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Capítulo 62

Intento meter todas las cosas que me serán de utilidad dentro de mi mochila: Armas, Ropa, Suministros, Municiones...y un libro de Kafka a medio terminar.

— No sé que diría Rika si se enterase de que robé uno de sus libros de su casa blindada — A pesar de no haberla visto, siento que la conozco de toda la vida.

Todo está resultado como lo esperaba, el plan que diseñé hace días atrás está siendo un éxito, lo que me hace sentir miedo de mis propias habilidades de planeación.

Pude convencer a Hirano, salir al exterior con Busujima y realizar transacciones para mi supervivencia.

Todo salió a la perfección.

— De verdad extrañaré todo esto — Doy una mirada a mi entorno, contemplando lo que alguna vez fuera mi habitación y una enfermería a la vez. Donde llegué con heridas de gravedad y recibí una epifanía por parte de la Señora Miyamoto.

"Atencion a todos los supervivientes, atención a todos los supervivientes"

"Dirigirse a la azotea en cinco minutos"

"Repito, dirigirse a la azotea en cinco minutos"

La ayuda finalmente ha llegado, cinco largos días que parecieron una eternidad. Toda esta gente tendrá su recompensa por su paciencia.

Logro ordenar todo en mi pesada mochila, tengo lo necesario para sobrevivir allá afuera...o eso es lo que quiero pensar.

Mi respiración se torna pesada a medida que considero en los peligros que hay allá afuera:
Agua infectada; Moscas merodeando alrededor de esos seres putrefactos que pueden infectarme en cualquier momento; Hedores nauseabundos; Pestes por doquier; Peligro de desnutrición; Una higiene deficiente que pueden aumentar las probabilidades de ser infectado.

— ¡Debo dejar de pensar en esas cosas! — Sacudo mi cabeza para olvidar esos temores ddl mundo exterior — Ya no puedo dar marcha atrás, detenerme en este punto sería un acto demasiado cobarde.

Inhalo y exhalo suavemente para calmar toda esa ansiedad acumulada.

No solamente el hecho de partir me pone inquieto, sino además que todavía no les he avisado a los otros integrantes de mi equipo.

No tuve el valor para comentarle a mis compañeros quienes estuvieron a mi lado en éstos días. A pesar de que Komuro y Saeko conocen de mi situación no lo he hecho formal todavía.

Pero en este punto, ya es tarde, ellos se irán de aquí y jamás los volveré a ver.

"Tuc tuc tuc tuc(...)"

El helicoptero resuena estrepitosamente por los aires.

La ayuda finalmente está aquí. Mis amigos estarán a salvo.

— Soy un cobarde — Me recrimino falsamente — Evité a mis amigos desde ayer, me escondí de ellos para no despedirme. No habría soportado ver las lágrimas en sus ojos, odio los finales así.

En tanto, solo me queda esperar a que todos hayan sido evacuados y así irme tranquilamente, con la consciencia limpia de que mis amigos y camaradas estarán a salvo.

Tan solo puedo pensar en todos los pasos a seguir después de marcharme.

Me acerco a uno de los cuantos pupitres disponibles, específicamente al que se encuentra al fondo y al medio del salón, para posteriormente sentarme, cerrar los ojos y aumentar mi concentración...

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—(...)¡¿Por qué debo ir a China?! — Grité ofuscado aquella vez — ¡Solo por sus estupidos caprichos me arrastran a irme con ustedes!

— Siempre haces tus estúpidos berrinches (Y/N), todo para tí es motivo de conflicto — Mi Padre me observaba serenamente con su voz firme junto a mi Madre.

Fue la primera vez que estuvimos reunidos en un mismo lugar.

— ¡Nunca me han tomado en serio!, ¿Piensan que iré así nada más?

— ¿Puedes pensar alguna vez en tu futuro?, tendrás una nueva vida al otro lado del mar, ¡Todos tus problemas quedarán atrás!

— ¡¿De verdad tienes el descaro de decirme eso?!, ¡Siempre te la das de buen Padre!...¡TODOS MIS PROBLEMAS SON CAUSADOS POR USTEDES!

— Entonces que propones — Papá se cruzó de brazos.

