Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 60 (Parte 2)🍋

Junto con la lluvia que no deja de caer, regreso hacía Busujima que me observa con su rostro lleno de dudas y de confusión.

Tomo mi mochila para cargarla nuevamente.

— ¿Te encuentras bien? — Trata de mirarme a los ojos, pero tiene dificultades para hacerlo.


— Estoy bien  — Llevo mi mano menos hábil a su hombro — Nada de esto habría sido posible sin tu ayuda Saeko, gracias a tí pude dar un gran salto y vencer mi propia inseguridad. De verdad que eres digno de admirar...

— Gracias — Me interrumpe rápidamente y continua su camino en dirección al cuerpo de Yuuki — Es hora de seguir, no nos queda mucho tiempo.

— ¡Espera! — Tomo su brazo antes de que pudiera alejarse.

— ¿Qué quieres? — Pregunta con su característico tono de seriedad, pero ahora, no noto una calma del todo auténtica.

— Siento mucho lo que te dije, no debí tratarte de prostituta, ni que eres una persona infantil y ni mucho menos de que te detesto...jamás podría odiarte, eres una persona increíble que desearía que todos vieran lo que yo veo en tí.

La bella chica de cabello morado, inclina su mirada al piso por unos cuantos segundos sin decirme ni una sola palabra. Hasta que de pronto decide hablarme:

— ¡¿Qué tiene ella que no tenga yo?!— Se libera de mi mano junto con su voz un tanto quebrada— ¿Acaso mis pechos no son los suficientemente grandes?, ¿Te gusta su cabello rubio?, ¿O es por que ella es una Enfermera?...por favor, necesito saber.

Puedo ver como ciertas lágrimas se acumulan en el contorno de sus ojos.

— Saeko...me comentaste que te sentías atraído hacía mí en la escuela y que inclusive pretendias integrarme al club de Kendo. Si tan solo te hubieras acercado a mí, ahora tú ocuparias el lugar de Shizuka.

— Yo...este... — Titubea ligeramente.

— Me di cuenta que cuando alguien no ha recibido el más mínimo afecto en toda su vida, y aparece una persona especial que te trata con el más mínimo cariño, te obsesionas con que sea recíproco y haces lo imposible para recibir esa dulce droga llamada amor.

— Pe...pero dijiste que éramos almas gemelas.

— Y lo somos Saeko, eso jamás cambiará, veo en tí mi propio espejo, somos muy similares y a la vez opuestos en muchos aspectos que solemos encajar con el otro con mucha naturalidad. Pero no te confundas, Shizuka es la mujer a quien elegí como mi compañera de vida.

— ¡No puedo hacer esto! — Se aleja dos pasos de mí — ¡No puedo conformarme con ser tu segunda opción!, ¡No puedo soportar estar siempre un peldaño por debajo de esa Enfermera!...Por favor (Y/N), te lo pido...solo quiero tener algo de exclusividad contigo, algo que solo podamos compartir tú y yo y nadie más.

Escucharla decir me hace sentir culpable, me veo a mí mismo como un ser despreciable por relegar de manera exagerada a Saeko sin considerar sus sentimientos por mí. Esta situación me da una idea, así podré quitarme este horrible peso de encima, pero...¿A que costo?

— ¿Quieres empezar en este momento?

— ¿Qué es lo que tienes en mente? — Pregunta con sorpresa.

— Propongo una prueba de confianza para comenzar, ¿Qué te parece si comentamos algo de nosotros que no le hayamos dicho a nadie del equipo?

— Me encantaría... — El brillo de sus ojos cambió, ahora denotan esperanza y alegría.

Puede que esto no sea lo correcto, pero me gusta ver ese lado frágil de Busujima. Me hace desearla y dominarla completamente, siendo consciente de que ella es una mujer bastante fuerte.

Me acerco lentamente a su rostro para mover ligeramente un mechón de su cabello violeta que cubre su oreja izquierda.

