Narra Violette

Entro a la empresa con Dylan a un lado de mi, saludo a la recepcionista con una sonrisa fingida, aun recuerdo que Scott se había besado con ella y quien sabe que cosas más no habrán hecho viéndome la cara de estúpida.

Subimos hasta mi oficina, al pasar por la oficina de Tessa esta se queda estática al ver a mi hermano, por lo que veo le sigue afectando ver a mi hermano.

-Buenos días, Tessa. Pasa a mi oficina para que me leas mi agenda.

Entro a mi oficina no importándome si alguno de los dos me seguía. Me siento en mi silla giratoria y empiezo a trabajar.

La puerta de la oficina se abre, los dos entran, Dylan se acomoda en uno de los sofás que se encuentran en una esquina de la oficina, mientras Tessa toma asiento en una de las sillas frente a mi.

-Tienes que ir a supervisar la sesión de fotos de la nueva temporada, también arreglar lo del desfile, organizar tu boda, hoy vendrá la organizadora a eso de las dos de la tarde. Tienes una videoconferencia con el encargado de las empresas de España.

-Ya veo. ¿Me acompañas, Dylan? O ¿prefieres quedarte a ayudar a Tessa con su trabajo?-pregunté divertida con la situación, él frunció la boca y negó lentamente con la cabeza.

-Te acompaño, a quién vine a ver es a ti. No tengo porque quedarme con tu secretaria -dijo levantándose del sofá y saliendo de la oficina.

Observo a Tessa quién tiene la cabeza gacha.

-Lo siento, Tessa. No pensé en ningún momento que contestaría tan agresivo -ella levantó la cabeza y negó con ella.

-No te preocupes, mejor iré a hacer mi trabajo.

Ella salió apresurada de la oficina, pobre, Dylan fue muy pesado.

Tomo mi iPad y salgo de la oficina, busco a Dylan con la mirada y lo encuentro charlando muy animado con Lizzy la recepcionista de este piso. Camino a paso apresurada hasta donde él y lo tomo del brazo.

-Vamos -subimos al ascensor -deja de estar coqueteando con mis empleadas. Tienes prohibido mantener alguna relación con alguna de ellas.

-¡Vamos, Vio! No hablas enserio, ¿cierto?

-Si lo haces las despido. Estoy hablando muy enserio, yo no bromeo y bien lo sabes, Dylan.

Las puertas del asensor se abren, ambos salimos de él y nos dirijimos a la sala de fotografía.

-Buenos días -saludo entrando a la sala.

-Buenos días, Señorita Miller -contesta Frank uno de los fotógrafos. Mientras los demás solo asiente en respuesta a mi saludo.

-Bien, ¿ya están listas las fotos? -pregunto

-Si, todo listo. Sólo tenemos un grave problema, los dos principales modelos, no los tenemos ¿qué haremos?

-No se preocupen; mi prometido y el Señor Thompson ocuparán esos lugares en el desfile. Ambos hombres tienen expeiencia en esto, por lo tanto no hay inconvenientes. En cuanto todas las fotos esten listas quiero que las lleves a mi oficina -informo.

Todos suspiraron aliviados.

-Si, señorita Miller. Y el desfile ¿dónde se llevará a cabo? -pregunta Frank

-No l...

-En uno de mis hoteles de aquí de la ciudad -me interrumpe la voz de Adrián, quien entra a la sala.

Él me sonríe y se acerca a mi para dejarme un pequeño beso en los labios.

-Buenos días -me saluda.

-Buenos días -contesto aturdida por el beso que me acaba de dar y por lo que ha dicho.

-¿Qué dices?

-Eso, puedes utilizar uno de mis hoteles en cualquier parte del pais que desees hacer el evento. Aunque te recomendaría el de aquí de New York, es mucho más amplio.

-¡Estupendo! ¡Allí será! -contesta Frank por mi.

-No lo sé, no quiero abusar -dije insegura.

-Vamos, amor no me desprecies. Es una buena opción además ese simple hecho haría más publicidad al desfile, acepta ¿Si?.

No sé que intenta con esto, creo que esta cumpliendo su parte de ayudarme.

-Esta bien -acepté, miré a mi equipo y sonrío -¡Ya oyeron chicos, preparen todo!

Todos aplaudieron felices, yo agrandé mi sonrisa, estaba feliz. Mi trabajo me hacía feliz.

-¡Marc! -llamé al estilista, éste al oir mi llamado se acercó a mi -Tómale las medidas correspondientes a Adrián -miré a Adrián -te dejo con Marc, cariño.

Le beso en la mejilla, me alejé de él y fui en busca de Dylan que había permanecido callado y observando el lugar.

-¡Dylan! -le llamé -¡Vámonos!

Él se acercó a mi y me abrazó por la cintura, de esa forma salimos de allí.

-Parece muy dispuesto a ayudarte -comentó.

-Si, pero no sé cuanto me costará esto.

-¿A qué te refieres?

-A que todo en esta vida tiene un precio. No sé lo que él busca de mi o más bien no sé que busca de este matrimonio.

-Tienes razón, hermanita.

Subimos a mi oficina, veo a Tessa muy nerviosa.

-¿Qué pasa, Tess? -interrogo.

-La señorita Robinson se encuentra en su oficina, exije hablar con usted -me informa.