— ¡Me quedaré aquí en Japón a como de lugar!. ¡Ustedes podrán rehacer su vida sin mi presencia tal como siempre han anhelado, podrán deshacerse de mí en un santiamén!

— ¡Bien!, ¡Si así lo quieres! ¡Buscaremos un lugar para ti!, ¡Puedes quedarte en Japón si deseas!, te enviaremos dinero para que sobrevivas de seguro que te las arreglarás como sea — La expresión de ira y pena de mi madre lo decía todo.

— ¡No eres más que un cobarde (Y/N), eres incapaz de afrontar tus responsabilidades como un hombre! — Esa fue la primera vez que vi a Papá fuera de sí, sus ojos parecían desorbitados y a punto de estallar. Pude ver su rostro a tan solo un metro de distancia

— ¡¿Crees saber todo de mí eh?!, ¡No sabes nada!, ¡Vuelve a llamarme cobarde y te golpearé! — Ofrecí mis puños en señal de pelea.

— ¡Eres incapaz de sentir empatía por los demás (Y/N)!. Solo piensas en tí y en nadie más — Las palabras de Mamá se desvanecieron a medida que interferia en lo que podía ser una pelea sin un ganador claro — Hay días en los cuales no sé por qué decidí darte a luz...

Todo lo que se decía sobre mi nacimiento por parte de los empleados se volvía realidad.

Yo solo fui un accidente en sus vidas.

— ¡No saben nada de mí!, ¡NADA!. ¡Los detesto, son los peores padres del mundo!

— ¡Ni siquiera puedes demostrar afecto por alguien que no seas tú!, ¡Nunca haz valorado los que otros hacen por tí!, ¡Eres un maldito egocéntrico (Y/N)! — Gritaba Mamá con mucha ira.

— ¡Nadie ha hecho nada por mí  que no sea yo! ¡He vivido solo por 18 años!, ¡No necesito a nadie!...¡NO LOS NECESITO! — Fui directo a mi habitación con los ojos a punto de llorar.

— ¿Acaso no lo ves?, ¡Lo tienes todo y aún así decides vivir como un idiota! — Logré escuchar a mi madre del otro lado de la puerta.

Al día siguiente, ellos se habían marchado...y una nueva vida comenzaba.
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— (Y/N)...(Y/N)...vamos, despierta...despierta — Oigo la voz de Alice a lo lejos.

De improviso, doy un gran salto al percatarme conscientemente de su presencia.

— Todo fue un sueño....espera...Tú no deberías estar aquí, deberías estar en el Helicóptero!— Mi corazón palpita producto del susto.

— ¡Onii Chan me pidió buscarte! — Me responde de manera acelerada.

— ¿Por qué?

— No lo sé, solo me pidió que fueras a la azotea.

— Esto no podía ser así nada más — Trato de despertar completamente.

— Tienes lágrimas en tus ojos — La pequeña de cabello rojizo seca las gotas de mis mejillas.

— Gracias Alice — Parpadeo un par de veces — Bien, vamos.

— ¡Arf! — Ladra Zeke que ha pasado inadvertido.

Con algo de somnolencia, me dejo guiar por la joven Alice junto a su fiel amigo Zeke.

Llevo mi mochila con total resguardo antes de salir de este salón.

Observo como todo se encuentra vacío, no hay indicios de que otras personas se encuentren presentes. La evacuación ha resultado un éxito.

Luego de subir por las escaleras y alcanzar el último peldaño antes de abrir la puerta que nos llevará a la azotea, no dejo de pensar en lo enojados que deben estar por mi egoísta decisión.

La perilla se mueve, y la pequeña Alice abre la puerta, mostrando los leves rayos del sol que se dejan ver desde el cielo.

Frente de mis ojos, logro verlos a todos reunidos.

Komuro...Rei...Shizuka...Saeko...Hirano y Takagi.

Pero además de ellos, logro distingir detrás a los padres de Miyamoto y a la madre de Takashi que toman una distancia considerable.

Dejo caer mi pesada mochila hasta el suelo para obtener una mayor movilidad.

— ¿Creíste que nos marcharíamos así nada más? — Komuro toma la delantera.

