Capítulo 7
Reina
—Vamos, coño. ¡Uno más!—incentiva Roy.
Me inclino el chupito de un solo y sacudo la cabeza cuando el ardor se cuela en mi garganta.
—Ya, te juro que veo pajaritos encima de mi cabeza—me señalo la coronilla y rio de mi idiotez.
—Es mi momento, perra. Hazte para allá—me empuja mía con la cadera.
Luego de la pelea tan vergonzosa de Stassy y Cristal todo el mundo volvió a la normalidad.
Motivados por los encargados del comité de Mannford todos hemos salido a la piscina para olvidar el mal momento y distraernos con los juegos recreativos.
Ya son las 8:00am y los pocos profesores que dejaron a nuestro cargo se fueron.
Así es la cosa: hacen que nos están vigilando al principio de la fiesta y luego se hacen que todo está bien y se largan a sus hogares a descansar de los monstruos mimados.
—¡Ay!—me quejo cuando me tambaleo y choco con una pared, tanteo y abro los más de la cuenta al darme cuenta de que en realidad es una persona, o mejor dicho, un chico
Me giro y mi mirada da con su pecho.
No es tan musculoso, más bien con un cuerpo delgado y definido. Viste elegante con una camisa blanca y unos pantalones negros a la medida. Miro hacia arriba para ver su rostro y parpadeo varias veces para ver si todavía estoy en la tierra y no en el infierno luego de chocar con Daniel.
Sus labios regordetes se fruncen, sorprendentemente no de disgusto, y enarca una de sus cejas pobladas a la vez que aparta un pechon del cabello que le llega por debajo de los ojos.
—Yo... Eh, perdón—me disculpo.
Lo últmo que quiero esta noche es tener problemas con él o uno de sus amigos-los hijos de satán.
Daniel O'hará es realmente muy guapo.
Si eres del tipo que se enamora por lo enigmático, elegante e inteligente pues él es tu chico.
Me mira sin expresión alguna y sin embargo siento como si mi mera presencia fuera un estorbo para él y que se está tomando su tiempo para escarbar dentro de mí y ver porque aún no me aparto.
—Eres torpe—dice sin preámbulos.
Siento como si una ola me quisiera arrastrar con violencia fuera de su camino y a la vez acercarme a él para entender por qué nunca habla con otros que no sean sus amigos y qué le motivo hablarle a Roy.
Estoy muy curiosa porque nunca se comunica para amenazar.
Con solo una mirada te hace ponerte de rodillas a pedirle perdón y enmendar tu error.
—Mhm, bueno me lo han dicho antes. No es una sorpresa para mí—me encojo de hombros por segunda vez en la noche.
—No lo hagas—dice gélido.
Frunzo el ceño y me remuevo en mi sitio.
—¿Qué exactamente?—pregunto sin entender de qué va.
Da un paso al frente invadiendo mi espacio personal y tengo que elevar más el rostro para poder mirarlo a la cara.
—Parecer tan despreocupada—responde y hace una pequeña mueca de disgusto—Sabes que no eres bien recibida ellos—señala a la multitud que nos rodea y que hasta ahora me doy cuenta de que nos miran como si fuéramos todo un espectáculo. Incluso Héctor me mira como si fuera un bicho asqueroso delante de una eminencia y Marcus con un odio que inmediatamente me tensa—Y aún así te mueves por el sitio como si estuvieras en tu elemento. Dejá de hacerlo.
—¿Por qué debería?—le pregunto sintiendo el mismo impulso de valentía que sentí cuando provoqué que todos ahora mi mirarán con más desaprobación que antes.
Al parecer ahora el solo hecho de que Daniel estuviera frente a mí es un gran acontecimiento del que no debería participar y mucho menos ser la protagonista.
—Es estúpido—responde sin más—Si fuera otra persona se alejaría de todos ellos. Meterse en su círculo es como buscar lo que no se te perdió...
—¿Y por qué no te incluyes entre ellos?—lo interrumpo.
Su labio se mueve una vez más, esta vez con disgusto porque lo interrumpiera. Está tan acostumbrado a que todos respeten cuando abre la boca que al parecer se disgusta por algo tan pequeño.
—No pierdo el tiempo en problemas que no me competen y que no le competan a ellos—señala a los dos amigos que aún tampoco despegan la mirada de nosotros.
—¿Soy acaso un problema? ¿Y de quién se supone que lo sea?—murmuro aún sin entender todo esto.
—Lo sabes perfectamente-se encojo de hombros con elegancia. No sabía que eso fuera posible y añade—Solo te aconsejo que tengan los ojos muy abiertos. Nunca sabes cuándo una de estas personas pueden apuñalarte por la espalda. Si yo fuera tú abriría muy bien los ojos.
Pasa por mi lado como si nada hubiera pasado y se pierde en la oscuridad del bosque que rodea la mansión.
—¿Qué acaba de pasar?—inquiere Mía acercándose a mí y mirando el mismo sendero por el cual se perdió Daniel.
—No sé... Solo choqué con él y comenzó a decir cosas extrañas.
Miro detrás de mi y puedo ver cómo Héctor niega con la cabeza con desaprobación y Marcus bebe de sopetón aún trago a la vez que se pierde por las escaleras que encamina a la habitación de arriba.
