Nuestros pasos golpean los innumerables charchos de agua que han producido las lluvias.
Las calles lucen desiertas y destruidas, como si fueran producto de un tornado o de una guerra. Es difícil de creer que la falta de mantenimiento y el óxido puedan afectar tanto a una ciudad a niveles catastróficos.
Miro hacía el cielo y podemos notar como en tan solo en unos pocos minutos las lluvias volverán a caer en el cielo gris.
Observo disimuladamente a mi izquierda como la chica de cabello morado, la chica quien alguna vez fuera capitana y campeona del club de Kendo. Ella no despega su mirada de nuestra retaguardia y no me ha dirigido la palabra en casi tres horas, nuestra coordinación ha sido perfecta que prácticamente no ha habido necesidad de hablarnos.
Hemos ingresado a un número grande de tiendas y casas deshabitadas en busca de alimentos y objetos de utilidad. Para nuestra suerte, no hemos tenido grandes inconvenientes con esos monstruos conscientes.
No pensé que Saeko aceptaría tan fácil mi petición, ni que mucho menos me permitiera intercambiar nuestras armas tal como se lo prometí en algunas ocasiones.
Han pasado casi cuatro horas desde esta operación y puedo decir que ya me he acostumbrado a esta espada. Puedo sentir la adrenalina y el placer de aniquilar a mis enemigos con el filo del arma.
La operación va por buen camino, esto no sería posible sin la ayuda de Kohta y Takagi, todo se lo debo a ellos.
——————————————————————————————————————————————————————
— Mmm...¿Kohta?...
— ¿Qué ocurre?
— Debo pedirte un gran favor(...) ¿Crees que puedas tener algunas armas listas para mañana?, hay algo muy importante que debo hacer.
— No me gusta como se oye eso — Miró un poco desconfiando — ¿Qué tienes en mente?
— Necesito salir para buscar provisiones y todo lo que sea necesario para evitar un nuevo motín.
— ¡¿Acaso estás demente?! — Me regañó con total libertad — De todas formas no te creo, jamás arriesgarías tu vida por un total desconocido.
Tenía razón en sus palabras, sin embargo, era un argumento fácil de contraatacar.
— ¿Olvidas aquella vez que buscamos la sangre que necesitaba ese anciano?, perdimos a alguien en esa arriesgada misión. Me conoces muy bien Hirano, pero quiero cambiar.
Con aquellas palabras, pude convencer a Hirano, se veía un poco inseguro, pero aún así accedió.
No sin antes realizar una peculiar pregunta:
— ¿Piensas ir tú solo?
— No, pretendo convencer a Busujima que venga conmigo, estoy seguro que accederá. Es la única que podrá ayudarnos en esto.
— ¿Y como piensas zafarte de la seguridad de los policías?
— No te preocupes, lo tengo todo planeado.
——————————————————————————————————————————————————————
De esta forma, cada uno de mis movimientos obtuvieron resultados: Luego de convencer a Kohta, pude integrar a Saya a nuestro plan a pesar de sus inquietudes; Despues, busqué a Saeko por toda la escuela y logré encontrarla en el gimnasio. Parecía meditar e intentaba encontrar su paz interior a pesar del caos y la desesperación de los civiles, cuando le propuse salir de ese lugar, aceptó con cierta desconfianza; De este modo, en la mañana, antes de que saliera el sol, nos escabulimos con Saeko junto con nuestras mochilas, ropa impermeable y armas a través de una valla hacía la entrada sur de la escuela.
En este momento, Takagi y Kohta idearon una coartada en caso de que decidieran buscarnos: Ambos estaríamos trabajando con Kohta en un supuesto proyecto que ha estado planificando, y que deambularíamos por la escuela en busca de materiales.
No parece ser la mejor coartada de todas, pero es la única relativamente segura que mantendrán alejados a cualquiera que quisiera localizarnos. Tan solo tenemos una única condición, y es la de volver antes del anochecer, para evitar que el extenso manto de oscuridad nuble nuestra visión y que se activen las alarmas de los policías.
"¡Pam!, ¡Pam!"
Oigo los suaves disparos de mi arma con silenciador gatilladas por Saeko.
— Buen tiro — La felicito — Nada mal para ser una novata, ya te acostumbraste a ella.
— No me subestimes — Muestra una expresión segura de si misma, dirigiéndome la palabra luego de un buen rato — Deberías mejorar tu técnica con la espada, pareces un niño desesperado.
Su fuerte crítica constructiva, hace que una maravillosa sensación fluya por todo mi cuerpo, recibir las palabras de Saeko me hacen creer que vuelvo a tener un vínculo con ella.
— Dime (Y/N), ¿Por qué me trajiste aquí realmente? — Interrumpe mi monólogo interno — Dudo mucho que alguien como tú actúe de forma tan desinteresada.