Frunzo el ceño, yo no conozco a ninguna señorita Robinson. Asiento en dirección a Tess y decido entrar a averigüar que quiere la señorita esta.

Al entrar veo una figura femenina de espaldas a mi.

-¿Qué desea, Señorita? -cuestiono.

Ella se dió la vuelta, me sorprendo al darme cuenta quién es. Si no mal lo recuerdo ella es una de las ex amantes de Adrián.

-Vengo a advertirle un par de cosas -dice mirándome de pies a cabeza.

Asiento, camino en dirección a mi silla pero al pasar por su lado esta me agarra fuertemente del brazo enterrándome sus uñas.

-¡¿Pero qué le pasa?!--- reclamo soltando mi brazo.

-No te hagas la mosca muerta, tú bien sabes por qué estoy aquí. Tú me quitaste a Adrián, la última vez que estuve con él discutimos por culpa tuya, ¡Por tú culpa! -me gritó lo último. Quizo pegarme una cachetada pero la detuve.

-Estas loca -murmuré.

-Pero sabes qué me consuela, él no te ama como tanto profesa, te engañó conmigo. Durante su "noviazgo" se acostaba conmigo y con muchas más. Si de verdad te quisiera no te hiciera esto -se burla de mi.

-Lo sé, pero lo perdoné. En ese tiempo sólo buscabamos aclarar nuestros sentimientos, quizá yo hacía lo mismo -me encogí de hombros.

-Eres una perra. Ojalá te pudras de llanto por todas y cada una de sus infidelidades, o mejor aun cuando se aburra de ti y te deseche de su vida, tal y como lo hizo conmigo y muchas más.

-Sabes la diferencia entre sus amantes y yo -levanté mi mano izquierda mostrándole el anillo de compromiso -que a mi me dió esto, me llevará a vivir a su casa, me permitirá despertar todos lo días con él; seré la que duerme con él, se casará conmigo, seré su señora y lo más importante; a mi me ama.

-Él no te ama.

-Te pido amablemente que te retires de mi oficina -le señalé la puerta.

-Te acordarás de mi al descubrir todos sus engaños -dijo para luego marcharse.

Dylan entra a la oficina y me observa con curiosidad mientras se sienta en una de las sillas de mi escritorio.

-¿Quién era ella? Es muy hermosa.

Me siento en mi silla y miré a mi hermano duramente.

-Una de las amantes de Adrián -dije entre dientes.

Dylan levantó ambas cejas y soltó un silbido.

-Ya veo. No tiene malos gustos mi cuñado -lo fulmino con la mirada.

Él al ver que su comentario no ha sido de mi agrado suelta una sonora carcajada.

-Deja de burlarte de mi, la desgraciada me enterró las uñas -le muestro mi brazo con los rasguños que arden bastante.

Dylan se levanta de golpe de la silla asiéndola rechinar a causa de la fricción que esta hace con el piso.

Dylan se mete al baño de mi oficina, a los segundos vuelve con el botiquin en manos.

-Se te ve feo eso. Si hubiera sabido no te dejo entrar sóla.

-El hubiera no existe, ahora cura mi brazo. No soporto el ardor.

Mi hermano asintió y se dispuso a curar mi brazo con sumo cuidadado.

Unos suaves toques en la puerta resuenan en la oficina.

-Adelante.

La puerta se abre dejándome ver a Adrián, quién al ver a Dylan curar mi brazo frunce el ceño y se acerca.

-¿Qué te pasó?

-Una de tus amantes pasó. Deberías controlarlas y evitar que se acerquen a Violette. Mira como la han dejado, mujeres sin clase con las que te metes cuñado -dijo Dylan sin detener su trabajo.

-No volverá a suceseder, ¿quién fue, Violette?

-Una tal Robinson, la que se encontraba en tu casa el día de la entrevista.

-Tiffany -sisea -arreglaré esto antes de irme. Por cierto venía despedirme, nos vemos en tres días, justamente un día antes del desfile.

-Esta bien, espero te vaya bien con lo de tu empresa -dije, él asiente y se retira de la oficina.

-Es muy distante contigo, Vio.

-Deja de ser tan metido Dylan -lo regaño, él en respuesta ríe.

-Lo siento me es inevitable no opinar.

Termina de curar mi brazo y se aleja de mi a guardar el botiquin al baño.

Es algo muy cierto, mi relación con Adrián es bastante distante, espero y mejore cuando nos casemos. Sería horrible si sigue así y viviendo bajo el mismo techo.

El celular de Dylan suena, lo tomo para ver que quien lo llamaba era mi madre. Lo suelto como si aquel objeto me quemara.

-Vio, contesta por favor -me pide Dylan desde el baño.

Con inseguridad lo vuelvo a agarrar, contesto.

-Cariño, por fin me contestas, ¿cómo estas hijo mío? No sabes la falta que me hacen, como los extraño mis amores -una lágrima sale de mi ojo izquierdo. Dylan aparece en mi campo de visión y con cuidado quita su celular de la oreja.

Ve el remitente y me mira con comprensión.

-Mamá, ¿cómo estas? -contesta.

Un nudo se forma en mi garganta, conmigo nunca intentó comunicarse. Nunca le importé y eso duele demasiado.

Espero algún día te arrepientas de tus acciones hacia mi, madre.

Gracias por leer ❤❤

Espero que les haya gustado. Espero sus opiniones.

J.A