__¡Ya dejen de mirarla, chismosos sin vida!—le grita a todos y ellos vuelven a lo que sea que estaban haciendo antes.
Aunque eso no evita que algunos hablen de lo sucedido por lo bajo.
Por un momento me desequilibro y siento como si todo el alcohol quiere escapar de mi cuerpo a como de lugar.
—Necesito ir al baño—le digo a Mía.
—Vayan, yo buscaré bebidas para bajar la borrachera y que sus abuelos no la maten al llegar a casa—dice Roy abriéndose camino para llegar a la cosina.
Subimos al segundo piso y caminamos de un lado a otro para conseguir el tan necesitado baño.
La mansión cuenta con al manos diez habitaciones. Las paredes están decoradas con fotos de las generaciones que han pasado por la preparatoria. Los estudiantes y los profesores muy reconocidos a lo largo de los años. Una foto en especial llama mi atención, pero no tengo tiempo para analizarla porque el teléfono de Mía suena interrumpiendo mi curiosidad.
—Puedes avanzar. Dobla esta esquina y al final encontrarás el baño—señala frente a nosotras—Es mi tío James, no sé que quiere, pero debe ser algo importante porque pocas veces llama.
Asiento y antes de seguir caminando me quito los tacones porque ya no siento los pies del dolor. Es cierto que estas cosas te hacen ver mucho mejor, sin embargo, las consecuencias de llevarlo por más de tres horas es una verdadera tortura.
Avanzo mirando distraída mis pies inestables.
A lo lejos escucho la voz de Mía hablar con su tío James.
Pocas veces hablan porque él está muy ocupado viajando y siendo un reconocido reconocido por ser un increíble arquitecto. Estoy lo suficientemente distraída como para no darme de la su pesada presencia y cuando quiero actuar ya es tarde.
Me empotra contra la pared acorranlandome cuando me sostiene fuertemente por la cintura y con la menos libre me corta el paso del aire.
Trato de luchar, pero es imposible.
Este maldito es lo suficientemente fuerte como para no inmutarse pro el rasguño que le hago en una parte del cuello.
Aún me persigue la forma en la que me ha mirado durante toda la noche. Principalmente durante la pelea. Era como si quisiera probarme que si se le antojara me tendría igual que a mi prima y a una de sus mejores amigas.
Peleándose por tenerlo a él.
—¿Te creés muy valiente como para atreverte a hablar con Daniel?—gruñe y aparto la cabeza cuando se acerca peligrosamente a mis labios.
—No sé de qué hablas. Él fue quien me habló. Además, a ti ni tiene porque importarte...
Me agarra la mandíbula y la aprieta entre sus dedos.
Sus ojos azules como el océano brillan de oscuridad y promesas no dichas.
—Acércate más de la cuenta a él o a otro hijo de puta y ya verás lo que es meterse conmigo, ¿Te queda claro?—con voz gutural.
Por alguna razón una pequeña llama de emoción se enciende en mi pecho ante su amenaza.
Después de tantos años y miradas de asco no pensé que fuera capaz tan siquiera de tocarme.
Sé que me gané su odio más de lo que ya lo tenía ganado luego de desafiarlo delante de todos, pero esta reacción es ilógica.
—¿Celoso?—pregunto divertida olvidando por un rato lo peligroso que a convertido y lo mucho que me gustaba molestarlo cuando pequeños.
—No te hagas la listilla conmigo porque sabes perfectamente de lo que soy capaz cuando me lo propongo—ladea la cabeza—No quiero a nadie cerca de mi nuevo jueguetes para joder.
Una risa resuena por el lugar y sin temor de que Mía pueda venir a ver lo que está pasando no la detengo.
—Nunca sería algo tuyo. Mucho menos algo desechable. Y tú también deberías saber que si me lo propongo te puedo volver tan mierda como haz hecho con otros, así que déjate de amenazas...
Su agarre en mi cuello aumenta y sus labios se aprietan.
No le muestro el que le falta poco para déjame sin aire.
Parece que está en un punto en el cualquier cosa que salga de mi boca puede ser un detonador.
Las ganas de toser están, pero las contengo.
—Te voy a joder de tantas maneras que cuando termine contigo lo único que desearas es nunca haberme conocido, pequeña mierda...
Sonrío exitada por el desafío y parece a punto de convulsionar de ira.
—¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!—alguien grita como loco y unos pasos se acercan a dónde estamos.
Él pone un dedo en sus labios y aprieta la mano en mi cintura antes de perderse por uno de los tantos pasillos.
—¡Es Stassy con Cristal de nuevo!—Mía aparece alborotada—¡Esta vez parece que todas las chicas se han vuelto locas porque se golpean unas a las otras! ¡Es como una guerra de putas por la misma polla!
Bendita noche esta.
***
Holaaaa
Perdón que los tenga tan botaditos es que estoy terminado de escribir El Deseo que ya comenzará a ser actualizado el próximo domingo 13 y me he estado esforzando por tenerlo completo para esa fecha.
Espero que hayan disfrutado el capítulo, los llevo en el corazón ♥️
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