Capítulo 10
Mía
Miro la hora una vez más y le sonrío al amable camarero que no deja de rondarme.
Es guapo.
De no estar completamente enamorada de mi hombre de las cavernas pues hace rato le hubiese pedido su Instagram o número.
Soy una fiel creyente de que las mujeres también podemos darnos el gusto de tomar la iniciativa. No todo tiene que ser el hombre como la sociedad creé.
El otro día Héctor se dignó después de mucho tiempo a invitarme a salir.
Me quedé completamente en shock porque al ser parte del trío de los demonios gobernantes de Mannford se tomaba muy en serio el no "faltarle al respeto" al líder por salir con su hermana pequeña.
Fue una manera poco convencional, pero tampoco representaba un problema.
Sé que al venir de un barrio donde la delincuencia reinaba es un gran aporte a su actitud violenta. Los O' hara tuvieron un corazón muy noble al adoptarlo. Papá O' hora es el jefe de la seguridad presidencial y un día tuvo que recoger al hijo drogadicto de un basurero de mala muerte y fue ahí cuando vió a un pequeño afroamericano buscando comida en un bote de basura. Inmediatamente lo llevó a su casa y le dió comida, la señora O' hara de enamoró del pequeño y Daniel lo aceptó de una sorprendente buena forma.
Sorprendente porque ese hijo de satán es un calculador que a veces parece que no le importa ni su propia madre. Hasta ahora no le hemos visto salir con ninguna chica y ningún enamoramiento a la vista más que los libros.
Todo lo que sé de la historia de esa familia es porque aquella noche mi hermano estaba en casa de Daniel y cuando llegó a casa me lo dijo todo. Antes de que fuera un engendro del mal él y yo eramos mejores amigos. Desde la muerte de nuestros padres está tan cambiado que ya no se parece a lo gentil que era papá y que mamá tanto adoraba.
Ahora es más como una copia de nuestro abuelo.
William es como su hombre a seguir que, aunque le falta la humanidad, lo ama sin importar nada. Yo también lo amo con todo mi corazón pero a veces le temo a sus alcances. Es despiadado la mayor parte del tiempo y cuando no es así se la pasa en su oficina encerrado fumando habano y mirando fútbol.
Pero debe ser muy aburrido porque no dura mucho.
Todos sabemos que su deporte favorito es molestar a Morel.
Un día esos dos se terminarán acabando por completo.
Me estremezco ante eso y me remuevo en mi silla mirando a todos lados.
Las personas conversan felizmente, algunas familias comparten fotos o anécdotas y otras parejas se besan.
Llegué hace media hora y aún Héctor no aparece por ningún lado.
Cuando me bajé del auto pensé que ya iba a estar aquí, sin embargo, contuve la decepción de que no haya tomado en cuenta que me gusta la puntualidad y que es el maldito chico el que espero y no la chica.
Por no terminar armando un embrollo me quedé en el auto diez minutos y ya luego entré y me senté en la mesa que apartó.
Miro la hora una vez más y me rasco la nuca.
Suspiro y trato de calmarme alejando los pensamientos negativos.
Le doy un trago al agua ya caliente en mi copa y le hago seña al camarero que no se cansa de mirarme.
-Quiero cualquier postre que tenga chocolate y fresas y una botella del mejor vino blanco que tengan-le ordeno.
Asiente pareciendo aliviado de que por fin me animé a pedir y se retira con rapidez.
No quería ser descortés al comenzar sin él pero su falta de puntualidad me impacientó y necesito matar el tiempo.
Un mensaje entra en mi teléfono y rápidamente lo miro con la esperanza de que sea Héctor. Sin embargo, me llevo una gran decepción al ver que es Roy.
Roy : ¿Ya llegó tu hombre, linda?
Vuelvo a rascarme la nuca y respondo.
Mía : No, pero no tarda.
Miento.
Malditámente lo hago cuando odio las mentiras.
La cosa es que no quiero mostrarle que me han dejado plantada.
No quiero que vea lo fracasada que estoy siendo con esto cuando mil veces le juré a él y a Reina que el maldito hombre de las cavernas está vez no me dejaría en segundo plano. Es doloroso y vergonzoso admitir que me equivoqué.
Roy : Sabes que puedes decirme si te deja plantada ¿Cierto?, Te recogería y lo mandáramos al diablo comiendo helado y viendo tus películas cursis en casa de Reina. Ella ya se ofreció. Le conté que aún no llegaba tu pretendiente.
Suspiro y dejo caer la frente en la mesa derrotada.
Es tan acertado cuando quiere.
Roy es una bendición para la amistad de Reina y yo.
Esa pequeña amargada me ha estado evitando desde siempre y por fin se dignó a salir de su caparazón. Sonare un poco cruel pero eso es gracias al incidente que él tuvo con los trillizos del infierno. De no ser así Reina no sé hubiera animado un poco más a hablarme. Aunque casi lo lograba por mis propios términos.
No le respondo porque no sé que decir de eso.
Me siento emocionada por tener amigos con quién contar después de todo, sin embargo, aún no quiero tirarme al lloro sin antes esperar un poco más. Sé que si le respondo de alguna manera él entenderá que tiene que venir a rescatarme.
Mi postre y vino llegan y comienzo a disfrutar de mi orden con toda la paciencia del mundo.
Hace mucho que no me sentía acompañada por amigos.
No desde que mi hermano se volvió un idiota que le gusta a todo el mundo y que me ha quitado la parte de ser popular. Los chicos ya no se acercan a mí porque saben que estarían cavando su tumba y las chicas solo lo hacen para ganarse mi gracia y así entrar a mi casa y poder follarse a mi querido hermano.
Creen que no me doy cuenta pero son unas estúpidas porque están enfrentafose a una chica acostumbrada a tener que actuar frente a todos para no terminar siendo un punto de odio.
Es molesto, pero me dan serios escalofríos imaginar siendo rechazada. Por lo menos aún más de lo que lo soy cuando pasé a ser la sombra de Marcus.
Luego de estar por media botella mi cabeza da tantas vueltas que siento que en cualquier momento me ahogare en mi propio vómito y ya no sabré dónde me encuentro.
Han pasado dos horas y ese hijo de puta no aparece.
Hace rato mandé al diablo cualquier tipo de esperanza que tuviera con él.
-¿Está bien, señorita?-pregunta un hombre sentado en la mesa contigua a la mía.
Me levanto tambaleándome y tomo mi bolso.
No sin antes tomar mi botella de vino.
Es cara y no me apetece dejar de tomar.
-¿Me ves cara de alguien que lo esté?-le respondo de mala gana y él se encoge en su sitio.
En otro momento no hubiese sido tan descortés y sé que la sensata Mía se arrepentirá más adelante.
Por el momento aprovecharé ésta y mandaré a la mierda a todo el mundo.
Para otros esto no hubiera sido nada pero para alguien que está enamorada de un tipo que parece imposible y que cuando este por fin se anima a salir con ella la deje tira es una ofensa tan grande que nunca perdonaré.
De lo único que estoy segura es que ese imbécil me rogará de rodillas para que lo vuelva a mirar con ojos de amor porque desde hoy está borrado de mi lista de favoritos.
Le escribo un rápido mensaje a Roy y no tarda en responder.
Roy: Voy para allá.
***
¿Qué les pareció este capítulo narrado por nuestra linda y ahora destrozada Mía?
Me parte el alma que sufra, pero todo es necesario.
¡Pasen un feliz fin de semana y nos leemos en el próximo capítulo!❤️
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