Llevo mi boca cerca de ella para hablarle:

— Saeko, yo(...) — Susurro suavemente a su oído mis intenciones. Le detallo paso a paso todos mis futuros movimientos.

Ella solo se dispone a escucharme con atención, sin embargo puedo notar como las expresiones de su rostro cambian considerablemente con cada palabra al ser pronunciada.

Ya al finalizar, me separo hasta quedar nuevamente frente a frente.

Sus ojos de sorpresa me lo dicen todo, seguramente fue bastante información de golpe que debe procesarlo todo de manera muy rápida.

— (Y/N)...¿Todo esto es verdad? — Decide abrazarme con mucha fuerza, dejando caer mi pistola y rodeando sus brazos en mi cuello, mientras me observa con mucha detención intentando encontrar una repuesta a todo esto — ¿De verdad que nadie sabe  acerca de esto?

Sus palabras se quiebran un poco, como si quisiera intentar contener el llanto en su voz. En cierto modo me siento lo entiendo, soy consciente que nadie estaría preparado para escuchar una noticia así.

— Nadie Saeko, eres la primera en saberlo — Dejo caer su espada para tomar su cintura de la manera más gentil posible — Nadie está enterado de esto, no he tenido el valor de decírselo ni siquiera a Shiuzka...lo siento, soy un cobarde.

Desvío la mirada al sentirme cada vez más culpable.

— ¡Eres un idiota! — Vuelve a abrazarme, pero esta vez con más fuerza y con su voz al borde del llanto— ¡¿Acaso no piensas en las consecuencias?!, ¡¿Qué hay de nosotras?!...¿Acaso tú?(...)

—No pienses más en ello, ignoralo solo por ahora — La interrumpo antes de que decida hablar más de la cuenta — Recuerda, es tu turno de contarme algo que no le hayas dicho a nadie, ¿Lo recuerdas?

— Es verdad... — Se separa de mí con lentitud y con su mirada perdida — Yo...yo(...)

De un segundo a otro sus mejillas se tornan rojas.

— (...)No estoy usando bragas — Cubre su rostro con su mano.

— Espera, ¿Qué? — Genuinamente estoy sorpendido — ¿Por qué?

— Presentía que algo podría ocurrir si aceptaba tu propuesta...creí que este sería el momento perfecto para que nuestros cuerpos se unieran en la danza de la pasión y la lujuria. No me importa si es en una cama o en pasadizo, con tal de entregarte todo mi cuerpo haría tal esfuerzo.

— Entonces, ¿Qué hay entre tú  y Takashi?, ¿Lo amas? — Me animo a indagar un poco más.

— La verdad no...tienes razón (Y/N), soy una tonta, no debí perder mi virginidad con Takashi — Deja caer de sus ojos evidentes lágrimas de tristeza —  Todavía lo recuerdo, fue aquella noche después de enfrentarnos al grupo del Maestro Shido, te veias tan apenado, tan impotente por que yo te defendí que creí que debía hacer algo(...)

Con iniciativa toma mi mano izquierda y las cubre con ambas palmas hasta la altura de su pecho.

—(...)Vi desde mi habitación que habías ingresado a las duchas de la mansión, así que decidí esperar a que entraras a tu cuarto para sorprenderte y animarte un poco — Sonríe casi con vergüenza y de manera forzosa — Esperé unos cuantos minutos para lucir mi ropa interior y salí por el pasillo, pero, al intentar abrir tu perilla escuché a través de la puerta los leves gemidos de Shizuka...en ese momento todo se derrumbó, mi corazón se rompió y no tuve el valor de ingresar, ni siquiera de probar cosas nuevas, pues, solo quería tenerte para mí(...)

