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Capítulo 20

Narra Alexandre

-Por supuesto que no-respondió al instante.

La miré asombrado, y una vez más me confirmaba que ella era diferente a las demás mujeres con las que había estado.

-Me alegra saber eso. Pero dime Violette ¿para qué me llamabas anoche?

-La organizadora quedó de reunirse hoy por la tarde con nosotros para elegir algunas cosas de la boda.

-Muy bien pasaré por ti después de la hora de almuerzo.

Asintió y ninguno dijo nada más. El mesero llegó con nuestras órdenes, comimos en silencio, al terminar la lleve a su empresa.

-Nos vemos más tarde-besé sus labios y me devolví al auto.

Llegué a mi empresa y subí hasta mi oficina, mi asistente me esperaba un poco impaciente.

-Buenos días, Señor Williams-saludó

-Buenos días, Señorita

-El Señor Peterson lo está esperando en su oficina.

Entre a la oficina, de espaldas a mi se encontraba mi detective privado.

-¿Ya tienes el informe de la vida de Scott White?-pregunté yendo a mi silla.

No dijo nada y me extendió un folder.

-Allí está toda la información acerca de ese hombre.-me mira-No hagas nada contra ese pobre muchacho. Tiene un pasado bastante duro y le ha costado llegar hasta dónde está. No le destruyas la carrera sólo por haberse metido con una arpía.

Inmediatamente lo volteo a ver con incredulidad ante lo que ha dicho.

-¿Qué has dicho? ¿Acaso has llamado arpía a Violette?-pregunté con una calma fingida.

-Lo qué has oído, y si a ella le he llamado arpía porque a mi punto de vista eso es lo que es ella.

Lo veo furioso, ¿qué mal hizo esa mujer para que todos la juzguen de esa manera?

-Te diré algo Peterson- me levanto y él hace lo mismo. Rodeo el escritorio y me pongo frente a él-Que sea la última vez que te atreves a tan siquiera mencionarla y que no se te ocurra juzgarla o insultarla en mi presencia. Te recuerdo que esa mujer va a ser mi esposa, le debes respeto. Dedícate a solo hacer tu trabajo y no andar metiendo tus narices dónde no debes.

Me alejo de él y camino al mini bar. Me sirvo una copa de vodka.

-Retírate.

En silencio sale de la oficina. Me bebo de golpe mi trago.
Me enfurece el hecho de que la juzguen de esa manera, con lo poco que la conozco me es suficiente para tener la certeza de que ella sería incapaz de hacer lo que ese hombre dijo. Por ese hecho voy a mover cielo y tierra si es necesario para destruir a ese hombre y que se arrepienta una y mil veces lo que le hizo.

Leo el informe; en efecto, le costó llegar hasta donde está. Su único error fue haberse metido con las personas equivocadas.

[...]

El gran día había llegado, en la mansión Williams ya se encontraba todo en perfecto orden.

La ceremonia se llevaría a cabo en el amplio jardín de la mansión. Habían decidido hacer todo sencillo, ya que a ambos les molestaba un poco la extravagancia.

Todo era blanco, las sillas, el pequeño camino que dirigía al altar también lo era, alrededor de este había regado pétalos de rosas blancas. Mientras en el altar había un hermoso arco de rosas blancas.

Los invitados comenzaban a llegar, cada uno iba ubicándose en el lugar correspondiente.

En una de las habitaciones se encontraba la novia terminándose de arreglar. Violette estaba muy nerviosa y un poco melancólica. Desde niña había soñado con este día, con una boda perfecta. Que el hombre que la estuviese esperando en el altar la amara como ella a él y entrar a la iglesia colgada del brazo de su padre.

Lastimosamente ninguna de las dos cosas sucederían. El hombre que la estará esperando en ese altar no la ama ni ella a él. Entre ellos solo existe una simple atracción y deseo. Y su padre no la llevará al altar.

Violette se observó en el espejo una vez que sus estilistas habían terminado de peinarla y maquillarla.

Se veía hermosa, el vestido era estilo princesa, con un escote corazón, la parte de arriba estaba llena de pedrería. Mientras la falda estaba llena de revuelos.