Me dejo guiar nuevamente por las suaves y pequeñas manos de Alice para acercarme un poco más.

— ¿Por qué decidieron quedarse? — Busco alguna respuesta coherente ante la situación.

— No podíamos irnos sin despedirnos de un integrante de nuestro equipo — Recalca Takashi — Aunque nos evites, jamás podrás deshacerte de nosotros.

Con algo de vergüenza, procedo a hablar:

— Francamente me habría gustado evitar una despedida, al principio consideré la idea de irme así nada más, pero los planes cambiaron y el plan de rescate se efectuó. Estar en esta situación me hace sentir incómodo, no tengo el valor de mirarlos a los ojos, pues no sé que decir...

— No necesitas decirnos nada (Y/N) — Shizuka toma la palabra — Sabíamos que este momento llegaría, haz estado muy distante en éstos últimos días, era algo evidente que te marcharías más temprano que tarde.

— Solo queremos saber, ¿Por qué ahora? — Me pregunta Takagi.

Luego de algunos segundos de meditación, doy mi respuesta a sus inquietudes:

— Es algo que he estado considerando desde hace bastante tiempo, para ser más preciso, desde el momento que me uní a ustedes —Tomo un respiro — En un principio, cuando decidí formar esta suerte de alianza con ustedes, pensé que no aguantaría por mucho tiempo, la idea de volverme un ser indeseado rondaba por mi cabeza constantemente. Así que a falta de un propósito claro por el cual vivir en este nuevo mundo, me mantuve junto a ustedes hasta que encontrase mi razón para luchar y seguir adelante.

— El volver a ver a tus Padres, ¿No es así? — Consulta la hermosa Enfermera conociendo ya la respuesta a su pregunta.

— Sí, pero no es del todo cierto — Vuelvo a tomar un respiro ante mi corazón que comienza a latir un poco más fuerte — Luego de que la Señora Miyamoto me hiciese entrar en razón acerca de mis padres, pude comprender acerca de sus acciones que hasta ese entonces no entendía del todo. Finalmente, luego de pensarlo detenidamente me di cuenta que estoy condenado a ser libre y que soy responsable de mis propias acciones...y por supuesto de mi propia existencia. Esos fueron los valores que Papá y Mamá querían entregarme desde el principio.

— Entiendo tu punto (Y/N) — Menciona Busujima sosteniendo su espada — Pero tanto los padres de Kohta como los míos también se encuentran en el extranjero al igual que los tuyos y de todas maneras seguimos juntos a pesar de todo. ¿Por qué quieres marcharte de forma temeraria hacia ellos?

— Tal vez suene un poco extraño escucharlo de mí, pero...creo que mi objetivo final es encontrar el amor y el afecto que me fue esquivo — Le digo con la mirada fija — Ustedes conocen mi historia, podría decirse que saben todo acerca de mí. Tal vez tú y Kohta se encuentren a gusto aquí y con la esperanza de que sus padres estén a salvo; Pero yo no lo estoy, hay muchas cosas que todavía necesito saber...además, no soporto ser un imbécil que vive bajo las reglas del sistema, necesito ir más allá de las normas establecidas para aventurarme e ir por mi propia cuenta, con la consciencia limpia de que no arrastré a nadie conmigo por mis decisiones egoístas...las crisis sacan lo mejor de cada ser humano y finalmente yo encontré la mejor versión de mi mismo.

Se produce un silencio bastante particular, todos me observan con sus ojos llenos de curiosidad: "(...)Podria escucharte por horas, eres muy interesante, tu forma de ver la vida es realmente motivador"

Ahora entiendo a lo que se refería Komuro.

— Al parecer no podremos convencerte de que te quedes con nosotros — Kohta ríe de manera nerviosa llevando su mano detrás de la cabeza, rompiendo el silencio que se estaba formando.

Todos ríen ante su comentario, siendo un fuerte alivio a la tensión generada.

