Reina

-¿Qué pasó anoche?-es lo primero que Mía pregunta cuando se sienta a mi lado.

Dejo de lado la novela que estaba leyendo y me encojo de hombros.

-Duraste mucho y me fui por mi cuenta.

-Esa no es una excusa válida, perra-me señala con el dedo índice acusatoria-Me preocupaste mucho, y no solo a mí, también a Roy que se sintió culpable de que algo te pudiera pasar porque no estuvo tan pendiente.

Trago saliva al recordar lo que pasó anoche.

Fue un a montaña rusa que me dejó tan abatida que no quiero volver a un abrazo fiesta donde esté alguien de esta preparatoria.

No puedo creer que se pelearon por unos hombres que ni caso le hacen, más bien se divierten por el espectáculo montada.

También puedo creerme que llegué a casa con Daniel.

El asocial Daniel.

Tampoco de sus vagas advertencias, no sé de qué va pero solo me hace recordar a mi acosador que hoy no he sentido por ningún lado.

Si bien es cierto que mi familia no es santa de la devoción de nadie, no veo porque hasta ahora alguien quiere hacerles daño justamente conmigo.

No veo porque tiene que serlo.

No le hago daño a nadie por lo que lo único que me queda pensar es que el abuelo o Florencia han enojado a un pez muy gordo.

«¿Quién podría ser?»

-Hasta que por fin aparece la niña-dice Roy sentándose frente a mí con unos lentes de aviador y vestido como si va para un show de moda-¿Dónde te metiste anoche, eh?, Por poco me da un paro cardíaco cuando te perdí de vista.

-¿No lo olvidarán nunca, cierto?-refunfuño.

-Nop-responde al mismo tiempo.

Los nerds a nuestro alrededor nos miran como si de ser por ellos ya estuviéramos bajo tierra y les saco el dedo del medio ocasionando muecas asqueadas.

Suspiro pesadamente y ruedo los ojos apoyando la frente en la mesa.

-Daniel me llevó a casa-digo entre dientes.

-¡¿Qué!?-se alborota Roy.

-No tuve más opción que irme con él.

-Te montaste en el auto del enemigo-dice ofendido pasando por alto mi justificación-Sabes lo mal que nos ven por solo no estar en la gracia de esos psicópatas y aún así te atreviste a respirar el mismo aire que ellos. Estás mal, niña.

Se le ve afectado y con toda razón.

Nos tratan como basura por la culpa de ellos.

A él le negaron la oportunidad de hacer amigos por simplemente no poder perdonar una estupidez que tenía remedio.

-Tampoco te pongas así__interfiere Mía regañandolo con la mirada-Tenemos que escuchar su punto de vista-añade y me mira como si me estuviera salvando de una buena tunda-Ahora habla.

Me veo en la posición de negarme a dar explicaciones porque no se las debo, sin embargo, son los únicos que se han fijado en mí por lo que soy y no por mi apellido.

Puede que Roy no haya entrado a Mannford con beca porque sus padres tengan dinero y Mía también, pero de todas maneras nunca está demás para esta gente hacerse de más fama o tener pase dónde aún no llegan.

Entiendo que Roy se comporte así porque como dijo, en su antigua escuela era querido y no está acostumbrado al rechazo. Si simplemente nos hubiera ignorado por lo menos los que sirven la comida lo estarían mirando con agrado.

Ir a la fiesta de bienvenida era nuestro pase de escala de diferentes formas.

-Cuando salí me encontré con él en el camino, estaba oscuro y lloviendo, no podía llegar a la ciudad por mi cuenta porque tampoco recordaba el camino de regreso. Cuando pasó por mi lado se ofreció a llevarme y por más que quise resistirme no pude negarme-evito decir más de la cuenta.

No quiero que se sientan más agraviados porque tuve más acercamiento del debido anoche con Daniel.

Primero en la piscina y luego de regreso a la ciudad.

Lo menos que quiero es que se hagan ideas locas en la cabeza.

-Solo porque no se sabía con que animal te podías encontrar en el bosque te perdono. Ese imbécil después de todo te hizo un gran favor-dijo rígido mi amigo mirando detrás de mí

Miro por encima de mi hombro y me encuentro con la persona protagonista de nuestra charla.

Daniel está acariciando las hojas de un libro a poca distancia de nosotros.

Parece concentrado en lo que hace y a la vez perdido en su mente.

Debe estar planeando la destrucción del mundo en esa mente inteligente suya.

-Gracias, ya estaba pensando arrodillarme para que lo hagas-le digo sarcástica y sonrío.

Una pequeña risa se le escapa y eso llama la atención del chico que es observado tan minuciosamente por nosotros.

Giro la cabeza al frente al rápido que por un momento creo que me terminaré partiendo el cuello.

-Pero si hasta los demonios saben reconocer que los libros son un buen escape-dice Mía sin disimulo y lo saluda sacudiendo la mano-¿No es tierno?

-Mucho diría yo-responde Roy mientras frota la pierda dónde Daniel apoyó su pie para amenazarlo en su primer día en este colegio.

-¿Todavía está mirando?-pregunto y asienten al mismo tiempo. Es como si hoy estuvieran compenetrados-Pues disimulen un poco por favor. Que vergüenza.

Roy niega con la cabeza y bebe de la botella de agua que saca de su bolso.

-Vergüenza a de tener él por atreverse a hablar contigo luego de olvidarse de que también es mortal y lo demostró al hablar contigo delante de todos.

-¡Dios, sí!-ríe Mía-Todos hablaban sobre eso en los pasillos. Debe de sentirse acosado por su amado público luego de eso.

La palabra "acosado" me causa escalofríos y me molesto en no demostrarlo.

Nunca se sabe quién puede ser el loco que me está siguiendo y si ahora actúa como una persona normal para que yo baje la guardia y él poder tomarme.

-Ya dejemos de hablar de cosas sin importancia, mejor cuéntanos que te pondrás para tu cita con Héctor mañana-cambio de tema.

No me interesa la ropa que usará porque no ando pendiente a ese tipo de cosas, pero siempre es bueno meter un tema mucho más interesante para desviar la atención indeseada.

-Sí, habla-le intensiva Roy ahora más emocionado.

-¡Ya compré lo que usaré!-exclama y un ruidoso shhh llega por parte de David el bibliotecario

Es un hombre malhumorado que parece odiar a todos.

Es por eso que nos llevamos bien.

-Cuenta que me come la curiosidad-le digo con una alegría que no siento.

Tengo cierto presentimiento de que Héctor no está tan enfocado en esto como lo está ella.

Si bien es cierto que tienen una fuerte atracción, él no demuestra buscar más que noches de sexo en chicas fáciles.

Me distraigo del tumulto de palabras que no deja de lanzar cuando un mensaje entra en mi teléfono.

Lo prendo curiosa porque nadie me escribe además de Florencia y mi chófer y ellos saben que puede que esté en alguna clase, Morel solo envía correos electrónicos.

Mi corazón da un vuelco al leer el mensaje y paso saliva sintiendo como mi garganta se reseca.

Desconocido: No te impacientes. Pronto me conocerás. Disfruta de tus días de gloria, Reinita.

***

Holaaa

¿Qué tal mis amores?

Espero que estén bien abrigaditos en casa y en salud. Algunos países están siendo afectados por Tormentas, incluido mi país RD, deseo que se encuentren en un lugar seguro y que así permanezcan con una tacita de chocolate y leyendo un buen libro. Como debe ser♥️

¿Qué les parece el libro hasta ahora?

A mi me encantan estos chicos.

Hasta el próximo capítulo ❤️