El cabello lo había dejado suelto en rizos, lo tenía de color rubio días antes de la boda se lo había vuelto a teñir. De accesorio solo se colocó una hermosa peineta y había decidido no usar velo, ya que ella era consciente del significado de ello. Y ella no era pura.

-Te ves hermosa, Vio-dijo Tessa, su muy estimada amiga y asistente.

-Gracias.

La puerta de la habitación fue abierta y por ella entraron sus dos hermanos: Dylan y Demián. Estos al ver a su hermana menor quedaron boquiabiertos al ver lo espléndida que se veía.

-¡Dios! La palabra hermosa queda corta para describir cómo te ves-dijo Dylan.

-Estas bellísima, Vio-dijo Demián yendo a abrazar a su hermana. Esta gustosa le devolvió el abrazo. Dylan no dudó en unirse al abrazo.

-Muchísimas gracias. No saben lo mucho que me alegra que estén aquí conmigo este día.

-Para eso están los hermanos, para apoyarnos en los buenos y malos momentos. También está el hecho de que nunca nos perderíamos este día-dijo Dylan sonriéndole cariñosamente.

-Estoy de acuerdo con Dylan. Te amamos mucho como para dejarte sola este día que no sabemos si es el día más oscuro o más claro de tu vida-dijo Demián besando la frente de su hermana.

-Yo los amo mucho también-dijo ella conteniendo las lágrimas.

Por otro lado, Alexandre se encontraba en el despacho junto con su gran amigo y confidente Andrés.

Alexandre se encontraba un poco tenso ante la situación, después de todo lo que ha pasado en su vida jamás se imaginó que este día llegaría. El día de su boda ¡Su boda! Él que decía que no se casaría, no después del amor de su adolescencia. Y helo aquí vestido con un traje que le sentaba de maravilla.

El traje consistía en un pantalón negro; que le quedaba a la medida. Una camisa de cuello y botones blanca, corbata plateada y con el nudo negro. Un chaleco que también era plateado y en los bordes era negro. Y un saco negro y en el bolsillo de este se dejaba ver una fina línea de un pañuelo blanco. En definitiva el hombre se veía espectacular.

Andrés veía como su amigo daba vueltas alrededor de su despacho con un cigarrillo y un vaso de whisky en su mano. Cansado de verlo hace aproximadamente media hora de hacer lo mismo se dirigió hacia él, le quitó el cigarrillo y lo apagó en el cenicero, luego procedió a quitarle el vaso de whisky.

-¡Basta, Alexandre! Tienes que calmarte y relajarte un poco-le reprendió.

-Eso trato de hacer-gruñó

Quiso quitarle su vaso de alcohol pero Andrés se lo impidió.

-No vas a seguir bebiendo. Hoy es un día importante y necesitas estar sobrio para que no hagas una trastada y todo se vaya al caño por tu culpa.

-¡Joder! Lo necesito, necesito un par de copas encima para poder cometer esta locura. No quiero hacerlo, no me quiero casar-dijo un poco desesperado.

-Según tengo entendido él de la idea fuiste tú. Además animo hombre, no creo que sea tan malo casarse y más si es con esa mujer. ¡Ah! Violette está buenísima.

Alexandre inmediatamente lo volteó a ver furioso. No le había gustado para nada como su amigo se había referido a su futura esposa.

-Ten cuidado a cómo te refieres a ella. Recuerda que en breve será mi esposa, Mi mujer-amenazó enfatizando el "Mi". Para que de alguna manera le quedara claro a Andrés que ella desde el momento que dijera "Si, acepto" iba a ser suya y no estaba dispuesto a compartirla.

Andrés sonrió en grande al escuchar a su mejor amigo referirse así a Violette. Había logrado su cometido, que él mismo aceptara su realidad.

-¡Lo has aceptado!-exclamó su amigo.

Alexandre gruñó en respuesta.

-Vamos a ese altar antes que me arrepienta.

Ambos salieron del despacho rumbo al jardín. Ya todos los invitados habían llegado, Alexandre se topó con su familia quien lo saludaron con euforia en principal su madre. Ella estaba feliz, y ese simple hecho hizo que Alexandre sonriera con sinceridad y autenticidad.

-Estas guapísimo, hijo mío. No sabes lo feliz que me siento, tu padre y yo anhelamos que les des oportunidad a este matrimonio y busques la felicidad, cariño.