— ¿De todas maneras te decidiste a acompañarme?, ¿A pesar de tus sospechas? — Intento eludir su pregunta.
— ¿No será acaso un intento barato por acercarme a mí? — Deja ver una sonrisa triunfadora
— ¿Era tan obvio? — Realizo una jugada arriesgada.
— Tú jamás harías algo convencional.
— Tienes razón no es mi estilo.
— Sin embargo...hay algo que no encaja en lo absoluto — Me señala con su dedo — Eso no explica el por qué tenemos que estar aquí afuera, expuestos ante "Ellos", tu falsa preocupación por los demás es motivo de sospecha.
— Había olvidado lo astuta que eres Saeko, es por eso que te admiro — Sonrío, solo puedo mostrar una sonrisa nerviosa, me tiene en un callejón sin salida — Tengo mis motivos egoístas para estar aquí.
— Te detesto... — Sus ojos se vuelven penetrantes — Solo piensas en tí mismo, finges preocuparte por los demás con tal de cumplir tus caprichos. Eres un maldito manipulador, un engreído y un idiota que no conoce el autocontrol.
— Yo también he comenzado a detestarte Busujima, te has vuelto una chica irritable y molesta, a la vez inmadura — No puedo evitar liberar todo lo que me he estado guardando por días — Pensé que eras distinta, pensé que actuarías como una mujer, pero te has degradado tanto que pareces una niña de párvulos
— ¡¿Quieres saber por qué?! — Eleva el tono de su voz — ¡¿De verdad que quieres saberlo maldito bastardo?!
— ¡Por supuesto!, ¡Estoy harto de esta situación! — Muevo mis brazos con enojo — ¡De este modo podremos ponerle fin a todo esto!
— Eres un estúpido egocéntrico...no piensas en los sentimientos de nadie más que en los tuyos, esa maldita zorra de Marikawa te ha cambiado por completo.
— ¡No te atrevas a meter a Shizuka en esto! — Dejo caer la espada de Saeko, a este ritmo, es probable que termine cometiendo un error del cual no podré zafarme.
— Tu relación con esa Enfermera es una ilusión y eres incapaz de verlo — Respira profundamente — ¡¿Acaso no puedes verlo?!, ¡Esa zorra solo te está utilizando!
Busujima arroja mis pistolas lejos de ella, estoy segura que tuvo el mismo presentimiento de que algo peor podría ocurrir.
— Jamás pensé que caerías tan bajo...eres patética.
— ¡Imbécil!, ¡Piensas que ella realmente te ama! — Su expresión de cólera se vuelve más evidente — ¡Está tan desesperada por casarse que escogió al primer hombre que tuvo en frente de sus ojos!
— ¡¿Crees acaso que no lo sé?!, ¡Soy consciente que ya está por cumplir 30 años y que está desesperada por encontrar marido!— Recalco con seguridad — Puedo entenderla, puedo sentir como su vida cae por un precipicio que es empujado por la estúpida presión de la sociedad japonesa. Yo más que nadie puedo empatizar con ella, ambos perdimos el rumbo de nuestras vidas y solo los dos podemos reconstruirla.
— ¿De verdad piensas que crea que la amas?, tus sentimientos están tan corruptos que puedo cuestionar si realmente estás enamorado o no de ella.
— ¿Qué te hace creer que no amo a Shizuka?
— ¿Es evidente no?, has estado coquetando con todas las mujeres del equipo, ¿Por qué debería creerte?
— La razón de que esté totalmente enamorado de Shizuka no es impedimento para querer a ustedes también. Cada una es especial a su modo: Takagi es muy inteligente y perspicaz; Rei es comprensiva y cercana; Mientras que tú Saeko, eres fuerte y tradicional — Suspiro — Todas sus virtudes me atraen de algún modo, y no dejan de sorprenderme cada vez que estoy a su lado.
— Dejas en evidencia que no sabes con certeza lo que realmente buscas en una mujer. ¿Qué harás después cuando te canses de nosotras?, ¿Buscarás a otras mujeres con quienes coquetar?, ¿Te acostarás con alguna prostituta? — Adopta una postura firme y ergida — Te recuerdo (Y/N) que todavía vivimos bajos las reglas del sistema japonés, sus leyes y las tradiciones siguen vigentes sin importar la situación. Nuestra sociedad se levantará y perpetuaremos sus valores bajo la moralidad que han hecho de Japón un país grande.