— Sería un total mentiroso si les dijera que no anhelo seguir con ustedes, hemos pasado por mucho que es difícil despedirme así nada más. Jamás antes me sentí tan a gusto junto a otras personas, realmente me han hecho sentir que puedo pertenecer a un grupo y que puedo ser un miembro valioso dentro de la sociedad(...) — De pronto, siento como mi garganta se cierra de golpe, mi pecho se contrae y mis ojos acumulan algunas lágrimas — De verdad...no tengo palabras para expresar lo mucho que los quiero a todos...gracias por tolerar todas mis actitudes...sé...que no puedo cambiar el pasado...pero...pero...hubiera deseado conocerlos antes...y vivir juntos nuestra etapa escolar(...)

Un fuerte impulso me hace llevar mis dos manos hacía mi rostro para cubrir una explosión de lágrimas y respiros ahogados.

Cierro los ojos con fuerza a medida que mis piernas tiemblan al verme expuesto emocionalmente ante los demás.

Hace bastante tiempo que no lloraba de esta forma...

...Desde aquella vez que me sentí abandonado fuera de la escuela.

— Ya no tienes que decir nada más, tus lágrimas son la mayor expresión de sinceridad — Oigo la voz de Rei al mismo tiempo que recibo un fuerte y cálido abrazo de su parte, entregándome suaves palmaditas en mi espalda — Ven, permíteme secarlas.

Lentamente me libera de su abrazo y retira mis manos de mi rostro hasta verme expuesto ante su belleza.

A medida que sus dedos limpian mis mejillas, los demás se acercan a consolarme.

— Creo que todos debemos hacernos una autocritica y disculparnos por no actuar a tiempo — Busujima toma la palabra — Debí haberte invitado al club de Kendo cuando tuve la oportunidad de hacerlo...lo siento.

— También tengo algo de culpa — Interviene Saya — Si tan solo te hubiera agradecido por golpear a esos chicos de tercer año, habríamos hecho grandes cosas juntos.

Ante esto último, Takagi no evita sentirse avergonzada.

— Digo lo mismo (Y/N) — Kohta se posiciona a mi izquierda — Nuestra afición a las armas y la fortaleza ante las burlas de los demás nos habría hecho cercanos. Pero me dejé llevar por mis emociones y sentí una envidia irracional hacía tí...perdóname.

— Creo que también me dejé llevar por esos estúpidos rumores (Y/N), al igual que muchos, soy responsable de seguir al colectivo y hacerte a un lado — Fueron las palabras de Takashi.

— También debo pedirte disculpas (Y/N) — Miyamoto acaricia mis mejillas con sus suaves y delgados dedos — Sabía todo acerca de tí, mucho más que toda la escuela, conocía tus antecedentes y aún así no tuve la valentía de ayudarte.

Escuchar a cada uno decir eso acerca de mí, me hace fantasear con un pasado inexistente, lo que me produce mucha angustia y tristeza:

— Chicos...snif...los amo a todos...no saben cuanto me hubiera gustado que nos hubiésemos encontrado en la escuela, habríamos hecho muchas cosas...snif...habríamos estudiado juntos para los exámenes finales...habríamos almorzado en en la azotea de la escuela...snif...o podríamos haber visitado la playa como un equipo...tal vez así...mi vida no hubiese sido un infierno.

Cubro nuevamente mi rostro, dejando a Rei a un lado. Las lágrimas y el llanto regresan a mí

Todos éstos pensamientos me destruyen por dentro...¿Cómo tendré el valor de irme ahora si mis sentimientos me anclan a estar aquí?

— ¡Debes hacerlo (Y/N)! — Me veo interrumpido por la voz y los brazos de Shizuka rodeando mi espalda como si pudiera leer mis pensamientos — Yo más que nadie quiere que te quedes, pero no haz llegado hasta este punto para dar marcha atrás. No quiero verte atormentado por esos pensamientos que te destruyen, debes hacer lo que creas correcto.

— ¿Está segura Sensei? — Pregunta sorpendida Miyamoto.

— Lo estoy, como su futura mujer debo apoyar a mi esposo en sus decisiones — Comenta con bastante confianza ante la atónita mirada de los demás — Estoy segura de que volveremos a encontrarnos, confío plenamente en sus habilidades.

— Shizuka... — Estoy emocionado al contemplarla con tal nivel de confianza.