Inhala y exhala por breves segundos antes de continuar, mientras la observo con bastante interés:

—(...)En ese momento solo quería sentir placer, necesitaba de alguien para satisfacer mi apetito sexual que recorría por todo mi cuerpo. En un principio consideré la idea de intentar algo con Miyamoto o con Takagi, pero lo descarté al no sentirme del todo cómoda con la idea. También consideré a Kohta, sabía que él estaría dispuesto a hacerlo conmigo, sin embargo no me atrae en lo absoluto, y así fue como recurrí a Komuro, él cumplía con todas las características que buscaba en ese minuto: Personalidad, un cuerpo trabajado y mucha energía para liberar

— ¿Qué ocurrió con ustedes dos después de eso?

— Acordamos mantenerlo en secreto, pero producto de un impulso contra Miyamoto en el Centro Comercial le dije lo que había ocurrido aquella noche. En cierto modo deseaba que te enteraras, quería producirte celos, pero veo que Rei es capaz de mantener un secreto por bastante tiempo.

— Sospechaba que algo sucedía entre Rei y tú, constantemente chocaban disimuladamente, algo que para la mayoría de seguro habría pasado desapercibido. Luego de algunos movimientos decidí averiguarlo todo y la verdad me impactó demasiado como para dejarlo pasar.

— ¿Estás molesto conmigo?

— No podría estarlo, no podemos cambiar el pasado — Trato de sonreír para elevar su ánimo.

— Tengo una fuerte presión en mi pecho, ahora que lo veo todo en retrospectiva, no debí haberme acostado con Komuro, no quería perder mi virginidad con él. Si hubiera sido más paciente y no dejarme llevar por mis emociones, tal vez habríamos podido hacerlo...es lo que más quiero desde aquella noche en el templo.

— Dime una cosa Saeko...mmm...¿Usaron protección aquella noche? — Bajo un poco la voz por pudor a pesar de que nadie nos escuche.

— ¡Por supuesto que sí! — Parece regañarme — ¡Sería irresponsable hacerlo sin contar con uno!

— En eso estamos de acuerdo, pensamos de la misma manera.

— Es por eso que recordé lo que me dijiste en el templo, y  por ese motivo que estoy preparada — Retira en uno de sus bolsillos lo que parece ser un preservativo. En ello, y para mi sorpresa, lo lleva directamente a su boca de manera sensual.

— ¿De...de donde lo obtuviste?

— Lo tomé de esa tienda, antes de ir a esa escuela ¿Lo recuerdas? — Me impresiona su capacidad para hablar con el preservativo en sus labios.

Caído ante la tentación de verla, mis manos están sudorosas y mi corazón palpita notoriamente.

No queda más remedio que llegar al siguiente nivel:

— ¿Quieres hacerlo? — Cubro mi boca con mis dedos luego de decir esto.

— ¿Tú quieres? — Sus ojos se abren por mi proposición.

— Con la información que te di, sería ilógico no concretarlo, ¿No lo crees?

— Pero...¿Qué hay de Shizuka?

— No lo sabrá, tú y yo guardaremos el secreto.

Busujima deja entrever una sonrisa cómplice, y con gran agilidad toma de mi mano para llevarme a uno de los callejones de entre las casas.

Lamentablemente, dejé caer la espada de Saeko en medio de la calle.

Pero eso no parecía importarle, su única preocupación era la de llevarme a un lugar más íntimo y lejos de esos monstruos.

Miro hacía atrás para ver lo que hemos avanzado, la lluvia parece aumentar y de verdad estamos muy empapados en este callejón donde alguna vez solía transitar muchas personas en el día a día.

Genuinamente creo que este podría ser el mejor lugar para tener relaciones y una gran fantasía para alguien tan impredecible como Saeko.

De un momento a otro da un giro a su derecha y se detiene en un callejón muy reducido junto a una puerta y unos botes de basura.

— Quítate los pantalones — Me lo ordena a medida que retira su mano.

— ¿Seguro que quieres hacerlo aquí?

— Sí, aquí estaremos a salvo y podré gemir con tranquilidad.

Mi corazón se aceleró al oírla decir eso,

— Debes quitarte los pantalones — Veo como la hermosa chica se quita algunas capas ropa, sus botas y los pantalones lentamente para guardar éstos últimos en su mochila.