— Amo tu convicción Saeko, amo la seguridad con que profesas tus ideales. Pero no podemos estar de acuerdo, somos polos opuestos que pueden atraerse pero no unirse completamente — Miro a sus ojos con convicción — He ampliado mi moralidad desde hace bastante tiempo, solo así creo que he podido encajar en esta sociedad, tal vez no sea la mejor, pero siento que he estado descubriendo lo que es bueno y lo que no lo es. Bajo aspectos tradicionales, he elegido a Shizuka como mi esposa y quiero vivir a su lado hasta el final de mis días, anhelo disfrutar la vida sin complicaciones y a la espera de lo que nos prepare el destino.
— No puedes estar hablando en serio... — Aprieta sus dientes notoriamente — Tu vida será un fracaso, todavía estás a tiempo para enmendar tu camino y proyectar tu futuro: Podrás trabajar en una gran empresa y disfrutar de una esposa más joven, sumisa y servicial.
— Puede que tengas razón, tal vez mi estilo de vida poco convencional fracase por no seguir el camino que persigue todo "Salary Man", pero tanto Shizuka como yo nos hemos alejado a nuestra manera de toda clase de normas y reglas convencionales para vivir. Tal vez todavía estemos bajo el mismo techo que toda la sociedad, posiblemente en un futuro seamos discriminados y relegados a ciudadanos de segunda clase, pero sin importarnos lo que la gente piense, ambos seremos felices.
Saeko está bastante desconcertada, ya no tiene argumentos para atacarme. Sin embargo, deja entrever una sonrisa un tanto aterrador:
— No estaría tan seguro de ello — Su rostro cambia drásticamente — ¡Le diré todo a Shizuka!, ¡Le diré que haz besado a todas las chicas!...¡NO ERES MÁS QUE UN MUJERIEGO!, ¡PODRÍA DESTRUIR TU VIDA POR COMPLETO!
— No pierdas tu tiempo en estupideces Saeko, de seguro Shizuka debe estar al tanto. Ambos hicimos un trato, tengo su autorización para salir con todas ustedes hasta que encuentren a alguien especial. De verdad que las quiero a todas, mo miento cuando digo que cada una de ustedes tienen algo que me atrae rotundamente.
— ¿Qué?...no puede ser, ¿Cómo puedes querer a una mujer tan vulgar como ella?...¿No lo entiendes?, ella podría engañarte con otro hombre si aceptas ese trato. ¿De verdad piensas que te será fiel y obediente como una buena esposa?
— Es una posibilidad, no la descarto, pero debo ser consecuente y creer en mi propia moralidad. Insisto, el mundo tal cual lo conocemos ha cambiado, y es la oportunidad perfecta para una paria como yo de hacer una nueva vida.
— ¿Por qué insistes en una mujer como ella?... — Percibo su tono de voz con tristeza acumulada — ¿Qué ves en ella?
— No lo entenderías...Shizuka me ama y confío plenamente en ella, fue la primera quien estuvo conmigo cuando fui golpeado en la escuela, fue la primera persona que su mirada no me juzgaba, sin ella yo no estaría aquí. Sin su compañía yo no habría tenido la oportunidad de enmendar mi camino y buscar ser la mejor versión de mí mismo...es por eso que la amo.
— Yo también te amo (Y/N)...yo también te amo.
— De verdad dices amarme, pero no eres más que una mentirosa...¿Es por eso que decidiste acostarte con Takashi?, ¿Quién es la zorra realmente?. Me sedujiste esa noche, y luego te acuestas con él ¿Así nada más?
— Te tardaste en saberlo — Su respuesta no es la que yo esperaba — ¿Ahora entiendes lo que yo siento (Y/N)?, todo esto es tu culpa, decidiste revolcarte con ella sin considerar mis sentimientos.
— ¡¿ACASO ESTÁS LOCA?! — Su respuesta infantil me saca de quicio — ¡No tiene sentido!, ¡Eres incapaz de argumentar con lógica!(...)
De pronto, antes de que pudiera continuar con mi momento de desahogo e indignación, oigo como uno de esos muertos vivientes se acerca a mis espaldas.
Levanto la espada de Saeko y ella mis pistolas, para prepararnos a decapitar a ese monstruo con toda la ira que me invade.
Pero...
Al reconocer su rostro, toda mi furia se desvaneció.
— ¿Yu...Yu...Yuuki? — Mis manos y mis piernas tiemblan al reconocerla — ¿Cómo pudo pasarte esto?
Por más que lo intento, no puedo sostener correctamente la espada.
Su rostro putrefacto y su mirada fija me aterroriza bastante.
Al verla acercarse de manera tan irregular me produce cierta lástima. Por más que lo intento, no tengo el valor para acabar con ella, el odio y el rencor hacía su figura ha desaparecido para convertirse en piedad y misericordia.
Podría recordar sus humillaciones, e inclusive nuestra pelea más reciente en la mansión de Saya...pero es inútil, he cambiado.