— De ser así, no me queda más opción que entregarte esto — Saeko se posiciona en frente de Shizuka y de mí. E inmediatamente extendiende su brazo para mostrarme su espada.

— ¿Pero...cómo te defenderás?  — Abro mis ojos rojos llenos de lágrimas.

— Tú ya conoces la respuesta — Sonríe.

— ¡Oh claro! — Voy directo hacía mi mochila para buscar mis armas de fuego con sus respectivas municiones — Ten Saeko, confío que le darás un buen uso.

— ¡¿Qué?!, ¡¿Busujima sabe manejar una arma de esas características?! — Exclama Kohta sorprendido.

— Gracias — Realizamos el intercambio de armas con el mayor honor y compromiso posible — Recuerdo que hace tiempo me diste una espada en el templo en mi peor momento. Es hora que te devuelva el favor, ya sabes como usarla, hazme sentir orgullosa de tí (Y/N).

— Lo estarás Saeko, no lo dudes — Extraigo de mi pierna mi fiel cuchillo con su funda — Quiero que tengas esto también, te será de mucha ayuda.

— ¡Pe...pero no puedo aceptarlo! — Se sorprende por mi inesperada acción — La necesitas más que yo.

— Consíderalo como un regalo, sólo tú y nadie más podría usarla Saeko— Dejo ver una sonrisa — Eres la única que tiene las habilidades y la destreza para manejarla.

Sus ojos se abren a la vez que deja salir una sonrisa de confianza y optimismo. Creo que captó bien el mensaje, es muy inteligente...ella es única y merece algo de exclusividad como también afecto de mi parte.

— ¡Bien!, ¡Basta ustedes dos! — Takagi se interpone al medio de ambos — Deja algo al resto.

Saya me mira fijamente a los ojos y con una expresión de tristeza en su rostro.

— (Y/N), desearía que nuestro tiempo juntos fuese más extenso, no sabes la falta que nos harás — Extiende sus brazos para abrazarme y apoyar su cabeza en mi hombro — Espero que algún día podamos hablar sobre distintas cosas como: Arte, Literatura o Ciencias. De esta forma no me sentiré como un bicho raro sino como una chica genio.

— Eres increíble Saya — Acaricio su cabello hasta bajar por su espalda — Sin tus conocimientos no habríamos llegado hasta aquí, eres un pilar fundamental para el equipo, debes continuar por el sendero de la verdad y seguir cultivando tu mente.

Me libero de ella lentamente para besar su frente.

— Gracias... — Muestra una sonrisa modesta.

—¡Eres el mejor, amigo! — Oigo a Komuro y a Kohta al unísono. Ambos me abordan a mi izquierda y a mi derecha.

— Nos harás mucha falta (Y/N) — Takashi sostiene mi hombro derecho.

— Es verdad, debimos hacer más cosas de hombres — Recalca Kohta a mi izquierda.

— A mi regreso podremos emborracharmos y hablar de mujeres hasta el amanecer — Les digo en un tono cómico.

Los tres nos reímos al mismo tiempo por unos largos segundos

— Eso estaría genial — Komuro intenta no reír nuevamente — Te estaremos esperando amigo.

—¡No quiero que te vayas! — Alice me abraza inesperadamente a la altura de mi cintura y con su voz temblorosa.

— Tengo que hacerlo — Acaricio su cabeza con la palma de mi mano — Prometo que volveré Alice, esto no es una despedida, sino, un hasta luego.

La joven eleva su rostro con lágrimas en sus ojos.

— ¿Lo prometes?

— Es una promesa, volveré y te enseñaré más técnicas para que puedas defenderte — La aparto de mí y me inclino ante Zeke que está en busca de atención — No me he olvidado de tí mi pequeño amigo, a mi regreso te acariciaré en mi regazo y nos relajaremos juntos.

— ¡Guau! — Parece entender lo que estoy diciendo, a lo que me hace liberar una ligera carcajada.

Elevo la mirada, y ésta me lleva hasta donde se encuentran los padres de Rei y la madre de Takashi, expectantes ante nuestra despedida.

Me hago paso entre mis compañeros que me observan sin entender la situación.