Y tal como lo mencionó, no lleva bragas, lo que me permite admirar de su femeneidad en éste inhóspito lugar. Verla ligera de ropa con esta lluvia me hace despertar fantasias que jamás habría tenido.

— Lo que tú digas — Sin cuestionar su decisión, me quito la gran parte de mi ropa, y los pantalones para guardarlos al igual que ella. Siguiendo su actuar, conservo las botas para poder estabilizarme mejor.

— Arroja tu mochila lejos de aquí  — Lo  ordena sensualmente al mismo tiempo que guarda mis pistolas en su bolso — No olvides de esconder el cuchillo que llevas contigo.

— ¡¿Estás loca?! — Miro su rostro cada vez más excitado.

— La idea de estar junto a un hombre y estar indefensa me enciende, ¿Lo recuerdas?. — Su rostro se torna más ardiente que pareciera perder la cordura.

— Bien, lo haré por tí — Guardo mi cuchillo y arrojo la mochila lejos de mi alcance — ¿Y ahora que quieres hacer?

De inmediato, Busujima lleva su trasero al bote de basura para posteriormente lanzarme el preservativo directo a mis manos.

— He deseado esto por tanto tiempo que no sé cómo reaccionar — Sonríe de manera pícara.

Siguiendo el procedimiento, inserto el preservativo en mi miembro que está muy duro por el momento.

Al ver que la funda de látex insertada correctamente, Saeko abre sus piernas con gran agilidad, invitándome a ingresar en ellas.

— ¿No debería estimularte un poco Saeko? — Pregunto ingenuamente.

— Así está bien, estoy lo suficientemente húmeda para tí — Lleva sus dedos hacía su zona íntima con mucha pasión.

— Si tu lo dices...

Llevo mi falo a su intrepierna y lo inserto sin pausas con total confianza.

— ¡Ay! — Libera un gemido suave y con voz delicada — Me encanta que seas duro con conmigo.

Al estar uno al frente del otro, no pierde tiempo y decide besarme apasionadamente, atrapandome en sus gemidos hasta liberar un halo de saliva de nuestras lenguas.

La expresión de genuino amor y pasión me hacen dimensionar cuanto adoro a Busujima.

Ante estos estímulos más básicos del ser humano, la beso apasionadamente mientras mi miembro juega en círculos dentro de su pelvis para exitarla lo más que pueda.


Con total descaro retiro su ropa para llegar hasta su brassier y tocar esos espectaculares pechos que me vuelven loco.

— Por favor...no te detengas — Mueve sus caderas para acoplarnos de mejor manera— ¡Ay!...¡Ay!...¡Ay!...

Sus gemidos resuenan en este estrecho espacio, al oírla gritar y ver sus expresiones faciales, mi miembro se endurece y me permite jadear controladamente para no activar el reflejo natural del acto.

Busujima con mucha pasión, retira salvajemente mi polera y la arroja al suelo. Permitiéndole admirar mis húmedos pectorales con una mirada lasciva.

— Te mueves bien — Acaricio su cabello y sus muslos — Eres toda una pervertida y creo que eso me gusta Saeko.

— Y tú no lo haces mal — Suspira con cada una de mis embestidas — Creo que esa Enfermera te hizo todo un hombre...¡Ay!...pero hay algo que todavía no haz experimentado del todo.

— ¿A qué...te refieres? — No dejo de moverme para no perder el ritmo.

Busujima toma mi miembro con su mano y me separa de ella lentamente.

— Hay algo que Shizuka jamás podrá entregarte, y yo sí. (Y/N), quiero ser tu esclava sexual, quiero que me hagas lo que quieras y de la forma que creas mejor, solo quiero sentirme vulnerable ante tus encantos masculinos.

De inmediato, voltea todo su cuerpo, extendiendo sus manos hacía la pared, con su trasero a la altura de mi miembro que no dejo de estimular.

