Capítulo 14
Amoreeees
Feliz y próspero año🎆
Un capítulo más para despedir este año lleno de pruebas Pero, también de muchos logros y momentos felices.
Espero les guste este cap, por favor no olviden darle a la estrellita y comentar. Eso me ayudaría muchísimo a qué otros puedan conocer de Reina y Marcus 🫶🏽
Reina
-Papá, no sabés de lo que me acabo de enterar-escucho a Fabricio mientras bajo las escaleras.
-¿De qué?-me cruzo de brazos sentándome al lado de mi abuelo en el sofá.
-El desgraciado nos estafó-dice con el semblante demacrado. O eso es lo que él quiere mostrar.
Lo conozco lo suficiente como para saber cuándo finge y cuando no. Este hombre es un maestro de la mentira y una de mis habilidades es siempre estar pendiente a lo que pasa a mi alrededor por lo que me doy cuenta siempre de sus movidas.
Morel muestra una expresión neutra por un momento, sin embargo, no dura tanto ya que sus ojos adquieren ese brillo de enojo que tanto conozco-es el mismo enojo que tenía cuando mis papás me regañaban de pequeña-Y ese lado de él nunca fue tan tierno. Si normalmente es frío, enojado es un tempano.
-Sabía que algo como ésto pasaría...-dice alargando las palabras y ocasionando que Fabricio trague saliva-después de todo no puedo confíar en tu inteligencia, hijo-dice con amargura la última palabra.
Karen planea intervenir, sería su peor movimiento, por lo que pongo un dedo en medio de mis labios para que guarde silencio.
-Papá...
-¡¿Cómo mierda tienes cara de venir a mi casa y decirme que perdiste un millón de dólares como si no fuera nada!?-grita haciéndonos saltar a todos, excepto a Florencia que escucha todo con la mirada clavada en mi tío.
-Este estúpido no sabe lo que vale el dinero, es un bueno para nada desde siempre. ¿Que te sorprende, papá-burla Florencia.
-Tía, mejor déjalos resolver sus problemas sin intervenir-dice Tanner.
No parece el mismo idiota de siempre, su rostro está serio y sin ningún atisbo de diversión. Parece que ya entendió quién en realidad es su padre.
-Cariño, digo la verdad aunque les duela-masculla ella-Tu padre es un bueno para nada. Y ya que tuvo la decencia de perder el dinero, por lo menos que lo devuelva de los ingresos de los casinos. Es nuestro propio dinero, sin embargo, las ganancias que serían para él; ahora serán para nosotros.
Morel se lleva una mano al pecho y mira con decepción a Fabricio.
Temo que algo malo esté sucediendo con su salud y el que se siente tratando de controlar sus respiración, me confirma que algo no anda bien con él.
Fabricio no parece saber dónde meterse, los hijos se mantienen en silencio y la esposa se come las uñas de los nervios.
Todavía me pregunto, ¿Cuál fue el error con él?
Morel Müller siempre fue un hombre recto con sus hijos; cuidando de que no les faltará nada de lo que a él le sobraba. Sin embargo. Al parecer con Fabricio la educación no funcionó ya que hoy en día es un enfermo jugador de póker y con una familia que se cae a pedazos.
-¡Largo!-escupo y es cuando todas las miradas van dirigidas a mí.
-No tienes derecho de botarme de la casa que por ley es mía, muchachita. No te creas lo que predica tu nombre porque no lo eres-gruñe enfurecido Fabricio.
-Dije, largo-repito mirándolo a los ojos sin dejarme intimidar por su furibunda actitud-Regresa cuando tengas el dinero completo. Sin un peso un peso menos porque ya serán otras las consecuencias.
Cristal me mira de pies a cabeza y ríe sin humor.
-Vamonos de aquí, papi-lo agarra de un brazo-Esta gente no merece nuestra presencia.
-Los únicos que no merecen nuestra presencia son ustedes, putita barata-escupe Florencia.
Es cierto que carece de amabilidad con la mayoría de las personas, pero nunca la vi actuar así con alguien de nuestra familia y menos con alguien que no fuera Fabricio.
Cristal aprieta los labios y sale arrastrando a su padre.
-Lo siento-dice notablemente apenado Tanner.
Asiento y la puerta es cerrada luego de que todos se retiran.
-Reina-me llama el abuelo y me acerco a el peinando su cabello negro hacia atrás.
-¿Qué necesitas? ¿Llamo al médico?-pregunto con temor.
No estoy preparada para perderlo y solo de pensar que en cualquier momento su presión puede dispararse y que nos deje solas a mis tías y a mí, es algo doloroso.
-Déjanos a solas-pide.
Parpadeo varias veces antes de procesar su demanda y besar el dorso de su mano.
Abandono la sala, preguntándome por qué comienzan a cuchichear cuando salgo de su vista.
🪷
Pateo los pedales de la bicicleta sintiendo como el aire fresco choca con mi cara y me da ese respiro que tanto necesitaba.
La angustia de que algo malo le puso pasar a Morel aún no en abandona, sin embargo, me tranquilizo porque de otra manera la que terminará siendo llevada al médico será otra.
Acabo de salir de un pesado día de escuela y la libertad que siento es inmensa.
Mi chófer no me fue a recoger por orden expresa mia, obviamente primero tuvo que llamar a Morel para que lo apruebe pero él aceptó para la decepción de Robert. Ese hombre ama tanto su trabajo que cuando le dan tiempo libre se enoja.
Hoy mi acosador no estuvo presente pero la mirada indiscreta de Marcus si estuvo persiguiendome el día entero.
Donde quiera que estuviera él estaba allí.
Era como un siniestro cuervo persiguiendo a su presa.
Por un momento me vi en la tarea de estudiar como se sentía ser observada tan minuciosamente por él para descubrir si él era el que no ha dejado de darme dolores de cabeza en estas semanas.
Ya hace dos meses que no dejo de sentirme perseguida y no le he contado a nadie.
Mi tío Mijaíl debe de saber esto.
Con eso de que en tiene tan bien vigilada se que algo tan serio no se le escaparía de la mira.
Miro a los niños jugando con los juegos del parque y otros en una esquina solitarios.
Hace un tiempo era parte del segundo grupo.
No puedo decir que hablo con todos con soltura como cuando era una niña de lo más aceptable a los ojos de la sociedad, pero abandoné ese caparazón que tanto me retrasaba.
Eso lo puedo asegurar.
Me detengo para comprar un helado y sentarme un momento en una de las banquillos.
Luego de que tengo mi helado de brownie con un delicioso glaseado de fresa me siento a disfrutar de la tarde.
Mía y Roy avisaron por nuestro grupo de WhatsApp hace un momento que debemos quedar para estudiar para los exámenes próximos ya que son los últimos, que no definirán si terminamos la preparatoria, pero que al final y al cabo nos ayuda a tener mejor promedio.
Me he negado porque necesitaba disfrutar de mi soledad.
Me gusta estar acompañada, sin embargo, luego de que pruebas estar solo contigo mismo ya es difícil apartase de ello.
Alguien se sienta a mi lado y me quita el helado que con tanto gusto me estaba comiendo.
Voy a refutar hasta que mi mirada choca con una azulada que me provoca escalofríos.
Pasa su larga lengua por dónde antes yo también lo hice y me regala una pequeña sonrisa.
-Hola, Fleur de loto. Que grata sorpresa encontrarte aquí.
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