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Capítulo 3

Marcus


—Hola, Marcus—canturrea Cristal.

Lo juro, esta chica no se cansa de perseguirme. No importa cuántas veces la rechace porque ella regresa por más. Cristal Müller se ha cogido con medio cuerpo estudiantil y parece nunca conseguir lo que quiere.

Jodanme si vuelvo a meter mi aparato en su cueva.

—¿Qué te parece si vamos juntos a la fiesta de bienvenida? —inquiere esperanzada.

Dejo de mirarla por un momento para ver a la chica que se sienta a tres mesas de la mía. A decir verdad, es la que está más alejada de la multitud.

El comedor es al aire libre y estamos rodeados de árboles. Es uno de mis lugares favoritos de la escuela, sin desmeritar el baño que está en los bañadores del complejo deportivo que tiene unas deliciosas toallas calientes a las que no me veo renunciando.

Aún no me puedo creer que ella se haya atrevido a enfrentarnos a mí y a mis amigos. Sinceramente es sosa y antisocial. Estoy seguro que no sale al comedor simplemente porque le gusta vernos las caras. Su expresión corporal la delata. Si fuera por ella estaría a kilómetros de distancia de nosotros los malditos niños de élite.

Tampoco entiendo el interés de mi hermana por hablar con ella cuando notablemente no quiere su amistad.

Consideraría seriamente hablar con ella por desear tener una amistad con la pequeña Müller aburrida si no fuera porque sé que la chica nunca le hará caso. Son polos tan opuestos que de seguro con solo un día juntar encerradas en una habitación se matarían entre ellas desatando la tercera guerra mundial.

Miro a Cristal y vuelvo a mirar a la atrevida.

No es tan fea.

Me refiero a Reina.

De eso puedo estar seguro porque lo único que separa nuestras casas es una pared y al tener tres pisos quedamos a una buena altura. Después de todo nuestras habitaciones quedan de frente. Suelo entretenerme viendo cómo se quita su ropa que parece de un orfanato de caridad y esos lentes de pasta que se pone para leer sus libros eróticos.

Sorprendentemente la chica es una nerd de mierda, pero no le da vergüenza sacar sus libros con descripción un poco cuestionable para una chica como ella.

Sus padres deben de estar revolcándose en su tumba al saber que tienen una hija con una mente tan perversa. Nadie que lea ese tipo de cosas puede ser tan puritano. Y pensar que lee sobre penes y vaginas y todavía es capaz de sonrojarse cuando el joven director le da más de una mirada.

Ese cabrón podría estar en problemas conmigo.

No por la sosa, obvio. La cosa es que me está quitando el ganado escolar, que tampoco es gran problema, pero si lo hará que lo haga bien y que también se lleve a Cristal. En serio, es molesto tener a alguien tan insistente y que no se sepa valorar lo suficiente como para no saber cuándo es querida y cuando no.

—Ya tengo pareja, pero gracias por la oferta—respondo sonriéndole amablemente.

Esa sonrisa.

Es la que las hace olvidar que detrás de ella no hay un chico tan increíble como ellas creen. Siempre se van por lo superficial y van detrás del chico malo y guapo que folla de una buena maldita manera, pero que después no quiere algo más que una noche de placer.

La historia se repite una y otra, y otra vez.

También están las que creen que cambiaremos por ellas y son insistentes como la mierda a la hora de querer un romance. Cristal es testigo de ello. Algunas veces quiere pintarme con que solo quiere que la coja, pero sé que quiere algo más.

Siempre lo quieren.

Al parecer no hay una mujer en el mundo o en el puto Chicago que solo quiera unos días de revolcones y adiós.

«Jodido estrés tener que mantener este papel de mierda»

Si le muestro al mundo quien en realidad es Marcus Winston mi abuelo me sacaría de su testamento, me quitaría lo que me dejaron mis padres y me quitaría su palabra. Es lo que menos quiero. Mía y William son mi vida, además de mi tío James que, aunque no hace acto de presencia con frecuencia porque actualmente vive en Inglaterra todavía es parte de lo que soy.

En los Winston no sé aceptan las fallas de un chico joven que ellos no vean con buenos ojos. Si no eres como ellos quieren pues te jodes porque automáticamente estás desheredado. Lo desordenado no se puede mostrar. La debilidad debe ser eliminada porque nacimos para humillar, no para ser humillados.

Mis padres fueron testigos que lo que no sirve se desecha. Aprieto el puño en la mesa y miro fijamente el tronco del árbol frente a mí. Nosotros somos como los árboles. Si no damos frutos pues somos inservibles y a esos nadie lo quiere. Sería una carga con la que llevar el resto de la vida. Una pérdida de tiempo. Esas fueron las palabras de William la misma noche del accidente de mis padres.

Me acuerdo que tenían una fuerte discusión y tuve que escapar de casa para esconderme en el jardín. Me acuerdo como si solo hubieran pasado horas y no años. Papá ya no quería dirigir la empresa familiar y había dicho que se mudaría a Francia—país natal de mi madre—, eso fue un acto de traición para el abuelo y mandó a mis padres al diablo a la vez que llamaba al abogado para sacarlos de su testamento.

Mis padres estaban decidimos a que ese sería el último viaje de negocios que tendrían para Winston Enterprise. Y lo fue. Una puta tormenta eléctrica derribó el avión en el que iban y que también se llevó la vida de los padres de Reina.

Luego de eso fue la niña más amargada que podría llegar a existir.

Con decir que los niños le corrían en el patio de recreo. A pesar de eso fue la única que, aun cuando yo era problemático, tenía el valor para acercarse a mí y decirme que lo molesto que era.

«—Eres un insoportable. Estoy deseando que la profesora te reporte en la dirección para que te echen del colegio. Golpeas a los niños sin motivo y no mereces estar aquí—me había sacado la lengua y gruñido antes de irse a paso seguro como si fuera dueña del lugar»

«—¡Fue él! —me señaló culpándome de algo que no había hecho—Él le tiró su cartera al perro de guardia—cuando la directora se voltea ella sonríe malévola»

«—Tienes suerte de que esos tontos te hablen—mira de mala manera a Daniel y Héctor—Si yo fuera ellos estuviera corriendo lejos de un niño tan estúpido como tú»

Cada maldita cosa me forjó a ser un imbécil con las chicas porque al final ellas nunca ven cuando somos buenos. Ven nuestros errores y nos tachan cómo monstro. Pues ella es la que ahora está de suerte porque este monstruo tiene deseos de cazar a una chica sosa y destrozarla en pedacitos.

Fleur de loto, no sabes en lo que te metiste cuando decidiste abandonar tu caparazón.


***
Holaaaaa mis amoreeees

¿Qué tal me les va en este sábadito de actualización?

¿Qué te pareció Marcus?

Que miedito con Marcus la verdad😂

No olviden plis dejar sus votos y comentarios, son súper mega importante para que podamos crecer aquí. Tampoco olviden que me pueden seguir aquí en la app para saber cuándo publico uno de mis locos libros o lo que sea y puede hacerlo también en Instagram donde comparto algunos post de mis chicos❤️

Hasta el próximo capítulo

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