Ella tiene razón, esto es algo que Shizuka no lo haría, estoy seguro de eso por que ella es diferente. Mi amada de cabello rubio busca el amor verdadero e intenta ser una chica romántica; Pero en cambio Saeko, es solo lujuria y perversión, busca su propio placer y de paso me lleva a lugares inexplorados para mí.

Me dejo llevar por su enorme trasero e introduzco mi masculinidad en su flor de loto, para posteriormente sostener sus glúteos y llevarlos hacía mí como un total animal.

— ¡AMO TU TRASERO SAEKO! — Grito con energía. Solo busco ingresar lo que más pueda en su interior, sintiéndome inútil ante una Diosa a la que no puedo alcanzar.

— ¡Hazlo!, ¡Penetrame!, ¡Abusame! !Hazme volar!

Por su parte, mi ardiente compañera comienza a gruñir con mis penetrantes movimientos, parece disfrutarlo más que yo y no tiene intenciones de que esto termine. Con mucha flexibilidad acaricia mi cuello con total dedicación.

— ¡Por favor no te detengas!...mmmm...¡Mas duro!, ¡Más duro! — Sus gritos de placer encienden cada parte de mi cuerpo, soportando las gotas que caen desde el cielo.

Hago mi mayor esfuerzo para mantenerme firme y no decaer, sus glúteos rebotan en mi pelvis haciéndolo mucho más excitante con la lluvia que impacta en su espalda baja, convirtiéndose en un lubricante natural.

— ¡Quiero más Saeko!, ¡Quiero que me des más! — Insisto casi de forma desesperada.

— ¡DETENTE! — Empuja mi cuerpo con sus manos extendidas hacía atrás para tener más espacio. Trata de retomar la respiración para volver a hablar — Hay algo que quiero probar, sé que no puedo entregarte mi virginidad, pero existe una zona de mi cuerpo que ha sido inexplorado. Solo debes prometerme que serás gentil para luego hacerme sentir como una ramera y finalmente acabar nuestra historia en ese mismo lugar, ¿De acuerdo?

— Si es eso lo que quieres, lo haré por tí Saeko — Acaricio mi falo hacía arriba y hacía abajo para no perder la erección.

— Consideralo como tu premio por contarme tu secreto — Con  sus piernas ligeramente arquedas y su torso  señalando a la pared, separa sus enormes y húmedos glúteos con ambas manos para enseñarme su otro agujero.

— ¿Qui...quieres que lo introduzca ahí?

— Claro que sí, tú serás el único hombre al que permitiré introducirlo. Recuerda, sin importar lo que te diga, ni lo que suplique, no te detendrás por ningún motivo y acabarás allí pase lo que pase.

— Entiendo.

Con precisión y con inquietud, introduzco mi pene en ese pequeño agujero.

— ¡Duele!...¡Duele! — Ignoro sus expresiones de dolor, para ingresar lo más lento que pueda.

Esta nueva sensación se siente muy estimulante: Su calor, el estrecho espacio que cubre mi miembro me hace  cuestionar lo mucho que durará antes de activar el reflejo de mi falo.

— Creo que estoy en el paraíso... — Comento con mucha franqueza.

— Sabía que te gustaría...¡Ay!...ahora quiero que destroces mi trasero hasta que me hagas pedir clemencia por mi bienestar y caer ante tu indiferencia.

Con total motivación, me muevo por el estrecho agujero de su recto con mucha potencia, lujuria y pasión por acabar con ella. Sostengo sus brazos para que no pueda zafarse de mi miembro.


Sus enormes glúteos rebotan contra mi pelvis y su ano se dilata cada vez más.

— ¡Detente!, ¡Por favor no sigas! —Exclama la chica con total locura — ¡Te digo que te detengas!...¡Ay!

— ¡Cállate ramera! — Exclamo para después darle fuertes palmadas en el trasero.

La verdad es que no me reconozco, me he sumergido a un pozo sin fondo de placer y perversión que fácilmente podría irme al infierno de los católicos.