Logro acercarme hasta el señor y la señora Miyamoto:

— Detesto admitirlo, pero esto no habría sido posible sin ustedes — Suspiro — Jamás imaginé que la policía me ayudaría en algo tan personal e íntimo. No saben lo agradecido que estoy con ustedes.

Me inclino de manera muy tradicional, en muestra de mi gratitud hacía ellos.

— Nos alegra saber que has recapacitado, estoy segura que encontrarás las respuestas  que buscas del otro lado del océano — Recibo el abrazo de la Señora Miyamoto — Jamás te agradecí por proteger a mi hija Rei.

— No debería recibir tales halagos — Digo con modestia — Komuro hizo más por ella que yo. En cambio yo debería agradecerle por traer a Rei a este mundo, es una chica muy bella y bastante comprensiva...estoy en deuda con ella.

— Jamás creí que te marcharías de esta manera — Nos interrumpe el Señor Miyamoto con su voz seria — El chico rebelde y problemático que se la pasaba en la Oficina de Policía buscará nuevas aventuras. Tus habilidades como delincuente juvenil te servirán en el mundo exterior, conserva ese espíritu muchacho, te será útil.

— Agradezco mucho sus buenos deseos señor — Entrego una reverencia — Y...disculpe por mi intento de golpearlo.

Me avergüenzo por esto último.

— No te preocupes, me alegra ver tu recuperación. También me excedí al atacarte de esa forma, mereces una disculpa de mi parte — Estrecha su mano con la mía — Procuraré de hacer lo que más pueda para ayudarte en tu viaje.

— No hay necesidad Señor Miyamoto, ya ha hecho bastante por mí.

Doy unos pasos para acercarme a la madre de Komuro.

— Señora Takashi, no nos hemos presentado debidamente, mi nombre es (Y/N) y por éstos días fui compañero de equipo de su hijo — Dejo entrever una sonrisa en mi rostro — Es un buen chico...él no dejó de luchar por nosotros en ningún minuto, es un verdadero líder y como madre estoy seguro que debe estar orgullosa de él.

La verdad no sé que más decir, es la primera vez que cruzamos palabras  anteriormente solo eran gestos de cortesía.

— Mucho gusto en conocerte (Y/N) — Tiene una hermosa y suave voz — Nuestro tiempo fue breve, pero mi hijo me ha hablado muy bien de tí. Solo espero lo mejor y que seas felíz vaya donde vayas.

— Muchas gracias, espero que podamos vernos en otra ocasión.

Regreso para hacerme paso entre mis amigos, para luego acercarme hacía la salida.

— Siempre los recordaré chicos, vaya donde vaya siempre los tendré en mi corazón. Puede que pasen los años y la esperanza de volverlos a ver jamás se desvanecerá — Trato de mirarlos a los ojos por última vez, intentando guardar cada detalle en mi retina — La ilusión y la esperanza de reencontrarnos es más fuerte que toda esta maldición.

Los observo a todos por última vez, sus rostros de tristeza son muy evidentes.

Doy media vuelta para equiparme con mi mochila.

Con la frente en alto, me retiro de la azotea. Realizo un gesto de despedida con mi mano antes de utilizar las escaleras.

Peldaño por peldaño, recuerdo todos los momentos que viví junto a este gran equipo.

Desciendo finalmente hasta el primer piso, todo luce vacío y silencioso; Totalmente opuesto a lo que era hasta hace un par de horas.

Camino hasta la entrada debidamente custodiada por algunos policías jóvenes que me permiten marcharme sin ningún inconveniente.

Siento como el aire fresco después de la lluvia ingresa por mi nariz.

Al salir de la escuela, una nueva vida comienza.

Camino confiadamente por algunas calles que me son familiares.

A partir de este momento soy totalmente responsable de mis acciones.

Sostengo con firmeza la espada de Saeko.

— Estoy seguro que Asami me guiará en esta travesía su espíritu fluye dentro de mí — Me emociono al recordarla. Su rostro y su torpe actuar me hacen sentir acompañado.

Me dejo guiar por la posición del Sol en el cielo que me guiará hasta la costa de Japón.

No hay tiempo que perder.

Espero volver con mis amigos en cuanto antes...

Es una promesa...

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