— Sé que puedes hacerlo — Inesperadamente Saeko sostiene mi hombro y me ayuda a quitar la pesada mochila que cargo conmigo.— Debes hacerlo (Y/N), confío en tí.
— Yo...yo...no puedo hacerlo — Tiemblo notoriamente, estoy indefenso, me siento como un niño con mucho miedo.
De pronto, las manos de Busujima rodean por todo mi abdomen, sintiendo sus pechos en mi espalda.
— ¿Recuerdas cuando tocaste mis senos para que pudiera acabar con "Ellos" en el templo? — Susurra a mi oído — Ahora pienso devolverte el favor.
— No puedo...no...no tengo la fuerza para acabar con su vida, debería ser fácil, debería odiarla por todo lo que me hizo — Inhalo y exhalo profundamente — Tengo miedo Saeko...una parte de mí me dice que si lo hago, tal vez ya no sienta dolor al matar a alguien que aprecio. Con Asami fue similar, pude cumplir su último deseo, pero aún así la culpa me persigue.
Saeko libera sutiles carcajadas:
— Tu moral no ha cambiado tanto como crees — Acaricia mi cabello con suavidad — En el fondo sigues siendo un chico arraigado a las tradiciones. Pero no te preocupes, te ayudaré a superar este sentimiento. Recuerda, ambos somos almas gemelas...
Acomoda mis manos para que pueda sostener su arma de mejor manera, preparándola con suavidad y delicadeza.
Con cierto valor, doy unos cuantos pasos para separarme de Saeko.
— Eres fascinante Busujima — Volteo para mirarla a los ojos — Aunque no lo admitas, también eres una chica con muchas contradicciones en tu interior, disfrutas de asesinar a las personas y aún así profesas acerca de la moral y la tradición. No soy quien para juzgarte, te admiro, admiro como puedes ir más allá de tus capacidades...por que para tí, tú único límite es el cielo, y yo quiero extender mis alas para algún día alcanzarte Saeko.
Respiro profundamente con las gotas de lluvia golpeando mi rostro.
Observo los pasos irregulares de Yuuki.
"Las habilidades del espadachín, la calidad de su espada, y la firmeza de la mente. Si esos tres elementos están en un alto nivel, puedes cortar a todas las personas que desees sin perder fuerza para luchar"
Recuerdo claramente las palabras de la campeona de kendo de nuestra escuela. Lo mencionó al rebatirle un argumento a Kohta.
Las cuales no debo olvidarlas jamás...
Si quiero seguir con mi plan, tendré que pasar éste obstáculo. No pienso bajar los brazos, debo ser fuerte, debo confiar en mí mismo e ir más allá de mis límites.
— Yuuki...perdóname — Veo su horrible rostro a casi tres metros de mi ubicación.
Con la espada firme y sostenida con ambas manos, estoy listo para atacar.
El filo del arma está lista para ser utilizada. La posiciono a media altura a medida que el peso de mi cuerpo es distribuido sobre ambos pies.
Ms manos sostienen el extremo posterior de la espada, aproximadamente a un ancho del puño de distancia de mi cuerpo. El filo se inclina ligeramente hacia la derecha para aprovechar la curvatura natural del arma.
Me muevo a toda velocidad hacía ella con la adrenalina recorriendo por todo mi cuerpo.
En un movimiento fugaz, llevo el filo de la espada a su garganta, logrando atravesarla como si fuera mantequilla.
Yuki no liberó dolor alguno, su cabeza cayó y rodó alejándose de su cuerpo que se desvanecía hacía adelante, junto con la sangre que se derrama en el húmedo cemento.
— Lo siento mucho Yuuki, pero no podía verte en ese estado — Camino hacía su cabeza que pareciera mirarme — Ahora soy un hombre diferente, trato de ser la mejor versión de mi mismo. Tal vez en otra ocasión, te habría dejado en ese estado, justificando que posiblemente ese era tu castigo por ser una mala persona o una prostituta barata(...)
Me inclino con todo el peso de mi cuerpo.
—(...)Siento algo de melancolía al pensar que habría sido de nuestras vidas si hubiésemos sido amigos, o tal vez personas que se llevaran bien. Posiblemente todavía estarías con vida, habríamos formado un equipo para sobrevivir a este horrendo apocalípsis. En fín, la vida sigue, por lo menos tengo el consuelo de que tuviste una muerte digna...hasta luego Yuuki.
Cierro sus ojos en señal de humanidad.
Dejando todo esto atrás, retorno mi camino hacía Busujima que me contempla a la distancia.
Su mirada dudosa y sus manos apoyadas entre sí me hacen pensar que está un tanto insegura o confundida de lo sucedido. Antes de que esto sucediera, dejamos una discusión a medio terminar.
Creo que es momento de hacer las paces antes de que sea tarde.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro