi bolso y salí de la habitación del hotel. No había hablado con mi hermano desde ayer, no tenía la menor idea de dónde se encontraba. Seguramente estaría con la niña, y me alegraba.

Tomé un taxi y me dirigí a la empresa de Adrián. El vehículo se detuvo frente a un enorme edificio, pagué al taxista y bajé. Observé una vez más el edificio comprobando que fuera la empresa de mi esposo, y en efecto lo era. "Williams Inc." Estaba escrito en letras plateadas a lo ancho del edificio.

Caminé hacia la entrada, el guardia al verme acercarme me detuvo.

-¿Se le ofrece algo, Señorita? -preguntó observándome de pies a cabeza.

-Eh si, vengo por unos documentos. Soy Violette Williams, esposa del dueño de la empresa.

El hombre sin inmutarse a lo que dije me siguió observando despectivamente.

-El Señor no está casado, Señorita. Hubiera buscado una mejor excusa.

Lo miré con enojo y frustración. Me alejé de la entrada, sacando mi celular de mi bolso marqué el número de Adrián.

-Hola -contestó al tercer tono.

-Adrián estoy frente a tu empresa, no me han dejado entrar. ¿No se suponía que avisarías que vendría?

-Y lo hice. No puedo creer que sean tan ineptos. Espera un momento ya soluciono esto.

Cortó la llamada, volví a acercarme a la entrada bajo la atenta mirada del guardia. Luego de unos minutos salió una mujer abriendo la puerta de la empresa, me miró apenada.

-Ernest, ella es la esposa del Señor Williams -dijo ella mirando al guardia con miedo -Pase Señora Williams, disculpe la impertinencia de él.

Ignorándolos pasé al interior del edificio ganándome todas las miradas de los empleados.

-Está bien, Señorita. Ahora sólo dígame en que piso está la oficina de mi esposo.

-En el último piso.

-Gracias.

Me dirigí al ascensor privado, ingresando la clave, este enseguida se abrió. Me introduje a él y presioné el último piso. En cuestión de minutos llegué a este, salí del ascensor.

-Bienvenida, Señora Williams. Soy Ava Kähler la secretaria presidencial.

-Gracias. Me podrías guiar a la oficina de mi esposo, por favor.

-Por supuesto. Sígame.

La seguí hasta llegar al despacho, ella me dejó sola para que pudiera ingresar el código. Una vez lo hice ingresé a este y busqué los documentos que me había dicho ayer por mensajes.

Con los documentos en mano salí lo más pronto posible de esa empresa. Necesitaba ir a la mía.

[...]

-Arabelle, ella es Violette tu tía -le dijo Damien a su pequeña hija.

Esa niña era hermosa, había sacado los ojos azules de su padre, cabello pelirrojo y de tez blanca. Era una preciosura de niña.

-Hola Arabelle, eres muy hermosa cariño.

-Hola -dijo tímidamente.

-Es hermosa Damien -le dije a mi hermano.

-Si, y oficialmente ya es mi hija. Violette estaba pensando que me quedaré un tiempo con ellas aquí -dijo rascándose la nuca.

-Sabes que por mí no hay problema. Yo puedo regresar sola.

Miramos a Arabelle ir a jugar con los demás niños que están en el parque.

-Necesito estar al lado de ella, pero no puedo ser tan despiadado al apartarla de su madre. Le falta poco, Violette -me miró con preocupación.

-Va a sufrir mucho -dije mirando lo alegre que se veía en esos momentos aquella niña -Quiero regresar cuánto antes a New York.

-Por los negocios o por tu esposo -dijo levantando sus cejas y mirándome con cara pícara.

-Por ambos -admití -Las pastillas me fallaron, Damien.

Él al principio no comprendió, pero luego de unos segundos lo hizo. Abrió sus ojos desmesuradamente.

-¡Voy a ser tío! -exclamó con felicidad y abrazándome con fuerza -¡Felicidades hermanita, serás la mejor madre del mundo!

Esperaba de corazón que Adrián se lo tomara de la misma manera. Aunque le consolaba lo que le había dicho la noche anterior antes de irse.

Gracias por leer❤️

Espero les haya gustado y lo hayan disfrutado.

¡Violette está embarazada! ¿Cómo creen que tomará la noticia Alexandre? Estaré leyendo sus comentarios.

Y gracias por esos 100K de lecturas.

PD: Violette en multimedia

Los quiere,

Jakelin Amaya

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