— ¡Detente!, ¡Eres muy violento! — Su voz detona un leve llanto. Debería parar, pero Saeko no me lo permitiría.

Si de verdad quisiera acabar con todo esto, utilizaría su fuerza para separarme.

Ignorando su llanto mezclado de placer, continuó con mis fuertes embestidasa medida que mis gemidos comienzan a notarse.

GROOOARRR!"

Tanto Busujima como yo nos detenemos al escuchar ese horrible grito.

Para nuestra mala suerte uno de esos zombies está a tan solo ocho metros de distancia. Seguramente nuestros gritos lo atrajo hasta aquí.

Y para colmo, dejé botada la espada de Busujima a muchas calles de aquí, y mis pistolas están guardadas en las mochilas.

— Debemos matarlo, iré por las pistolas— Comento a Saeko mientras intento retirar mi miembro de su apretado ano.

— ¡No te atrevas! — La capitana de Kendo susurra en voz alta casi con enojo — ¡Me prometiste que no te detendrías por ningún motivo!

— ¡¿Estás loca?! — Trato de no elevar la voz — Moriremos aquí.

— Prefiero morir aquí, en este sucio callejón junto a mi alma gemela...prefiero morir con un grito orgásmico que con uno de dolor y sufrimiento, estar aquí me hace no temerle a la muerte. Además, observa, no parece moverse.

Busujima tiene razón, no se mueve. Observando a mi alrededor, entiendo mejor nuestra situación:

— Las gotas de lluvia rebotando en los distintos objetos deben confundirlo.

— Estamos a salvo — Comenta con un tono de alivio.

Sin embargo, todavía tengo mi cuerpo ardiendo, no he eyaculado y la lluvia no le afecta.

Por lo que tengo una idea, y quiero aprovecharla para superar las expectativas de Saeko.

Empujo a Busujima hacía la pared, ella extiende sus brazos en el muro y sus pechos chocan con el frío y húmedo concreto.

Con ambas manos sostengo sus glúteos de abajo hacía arriba para tener una mejor penetración.

— Escúchame bien... — Susurro a su oído — Si osas a gritar juro que te mataré.

Un fuerte escalofrío recorre por todo mi cuerpo, jamás consideré la idea de maltratar a Busujima, pero luce tan excitada que no debería importarme.

— Lo que...tú...digas...amo — Susurra con dificultad con cada estocada propiciada por mi pene. Desea gritar, anhela gruñir, pero no se le permite hacerlo.

Con movimientos lentos y circulares logro excitarla con mayor rapidez.

Miramos con nerviosismo como el zombie sigue de pie, hasta que...decide marcharse y continuar con su camino.

Estamos a salvo por ahora.

Pero aún así...quiero continuar con ests fantasía que hemos preparado los dos:

— Escúchame bien...si esa cosa regresa juro que te golpearé, así que procura no gritar, ¿De acuerdo? — Ingreso hasta lo más profundo que puedo con mi falo en reiteradas ocasiones.

— Está...bien... — Jadea casi como un animal, intenta controlar sus exagerados gritos con tal de mantener el rol.

Cuidadosamente, llevo mi mano derecha hacia su boca para cubrirla, y con mi dedo pulgar acaricio suavemente su nariz en señal de que la contendré.

Acatando mi orden, libera sus ahogados gritos contenidos en la palma de mi mano.

Nos movemos hacía arriba y hacía abajo con perfecta coordinación.

Solo puedo respirar profundamente y resistir, siento que estoy a un paso de llegar al punto de no retorno.

— (Y/N)...voy a acabar... — Distingo sus palabras — Por favor...permítete gemir...no puedo contenerme más.

Retiro mi mano de su boca,pero no sin antes golpear suavemente sus mejillas.

Mis manos rodean su gran y voluptuosa cintura, mis ansias es tan grande que anhelo recorrer todo su cuerpo.

— Mmm...¡Ah!...¡Ah!...mmmm...¡Oh!...¡Ah!...¡Más rápido!...¡Ay!...¡MAS RÁPIDO!