Esas palabras hicieron estragos en la cabeza de Alexandre, y se planteó la idea al ver lo feliz que eso hacía a sus padres. Estaba tan agradecido con ellos por todo el amor y el apoyo que le han dado. Y si eso de algún modo los recompensaba lo intentaría, por ellos lo intentaría.

-Lo intentaré- respondió con firmeza.

Su madre soltó un pequeño grito de la emoción, y pequeñas lágrimas salieron de sus ojos. Abrazó a su hijo queriéndole demostrar lo feliz que le había hecho su respuesta. Su padre se acerco e hizo lo mismo que su esposa y lo abrazó.

-Espero de corazón que las cosas con ella funcionen, se ve que ella es una buena mujer y con un gran corazón. Y realmente espero que puedas arreglar ese corazón destruido y desilusionado que tienes.

Alexandre les sonrió iba a contestarle pero Tessa y Demián llegaron avisando que la novia ya venía. Todos fueron a sus respectivos lugares.

Alexandre se colocó en su puesto un poco más calmado y un poco ilusionado de la nueva meta que se había propuesto. Hacer de su matrimonio un matrimonio de verdad. Y eso significaba darle una oportunidad al amor y dejar de lado sus andadas.

Sintió el aire abandonar sus pulmones al ver llegar a Violette colgada del brazo de Dylan. Se veía hermosa, divina parecía una diosa de esas que hablan en las mitologías.

Ella sonreía alegremente, estuvo hablando con sus hermanos y su mejor amiga, los tres animándola a intentar que su matrimonio funcionase. Con esa ilusión caminaba hacia su futuro esposo.

Al estar frente a Alexandre y el encargado de casarlos, Dylan le dio la mano de su hermana a su ahora cuñado.

-Cuídala porque de lo contrario tendrás que responder con tu vida-dijo Dylan poniendo una cara de asesino. Eso hizo reír a Violette y a las personas que alcanzaron a oír.

-Lo haré, la cuidaré con mi vida-dijo tomando la mano de Violette.

Él le sonrió a ella y le dijo:-Estas hermosa, Violette.

Ella se sonrojó ante el halago de su prometido.

-Gracias, tú también te ves guapo.

Él no dijo nada, sólo le sonrió. Ambos miraron al juez que los casaría.

-Estamos reunidos para ser testigos de la unión de Adrián Alexandre Williams y Violette Rocelyn Miller. ¿Están aquí por voluntad propia?

-Si-responden al unísono.

-Siendo así comencemos. Adrián Alexandre Williams Smith ¿Acepta usted como su legítima esposa a Violette Roselyn Miller Navarro?

-Si, acepto-respondió sin titubear.

-Violette Rocelyn Miller Navarro ¿Acepta usted como su legítimo esposo a Adrián Alexandre Williams Smith?

-Si, acepto-respondió con seguridad.

Andrés junto con Tessa les llevaron los anillos, Alexandre tomó la mano de Violette y con mucho cuidado deslizó el anillo por su dedo anular mientras decía sus votos.

-Yo Adrián Williams prometo amarte en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe.

Violette procedió a hacer el mismo procedimiento que él.

-Yo Violette Miller prometo amarte en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe.

-Por el poder que me concede la ley los declaro marido y mujer.-El juez miró a Alexandre-Puede besar a la novia.

Alexandre observó a su ahora esposa y le sonrió ella igual le sonrió de vuelta. Él la tomó de la cintura para acercarla más a él, con su dedo pulgar tocó su mejilla y poco a poco fue acercando sus bocas hasta que eliminó el espacio entre ellos y unieron sus bocas con movimientos pausados. Era un beso que encerraba muchas promesas.

El público aplaudió celebrando la reciente unión así como los fotógrafos contratados aprovechaban para tomarles diversidad de fotos.

-¡Que vivan los novios!

Gracias por leer❤️

Espero haya sido de su agrado. La verdad es que a mi me encantó escribir este capítulo, tal vez a ustedes les haya parecido aburrido, pero es que con este capítulo es el comienzo de muchas cosas aparte de que mientras lo escribía millones de ideas vinieron a mi cabeza. Nos leemos el sábado (O quién sabe tal vez antes que el sábado)

Los quiere,

Jakelin Amaya

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