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Capítulo 4

Reina

Cuando me encuentro con su mirada lo primero que grita es "Estuve buscando una presa, gracias por ofrecerte voluntariamente".

A la mierda, estoy jodida.

—Oye, gracias por defenderme—me dice el chico nuevo mirándome con pena—Sabía que esta escuela era muy diferente a la que iba antes, pero no que tanto. Esos chicos en realidad dan miedo—se estremece.

—Son unos malditos problemáticos que tienen que molestar a otros para sentirse bien—Mía es la que le responde. Aprieta los labios y clava la mirada en la mesa donde los trillizos están sentados—No dejes que te asusten. Ellos se alimentan del miedo.

—Primera cosa en la que estamos de acuerdo—le digo y ella me da una pequeña sonrisa como si hubiera tenido un gran logro. En serio está necesitada de amigas esta chica—No le prestes atención...

—Roy. Mi nombre es Roy Davis—se presenta y me da un beso en la mejilla a la vez que aprieta la mano de Mía por encima de la mesa—Es gusto realmente haberlas conocido, chicas. Por un momento pensé que no haría amigos aquí. En mi antigua escuela era amado, pero aquí parece que antes de darme a conocer fui anotado en la lista negra—dice mirando a las personas que nos rodean.

Cuchichean entre ellos y miran a Roy de mala manera.

No es secreto que cuando no eres del agrado de los gobernantes de Mannford eres repudiado hasta paras los que sirven la comida. Son adorados por todos como si todo lo que hicieran estuviera bien y eso es una mierda muy jodida porque dejan en el olvido sus errores como si ellos fueran Dioses a los que hay que respetar.

El que le den puntos extras a la escuela por sus juegos y todas las fotos que le sacan los reporteros acosadores que buscan de que hablar por el uniforme es una ayuda que el consejo ve a la hora de castigarlos. No miento cuando digo que por todas las maldades que han hecho lo más forzoso que han tenido que hacer es un día de servicio social en el lugar que escojan.

Las reglas de esta sociedad apestan.

—Ya eres nuestro amigo. Nadie se mete con los amigos de Reina y Mía—dice la pequeña de los Winston y la miro con obviedad recordándole la gran distancia que tenemos de tener algo en común más allá del rencor entre familia—Ay, ya deja de hacer esa cara que de una u otra forma seremos como hermanitas. Roy es nuestro complemento. Llegas en el mejor momento—añade mirando al que ahora según ella es nuestro nuevo amigo—Estábamos reclutando a nuestro próximo integrante para ser el trío de la envidia de todos

—Estás realmente loca.

Me saca la lengua y comienza a contarle al nuevo integrante sobre cómo son las cosas en Mannford.

Sin poder evitarlo le doy una mirada a la mesa de los demonios y me encuentro con unos ojos grises que parecen querer devorarme y no de una buena manera. Jesús, ya estoy de cochina y todo sin leer alguna escena erótica de mis libros donde el chico es el Lobo y la dulce chica la Caperucita.

Aprieto los muslos al sentirme repentinamente exitada y me muerdo el labio.

«¡Dios, estoy exitada mientras miro al demonio líder, ¿Me estoy volviendo loca a caso?!»

Marcus se inclina y reposa los codos en la mesa centrado en cada movimiento que hago como si supiera en lo que estoy pensando.

—Hoy es la fiesta de bienvenida y me place decirles que ustedes dos son mis acompañantes—escucho lo que dice la cotorra parlante frente a mí y rápido aparto la mirada de esos ojos que me dan escalofríos.

—No abuses de mi buena obra al aceptar ser tu amiga—le digo de mala gana—Ir a esa fiesta es una línea que no cruzaré.

—¿Qué pasa con eso?—inquiere Roy curioso.

Mía se remueve en su asiento y feliz comienza a hablar.

—Es una fiesta fantástica dirigida por el comité del colegio que te da la bienvenida a un mundo lleno de maravillas si así lo deseas. Te haces popular cuando vas a ellas y si corres con suerte al final de la noche tendrás una noche ardiente—mueve las cejas de un lado a otro traviesa.

Ruedo los ojos y me levanto para botar lo que queda de mi almuerzo en el bote de basura cuando llega la hora de regresar a clases.

—Es justamente por eso que no me interesa ir—me encamino a la salida con mis nuevos amigos persiguiendome. Ahora me convenzo más de que cuando decidí ser una ermitaña tomé una buena decisión. Que estrés tener que cargar con gente—Nada de lo que digan me convencerá.

—¿Estás segura de eso?—pregunta Roy—Solo será una noche divertida. No tiene que volverse a repetir. Además, sería una buena oportunidad para que todos vean que no eres la nerd aburrida que por lo visto todos creen.

—¿Cómo sabes que no lo soy si solo llevas conociéndome unos minutos?

—Bueno, eres valiente y estoy seguro que debajo de la fachada de chica Punk eres una dulzura.

—Es una locura por lo menos considerarlo—le digo subiendo las escaleras para mi clase de arte y cargando con ellos todavía en mi espalda.

—También sería mi oportunidad para mostrarle a todos que no soy un problema—dice quejumbroso—No me gusta ser odiado, no sé si a ti sí. Mira que tener un último año con todos fuera de tu espacio sería un logro magnífico que yo no desaprovecharía.

Me detengo ante la palabra fue de tu espacio.

—Puedo apreciar que Mía no perdió el tiempo a la hora de darte detalles sobre lo que se mueve aquí, ¿eh?—miro a la chica y ella se encoge de hombros como si no fuera de ella de quién hablara.

—Esta es nuestra oportunidad para mandar al diablo a todos. Solo pasaremos una noche divertida mientras se amargan porque donde ellos están nosotros también podemos sin sentirnos intimidados. Piénsalo. Le quitaríamos su momento de gloria, piensan que no te apareces en una de las tantas fiestas que hacen porque les temes. Dale una patada en el culo al llegar con la mejor maldita ropa de diseñador y una actitud superior.

Cuando ella termina de hablar Roy me mira con los ojos de cachorrito que yo hago cuando quiero algo. Ya sé porque mi abuelo es débil con esa mirada.

—Está bien, casi todo lo que dijiste me vale mierda. Iremos. Con la condición de que para las 12:00 AM estaré en la puerta de mi casa sana y salva—me rindo.

Dan un brinco de emoción y dejan escapar un grito llamando la atención de los que pasan por nuestro lado y que nos miran como si fuéramos unos bichos raros.

Tal vez Mía tenga razón.

Si voy a esta fiesta todos verán que donde ellos estén yo también puedo y que no soy la sombra de Cristal o de mi apellido.

Entro a mi clase de arte y sonrío imaginado la cara que pondrán todos al vernos llegar.


***

Holaaaa.

Muchas gracias a los se toman un momentito para leer esta historia que amo muchísimo escribir y nunca me cansaré de decirlo.

¿Qué les parece a ustedes hasta ahora?

¿Qué personaje les gusta y cuál no?

Los llevo en el corazón, hasta el próximo capítulo ♥️

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