Entrego lo que más puedo de mí, mis movimientos son cada vez más violentos y ahora mis manos aprietan sus pechos con fuerza.

Antes de aceptar el punto de no retorno , las piernas de Saeko tiemblan descontroladamente, ella extiende sus brazos y sus manos para sostenerse en la pared como punto de apoyo.

Sus ruidosos y extravagantes gritos mezclados con un ligero llanto hacen que ya no pueda contenerme más, permitiendo que mi miembro tenga ligeras contracciones haciendo que el líquido seminal sea expulsado.

A pesar de estar en el climax de este evento, insisto en penetrarla más y más hasta dejarla sin aliento.

Nuestros alocados gemidos se complementan a la perfección. Los sonidos guturales y primitivos producidos por nuestros diafragmas resuenan por todo el callejón.

Mis piernas tiemblan al percibir como mi eyaculación no ha terminado, sintiendo un poco de dolor y deseos de vómitar.

Retiro mi pene de su orificio al sentirme más liberado.

En tanto Busujima todavía continúa con sus brazos extendidos hacía la pared y con su cabeza mirando el piso para intentar recuperarse.

Solo me queda retirar el preservativo de mi pene que se vuelve cada vez más flácido.

Cierro los ojos al sentirme un poco somnoliento, pero de pronto, advierto la boca de Saeko en mi miembro.

No tengo intenciones de detenerla, no tengo la energía suficiente como para oponer resistencia a pesar de que lo considero como algo innecesario.

Todo el líbido se ha ido por completo.

Ella lo disfruta como un suave beso de despedida, intentando mantener el último vestigio de este acto pecaminoso.

— Saeko...por favor no le comentes de esto a Shizuka — El sentimiento de culpa comienza a recaer en mi cabeza — No quiero que se entere que he roto nuestra promesa.

Ella asiente con sus ojos puestos en mí mientras succiona los últimos restos de esperma de mi falo que ya parece estar totalmente relajado.

— Deberíamos vestirnos — Sugiero — No quiero contraer un resfriado.

— Tienes razón  — Retira mi pene de su boca para ponerse de pie — Necesito descansar, me duelen las piernas gracias a tu violento y exquisito miembro.

— Ya basta, me avergüenzas — Busco la ropa de mi mochila.

— Si que sabes complacer a una chica (Y/N) — Extrae la vestimenta de su mochila — Pensaré en ello cada vez que pueda. ¿Tú harás lo mismo verdad?

— Será imposible olvidarlo, te mueves muy bien y tus gritos me excitaron de sobremanera.

Ambos nos apresurarnos en vestirnos ante la lluvia que no deja de cesar, todavía nos queda trabajo por hacer.

Doy los últimos toques a mi ropa, cuando de pronto los brazos de Busujima rodean todo mi abdomen hasta tocar sus manos a la altura de mi ombligo.

Apoya todo su cuerpo hacía mí, manteniendo su cabeza en mi espalda.

— No quiero volver a pelear contigo — Comenta apenada — Odio la idea de convertirnos en una pareja que discute y arregla sus cosas con sexo. Somos almas gemelas, sé que tenemos mucho por entregarnos el uno del otro.

Confieso que tanto su fortaleza como su ternura me atraen de Saeko, pero si pudiera elegir, preferiría verla en ese estado: Tan frágil y delicada como una flor.

— Descuida, estoy seguro que ya no habrán motivos para pelear.

— ¿Estás seguro?,¿Estarás para mí pase lo que pase?

— Lo estaré Saeko, siempre estaré para tí. Tanto en cuerpo como en alma siempre estaremos juntos.

Acaricio sus manos suavemente a medida que siento el calor de su cuerpo junto al mío.

Quisiera detener el tiempo y pasar el mayor tiempo posible con Saeko, quiero estar a su lado para continuar admirando todo lo que tiene que entregar.

Lástima, que no todo es para siempre...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro